Cómo comer cuando tienes alteraciones en los sentidos del gusto y el olfato
La quimioterapia puede causar alteraciones en los sentidos del gusto y el olfato. Los alimentos pueden saber más amargos o rancios, y es posible que algunos dejen de gustarte. Muchas personas afirman que los alimentos les dejan un regusto metálico. Esto se debe a que la quimioterapia altera las células de los receptores de la boca que le indican al cerebro el sabor que sientes o el aroma que hueles. Estos síntomas pueden continuar durante todo el tratamiento. Por lo general, los sentidos del gusto y el olfato vuelven a la normalidad algunas semanas o meses después de concluir del tratamiento. Obtén más información sobre las causas de las alteraciones en los sentidos del gusto y el olfato y cómo manejarlas.
Cómo comer si sufres alteraciones en tus sentidos del gusto y el olfato:
Prueba nuevas comidas. Si tus comidas favoritas comienzan a desagradarte, prueba alimentos distintos de los que sueles consumir normalmente. No dejes de probar nuevos alimentos cuando te sientas bien, de modo que no generes aversión a mayor cantidad de comidas.
Come liviano y varias horas antes de recibir quimioterapia. Esto ayuda a prevenir la aversión a la comida causada por las náuseas o los vómitos después de la quimioterapia.
Pídele a otra persona que cocine para ti o pide comidas preparadas de alguna tienda si no toleras el olor de la comida. También puedes pedir comidas preparadas a domicilio.
Prueba comer más alimentos fríos, como yogur, requesón o un sándwich, ya que los alimentos fríos no suelen tener un olor fuerte.
Intenta comer con utensilios de plástico si las comidas te saben a metal.
Enjuágate la boca con té, refresco de jengibre, agua salada o bicarbonato de sodio disuelto en agua antes de comer, a fin de limpiar las papilas gustativas. Algunas mujeres dicen que chupar hielo picado entre bocado y bocado las ayuda a adormecer sus papilas gustativas y les permite comer.
No te obligues a ingerir alimentos que te saben mal. Busca sustitutos que puedas tolerar.
Come con frecuencia, en raciones pequeñas. Quizás esto te permita comer más.
No esperes a sentir hambre para comer. Si no tienes apetito, piensa en comer como una parte necesaria de tu tratamiento. Intenta al menos comer un poco en momentos regularmente programados durante el día.
Qué comer si sufres alteraciones en tus sentidos del gusto y el olfato:
Si no te agrada el sabor de la carne roja, come otras fuentes de proteínas. Intenta comer pollo, pavo, pescado o alimentos de soja. También puedes comer huevos para obtener proteínas. Es posible que los huevos te sigan gustando, aunque la carne te desagrade.
Come verduras frescas. Quizás te agraden más que las enlatadas o las congeladas. Los vegetales y las sopas en lata pueden dejar un regusto metálico.
Prueba batidos de frutas y postres congelados. No tienen un olor fuerte y es posible que te resulten atractivos.
Prueba zanahorias en miniatura dulces y peladas, en lugar de zanahorias grandes sin pelar, que suelen tener un sabor muy amargo para las mujeres que se están sometiendo a quimioterapia.
Ten a mano aperitivos portátiles si tienes problemas para comer lo suficiente debido a la pérdida de apetito. Ten a mano comidas ligeras de alto contenido de proteínas, para que puedas comerlas cada vez que te sientas con ganas. Prueba a comer queso y galletas saladas, panecillos, mantequilla de cacahuete, barras de cereal, lonchas de pavo magro o pechuga de pollo, y frutas. Lleva estas comidas ligeras contigo cuando salgas.
— Se actualizó por última vez el 27 de julio de 2022, 13:53