El cáncer de mama y el dolor

Ninguna persona siente el dolor de la misma manera, pero todas las personas están de acuerdo en que no es agradable.

El dolor aparece cuando hay daño o inflamación de los nervios o los tejidos. El dolor puede ser agudo, sordo, palpitante, punzante, persistente, hormigueante o pellizcante, y se puede describir de muchas otras maneras. El dolor puede ser recurrente o constante.

El dolor puede ser un síntoma del cáncer de mama o un efecto secundario de esta enfermedad: El dolor también puede causar muchos otros efectos secundarios, como náuseas, mareos, debilidad, depresión y cambios de humor.

 

¿El dolor de mama es un indicio de cáncer?

El dolor de mama, también llamado mastalgia, no suele ser un síntoma de cáncer de mama. La mayoría de los dolores o las sensaciones de quemazón en una o ambas mamas están causados por cambios en los niveles hormonales del cuerpo. Aun así, si te preocupa el dolor de mama, es conveniente que hables con tu médico.

 

Tipos de dolor

Los médicos consideran que el dolor puede ser agudo, crónico o irruptivo.

Dolor agudo

El dolor agudo suele aparecer de repente debido a una causa conocida, como una enfermedad, una lesión o una inflamación. El dolor agudo es generalmente grave y breve, como el dolor intenso que sientes cuando te fracturas un hueso. No suele durar más de un mes aproximadamente. La mayoría de las veces, desaparece cuando también lo hace la causa subyacente del dolor (por ejemplo, después de que un hueso roto se cura, deja de doler). Pero a veces el dolor agudo puede convertirse en crónico.

Dolor crónico

El dolor crónico, también llamado persistente, es continuo y suele durar más de tres meses. Puede ser leve o intenso, y puede aparecer y desaparecer o ser constante. Puede tener una causa, como una enfermedad o un tratamiento contra el cáncer, o puede desconocerse el motivo.

Si existe una causa conocida, el dolor crónico puede continuar incluso después de que la lesión o enfermedad que lo causó se haya curado o haya desaparecido. Algunas personas tienen dolor crónico incluso sin haber sufrido lesiones ni daños en el cuerpo.

Dolor irruptivo

El dolor irruptivo es un pico de dolor repentino, breve e intenso que se produce mientras tomas medicamentos o utilizas otras técnicas para controlar el dolor crónico. Puede producirse aunque estés tomando la cantidad adecuada de analgésico. Muchas personas sufren de dolor irruptivo cuando el efecto del analgésico está desapareciendo, pero aún no es el momento de tomar la siguiente dosis.

 

Causas de dolor en las personas con cáncer de mama

Existen diferentes motivos por los que una persona con diagnóstico de cáncer de mama puede sentir dolor. El dolor también es muy personal. Aunque dos personas tengan la misma causa de dolor en la misma zona (por ejemplo, un dolor articular provocado por un inhibidor de la aromatasa), sentirán el dolor de formas distintas.

En algunos casos, el dolor puede ser un síntoma del mismo cáncer de mama, en particular, del cáncer de mama inflamatorio o del cáncer de mama metastásico. El cáncer metastásico se ha extendido a una parte del cuerpo distinta de la mama y puede causar dolor en esa zona. Por ejemplo, el cáncer de mama que se ha extendido a los huesos o la columna vertebral puede causar dolor en la espalda, las caderas, las piernas u otros huesos que tengan células cancerosas. El cáncer de mama que se ha extendido al cerebro puede causar dolores de cabeza, y el que se ha extendido al hígado puede causar dolor en la parte superior derecha del abdomen.

El dolor también puede deberse a los tratamientos contra el cáncer de mama. Por ejemplo, luego de una cirugía por cáncer de mama, es probable que sientas dolor en la zona operada y alrededor de ella.

 

¿Dónde puede causar dolor el tratamiento del cáncer de mama?

Según los tratamientos que recibas, el dolor puede variar en intensidad y afectar a distintas partes del cuerpo.

El dolor en las articulaciones y los huesos puede causarse por los inhibidores de la aromatasa, la quimioterapia, las terapias dirigidas o los medicamentos que se utilizan para reducir el riesgo de infección durante la quimioterapia, como Neulasta o Neupogen.

El dolor de espalda puede deberse a la terapia hormonal u otros tratamientos.

La opresión o el dolor en el pecho puede deberse a una cirugía por cáncer de mama, una reconstrucción mamaria o la radiación.

El dolor abdominal o de estómago puede deberse a casi todos los tratamientos del cáncer de mama. También puede ser un signo de que el cáncer de mama, en especial, el cáncer de mama lobular, ha hecho metástasis y se ha extendido al estómago.

El dolor muscular también puede causarse por casi todos los tratamientos del cáncer de mama, así como por los medicamentos que se utilizan para tratar la osteoporosis y los medicamentos para reducir el riesgo de infección durante la quimioterapia.

El dolor de brazo puede estar causado por la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia, los inhibidores de la aromatasa y las terapias dirigidas.

 

Hablar con el médico sobre el dolor

Al igual que ocurre con otros síntomas, cuanto antes informes a tu equipo médico de cualquier problema que tengas con el dolor, antes podrá trabajar para determinar la causa y desarrollar un plan para tratarlo. Informarle al médico acerca del dolor no significa quejarse del tratamiento ni ser un mal paciente.

Si ya has completado el tratamiento contra el cáncer de mama, puede asustarte sentir dolor tanto en la mama afectada como en la no afectada. El dolor en las mamas generalmente no está relacionado con el cáncer, pero una molestia nueva y persistente en una sola mama puede ser motivo de preocupación. Esto es especialmente cierto si el dolor empeora sin ninguna explicación clara.

Lleva un diario del dolor

Llevar un diario del dolor puede servir para proporcionarle a tu equipo médico información detallada sobre el dolor que sientes. Puede resultarte útil llevar el diario en tu teléfono o en un cuaderno pequeño.

Comienza por enumerar todos los tratamientos del cáncer de mama que estés recibiendo. Luego enumera los analgésicos, e incluye la dosis y la frecuencia de administración, y cualquier otra técnica que estés utilizando para aliviar el dolor.

Cada vez que sientas dolor, anota estos datos:

  • la fecha y la hora

  • dónde sientes el dolor

  • cómo se siente el dolor; por ejemplo, si es sordo, agudo, eléctrico, punzante o constante, o más parecido a un espasmo

  • la intensidad del dolor en una escala de 0 (ausencia de dolor) a 10 (el peor dolor imaginable)

  • la duración del dolor

  • cualquier actividad asociada al dolor, por ejemplo, si alguna actividad en particular empeora el dolor o si lo alivia

  • el nombre y la dosis de cualquier analgésico que hayas tomado para aliviar el dolor, así como la hora en que lo tomaste y si el medicamento funcionó

  • otras notas acerca del dolor que consideres importantes

Lleva el diario del dolor a la consulta con tu médico para mantener al día a tu equipo médico sobre tu progreso.

 

Manejo del dolor

El manejo del dolor, que puede incluir medicamentos, ejercicio y terapias complementarias, debe formar parte de las charlas que tú y tu equipo médico mantengan para elaborar un plan de tratamiento del cáncer de mama. Debe haber un plan pensado para tratar cualquier dolor que tengas antes del tratamiento, durante este y después de este. Si el dolor no mejora, o si los medicamentos u otras técnicas no surten efecto tan rápido o durante tanto tiempo como te dijo el médico, tienes que decírselo de inmediato.

También es importante ser consciente del escrutinio que rodea ahora a los medicamentos opiáceos para el dolor. En 2017, un marcado aumento de las muertes por sobredosis de opioides en los Estados Unidos llevó al Departamento de Salud y Servicios Humanos a declarar que el abuso de opioides constituye una emergencia para la salud pública. Según el Instituto Nacional del Cáncer, como efecto no intencional de los esfuerzos de los estados por reducir la prescripción de medicamentos opiáceos, se ha dificultado el acceso de las personas diagnosticadas con cáncer a los analgésicos que necesitan.

Si sientes que no estás recibiendo un alivio suficiente del dolor, solicita la derivación a un médico especializado en el tratamiento del dolor. Muchos hospitales y centros oncológicos cuentan con departamentos para el manejo del dolor que incluyen médicos, enfermeros, fisioterapeutas, trabajadores sociales, psiquiatras, profesionales de medicina complementaria, farmacéuticos, nutricionistas, nutricionistas y capellanes.

— Se actualizó por última vez el 29 de marzo de 2025, 18:36

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