Los beneficios del ejercicio para las personas que viven con enfermedad metastásica
En 2022, la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica publicó pautas sobre el ejercicio dirigidas a las personas que recibían tratamiento para el cáncer en estadio temprano. Pero, cuando se elaboraron esas pautas, no se había investigado lo suficiente sobre el ejercicio en las personas con diagnóstico de cáncer metastásico. Por eso, la Dra. Anne May decidió investigar al respecto.
En este podcast, la Dra. May explica lo siguiente:
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el diseño del estudio
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el tipo de ejercicio que hacían las personas
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qué pensaban las personas del ejercicio
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sus consejos para las personas que tienen enfermedad metastásica y desean seguir haciendo ejercicio
Dr. Anne May is professor at the Julius Center for Health Sciences and Primary Care at the University Medical Center, Utrecht, in the Netherlands.
— Se actualizó por última vez el 23 de enero de 2024, 21:24
Les damos la bienvenida al podcast de Breastcancer.org, en el que podrán enterarse de lo último sobre tratamientos, efectos secundarios e investigación del cáncer de mama, además de cuestiones relacionadas con la supervivencia, por medio de entrevistas con expertos e historias de pacientes contadas en primera persona. Yo soy Jamie DePolo, presentadora del podcast y editora sénior de Breastcancer.org.
Jamie DePolo: Hola, soy Jamie DePolo, editora sénior de Breastcancer.org. Estamos transmitiendo este podcast en vivo desde el Simposio sobre cáncer de mama de San Antonio de 2023.
Nuestra invitada es la Dra. Anne May, profesora del Centro Julius de Ciencias de la Salud y Atención Primaria del Centro Médico Universitario de Utrecht (Países Bajos).
En esta conferencia, presentó los resultados de su estudio sobre cómo el ejercicio puede ayudar a las personas con diagnóstico de cáncer de mama metastásico.
La Dra. May formó parte del grupo de expertos que elaboró las pautas de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO, sigla en inglés) sobre el ejercicio para las personas en tratamiento por cáncer en estadio temprano. Pero cuando se elaboraron esas pautas, no se había investigado lo suficiente sobre el ejercicio en las personas con diagnóstico de cáncer metastásico para ofrecer alguna recomendación, así que ella decidió llevar a cabo este estudio.
Dra. May, bienvenida al podcast.
Dra. Anne May: Gracias.
Jamie DePolo: En primer lugar, ¿podría describirnos el diseño del estudio?
Dra. Anne May: Sí. Lo que hicimos en el estudio PREFERABLE-EFFECT fue reclutar pacientes de ocho centros de toda Europa y también de centros de Australia, y todas las pacientes con diagnóstico de cáncer de mama metastásico que presentaban metástasis estable pudieron participar en nuestro ensayo. Una vez que las pacientes dieron su consentimiento, las asignamos al azar, de modo que se trataba de un proceso aleatorio para decidir si recibían la intervención, la intervención de ejercicio, o pertenecían al grupo de control. Incluimos a 357 mujeres con diagnóstico de cáncer de mama metastásico. Casi olvido aclarar que tenemos dos hombres en el estudio, y nos alegramos de ello, porque abrimos el estudio también para hombres.
Al final, la mitad de los participantes recibieron la intervención de ejercicio. La otra mitad formaron parte del grupo de control.
Jamie DePolo: Bien. ¿Y qué tipo de ejercicio hacían las personas?
Dra. Anne May: El grupo de la intervención de ejercicio recibió un programa de ejercicio de nueve meses bajo la supervisión de un fisioterapeuta o entrenador de ejercicio, y cada sesión consistió en entrenamiento de resistencia, fuerza y equilibrio.
Los pacientes pedaleaban en un cicloergómetro con intensidades bastante altas. Los ejercicios de resistencia se hacían en máquinas, y se entrenaban todos los músculos del cuerpo, los músculos grandes. El programa se ofrecía dos veces por semana durante seis meses. En los últimos tres meses del programa, es decir, de seis a nueve meses, los pacientes realizaban una de las sesiones supervisadas por su cuenta, en casa.
Jamie DePolo: Excelente. ¿Qué tratamientos recibían las personas? ¿Tuvieron en cuenta eso?
Dra. Anne May: Sí, lo tuvimos en cuenta. Al principio de nuestra intervención, más de la mitad de los pacientes recibían tratamiento endocrino. En el resto de los casos, se trataba de una mezcla de otros tratamientos. Pero abrimos el estudio a todo el mundo, de modo que no solo los pacientes que recibían un determinado tratamiento podían participar. Para nosotros era muy importante que el estudio incluyera una amplia muestra de pacientes con diagnóstico de cáncer de mama metastásico.
Jamie DePolo: Desde luego. Así que, básicamente, cualquiera con enfermedad metastásica reunía los requisitos para participar.
Dra. Anne May: Sí.
Jamie DePolo: Bien. Me gustaría preguntarle por las modificaciones en el ejercicio. ¿Se permitían para las personas que no podían hacer ciertos movimientos? Por ejemplo, si tenían metástasis en los huesos, o en caso de que algún tipo de movimiento no fuera seguro.
Dra. Anne May: Sí. Teníamos un protocolo, y ya en el protocolo especificamos que, por ejemplo, si los pacientes tenían metástasis óseas en la parte inferior de la columna vertebral, algunos de estos ejercicios que ponen carga sobre la columna vertebral debían adaptarse. Por lo tanto, estaba claramente descrito, y el programa se adaptaba siempre a cómo se sentían los pacientes. Si habían pasado por un período de tratamiento difícil, por supuesto, ajustábamos el programa, así que era algo muy personalizado.
Y también, al principio de la intervención, hicimos una prueba de aptitud física, para que cada paciente empezara el programa a su propio nivel.
Jamie DePolo: Tiene sentido. De esa forma, también podían avanzar a su propio nivel.
Dra. Anne May: Así es.
Jamie DePolo: Perfecto. ¿Y cuáles fueron los resultados? Sé que fueron buenos, así que me entusiasma mucho que los comparta con nosotros.
Dra. Anne May: Sí, nosotros también nos emocionamos mucho cuando vimos nuestros resultados al principio. Descubrimos que los pacientes de la intervención de ejercicio tenían niveles más bajos de fatiga en comparación con el grupo de control. Además, su calidad de vida era mejor, encontramos un mejor funcionamiento físico y una mejor forma física. Asimismo, los pacientes informaron que eran más capaces de reunirse con sus amigos y su familia. En aquellos pacientes que seguían trabajando, también su vida laboral mejoró.
Por último, y creo que es muy importante, también analizamos los síntomas. Descubrimos, por ejemplo, que casi el 60 % de nuestros pacientes al inicio del estudio presentaban niveles de dolor y disnea [falta de aire] superiores al umbral clínico pertinente, es decir, bastante molestos. También descubrimos que, durante el ejercicio, el dolor y la disnea disminuían en el grupo de la intervención.
¿Por qué creemos que eso es importante? Por supuesto, porque se trata de un gran beneficio para los pacientes, pero también aprendimos de un estudio con cuestionarios que hicimos en pacientes con diagnóstico de cáncer de mama metastásico en Europa, en los que les preguntamos cuáles eran las barreras y los facilitadores para empezar a hacer ejercicio. Una de las barreras que se mencionó fue que a las personas les preocupaba que el dolor o la fatiga aumentaran durante el ejercicio. Y ahora este estudio muestra lo contrario, que tanto la fatiga como el dolor disminuyen, y creo que este es un mensaje importante que los oncólogos también deberían darles a sus pacientes cuando les recomiendan hacer ejercicio: que es seguro y que disminuye los síntomas molestos.
Jamie DePolo: Y tengo que preguntar, solo para aquellos de nosotros que no somos médicos... “disnea”, ¿qué es eso en lenguaje llano?
Dra. Anne May: Ah, sí, lo siento. Es falta de aire o dificultad para respirar.
Jamie DePolo: Ya entendí. Excelente. Gracias. Ahora bien, ¿fue difícil para las personas seguir con el programa de ejercicio? Dijo que algunas personas pensaban que no podían empezar por el dolor o la fatiga. ¿Tuvieron un buen nivel de cumplimiento?
Dra. Anne May: Sí, quedamos muy satisfechos con el cumplimiento. En promedio, la asistencia a las sesiones fue del 77 %, y las ausencias se debieron principalmente a razones médicas (como visitas al hospital) y también a vacaciones, lo cual es bastante lógico si se sigue un programa de nueve meses; en algún momento, hay vacaciones. Así que realmente vimos una buena adherencia al programa, y creo que lo que ayudó con eso fue que estaba supervisado, había un entrenador. Algunos pacientes entrenaban en grupos, así que otros miembros del grupo a veces eran pacientes, pero a veces también había otras personas con otros problemas de salud. Y lo que también los motivó fue que el programa se ajustaba realmente a sus necesidades.
Jamie DePolo: Tiene sentido. Y también refuerza la investigación y las opiniones que sostienen que, si se hace ejercicio con un amigo o con un compañero, es mucho más probable que se siga el programa.
Dra. Anne May: Sí. Supongo que eso es algo que cuenta para todos nosotros.
Jamie DePolo: Desde luego. Durante la rueda de prensa sobre el estudio, compartió algunas citas de personas que participaron en él. Me preguntaba si podría resumirlas para nosotros, porque fueron muy impactantes.
Dra. Anne May: Sí, habíamos incluido citas de dos pacientes, y una de ellas dijo que, en realidad, era lo que acabamos de comentar, que el entrenador la ayudó mucho, que la motivó a ir y que eso fue muy poderoso para ella.
Y la otra cita era de una mujer que se trató con quimioterapia durante la intervención de ejercicio y dijo que cada vez que iba... a veces se sentía demasiado fatigada, pero decidió ir igual, y al final se sentía mejor. Por lo tanto, estaba muy agradecida de haber recibido esta intervención.
Jamie DePolo: Eso es maravilloso. Ahora bien, si alguien con diagnóstico de cáncer de mama metastásico está escuchando esto y quiere empezar a hacer ejercicio y tal vez no sabe cómo o tiene miedo, ¿qué consejo le daría?
Dra. Anne May: Mi consejo es que siempre hay que hablar primero con el médico tratante o con el personal de enfermería especializado en oncología sobre el tema, porque ellos nos conocen mejor y también pueden señalar algunas contraindicaciones, en caso de que las hubiera. Así que eso es lo primero que deben hacer. Y luego buscar un entrenador certificado o, en todo caso, un entrenador de ejercicio que tenga experiencia en trabajar con personas que tienen cáncer.
Lo que creemos muy importante es que el oncólogo les proporcione a los preparadores físicos información sobre los pacientes para que sepan, por ejemplo, la localización de las metástasis óseas. De esa manera, los entrenadores pueden adaptar el programa. Creo que ese sería mi consejo.
Jamie DePolo: Bien. Y en ese caso, tendría sentido, obviamente, que las personas hablaran con el médico, que le dijeran que planean empezar a hacer ejercicio y que le pidieran un resumen rápido para el entrenador con el que van a trabajar, para que esa persona esté al tanto, ¿cierto?
Dra. Anne May: Sí. Creo que eso sería estupendo y también necesario.
Jamie DePolo: Perfecto. Dra. May, muchas gracias.
Dra. Anne May: Gracias.
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