La historia de april485: Por qué decidí participar en ensayos clínicos sobre el cáncer de mama
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Cuando recibí el diagnóstico inicial de CDIS en enero de 2013, el cirujano mastólogo me preguntó que si quería participar en un ensayo clínico, en el cual tomaría cohosh negro (una hierba de venta libre que las mujeres utilizan a menudo para evitar los bochornos) durante tres semanas antes de la lumpectomía. La idea era reducir el tamaño de la lesión y cuando llegó el momento de la cirugía, ¡quién lo iba a decir!, la lesión medía apenas 5 mm. En la biopsia inicial, me habían dicho que medía 1,2 cm. ¿El cohosh negro realmente había funcionado? No había manera de saberlo, porque, según me explicaron, a veces la lesión propiamente dicha resulta ser más pequeña cuando se practica la lumpectomía. El ensayo continúa, así que supongo que no voy a saberlo por un tiempo.
También participé en un ensayo clínico de radiación parcial de mama, en el que me colocaron semillas de oro en la mama donde se encontraba el marcador y luego me hacían una tomografía computarizada (TC) a diario, cada vez que iba a recibir el tratamiento con radiación de haz externo. Esto no es lo mismo que la braquiterapia, en la cual la radiación se aplica internamente, pero era igual a la radiación normal que se aplica en la mama por fuera.
El tratamiento debía durar 5 días, 2 veces al día, con 6 horas de separación. Tendré que ver al oncólogo radioterápico durante 5 años, dos veces al año, para revisar los resultados cosméticos y ver qué tan bien funcionó en términos de evitar una recurrencia. ¿Cómo reuní los requisitos? Tenía que tener márgenes amplios (para esto, me hice una nueva extirpación después de la primera lumpectomía), ser mayor de 50 años, tener CDIS o enfermedad en estadio I y nunca haber tenido cáncer de mama antes. Cumplía con todos los criterios, así que decidí participar porque quería evitar el protocolo de 33 tratamientos a toda costa.
Quedé profundamente agotada cuando terminó la semana y estuve así alrededor de un mes. También presenté una leve coloración parda en la piel. Ahora que pasaron más de dos años desde que terminé el tratamiento, me veo la mama “más pequeña” de lo que solía ser (¿se encogió?). Espero que, por haber participado, las mujeres puedan elegir un esquema de tratamiento más breve y que no les afecte la mama entera, sino solo el lecho del tumor. Supongo que se puede comparar mi tratamiento con 10 “refuerzos”, ya que la dosis en Gy (la unidad de medida de la radiación) fue mayor en cada una de mis sesiones de tratamiento de lo que sería para una persona que recibe 33 sesiones, una cada día, durante el período de 6 semanas, más o menos.
Estoy feliz de haber participado en ambos ensayos. Todavía no tenemos los resultados definitivos, porque los estudios continúan en este momento.
Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen a la autora y no necesariamente representan las de Breastcancer.org ni pretenden reemplazar el consejo médico profesional.