Antecedentes de cáncer asociados a un deterioro más rápido de la función física en mujeres postmenopáusicas
La función física se deterioró más rápido en las mujeres postmenopáusicas con antecedentes de cáncer de mama, cáncer colorrectal, cáncer de endometrio y cáncer de pulmón en comparación con las mujeres sin antecedentes de cáncer.
La investigación se publicó en línea el 19 de enero de 2023 en la revista JAMA Oncology. Lee “Long-term Trajectories of Physical Function Decline in Women With and Without Cancer” (Trayectorias a largo plazo del deterioro de la función física en mujeres con diagnóstico de cáncer y sin él).
¿Qué es la función física?
La función física es la capacidad de realizar actividades cotidianas básicas, entre ellas:
alimentación
bañarse
vestirse
ir al baño
caminar o moverse por la casa
cuidar de sí mismo
El deterioro de la función física está asociado a varios problemas de salud, por ejemplo, los siguientes:
riesgo más alto de sufrir caídas
probabilidades más bajas de llevar una vida independiente
peores resultados de salud informados por el paciente
Algunas investigaciones sugieren que las personas con antecedentes de cáncer tienen una función física más deficiente que aquellas sin antecedentes de cáncer. Sin embargo, después de un diagnóstico de cáncer, no queda claro la velocidad con la que se deteriora dicha función. Por medio de este análisis, los investigadores pretendían abordar esta interrogante y analizar la información que se recolectó en el estudio de la Women’s Health Initiative.
Acerca del estudio de la Women’s Health Initiative
Este estudio, conocido como Women’s Health Initiative (Iniciativa para la salud de la mujer), tiene dos partes: el ensayo clínico y el estudio de observación. Juntos, los dos estudios incluyen información de más de 161.808 mujeres posmenopáusicas, que tenían entre 50 y 79 años cuando se unieron entre 1993 y 1998:
68.132 mujeres participaron en el ensayo clínico
93.676 mujeres participaron en el estudio de observación
En 2005, 115.407 mujeres (cerca del 77 % de las mujeres que participaron en el estudio) aceptaron formar parte de un período de seguimiento prolongado.
En 2010, 93.567 (cerca del 87 % de las participantes del período de seguimiento prolongado) aceptaron formar parte de un nuevo período de seguimiento prolongado, el cual sigue en curso.
La Women’s Health Initiative quiere encontrar las relaciones entre los problemas de salud, como el cáncer, y los factores de salud, la dieta y el estilo de vida.
Acerca del análisis
Para este análisis, los investigadores identificaron a las mujeres que habían sido diagnosticadas con cáncer de mama, cáncer colorrectal, cáncer de endometrio y cáncer de pulmón y las emparejaron con hasta cinco mujeres que no habían sido diagnosticadas con cáncer, pero que compartían características similares en cuanto a lo siguiente:
edad
año de inscripción al estudio
grupo de estudio (ensayo clínico o estudio de observación)
En general, el análisis incluyó a 9.203 mujeres que habían sido diagnosticadas con cáncer y 45.358 mujeres sin antecedentes de cáncer.
De las mujeres diagnosticadas con cáncer, se observó lo siguiente:
5.989 fueron diagnosticadas con cáncer de mama.
1.352 fueron diagnosticadas con cáncer colorrectal.
980 fueron diagnosticadas con cáncer de endometrio.
902 fueron diagnosticadas con cáncer de pulmón.
Algunas de estas mujeres fueron diagnosticadas con más de un tipo de cáncer.
Para cada tipo de cáncer, los investigadores analizaron lo siguiente:
cáncer local (un tipo de cáncer que no se propaga del órgano en donde comenzó, por ejemplo, la mama)
cáncer regional (un tipo de cáncer que se propaga a los tejidos y ganglios linfáticos cercanos, pero no más allá de esa área)
Los investigadores no consideraron el cáncer metastásico (es decir, que se ha extendido desde el órgano original hacia otras partes del cuerpo). En el caso del cáncer de mama, los lugares más comunes en los que aparece metástasis son el hígado, los pulmones y los huesos.
La edad promedio de las mujeres con antecedentes de cáncer al momento del diagnóstico fue de 73 años.
Las mujeres que habían sido diagnosticadas con cáncer, en comparación con las mujeres sin antecedentes de cáncer, tenían más probabilidades de lo siguiente:
ser de raza blanca
fumar o haber fumado
consumir en ligeramente mayor grado bebidas alcohólicas
Los investigadores utilizaron una herramienta estándar llamada escala RAND-36 para medir la función física de las mujeres. Esta escala permite calcular la función física con una puntuación que varía de 0 a 100.
El protocolo de la Women’s Health Initiative exigía medir la función física de las mujeres cuando se unieran al estudio y nuevamente tres años más tarde.
En el ensayo clínico, también debía medirse la función física de las mujeres en los siguientes puntos temporales:
un año después de haberse unido al estudio
cuando se cerraba el estudio en primera instancia, de 2002 a 2004
seis años después de haberse unido al estudio
nueve años después de haberse unido al estudio
A todas las mujeres que aceptaron participar en el seguimiento prolongado se les midió la función física todos los años a partir de 2005.
En general, los investigadores midieron la función física en los siguientes casos:
el 71 % de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama
el 72 % de las mujeres diagnosticadas con cáncer de pulmón
el 70 % de las mujeres diagnosticadas con cáncer colorrectal
el 67 % de las mujeres diagnosticadas con cáncer de endometrio
La función física de todas las mujeres se registró al menos dos veces antes del diagnóstico de cáncer y otras dos veces después del diagnóstico.
No se observó una diferencia en la función física previa al diagnóstico entre las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama, cáncer colorrectal y cáncer de endometrio y las mujeres sin antecedentes de cáncer.
Por el contrario, las mujeres que fueron diagnosticadas más adelante con cáncer de pulmón obtuvieron puntuaciones de la función física cuatro o cinco veces más bajas que las mujeres de referencia antes de recibir el diagnóstico.
Después de ser diagnosticadas, las mujeres con antecedentes de cáncer exhibieron un deterioro más rápido de la función física en comparación con las mujeres sin antecedentes de cáncer.
Durante el primer año posterior al diagnóstico de cáncer, las mujeres que recibieron un diagnóstico de enfermedad regional o que fueron tratadas con quimioterapia presentaron el mayor deterioro de la función física.
En las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama regional, la función física se deterioró casi cuatro veces más rápido en comparación con las mujeres sin antecedentes de cáncer. En las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama local, la velocidad de deterioro fue menor que la de las mujeres con enfermedad regional, pero aún así, fue dos veces mayor comparada con las mujeres sin antecedentes de cáncer.
La velocidad de deterioro de la función física se desaceleró con el tiempo entre las mujeres diagnosticadas con cáncer. Sin embargo, la pérdida rápida de la función física durante el año posterior al diagnóstico significó que las mujeres con antecedentes de cáncer obtuvieron puntuaciones más bajas de la función física en comparación con las mujeres sin antecedentes de cáncer, incluso cinco años después del diagnóstico.
Cinco años después del diagnóstico, estas fueron las puntuaciones de la función física:
0,9 puntos menos para las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama local en comparación con las mujeres sin antecedentes de cáncer.
3,6 puntos menos para las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama regional en comparación con las mujeres sin antecedentes de cáncer.
“En términos generales y a largo plazo, las mujeres postmenopáusicas sobrevivientes de cáncer tienen una menor [función física] en comparación con los controles de referencia”, explicaron los investigadores.
Qué significa esto para ti
Si bien los resultados de este estudio son preocupantes, la buena noticia es que hay medidas que puedes tomar para mantener y mejorar la función física.
Una de las mejores maneras es hacer ejercicio. Los ejercicios aeróbicos, como caminar, trotar o andar en bicicleta, pueden ayudar a mantener la potencia y la resistencia para que puedas realizar tus actividades cotidianas sin cansarte tan rápido. Los ejercicios de fuerza o resistencia pueden ayudarte a desarrollar o mantener la masa muscular, y también pueden facilitarte las actividades cotidianas. Algunos ejemplos son los ejercicios con levantamiento de pesas y bandas elásticas de resistencia.
Además de disminuir tu riesgo de sufrir deterioro de la función física, el ejercicio puede ayudar con lo siguiente:
aliviar la fatiga
reducir el riesgo de problemas cardíacos
mejorar la calidad de vida
reducir el riesgo de morir a causa del cáncer de mama
Aun así, si todavía estás recibiendo tratamiento, puede ser difícil encontrar la motivación y el tiempo necesarios para hacer ejercicio casi todos los días, especialmente si tienes que lograr un equilibrio con todas las demás actividades y tareas.
Comenzar de a poco y luego ir aumentando gradualmente la intensidad y la duración del ejercicio puede resultarte de ayuda, en especial si nunca hiciste ejercicio. Puedes comenzar por caminar de 15 a 20 minutos por día. Andar en bicicleta despacio o practicar el estiramiento suave también son buenas opciones para principiantes.
Caminar o hacer otro tipo de ejercicio con una amiga puede darte la motivación que necesitas para sacar el tiempo necesario y ejercitarte todos los días. Asimismo, puedes tomarlo como una oportunidad para socializar.
Nunca es demasiado tarde para ponerse en movimiento. Y una vez que comiences... ¡no dejes de hacerlo!
Obtén más información sobre el ejercicio.
— Se actualizó por última vez el 22 de febrero de 2023, 19:13