Cáncer de mama, una directora ejecutiva y un nuevo anticonceptivo sin hormonas
A Saundra Pelletier le diagnosticaron cáncer de mama en estadio III mientras su compañía llevaba a cabo estudios clínicos de fase III con Phexxi, un gel anticonceptivo sin hormonas para mujeres. Saundra se describe como madre, hija, directora ejecutiva y pionera. Cuenta con más de dos décadas de experiencia en liderazgo ejecutivo en compañías y organizaciones sin fines de lucro centradas en la salud de la mujer.
En este episodio, Saundra explica lo siguiente:
- Mensaje del patrocinador
cómo dirigió la compañía sin tomarse licencia mientras recibía tratamiento para el cáncer de mama
- Mensaje del patrocinador
cómo la cambió el cáncer de mama
- Mensaje del patrocinador
cómo se desarrolló Phexxi, un gel anticonceptivo sin hormonas, cómo funciona y por qué es seguro para mujeres diagnosticadas con cáncer de mama
- Mensaje del patrocinador
su consejo para las mujeres a las que les acaban de diagnosticar cáncer de mama
Se puede consultar la información completa del producto en Phexxi.com. Phexxi está contraindicado para personas con antecedentes de problemas recurrentes en las vías urinarias. Los efectos secundarios incluyen picazón, flujo, ardor vaginal, molestias genitales, infección por levaduras (candidiasis), infección en las vías urinarias o vaginosis bacteriana. Phexxi no brinda protección contra las infecciones de transmisión sexual.
Saundra Pelletier es directora ejecutiva y fundadora de Evofem Biosciences.
— Se actualizó por última vez el 17 de enero de 2023, 16:13
Jamie DePolo: Hola, gracias por escucharnos. Nuestra invitada de hoy es la fundadora y directora ejecutiva de Evofem Biosciences, Saundra Pelletier. A Saundra le diagnosticaron cáncer de mama en estadio III mientras su compañía llevaba a cabo estudios clínicos de fase III con Phexxi, un gel anticonceptivo sin hormonas para mujeres. Saundra se describe como madre, hija, directora ejecutiva y pionera. Cuenta con más de dos décadas de experiencia en liderazgo ejecutivo en compañías y organizaciones sin fines de lucro centradas en la salud de la mujer.
Saundra nos acompaña hoy para contarnos cómo dirige una compañía durante un tratamiento contra el cáncer de mama y nos explica por qué se necesita un anticonceptivo no hormonal como Phexxi.
Bienvenida al podcast, Saundra. Es un placer tenerte aquí.
Saundra Pelletier: Muchas gracias por invitarme.
Jamie DePolo: Si no te incomoda, porque no quisiera que hablaras de nada que te incomode, pero, si estás de acuerdo con eso, ¿podrías compartir los detalles, o algunos detalles, de tu diagnóstico y tratamiento? Por ejemplo, ¿tú descubriste el bulto? ¿Te lo encontraron en una mamografía de detección? ¿Cuáles eran las características de tu caso y de tu tratamiento?
Saundra Pelletier: Sí. No, de hecho, lo hago con mucho gusto. Bueno, he estado involucrada con la salud de las mujeres durante toda mi carrera, así que, es posible que me sienta demasiado cómoda con este tema. Así que puedes decirme: “Demasiada información, Saundra. Detente allí. ¡No es necesario que nos cuentes eso!”.
Para mí, y estoy segura de que para todas las personas fue así, el impacto fue tan grande porque no tengo antecedentes familiares de cáncer de mama, no tengo predisposición genética y todo se había visto bien en la mamografía del año anterior. Así que, yo creía que estaba en un excelente estado físico. Y, a juzgar por mi día a día, por cómo me sentía, creía que todo estaba bien. Sin embargo, toda mi vida, siempre me han dicho que tengo mamas fibroquísticas. Siempre la misma frase: “Tienes mamas fibroquísticas, tienes mamas fibroquísticas”. Así que, cada vez que me revisaba las mamas, no podía diferenciar una cosa de otra, porque tenía mamas fibroquísticas. No tenía idea de lo que estaba sucediendo y, cada vez que iba, todo salía bien en la mamografía. Así que asumía que estaba bien. La respuesta rápida es que no lo detecté yo.
Empecé a tener sangrados vaginales sin razón. Y, tras el nacimiento de mi hijo (tengo un hijo), me hicieron una ablación endometrial, porque tenía sangrados muy fuertes y abundantes; así fue toda mi vida. No había tenido menstruaciones en diez años y, de repente, tenía sangrados vaginales. Era algo muy extraño e inusual. Cuando fui a que me examinaran, la ginecóloga obstetra me dijo que debía hacerme pruebas de todo. Que teníamos que examinar todo. Y que me hiciera la mamografía cuanto antes. No me tocaba todavía, faltaban tres meses para la mamografía de rutina. Así que fui y le conté a la mujer sobre mis mamas fibroquísticas. Le dije que no se preocupara, que seguro iba a ver cosas, pero que probablemente no era nada. Porque tengo mamas fibroquísticas...
Así es cómo pasó. Me llamaron y me dijeron que, aunque estaban al tanto de que tenía mamas fibroquísticas, creían que había algo más, y me tenía que realizar una biopsia. Y, durante la biopsia, el comportamiento de la persona que realizaba el procedimiento y de su asistente de enfermería fue muy extraño. Se comportaban de una manera que me ponía nerviosa. Era como si supieran algo que creían que no debían mencionar todavía. Y luego, cuando me llamaron... y te juro que hice lo que te voy a contar... porque me he dedicado a la atención sanitaria toda mi vida y sé que los errores honestos existen y suceden todo el tiempo. Mucho papeleo, muchas confusiones. Y cuando me llamó la médica, me dijo que debía ocuparme de eso de inmediato. Que tenía un cáncer agresivo en estadio avanzado y que querían que empezara a programar consultas de inmediato. Mientras hablaba, yo no podía escucharla, porque mi mente pensaba: “¿¿¿¿¿Quéeeeeee?????”. Y le dije que aguardara un momento. Le prometí que no le iba a decir a nadie, pero que sabía que era una de esas ocasiones en que se mezclan las historias clínicas de los pacientes. Y le repetía que no le iba a contar a nadie, que nadie se iba a enterar, pero que ese no era mi diagnóstico. Y me dijo, en ese segundo, sin vacilaciones, que ese tipo de negación me iba a matar. Y sentí como si me pegaran con una pistola. No salía de mi asombro. Fue muy, pero muy impactante.
Lo que vino luego, tres semanas después, fue someterme a una mastectomía doble más seis meses de quimioterapia con Cytoxan y Taxotere. Y luego me dijeron que les preocupaba tanto el hecho de que el cáncer fuera tan agresivo, que me recomendaban la extirpación de ovarios y útero, que sería prudente hacerla. Así que comencé el tratamiento en agosto. Pero lo que le dije sin rodeos a quien me brindaba cuidados oncológicos es que quería abordarlo como si matáramos a una mosca con un martillo grande. No quería sutilezas. Quería que sucediera de la manera más rápida que fuera posible. Quería ser lo más agresiva que fuera posible. Quería hacer todo a la velocidad de la luz. Podía soportarlo, mi cuerpo podía tolerarlo, mi mente podía atravesarlo. No quería entrar caminando despacito al agua, quería sacarme toda la ropa, zambullirme desnuda y llegar a lo profundo. Y eso hicimos. Y fue agresivo en un plazo muy condensado, porque el cáncer era agresivo.
Voy a dejar de ser tan verborrágica. Pero escuché tres opiniones en total antes de decidir seguir adelante con mi equipo de tratamiento, y las opiniones eran increíblemente diferentes. Ninguna se parecía.
Jamie DePolo: Oh, ¿en serio?
Saundra Pelletier: Bueno, fue interesante, porque un grupo quería que me inscribiera en un estudio clínico. Creían que, si lo hacía, si participaba en un tratamiento nuevo, quizás esa nueva inmunoterapia podía ser beneficiosa, podía reducir el tumor y, luego, me harían una cirugía después del estudio clínico. Otra opinión fue que me sometiera a una extirpación unilateral de mama con reconstrucción y que no me hiciera nada en la otra mama, porque, de acuerdo con su perspectiva, el cáncer no había afectado los ganglios linfáticos y no se había extendido a la otra mama. Y, como dije, lo que yo quería era matar una mosca con un martillo grande. Así que la médica del grupo que elegí para continuar el tratamiento me dijo que entendía que yo estuviera comprometida activamente con el proceso y que entendía que quería ser agresiva. Yo le respondí que quería la mastectomía doble. No soy la clase de persona que puede estar pensando en esto a cada momento, cada minuto de cada día. En general, eso es lo que hago: analizar y pensar en exceso. Y le dije que tenía que creer que había hecho todo lo que podía y que quería una mastectomía doble. Punto. Y me dijo que lo entendía.
Luego de la cirugía, a todo esto, el cáncer se había diseminado a la mama derecha. La persona encargada de la cirugía me dijo: “Menos mal que elegiste la mastectomía doble, porque, de otra manera, habrías tenido que regresar poco después, porque el cáncer estaba en la mama derecha”. Y yo solo pensaba: “¡Caramba!”. Y había decidido eso porque así me muevo yo, ese es mi estilo: si te amo, te amo, pero si no te amo, no te amo, ¿ok? He dicho: “Ahorrémonos toda la cortesía superficial, casémonos y vayamos directo a la cama, ¿sí?”. Eso hice con el cáncer. Pero pienso en qué hubiera pasado de no haberlo hecho. Y pienso en esas mujeres que no tuvieron carreras profesionales relacionadas con la atención sanitaria. Que piensan las cosas de otra forma. Por eso, toda mi vida, incluso ahora, me he preocupado. Me preocupan esas mujeres, porque sé que es terriblemente difícil, y hay tantas opiniones distintas y personas inteligentes, pero que opinan cosas distintas.
Jamie DePolo: Supongo que el equipo de tratamiento que no recomendaba la mastectomía doble tampoco recomendaba la extirpación de ovarios y útero, lo cual podría haber sido un problema. Quiero decir, es como si hubieran actuado de manera muy conservadora al recomendar solamente la mastectomía unilateral...
Saundra Pelletier: Correcto. Totalmente. Fueron muy conservadores en todo el protocolo. Sí. Esa es definitivamente una suposición correcta.
Jamie DePolo: Bien. Y asumo también, por el tratamiento que mencionas, que el cáncer era triple negativo, ¿es así? Lo que significa que era negativo para receptores de hormonas y para HER2, ¿o era positivo para algo?
Saundra Pelletier: No, era positivo. Era positivo.
Jamie DePolo: Entonces, después de la cirugía y la quimio recibiste terapia hormonal. ¿Es así?
Saundra Pelletier: Antiestrógenos. Sí. Ahora tomo antiestrógenos. Todos los días, durante diez años. Sí.
Jamie DePolo: Bien. Ya veo. Así que estás en tratamiento a largo plazo. Ya veo.
Saundra Pelletier: Sí.
Jamie DePolo: Mencionaste que querías el tratamiento más agresivo que fuera posible, que ese es tu estilo. ¿El hecho de que estuvieras un estudios clínicos de fase III con Phexxi en ese momento...? ¿Algo más influyó en tu decisión aparte de tu forma de ser?
Saundra Pelletier: Sí. Dos cosas influyeron. Durante toda mi carrera he estado involucrada en la salud de las mujeres. Pero, también, durante toda mi carrera, he trabajado para ir ascendiendo en la escala jerárquica corporativa y poder llegar a un lugar en el que yo fuera la encargada de tomar las decisiones. Y la motivación no era el poder, sino la libertad, el cambio, la benevolencia. Y con eso quiero decir que no creo que sea tan buena persona ni más santa que tú. Lo que sucede es que he sido parte de entornos dominados por hombres toda mi vida, y siento que las mujeres no han recibido una participación equitativa en el mundo empresarial estadounidense. No creía que esa equidad pudiera existir. No creía que pudiéramos ver mujeres en esos puestos. Sé que, cuando le das a una mujer la posibilidad de manejar su vida personal, su familia, sus hijos, y le arrojas un hueso, esa mujer trabajará muchas más horas y por mucho más tiempo para ti, durante toda la noche, todo el fin de semana. Quería ser la directora ejecutiva para implementar mejores cambios culturales en el mundo empresarial, con inteligencia emocional y centrados en las emociones. Y la única manera de hacerlo, dicho sea de paso, es convertirse en jefe.
Por eso, toda mi vida trabajé para llegar a este lugar. No estoy dirigiendo una compañía solamente; estoy dirigiendo una compañía sobre mujeres y para ellas. Una compañía que, en mi opinión, estaba a punto de lograr la innovación más grande en esta categoría de anticonceptivos que se había obtenido en décadas. Y, por más alocado que suene, tengo que decirlo, Jamie, imagina esto, ¡termino siendo la directora ejecutiva que logra el único anticonceptivo sin hormonas del mercado! Cuando las mujeres tenemos cáncer, la mayoría de las veces no podemos recibir productos hormonales de nuevo. Qué casualidad, qué locura. ¿Sabes qué sentía? Como si lo que uno elige lo eligiera a uno.
Y estaba en un lugar en el que... Conocí a una médica que me dijo que, cuando los hombres empiezan sus tratamientos contra el cáncer de próstata, una de las cosas que preguntan primero es cómo va a impactar eso en su sexualidad y su intimidad con sus parejas. Y esta oncóloga me dijo: “¿Te imaginas qué pasaría si una mujer recibiera tratamiento contra el cáncer de mama y preguntara cómo esos tratamientos van a afectar su sexualidad? Pensaríamos que no está bien de la cabeza. Que debería estar preocupada por salvarse la vida. Pensaríamos que es una mujer promiscua que sale de fiesta todos los días”. Así que sigue habiendo inequidad, incluso en la manera en que tratamos a los pacientes oncológicos.
Pensaba en lo que quieren las mujeres —o lo que yo quería— después de conquistar el cáncer: recuperar mi vida. Amaba la vida que tenía y la quería de regreso. Y, para algunas mujeres, eso puede incluir tener intimidad con su pareja (quizás no), ¿pero si es así? Piensa en eso. Hablé con otra mujer que me dijo que era como el desierto del Sahara. Sequedad, en todos lados. Y la sequedad y los sangrados vaginales y el dolor durante el coito son reales. Y, dicho sea de paso, nuestro producto es lubricante. Es un gel que no tiene hormonas. Y yo pensaba: “¡Guau!”. Así que sí, quería matar una mosca con un martillo grande, porque ese es mi estilo, pero quería recuperar mi vida para dirigir esta compañía.
Y lo otro que era más importante todavía es que soy madre soltera de un muchacho de catorce años. Y aunque tengo una relación amistosa con su padre, mi ex, esa es una cosa, pero que él críe al chico, bueno, eso no me suena tanto. Yo sé que estoy tratando de criar a un feminista y a un caballero. Estoy convencida de que nadie puede hacerlo mejor que yo y necesito estar viva para hacerlo. Ya sabes, él es especial. Así que fue para él y por el amor que le tengo a mi compañía.
Jamie DePolo: Bien. Quisiera seguir preguntando más en detalle sobre Phexxi después, pero me genera curiosidad saber si el cáncer de mama te cambió de alguna manera.
Saundra Pelletier: Me cambió para siempre. Me ha cambiado para siempre, porque ahora tomo la distancia más corta entre A y B. Siempre siento que no me alcanza el tiempo. Solía pensar a largo plazo y ser estratégica, mirar más allá. Solía tener planes estratégicos a tres, cuatro y cinco años y ahora he arrojado todo eso por la ventana. Si va a suceder, ¿por qué no hacerlo ahora? Si queremos ir, ¿por qué no vamos ahora? Queremos hacer ese viaje, ¿por qué no simplemente lo hacemos? Me ha convertido en un ser... nunca fui impulsiva, siempre fui demasiado responsable, lo cual es un poco aburrido. Ahora soy menos responsable, lo que quiere decir que hago más cosas divertidas y con mucha más frecuencia.
Pero también soy más honesta con las personas. Siempre creí en la comunicación directa, pero ahora digo exactamente lo que quiero decir. Todo el tiempo. Nunca tienes que adivinar lo que estoy pensando. No lo hago para ser cortés o descortés, solo para ser franca, genuina y auténtica. Y soy muy categórica ahora; no tengo pelos en la lengua. Además, después del cáncer, decidí salir de la relación a largo plazo en la que estaba, en la que seguía engañándome al pensar que iba a cambiar. Luego del cáncer, me di cuenta de que la relación solo iba a cambiar si yo cambiaba y la terminaba.
Así que cambié muchas cosas y estoy mucho más feliz ahora. Pero si no hubiera tenido cáncer, no habría tenido la valentía, creo, para hacer esos cambios drásticos.
Jamie DePolo: Bien. Ahora, trabajaste durante todo el tratamiento, que fue bastante agresivo, sin tomar licencia en tu compañía, Evofem. Me pregunto si podrías hablarnos un poco sobre eso. ¿Era lo que esperabas? Sé que estabas con estudios clínicos, que te preparabas para el lanzamiento del producto... ¿qué pensaban los accionistas? ¿Qué pensaban los demás empleados de la compañía? Quiero decir, ¿lo contaste? ¿Cómo manejaste eso? Porque muchas de las personas que nos visitan nos han contado que suele ser difícil atravesar el tratamiento y seguir trabajando, y no todas son directoras ejecutivas de una compañía, así que tengo que imaginar que eso fue algo difícil, ¿no?
Saundra Pelletier: Fue sumamente difícil. Quizás, fue lo más difícil que he hecho en la vida. Fue lo más difícil probablemente porque tuve que convertirme en una actriz digna de un Óscar. Y aunque crea en la transparencia radical, cuando estás así de enfermo, suele doler que te vean de esa manera. Lo puedes ver en sus caras. Sienten lástima por ti, porque son seres humanos buenos, y yo no quería eso. No quería su lástima ni su tristeza, así que finges. Simplemente finges.
No me arrepiento de haber fingido, pero lo hice. Lo hice por mi madre. Lo hice por mi hijo. Lo hice por mi equipo. Lo hice por todos, excepto por mí. Y solía bañarme mucho, porque era el único momento en que podía estar en paz conmigo misma, con la puerta del baño cerrada, debajo del agua de la ducha y simplemente decir: “Guau, qué mal me siento, por favor”. Y simplemente sentirme así de mal, sola. Y luego solo intentaba salir de ese estado deliberadamente.
Y tengo que ser honesta, no es que intentaba ser superfuerte, es que era más fácil y era lo mejor. Ayudó a que todos se mentalizaran con que yo iba a ganarle al cáncer. Yo lo creía, y eso ayudó a que todos los demás lo creyeran también. Pienso, además, que eso permitió que prevaleciera la energía positiva y que no decayera el impulso.
Pero lo que hice distinto con el personal, todo lo relacionado con lo externo, definitivamente fue fingido, sin dudas. No fue así con el personal interno. Ahora, no dije que me sentía mal, pero lo que me encantó es que convoqué una reunión con todos, y los abogados me habían recomendado que no les contara a los accionistas hasta que estuviera en la última ronda de tratamiento, porque podría preocuparles que las cosas no salieran bien, así que, querían que esperara hasta que terminara el tratamiento. Pero reuní a todo el personal y le dije cuáles eran los hechos, cuál era el diagnóstico, cuál el tratamiento y lo que iba a pasar. Que me iba a quedar, que iba a estar y les prometí que, por el inmenso amor y respeto que le tengo a esta compañía, en caso de que no fuera capaz de lograrlo, iba a dar un paso al costado. Pero, mientras tanto, no íbamos a hablar de eso. No le íbamos a dar ningún tipo de atención al cáncer. No íbamos a conversar sobre eso. Yo no quería conversarlo con ellos. Solo iba a asumir que ellos se preocupaban por mí, lo cual es genial, pero que las cosas iban a seguir como de costumbre en la empresa. Independientemente de cómo me viera o sintiera, íbamos a actuar como si todo fuera normal. Y todos estuvieron de acuerdo. Y creo que eso les quitó algo de presión, ¿sabes a lo que me refiero? Es decir, todos actuaron como siempre. Empecé a ir cada vez con menos pelo, hasta que finalmente quedé calva. Pesaba 45 kilos, y todos actuaban como si nada pasara. Fueron geniales, debo decir. Geniales. Las personas que trabajan en Evofem son geniales. Pero todos actuaron como si nada, y eso hizo que todo fuera mejor para mí. Fue como si... cuando no te puedes ver en el espejo, no sabes. Quiero decir, es como si dijeras: “Oh, parece que estoy bien”.
Así que les fui brutalmente honesta, y no fue fácil. Lo que no fue fácil fue la preocupación que sentía de que hubiera percepciones secretas u ocultas de que mi debilidad iba a afectar el éxito y el progreso de la empresa. Y me preocupaba cómo tomar las decisiones correctas como líder cuando mi mortalidad estaba en juego y cuando no me sentía bien físicamente. Y, realmente pienso lo que voy a decir, aunque quede como una loca, pero creo que las mujeres cargan con un peso tremendo, todo el tiempo, por sus parejas, sus hijos, sus padres, sus suegros... Creo que hay mujeres que todos los días, aunque no tengan cáncer, sienten la misma presión y se sienten igual de mal que yo en mitad del tratamiento. Y como que pensaba: “¿Sabes qué? Hay muchas mujeres que pasan por cosas igual de malas, incluso peores, y lo toleran. Y, a veces, nadie se entera, porque no pierden todo el pelo ni adelgazan 45 kilos”. Y eso mejoró mi perspectiva, sentir que era una de esas tantas guerreras, como son las mujeres, que tienen todas las agallas. Que atraviesan las cosas con fortaleza y hacen lo que hay que hacer. Eso es lo que me ayudó a no sentir lástima de mí misma. Me decía: “Supéralo. No llores por mí, Argentina. ¡Solo levántate, vístete y vete a trabajar!”. Y como que me gustó esa parte de mi ser, ¿sabes lo que quiero decir? Eso de superarlo, porque había muchas otras personas que estaban experimentando situaciones mucho peores que esta. Y, para mí, funcionó.
Jamie DePolo: Eso debe haber requerido una tremenda cantidad de fortaleza. ¿Te consideras una persona fuerte? He hablado con otras personas que me han dicho que no se consideraban fuertes, hasta que les pasó esto y, de alguna manera, encontraron la fortaleza. Se conecta un poco con ese pensamiento que nos compartiste, que muchas mujeres atraviesan este alocado recorrido y, a veces, nadie se entera, solo lidian con eso.
Saundra Pelletier: No voy a ahondar demasiado en esto, pero, mi vida comenzó en un lugar que está ubicado literalmente en el punto más alejado al que puedes volar desde donde vivo ahora en los Estados Unidos. Se llama Caribou, en Maine. Es la ciudad ubicada más al norte de los Estados Unidos, en la frontera con Nuevo Brunswick, Canadá. Y te cuento que mis orígenes son increíblemente humildes. Mi mamá tenía doce hermanos; creció en una granja con instalaciones sanitarias externas. Y yo me crie... y muchas personas dicen: “En la escuela de los golpes duros”. Y te digo: fue la escuela de los golpes duros. Y siempre me pareció que fue así.
Me criaron para ser fuerte. De chiquita era fuerte porque tenía que serlo. Y ser fuerte era mi mecanismo de supervivencia. Y ser fuerte fue lo que me permitió irme de Caribou. Muy pocas personas logran irse. Muy pocas personas siguen adelante. Y mi madre, sin lugar a duda, me decía... cuando era chica y algo no salía bien, siempre recuerdo esto... si me sentía muy triste y me quedaba en casa por la noche y algo me pasaba, ella me decía: “¿Crees que esa persona está en su casa pensando en ti?”. Y yo le contestaba que no, entonces ella me decía: “¿Y por qué estás tú aquí sentada pensando en esa persona? ¿Te parece que estás usando tu tiempo de manera inteligente? Bueno, desde ya, te digo que no”. Y agregaba: “Te doy un día. Mañana a la mañana te despiertas y sigues adelante. Tienes un solo día para estar triste, eso es todo, un día”. ¿Se imaginan tener cinco años y quedar impactada, porque tienes un solo día para estar triste por lo que sea? Solo un día. Y, al día siguiente, a seguir adelante.
Así que me criaron para ser fuerte, y me consideraba una persona fuerte, de verdad. Y el día siguiente a que me informaran el diagnóstico, realmente me dije mirándome al espejo: “Cáncer, aunque no discrimines y golpees en cualquier puerta, te vas a arrepentir del día que golpeaste en esta. Mejor actuemos como que te perdiste. Te equivocaste y golpeaste en la puerta equivocada. Porque si alguien de nosotros va a caer, ese vas a ser tú, cáncer. No voy a ser yo”. Lo decreté en ese momento. Ahí fue cuando empecé la búsqueda agresiva de todo lo que podía hacer para lograr calidad de vida, tanto occidental como oriental. No iba a hacer simplemente lo que me dijeran los médicos. Iba a hacerlo todo, todo el tiempo, todos los días, todo lo que estaba en mi poder para mejorar.
Jamie DePolo: Bien. Ya veo. Ahora, quisiera cambiar un poco de tema. Quiero preguntarte sobre Phexxi, que creo que, inicialmente, se llamaba Amphora, ¿es así?
Saundra Pelletier: Sí.
Jamie DePolo: ¿De dónde surgió la idea de este tipo de gel anticonceptivo sin hormonas? ¿Y cómo se desarrolló y cómo funciona?
Saundra Pelletier: Originalmente se desarrolló en la Universidad Rush de Chicago. En ese momento, cuando se desarrolló, a comienzos de la década de los ochenta, había varias instituciones académicas en todo el país que intentaban descubrir una manera de prevenir el VIH. Ese fue el origen de este gel en particular.
Lo que descubrieron en la Universidad Rush es que la combinación de ácido L-láctico (no ácido láctico sino L-láctico), ácido cítrico y bitartrato de potasio no solo brindaba un beneficio para prevenir el embarazo (anticoncepción) sino también propiedades microbicidas que ayudarían a prevenir la clamidia y la gonorrea en combinación con otro producto que podría prevenir el VIH y podría ayudar en la prevención del herpes, el VPH... Es un recurso realmente extraordinario, porque puedes continuar invirtiendo en él, hacer estudios clínicos y manejar el ciclo de vida de la marca.
Pero la manera en que funciona como anticonceptivo y para el estudio de investigación que estamos llevando a cabo para la prevención de la clamidia y la gonorrea es increíblemente simple, de hecho. El pH normal de una vagina oscila entre 3,5 y 4,5. Entonces, 3,5 a 4,5 es el valor de la mayoría de las mujeres. Lo que sucede cuando ingresa el semen es que ese pH sube a 7 u 8, y la mujer queda embarazada. Lo mismo sucede cuando ingresa la clamidia y la gonorrea, el pH sube, y así la mujer se contagia. Bueno, Phexxi, nuestro producto, crea una barrera de acidez. Esos tres ingredientes combinados, todo lo que hacen, para explicarlo en términos bien simples, es ayudar a la vagina a mantener su nivel natural de acidez de 3,5 a 4,5, lo que inmoviliza a los espermatozoides y mata los patógenos de la clamidia y la gonorrea.
Sin embargo, tiene otro aspecto que lo hace especial: se usa cuando se necesita. Solo se usa cuando se va a tener relaciones sexuales. Se coloca justo antes del contacto íntimo o una hora antes, en cualquier momento de ese intervalo: treinta, cuarenta o sesenta minutos antes, o literalmente justo antes de tener relaciones sexuales. El aplicador es muy fácil de usar y es pequeño, elegante y discreto. Muchas mujeres han usado tampones: literalmente insertas el aplicador, se introduce el gel, sacas el aplicador y lo arrojas a la basura. Aplicarte el gel solo te lleva diez segundos. Ese es el beneficio.
Cuando digo que ese es el beneficio, digo el sexo a demanda. Los hombres han tenido preservativos desde siempre. Ellos salen con un condón en el bolsillo. Se pueden proteger contra enfermedades de transmisión sexual y pueden prevenir embarazos. A las mujeres se les ha pedido, dicho y entrenado: “Debes tomarte una pastilla todos los días de todas las semanas de todos los meses. Año, tras año, tras año, tras año. Debes colocarte un DIU en el útero. Debes recibir hormonas en el cuerpo de manera sintética todos los días”. Tú y yo, por ejemplo, no necesitamos anticonceptivos ahora mientras charlamos. ¿Entonces por qué llenar el cuerpo de hormonas sintéticas todos los días? Si la mayoría de las mujeres no tiene relaciones sexuales todos los días. Los estudios de mercado dicen que las mujeres tienen relaciones sexuales, en promedio, dos veces por semana. Por eso, lo lindo de este producto es que es a demanda. Y las mujeres tienen el poder de no sufrir los efectos secundarios hormonales.
Pero, el otro lado, y sé que estoy siendo obvia, la contraparte es que hay que usarlo para que funcione. Se usa cuando se necesita. Así que, cada vez que tienes relaciones íntimas, tienes que usarlo. No creo que sea para nada un aspecto negativo, creo, de hecho, que es una hermosa bendición. Creo que es increíblemente maravilloso. No obstante, hay algunas mujeres que prefieren algo para colocarse y olvidarse. No quieren pensar en eso. Y me parece bien. Pero este producto no es para ellas. Lo entiendo completamente. No hay problema.
Pero puedo decirte que hay veintitrés millones de mujeres en los EE. UU. actualmente que dicen: “¿Sabes qué? Probé con las pastillas y los parches, probé con el DIU y sufrí. Y el sufrimiento es real”. Muchas mujeres sufren en silencio y dicen: “Mira, la leche que consumo no tiene hormonas, la carne que como tampoco. Si los pollos pueden vivir sin hormonas, ¿por qué yo no puedo estar libre de hormonas?”.
Así que, para mí, esta es la innovación más grande que hemos visto en décadas. Y creo que es muy empoderador que las mujeres no tengan que sufrir cuando ni siquiera lo necesitan para salvarse la vida, ¿no? No necesitan anticonceptivos para salvarse la vida, ¿entonces por qué tomarlos todos los días?
Jamie DePolo: ¿Hay que usarlo antes de las relaciones sexuales o puedes usarlo inmediatamente después?
Saundra Pelletier: Hay que usarlo antes. Está diseñado pensando en la relación semen-producto. Cada aplicador tiene 5 ml de producto. Hay que usarlo antes para que detenga la movilidad de los espermatozoides. Si se usa después, no será eficaz. Hay que usarlo justo antes, hasta una hora antes del coito.
Jamie DePolo: Bien. Es un producto que se vende con receta. ¿Por qué es eso? ¿Por los ingredientes? Para mí, que no soy científica, no me da la impresión de que sea algo que no se pueda vender libremente, si se me permite el comentario. Me da curiosidad saber por qué se necesita una receta.
Saundra Pelletier: Sí. Estoy de acuerdo contigo. Los ingredientes son totalmente seguros. Se debe a dos razones, que te voy a explicar. Una es que, conforme a la Ley de Cuidado de Salud Asequible o ACA, por su sigla en inglés, en EE. UU., cuando se estableció Obamacare, lo que se estipulaba es que se cubriría un producto de cada categoría de anticoncepción, y las mujeres no iban a pagar nada por cuenta propia. Nada. Entonces, al ser un producto con receta en la categoría de anticonceptivo significaba que se podía conseguir de manera gratuita. Si se vendía sin receta, tendrían que pagar.
Ahora, déjame contarte el sucio truquito que nos sucedió. Asumimos, porque lanzábamos esta increíble innovación al mercado —particularmente para las 800.000 mujeres a las que les diagnostican cáncer—, asumimos que la Oficina de la Salud de la Mujer nos iba a otorgar sin dudar nuestra propia categoría, y que lo iba a hacer de inmediato. Bueno, fue durante la pandemia de COVID-19. Así que dijeron: “Bueno, llegó el COVID-19. Tenemos que lidiar con demasiadas cosas. No nos podemos preocupar por esto. No es que están salvando vidas, así que no podemos ocuparnos de esto ahora. Pero lo haremos, solo que no ahora”.
Nuestro producto se aprobó hace un año. Hemos activado la cuestión con senadores, congresistas, grupos que defienden la causa, hasta con Erin Brockovich. En serio, Erin Brockovich..., su hija usa Phexxi. Y les decimos: “Miren, están evitando que mujeres vulnerables puedan acceder al único producto sin hormonas que pueden usar a demanda. Esto ya no tiene sentido. Ya fue suficiente. El COVID-19 se está disipando”.
Así que no es de venta libre porque, cuando nos den nuestra propia categoría, todas las mujeres lo podrán conseguir sin copago. Ahora, solo el 55 % de las mujeres lo compra, porque tenemos solo el 55 % de cobertura a través de la salud administrada. Pero, tenemos un programa de asistencia a pacientes que ayuda a que las mujeres paguen solo hasta USD 30 como máximo. Eso es lo que ofrecemos ahora. Pero el motivo por el cual se creó como producto con receta es debido a la ACA.
Y la FDA realmente creyó que, como es a demanda... Por eso, en el estudio, una de las razones principales por las que fracasaba era porque no se reaplicaba en el segundo acto sexual. Entonces, si las mujeres se lo colocaban a las ocho de la noche y tenían relaciones sexuales creían que ya tenían algo de producto allí. Por eso, si dos horas después tenían de nuevo relaciones sexuales, no se lo volvían a colocar. Y, al igual que el condón, cada vez que tienes relaciones íntimas, tienes que usarlo. Así que la FDA creyó (y nosotros estuvimos de acuerdo) que, gracias al encuentro con el médico, las mujeres podrían entender bien el protocolo: “Tienes que usarlo cada vez. Se usa cuando se necesita, como un preservativo”.
Ese fue otro motivo por el cual queríamos que fuera con receta, en un primer momento. Ahora, ¿creo que a la larga se convertirá en un producto de venta libre? Sí, realmente lo creo. Creo que a la larga pasará eso, porque es muy seguro, así que no hay motivo para que no se venda sin receta. Pero creo, también, que, durante los primeros tres a cinco años, quizás en menos tiempo, pero, como mínimo, durante tres o cuatro años, seguirá siendo de venta con receta, por esos motivos.
Jamie DePolo: Bien. Me llama la atención eso de que les hayan dicho que no estaban salvando vidas. Porque, como ya sabes y mencionamos anteriormente, la ironía que conlleva es que a cualquier persona a la que le hayan diagnosticado cáncer de mama le dicen que debe usar métodos anticonceptivos no hormonales. Eso puede ser perjudicial para la vida de una persona: usar un método anticonceptivo hormonal si ha tenido cáncer de mama. Eso me deja perpleja, primero que nada. Me pregunto, ¿podrías confirmarme si es realmente seguro para alguien a quien le diagnosticaron cáncer de mama?
Saundra Pelletier: Sí. Puedo decirte que es realmente seguro. Y puedo decirte esto: trabajamos en conjunto con un grupo que se llama NCODA. Su objetivo es educar a los grupos farmacéuticos y a los oncólogos sobre cuáles son los productos correctos que se pueden usar simultáneamente con la terapia que la persona reciba, cualquiera que sea. Ya sea que estén recibiendo tratamiento y quimio en este momento o que estén tomando medicamentos postratamiento. Uno quiere asegurarse de estar cómodo usando algo que no vaya a interactuar con otros medicamentos que esté recibiendo.
Y, a propósito de esto, elaboramos todo un protocolo y una explicación de por qué es seguro y por qué es el producto correcto para indicarles a las pacientes oncológicas. Y yo me siento igual que tú. Y tú pensarás que claro, me siento así porque soy la directora ejecutiva de esta empresa, pero como mujer, como ser humano, me desconcierta que un grupo llamado Oficina de Salud de la Mujer no vaya a darnos una categoría. Y después dije: “Bueno, si no lo van a hacer por otras mujeres, háganlo por las personas que tienen cáncer, las 800.000 personas con cáncer”. Y continué: “Pero si tienen hijas, no querrán que sus hijas reciban hormonas tampoco”. Me parece tan difícil entender por qué no lo hacen.
Así que intentamos por la vía civilizada, que fue apelar la decisión. Y ahora, no voy a mentir, dije: “Escuchen, la vía civilizada no nos lleva a ningún lado. Vamos a gritar desde las azoteas”. Por eso dije que necesitábamos activistas, como una Erin Brockovich, porque lo que espero que digan es: “Bueno, bueno, bandera blanca, no queremos lidiar más con esto”. Y pienso que eso es lo que hay que hacer para que las mujeres puedan acceder a esto, y eso es lo que vamos a hacer. Es una pena que tengamos que hacerlo, pero es lo que hay realmente.
Jamie DePolo: Bien. Ahora, hablamos brevemente sobre algunos otros métodos, como preservativos o diafragmas. ¿Cuál es la eficacia de Phexxi en comparación con otros métodos sin hormonas? Y sé qué, además, al igual que con el diafragma, siempre recomiendan usarlo con espermicida. Los condones funcionan mejor si se usan con espermicidas. ¿Cómo se clasifica en términos de eficacia?
Saundra Pelletier: En el estudio clínico que hicimos a pedido de la FDA, nuestra eficacia fue del 93 %. Sin embargo, esto es lo que quiero decir: en el diseño del estudio que acordamos con la FDA, cuando la mujer no usaba para nada el producto, eso se contaba como un fallo. Cuando usaba el producto luego del coito, eso se contaba como fallo también. ¿A qué voy con esto? Con que esa es la razón del 93 %. Creo que, si solo contáramos a las mujeres que efectivamente lo usaron y de la manera correcta, la eficacia sería mucho más alta. Pero, por la forma en que se diseñó el protocolo con la FDA, un fallo es un fallo, y ya.
Suelo despotricar contra eso porque, si lo usas bien, el producto funciona. Y no debería usarse después del sexo. Entonces, cuando decimos 93 %, sigue siendo maravilloso, porque veintitrés millones de mujeres no tienen nada con qué protegerse. Literalmente, no están usando nada. Ahora, la mayoría de las personas cree que los condones ofrecen una eficacia del 99 %, cuando, de hecho, la verdad es que su eficacia es del 85 %.
Y la parte oscura de los diafragmas es que... Voy a ser franca, aunque sé que algunas personas los aman y me parece genial. Realmente genial. Soy una defensora de las mujeres que toman las riendas de lo que funciona para ellas. Pero, la parte oscura es que, en la actualidad, los espermicidas que están en el mercado tienen un ingrediente llamado “nonoxinol-9”. Y a ese ingrediente le adjuntaron una advertencia de recuadro negro. Y, en la mayoría de los países del mundo, su uso está completamente prohibido porque ese ingrediente es un detergente. No tiene los mismos componentes seguros que tiene Phexxi. Ese detergente lastima el recubrimiento epitelial de la cavidad vaginal. Está prohibido en gran parte del mundo, porque el daño que produce en el recubrimiento epitelial incrementa la transmisión del VIH. Algunas mujeres pueden tolerarlo en los EE. UU., pero, con el tiempo, va desgastando la pared vaginal, y eso aumenta las infecciones. Francamente, no es bueno para el uso a largo plazo.
Por eso Phexxi nos da tanta tranquilidad. Si van a usar un método sin hormonas... Uno, las mujeres no tienen control sobre los preservativos. Y, la mayoría de ellas dice que, incluso aunque quisieran, algunas veces, no ganan en la negociación sobre el uso del condón. Y no son gatitas indefensas, son mujeres poderosas las que dicen eso. Además, los preservativos son algo que no suele gustarles ni a las mujeres ni a sus parejas hombres. Así que el condón siempre ha sido un elemento difícil para mí, porque no está en manos de las mujeres, no están bajo su control, ¿sabes? Por eso creo que Phexxi es una opción mucho más apropiada para las mujeres, porque, como la controlan ellas, es su arma de empoderamiento.
Pero, en relación con lo que decías, quiero decir, los diafragmas están ahí, y si las mujeres quieren usarlos... Hemos visto que muchas usuarias de diafragmas que han probado Phexxi básicamente han dicho: “Esto es más rápido y sencillo: solo pongo el miniaplicador de Phexxi en la cartera y no tengo que andar por ahí con el diafragma”. Y no es que les avergüence el diafragma, para nada, solo que es más fácil y discreto tener un miniaplicador en el bolsillo.
Jamie DePolo: Desde luego. Desde luego. Claro, sí, como mencionaste, las mujeres no tienen control sobre los preservativos, y Phexxi suena mucho más sencillo y rápido... “Saldré un segundo a hacer algo y ya vengo”.
Saundra Pelletier: Sí.
Jamie DePolo: Bien. Ahora quisiera que habláramos un poco sobre Phexxi como método de prevención de la clamidia y la gonorrea. Suena como una característica adicional fantástica. ¿Qué otro método anticonceptivo puede lograr eso? Y creo que leí que ahora mismo se está evaluando ese beneficio del producto, que se están haciendo ensayos clínicos al respecto. ¿Es correcto?
Saundra Pelletier: Lo es. Sí, dicho sea de paso, vamos a realizar un estudio de investigación de fase III. No es un concepto, no es un estudio de fase I ni de fase II. Ya estamos inscribiendo a pacientes en un estudio de fase III. La inscripción terminará a finales de este año, 2021. Tendremos datos preliminares para compartir en el segundo trimestre de 2022.
Y lo que es importante es que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han dicho, por sexto año consecutivo, que la clamidia y la gonorrea están en ascenso. En los EE. UU., hay 1,8 millones de casos de clamidia, que es la enfermedad infecciosa (no solo por vía sexual) sino infecciosa en general que más se diagnostica y para la cual se expiden más recetas en los EE. UU. La gonorrea, por otra parte, es resistente a los antibióticos, y hay 600.000 casos.
Somos el único producto que tendrá indicaciones para la prevención de la clamidia y la gonorrea. La FDA nos otorgó una revisión acelerada, una revisión de seis meses. En lugar de los doce habituales, serán seis meses. Y nos catalogaron con algo llamado “prevención calificada de enfermedades infecciosas”, conocido por su sigla en inglés, QIDP, que nos permite contar con cinco años adicionales de exclusividad en el mercado. Así que no podrá haber competidores en el mercado durante cinco años.
Te confieso que, para mí, esas dos indicaciones realmente van a cambiar la calidad de vida de las mujeres. Porque, cuando las mujeres se contagian clamidia, el 30 % de las veces, la infección se repite. Y, si no se trata, causa muchos problemas. Quiero decir, puede provocar enfermedad inflamatoria pélvica. Y, con el tiempo, puede llevar a la infertilidad. Es algo grave.
Así que nos entusiasma estar haciendo esto, que nadie más está haciendo. Porque, honestamente, para algunas compañías farmacéuticas grandes, una oportunidad de mil millones de dólares ni siquiera es algo grande, alocado como suene, no es algo grande, ¿sabes? Para nosotros es increíble, porque queremos ser la compañía que dice: “La innovación importa”. Y no solo porque las mujeres son la mitad de esta población, sino porque las mujeres son el acceso para todos estos humanos. Hacemos girar el mundo, de los hombres, de los chicos y de todas las personas de nuestra vida. ¿Por qué no tendríamos que tener innovación? Por eso me entusiasma ser parte de esto.
Jamie DePolo: Eso es fabuloso. Muchísimas gracias por toda la información. Ahora, para terminar... Mi última pregunta: ¿tienes algún consejo para las mujeres a las que les acaban de diagnosticar cáncer de mama y están preocupadas por sus empleos, sus seres queridos, sus vidas? ¿Qué les dirías?
Saundra Pelletier: Diría que, es un momento de la vida en que hay que ver hacia adentro y realmente estar a gusto con los valores esenciales. Y los valores esenciales, sacando los más evidentes, como la familia, la fe y la salud, los menos obvios son: ¿Por qué importo en este planeta? ¿Por qué? ¿Cuáles son las contribuciones que tengo que hacer, como cuidadora, como acto de servicio a la comunidad, a tus hijos? Realmente, tomarse un momento para decir: “Necesito ser la prioridad en mi propia lista de prioridades. Necesito ponerme primera, no por egoísmo, sino porque, cuando lo hago, todo el resto sale ganando también”.
Y cuando te informan ese diagnóstico, creo que es una oportunidad para ponerse primera en la lista y saber que hay que invertir en una misma de una manera que muchas mujeres nunca han hecho. Hay solo dos cosas que podemos controlar: aquello con lo que alimentamos la mente y aquello con lo que alimentamos al cuerpo. Así que es una de dos cosas: basura adentro y basura afuera, u objetivos maravillosos adentro y objetivos maravillosos afuera.
No tiene que ver solamente con comer bien y salir a caminar para estar sana, también incluye la retórica con la que alimentas al cerebro. Tiene que ser la capacidad para realmente desafiar toda la negatividad que emana de la sociedad, las probabilidades que las personas le atribuyen a tu supervivencia y tu habilidad para superarlas, incluso las del médico. Tienes que arreglar cuentas con tu cabeza. Por muy poderosa que crees que eres o fuerte que supones que eres (o poco poderosa o débil que te imaginas que eres), tienes que sentarte contigo misma y decirte: “Mira, a este envase que me han dado en este planeta le debo hacer todo lo que esté a mi alcance para luchar, porque yo lo valgo”. Es una oportunidad única para que las mujeres realmente se amen de maneras que... Siempre nos ponemos en segundo lugar, ¿no es así? Nos criaron para complacer, para mediar, para ser mártires... Esta es la justificación personal para ponerte primera, pero es muy difícil para las mujeres hacerlo.
Desde lo laboral, lo único a lo que alentaría a las mujeres a hacer es... Y creo que muchos no concuerdan conmigo; de hecho, sé que muchos no concuerdan conmigo. Yo fui radicalmente transparente y directa con el presidente de la empresa, de inmediato, sin rodeos, le dije todo. Todo. En lugar de esconderlo, de esperar y preocuparme. En lugar de pensar en lo que podría suceder. En lo que podría pasar. Eliminé todo eso. No quería ningún tipo de preocupación negativa. Ya tenía suficientes células y energía negativas en el cuerpo a causa del cáncer. Así que literalmente lo llamé y le dije: “Necesito que nos veamos. Me diagnosticaron cáncer. Esto es lo que va a suceder y así será el tratamiento. Y fue muy profesional todo. Estaba triste, sí, pero igual todo fue muy profesional. “Decidí que voy a buscar tres opiniones, voy a elegir la más adecuada para mí, voy a luchar contra esto y voy a llegar al otro lado. Pretendo seguir trabajando, quizás deba ajustar horarios, pero quisiera saber si cuento con tu apoyo”.
Y, te confieso, es muy duro para las personas. Cuando les cuentas que te diagnosticaron cáncer y dices: “Quisiera saber si cuento con tu apoyo”, ¿qué clase de monstruo podría contestarte que no está seguro de si podrá hacerlo? Si los integras a la solución, los vuelves parte de la ecuación, de tu equipo y de tu tribu. Incluso aunque, si no se hubieran dado las cosas así, nunca habrían sido parte de tu tribu ni de tu equipo. La humanidad prevalece y es algo que debes usar a tu favor. Y debes contarles todo y hacer que estén a la altura, que sean buenos seres humanos, porque, el 99 % de las veces funciona.
Puede haber algunas mujeres cuyos superiores no sean humanos y no brinden su apoyo. Lo cual es muy triste y deberíamos hacer un muñeco vudú con sus caras. Pero creo que ser increíblemente francas y transparentes, decirlo todo y, cuando sabes qué medicación te tocará, incluso contar cuál es la quimioterapia que estarás recibiendo. Y, quizás no quieran saber eso, pero hay que contárselos igual, porque así eliminas todas las dudas y todos los secretos. Es muchísimo mejor, porque así te quitas tú misma el peso de encima y puedes enfocarte en luchar contra el cáncer y no en preocuparte por lo que los demás estén pensando. Creo que es la mejor manera de abordarlo y que es el método que emplearon las mujeres que conozco. Se sacaron de encima el peso del secreto, y parece ser el mejor camino.
Jamie DePolo: Personalmente concuerdo contigo, porque creo que, de otra manera, les das a las personas la oportunidad de imaginar cosas.
Saundra Pelletier: Sí.
Jamie DePolo: Pueden imaginar qué está sucediendo contigo y, en la mayoría de las cosas, se equivocan, y lo que imaginan es mucho peor que la realidad. Así que creo que es un enfoque brillante. Sí.
Muchísimas gracias, Saundra. Realmente te agradezco tu tiempo y valoro tus opiniones y tu forma de ver la vida. Te deseo mucho éxito con esto, porque creo que algo así es muy necesario en el mercado y lo ha sido por mucho tiempo.
Saundra Pelletier: Gracias. Gracias por invitarme. Ha sido encantador. Realmente. Agradezco mucho la oportunidad.
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