La historia de Ira: Cómo es vivir con una mutación en el gen BRCA1 como hombre trans
Mientras crecía en Georgia y Míchigan, Ira vivía como Carla antes de comenzar el proceso de transición de género a los 38 años. Carla perdió a sus padres a los 11 años. Su padre murió inesperadamente de un ataque cardíaco, y su madre 2 años más tarde, de cáncer de mama. Años después de la muerte de su madre, Carla se enteró de que portaba una mutación del gen BRCA1, por la cual su riesgo de desarrollar cáncer de mama o de ovario es mucho más alto que el riesgo promedio. Carla se sometió a una mastectomía doble e histerectomía preventivas antes de comenzar la transición de género.
En el podcast, Ira explica lo siguiente:
- Mensaje del patrocinador
cómo es vivir con una mutación del gen BRCA1 siendo mujer y hombre trans
- Mensaje del patrocinador
cómo tomó la decisión de realizarse una cirugía preventiva
- Mensaje del patrocinador
sus experiencias como hombre trans que lidia con la comunidad médica
- Mensaje del patrocinador
qué le aconsejaría a otras personas que viven con una mutación genética
- Mensaje del patrocinador
Cut Off, su primer libro
Ira Feinstein es un escritor estadounidense que vive actualmente en Chicago. Cut Off será su primer libro.
— Se actualizó por última vez el 1 de julio de 2025, 15:24
Jamie DePolo: Hola. Gracias por escucharnos. Ira Feinstein es un escritor estadounidense que vive actualmente en Chicago. Cut Off será su primer libro. Mientras crecía en Georgia y Míchigan, Ira vivía como Carla antes de comenzar el proceso de transición de género a los 38 años. Carla perdió a sus padres a los 11 años. Su padre murió inesperadamente de un ataque cardíaco, y su madre 2 años más tarde, de cáncer de mama. Muchos años después de la muerte de su madre, Carla se enteró de que portaba una mutación del gen BRCA1, por lo cual su riesgo de desarrollar cáncer de mama u ovario es mucho más alto que el riesgo promedio. Carla se sometió a una mastectomía doble e histerectomía preventivas antes de comenzar la transición de género.
Hoy vamos a hablar sobre cómo es vivir con una mutación del gen BRCA1 siendo mujer y hombre trans, cómo tomó la decisión de realizarse una cirugía preventiva y sobre Cut Off, el primer libro de Ira. Bienvenido al podcast, Ira.
Ira Feinstein: Hola, Gracias por invitarme.
Jamie DePolo: Vamos directo al grano. Tanto tu madre como tu abuela materna murieron de cáncer de mama cuando eran muy jóvenes. ¿Puedes contarnos brevemente sobre eso? ¿Qué edad tenías? ¿Tu madre sabía que tenía una mutación en el gen BRCA1?
Ira Feinstein: Desde luego. Bien, la madre de mi madre, de hecho, tuvo cáncer de ovario, pero yo me enteré de esto muchos años después. De chico pensaba que tenían el mismo cáncer.
Jamie DePolo: Ya veo.
Ira Feinstein: Ella había muerto cuando mi mamá tenía veintitantos.
Jamie DePolo: Oh, vaya.
Ira Feinstein: No llegué a conocerla. Y mi madre cargó con esa pena por el resto de su vida. Le pregunté a mis familiares si mi madre tenía conocimiento de que su cáncer podía tener un componente genético. Porque se lo diagnosticaron a principios de la década de 1980. En ese momento, la gente hablaba del riesgo alto que corría en las familias, pero no se hablaba de genes. Por lo que llegué a darme cuenta, ella no tenía mucho conocimiento, ¿sabes? Su madre había muerto de cáncer, la madre de su madre, su abuela, estaba viva todavía. Así que no había...
Jamie DePolo: ¿Tu madre tenía hermanas?
Ira Feinstein: No, tampoco tenía hermanas. Solo ella podía tenerlo. Así que, sí. Por lo que llegué a darme cuenta, ella no pensaba en eso.
Jamie DePolo: Bien. Ya veo. Ahora, tu padre murió 2 años antes que tu madre. Asumo que a ella ya le habían diagnosticado cáncer de mama a esa altura.
Ira Feinstein: Sí. Dos años antes de eso. Sí.
Jamie DePolo: Bien. Eso tiene que haber sido... No puedo siquiera imaginarlo. Debe haber sido tan difícil para ti. Tenías 9 años. Tu padre había muerto sorpresivamente. Tu mamá estaba muy enferma y, encima de todo eso, te sentías completamente incómodo con tu propio cuerpo y con la manera en que te veían las personas. ¿Podrías decirnos cómo lidiaste con eso y qué pensabas en ese momento?
Ira Feinstein: Desde luego. Creo que en ese momento lo que pensaba sobre mi género no estaba en primer plano. Era una semilla que brotaría con los años, pero no era una prioridad.
Creo que la muerte estaba primero en mis pensamientos: que mi padre acababa de morir y mi madre estaba enferma. Y en ese punto, había muchos rezos y esperanza, y simplemente íbamos a la iglesia con mi mamá y celebrábamos ceremonias especiales donde los pastores la bendecían, y tenía esta incesante sensación de que ella estaría bien. Tiene que estar bien. No se puede morir también.
Y cuando no estaba haciendo eso, intentaba ser un niño normal. Y comía mucha azúcar, de verdad. Luché con el tema del azúcar durante mi juventud. Sí. Era algo muy reconfortante en esos días.
Jamie DePolo: Ya, y tienes un hermano menor. ¿Es correcto?
Ira Feinstein: Tengo un hermano menor. Sí. Tiene 3 años menos que yo.
Jamie DePolo: Bien, ¿y ustedes se ayudaban entre sí? Sé que los sucesos realmente importantes como este pueden unir mucho más a las familias o separarlos. ¿Ustedes trabajaron juntos?
Ira Feinstein: Él era demasiado pequeño como para que trabajáramos juntos. Creo que, de alguna manera, me convertí en su padre.
Jamie DePolo: Ya veo. Ya veo.
Ira Feinstein: Y sentí muchísima responsabilidad por él. Recuerdo que una vez estábamos en el parque con otros niños, y lo presenté como mi hijo. Pero había algo... Me daba vergüenza cuando él hacía algo bochornoso. Sentía que hacía que mis habilidades de crianza se vieran mal. Era muy intenso verlo intentar navegar entre ser niño y también lidiar con el duelo. Y también mi madre que, a veces, se sentía abrumada y lo expresaba. ¿Qué puedo hacer?
Jamie DePolo: Ah, sí. Bien, y tú, como niño también, es decir, tenías 9 años, y sin embargo, intentabas cumplir también con el rol de padre. Eso debe ser difícil.
Ira Feinstein: Sí. Pues... yo pienso que los niños llenan el espacio que la familia necesita que llenen. Ya sabes, he conocido a muchas personas que han tenido una niñez traumática y muchas personas que no. Y creces de una manera en la que el cuerpo y la mente no pueden entender lo que está ocurriendo, y sin embargo comienzas a hacer la cena. Empiezas a limpiar más la casa. Empiezas a hacer todas estas cosas que, quizás, si estuvieses en una casa con dos adultos que están organizando el hogar de manera equitativa, no tendrías que crecer en esas situaciones de la misma manera.
Jamie DePolo: Bien. Sí. Ahora, ¿cuándo decidiste realizarte un análisis genético? ¿Podrías contarnos dónde estabas cuando recibiste los resultados y cuáles fueron tus primeros pensamientos?
Ira Feinstein: Cuando mi madre murió, yo tenía 11 años, y los análisis genéticos no estaban disponibles. Era 1989. El genoma humano acababa de mapearse, y la mutación BRCA1 ni siquiera tenía nombre. Era algo que científicos de todo el mundo estaban buscando. Era una gran carrera para descubrirlo.
Entonces, en ese momento, supe que tenía la mutación. En cuanto mi mamá murió, el único pensamiento racional que podía tener era que mi mamá murió y la mamá de ella también. Ambas tenían cáncer, y murieron jóvenes, y mi mamá murió más joven que su mamá. Entonces, asumí que yo tenía esa mutación y así decidí extirparme las mamas.
No fue hasta mediados de la década de 1990 que el análisis estuvo disponible. Entonces, me la realicé en 1998 cuando tenía 20 años. En ese momento, era estudiante de tercer año en la universidad. Me quedaban un par de años en la cobertura de seguro de salud de mis padres, mis padres adoptivos, y pensé: “Bien, ahora es el momento de hacer esto porque no sé cómo será mi vida una vez que me gradúe de la universidad”. Así que fui al Centro Integral Oncológico de la Universidad de Michigan y me hice el análisis genético. Tuve que llevar a mi madre adoptiva conmigo porque ellos no querían que me realizara el análisis.
Querían que esperara un poco, y creo que parte del motivo por el que sí me lo realizaron es porque no creían que tuviera la mutación. No había suficientes datos en mi ascendencia para que se convencieran de que la tenía. En ese momento, decían que solo tenía entre un 8 % y un 11 % de probabilidad de tener la mutación, y yo solo pensaba que estaban locos. Y yo pensaba: “Esperen, yo solo sé lo que sé. Pueden pensar todo lo que quieran, siempre que me realicen el análisis”.
Entonces, lo hicieron y recuerdo estar sentado en el consultorio. Eran 2 o 3 días antes de cumplir 21 años, y me dijeron: “Encontramos un par de cosas”. Y mi primer pensamiento fue: “Lo sabía”. Lo sabía. Tenía razón. Siempre tuve razón. Aparte de todo lo que, ya sabes, es crecer y no estar seguro de la especialización que elegirás, y si quieres salir con alguien o no, yo sabía que tenía una mutación, y realmente me sentí orgulloso de mí mismo, de alguna manera. Una vindicación por haberlo sabido.
Jamie DePolo: Ah, me imagino, y me gustaría saber... Dijiste que no querían realmente hacerte el análisis o que querían esperar. ¿Eso era porque pensaban: “Ah, ya sabes, una mujer joven, quizá quiera tener hijos, no queremos que tome ninguna decisión agresiva” o...?
Ira Feinstein: No sé si era solo eso. Creo que a los 20 años, ¿qué iba a hacer con esa información, sabes? ¿Iba a realizarme una mastectomía a los 20 años? Uno realmente no “necesita” hacer eso de manera tan temprana, ¿sabes? La probabilidad de tener cáncer a esa edad no es tan elevada como quizás a los 30.
Y, en ese momento, no tenían muchos datos.
Jamie DePolo: Mmm.
Ira Feinstein: Ni siquiera había investigaciones que correlacionaran una mastectomía profiláctica con un menor riesgo de cáncer de mama para portadores de mutaciones. Los únicos datos que tenían era que las mastectomías profilácticas habían reducido el riesgo de cáncer de mama si tenías un riesgo alto por tu familia.
Entonces, era un momento de desconocimiento donde no había mucho para ofrecerme. Y, de cierta manera, son las mismas cosas que ofrecen ahora, 20 años después. Luego, están las medidas más agresivas que pueden elegirse. Y no sé si confiaban en que una persona de 20 años estaba lo suficientemente madura como para manejar esa información.
Jamie DePolo: Mm-hmm.
Ira Feinstein: De muchas maneras, quizá nunca estamos del todo listos para recibir esa información, especialmente el trauma que habitualmente sufren las personas cuando están en ese consultorio y se plantean esa pregunta: “¿Sigo yo?”. Es mucho para trabajar.
Jamie DePolo: Ahora, dices que te sentiste vindicada. ¿Te afectó o fue como decir: “No, yo tenía razón, tengo que hacer algo con esto”?
Ira Feinstein: No me afectó. Porque ya lo sabía. Recuerdo que pensaba... Porque cuando me realicé el análisis de sangre, pasaron alrededor de 6 semanas antes de que obtuviera los resultados porque tenían que enviarla a Utah, y todo eso. Entonces pude reflexionar durante ese tiempo porque eran las vacaciones de Navidad y estaba en la universidad. No tenía trabajo. Por lo que realmente no tenía nada que hacer más que pensar en esta mutación, en el mejor o peor de los casos.
Y pensaba: “Bien, ¿qué ocurre si tienen razón? ¿Y si solo tengo una probabilidad del 8 % al 11 % de tener esta mutación, y vienen y me dicen que no la tengo?”. Y solo pensé: “Uno, no les creería, y dos, pensaría que hay una mutación diferente que todavía no han descubierto”. No iba a poder relajarme hasta tener esta confirmación. Por eso no estaba triste, porque no podía imaginar mi vida sin eso. Era lo único que tenía sentido en la narrativa.
Jamie DePolo: Bien. Bien, ¿y ya habías pensado en cuáles serían los siguientes pasos en ese punto?
Ira Feinstein: Sí, lo hice. No tenía dudas de que me extirparía las mamas, y pensaba realizarme una cirugía reconstructiva como mi mamá. Me puse a investigar y fui a... Ya sabes, esto era antes de que Internet fuese la primera fuente de consulta o, al menos, no fue el primer lugar donde yo consulté. Entonces, fui a Barnes & Noble, me dirigí al pasillo de cáncer y revisé un montón de libros, y había un libro de arte con imágenes de mujeres que se habían realizado mastectomías.
Y se las puede ver en diferentes etapas, y recuerdo que me senté en una de esas cómodas sillas y lentamente iba pasando las páginas y qué shock. Porque, en realidad, no había visto las cicatrices de mi madre. Ella me las había ocultado. Entonces, era la primera vez que veía cómo se ve el cuerpo cuando se extirpan las mamas y, luego, cómo se ve cuando han creado uno nuevo, y cómo son estas cicatrices, ¿sabes?
En ese momento, tenía 21 años, y sentí tanto miedo de ofrecer mi cuerpo a un médico, y no estaba segura de cómo se sentiría que te corten, que te abran y extirpen.
Jamie DePolo: Mm-hmm. Ya veo. En tu sitio web hay varios ensayos, y en uno de ellos hablas sobre la ponderación de lo que llamas “este término medio”. Es decir, cuando no te sientes como una mujer ni como un hombre después de la histerectomía, que también decidiste hacerte. Creí que en este punto todavía vivías como Carla, pero tomaste la decisión de vivir como Ira aproximadamente 12 años después. ¿Las cirugías preventivas influyeron en esto, en la transición de género, de alguna manera?
Ira Feinstein: Creo que las cirugías me abrieron el camino, porque no podía lidiar con el hecho de ser trans debido a la mutación. En mi mente, la mutación, “tengo que salvarme del cáncer”, estaba en primer lugar. Y mis sentimientos sobre mi cuerpo, mis sentimientos acerca de ser trans... No confiaba en ellos porque mi mamá murió de cáncer. Su mamá murió de cáncer. ¿Qué es ser una mujer? Para mí, ¡era ser alguien que estaba por morir de cáncer! Entonces, no podía estar seguro de que mis sentimientos sobre mi cuerpo no estuvieran de alguna manera relacionados con ese trauma, como algún tipo de retorcida respuesta de defensa de lo que es ser una mujer. Es decir, ¿cómo sabía que era trans? Había demasiadas variables que debía analizar.
Entonces, cuando me hice la mastectomía, me miré el pecho y no extrañé mis mamas, solo pensé: “Ah, sí, esto es lo que siempre quise, se siente bien”. Eso fue realmente empoderador.
Y luego me hice la histerectomía. Con la histerectomía es más difícil porque uno no ve los cambios. Uno siente los cambios. Siente el aluvión hormonal y la locura. Así que no tuve el mismo tipo de momento como “Sí, tomé la decisión correcta”. Para mí, la histerectomía fue decir: “Ya no tengo que realizarme una ecografía vaginal cada 6 meses. Ya no tengo que hacerme un análisis de sangre de CA125 cada 6 meses y ya no tengo que preguntarme si, en ese tiempo, está creciendo el cáncer y me voy a hacer el análisis y descubriré que ya tengo cáncer en estadio III, a pesar de haberme hecho análisis regularmente”. Porque eso es algo que les pasa a las personas. Esos análisis no son... Nada es 100 % seguro. Entonces, siento que las cirugías me abrieron el camino.
Jamie DePolo: Bien. Después de la transición, ¿ves a la mutación de BRCA1 de manera diferente? Asumo que quizás pasó a la fila de atrás, ¿pero te sentiste algo diferente al respecto?
Ira Feinstein: Pasó a segundo plano casi inmediatamente después de mi histerectomía. Porque, en ese punto, sentí como si hubiese hecho todo lo que podía para prevenir el cáncer. Porque hay muchísimas cosas que podemos hacer, ¿cierto? Podemos realizarnos análisis regularmente. Podemos realizarnos mamografías regularmente. Podemos vivir una vida austera, en la que nunca tomamos alcohol y mantenemos el cuerpo en estado alcalino y, ya sabes, quizás nos quitamos el corpiño con aro porque queremos asegurarnos de que la linfa esté fluyendo en nuestras mamas, y practicamos medicina china tradicional, para asegurarnos de que todos los ecosistemas del cuerpo estén en equilibrio.
Hay muchísimas cosas para hacer, pero para mí, ¿cómo me sentiría en paz teniendo una mutación y sabiendo que había hecho todo lo que podía? Realizándome las cirugías. En ese punto, solo pensé: “Bien, el cáncer podría terminar en mi tejido epitelial. Podía aparecer en algún lado, pero yo sabía que había hecho todo lo posible”.
Así que ya no pienso mucho en eso ahora, y eso ha sido una bendición porque he podido vivir mi vida. Y creo que hasta los 26 cuando... Creo que me realicé la histerectomía a los 29 años. Hasta ese punto, no podía pensar en otra cosa. No podía funcionar en el mundo como otras personas porque tenía mucho miedo. Cualquier cólico que sentía era cáncer de ovario.
¿Sabes? Era estar en un máximo nivel de alerta, siempre en ese estado de luchar o correr: “Actúa. Actúa. Actúa”.
Jamie DePolo: Sí y esa no es manera de vivir. Es demasiado estresante.
Ira Feinstein: No es vida.
Jamie DePolo: No. Entonces, creo que la mutación de BRCA1 también aumenta el riesgo de desarrollar cáncer pancreático. Mencionaste que hiciste todo lo que sentías que era posible. ¿Todavía debes realizarte algún estudio de detección especial?
Ira Feinstein: Si lo hago, no soy completamente consciente de eso. Ya sabes, debido a mis antecedentes, me realicé una histerectomía. Me extirparon el cuello uterino. Es como que piensan: Bien, no debemos realizar un Papanicolau ni nada por el estilo, así que no. Quizás debería. No hay nada que hacer en una mamografía. Es decir, quizás harían una RM cada tanto, pero no sé si el seguro la cubriría, y no podría pagarla.
Quizás cuando cumpla 50 me realizaré una. La pagaré en efectivo si debo hacerlo, cada par de años, solo para asegurarme. Mi padre adoptivo, curiosamente, terminó teniendo cáncer pancreático. Es una de las pocas personas que ha sobrevivido. Hace 12 años que está libre de cáncer. Toco madera.
Jamie DePolo: Vaya. Excelente.
Ira Feinstein: Así que soy bastante consciente, no solo de lo que es tener cáncer pancreático, sino de lo que significa sobrevivirlo y todas las complicaciones que quedan después de extirpar esa parte del cuerpo. No es un camino fácil.
Jamie DePolo: Sí. Sí. Ya veo. Ahora, quería preguntarte, como hombre trans, ¿cómo ha sido tu experiencia con la comunidad médica a través de todo este proceso?
Ira Feinstein: En ese momento, sentí como si estuviera tomándole el pelo a la comunidad médica.
Jamie DePolo: ¿En serio? ¿Por qué?
Ira Feinstein: Sí, porque yo sabía a cierto nivel que no quería ser una mujer realmente, pero no me sentía cómoda diciéndolo de manera directa. Y estaba experimentando con esa sensación, como hablamos antes, porque no estaba seguro de que podía confiar en eso.
Entonces, cuando fui al médico y quería hacerme la histerectomía, y no quería tener hijos y todas esas cosas, estaba tan preparado para que dijeran: “Ah, eres mujer y deberías esperar, al menos, hasta tener 35 años para darte la oportunidad de reproducirte”. Pero, de hecho, el médico fue muy: “Ah, sí, eso es genial. Sabes, intentamos que las mujeres se realicen estas cirugías todo el tiempo” y eso. Y yo solo pensé: “Bien, ¡cuánta suerte tengo de que todos estén tan entusiasmados con esta cirugía! No tengo que decirles nada sobre mi identidad de género”.
Ni siquiera era necesario que entrara eso en juego, lo que fue liberador porque, ahora en el 2020, o del 2010 en adelante, es más fácil encontrar un médico, quizás no en todo el país... Pero es más fácil encontrar un médico que esté al tanto de las cuestiones de género. Pero encontrar un médico que esté informado sobre cuestiones de género y de la mutación BRCA1 y que, además sea oncólogo para esa parte del cuerpo... No hay tantos así. En el estado de Oregón, había tres médicos que podrían haber realizado la cirugía que yo necesitaba. ¿Y encontrar uno que también considerara el género? Eso parecía demasiado para buscar, demasiado que esperar, desafortunadamente, y estaba encantado de no tener que hablar de eso.
Jamie DePolo: Bien. ¿Y qué ocurre ahora? Porque, ya sabes, claramente tienes algunas cuestiones especiales al tener la mutación y vivir como hombre. ¿Tienes algún problema al hablar con los médicos ahora, o tuviste que pasar por varios médicos?
Ira Feinstein: No, porque voy a médicos que trabajan con personas que han pasado por la transición. Entonces están muy informados sobre la jerga y el lenguaje.
Probablemente, en algún punto, debería buscar otro consejero genético, porque han pasado algunos años, y creo que se supone que debería ir a uno cada año porque la información cambia. El riesgo cambia, lo que recomiendan cambia. Y realmente como portador de la mutación, estamos en la primera línea de la tecnología, ¿sabes? Y dependemos de los caprichos de estos cambios. Entonces, uno se realiza el análisis genético y cree que significa una cosa y, luego, 5 años después descubre que podría significar otra cosa y el nivel de riesgo cambia.
Jamie DePolo: Sí, asumo también que desde que te realizaron el análisis relativamente al inicio del gran esquema de análisis, ahora han... Asumo que tu análisis fue solo para BRCA1 y BRCA2, porque creo que eso es todo lo que se conocía en ese momento. Y ahora hay análisis de panel donde buscan conjuntos de 30, 35 genes, y tienen más información sobre las variantes de una importancia desconocida. ¿Qué quiero decir con esto? ¿Almacenaron tu sangre o resultados y, luego, se actualizan a medida que cambia la tecnología, o es por eso que sientes que deberías ver a un consejero?
Ira Feinstein: No. No actualizaron ni vieron de nuevo la sangre, ni la analizaron de nuevo. No. La última vez que fui a un consejero genético, me dijo: “Deberías venir todos los años para recibir nueva información, para conocer las últimas actualizaciones”. Esto no se basaba en un nuevo análisis de sangre. Solo se basaba en cuánta información podía cambiar de un año a otro y lo que recomiendan, cómo esto cambia levemente de un año a otro.
Jamie DePolo: Bien.
Ira Feinstein: Porque el cáncer pancreático no era algo de lo que se hablaba a fines de la década de 1990, o era una teoría. No es que decían: “Bueno, el riesgo es del 1 % al 5 %”. En ese momento, hablaban del cáncer de colon y ahora ya no hablan tanto del cáncer de colon. Entonces, siento que, para mí, si es por debajo del 5 %, no me preocupa tanto. No es que no sea real, pero solo... No me voy a extirpar el páncreas profilácticamente para prevenir el cáncer, ¿entiendes? Uno solo puede extirparse determinada cantidad de partes del cuerpo.
Jamie DePolo: Claro. Ya veo. Entonces, tengo un par de preguntas finales para ti. ¿Tienes algún consejo para otras personas trans que estén navegando por cuestiones médicas similares o cuestiones médicas que estén asociadas con un género más que con el otro?
Ira Feinstein: Están las cosas básicas... Que deberían encontrar al menos un médico que los comprenda, con el que se sientan cómodos comunicándose y que esté de su lado, y si necesitan que ese médico se comunique con quizás un consejero genético u otra persona en la comunidad de la mutación, permítanle ser el puente. Uno no debe ser siempre el puente. Si confían en esa persona, porque es importante poner su atención sanitaria en manos de otra persona.
Y, luego, otra cosa que no tiene que ver con la atención sanitaria para nada, pero recomiendo meditar, de hecho, porque sin importar qué ocurra con la mutación, qué cirugías te realices o no te realices, debemos poder encontrar un estado de calma y paz durante este momento. Y para poder tomar una decisión racional, uno debe estar calmo. Para poder sentir nuestra intuición y saber qué es lo mejor para nosotros, uno debe estar calmo. Y eso es algo que yo no tenía hace 20 años. Iba a terapia, pero la terapia solo me ayudó a nivel cognitivo.
La terapia ha cambiado mucho, por lo que creo que hay muchas cosas que pueden hacer cuando las personas están pasando por un trauma, para darle herramientas y formas de reprogramar y reconectar el cerebro para que no esté en ese estado intenso de luchar o huir, pero yo no tenía esas opciones en ese momento. Ojalá las hubiese tenido porque creo que podría haber pasado por mis veinte con un poco más de gracia. Ninguna de mis elecciones hubiesen sido diferentes, pero creo que podría haber tenido un poco más de paz en el transcurso.
Jamie DePolo: Bien, ¿supongo que ahora meditas?
Ira Feinstein: Sí. Medito todos los días ahora. No siempre lo hago bien, pero lo intento.
Jamie DePolo: Bien. ¿Hace cuánto lo estás haciendo?
Ira Feinstein: Un par de años. Me llevó un tiempo lograr una práctica real.
Jamie DePolo: Bien. Mi esposo medita mucho y dice que, incluso si solo vas y te sientas contra la pared y pasas los 15 minutos diciendo “Cerebro, cálmate. Cerebro, cálmate”, eso ya es hacer algo.
Ira Feinstein: Sí. Estás haciendo la práctica. Sí. Exactamente.
Jamie DePolo: Claro. Ya veo. Finalmente, ¿puedes contarnos un poco sobre tu libro? Me imagino que, por el título, se trata de tu vida. ¿Cuándo estará disponible? ¿Podrías ofrecernos un adelanto?
Ira Feinstein: Desde luego. Cut Off se trata de mi vida hasta el momento en que me realizan la mastectomía profiláctica, y no se trata solo de la extirpación del propio cuerpo o la extirpación de mamas, sino que se trata de cómo el trauma me extirpó del mundo entero. Después de que mis padres murieron y me adoptó otra familia que tenía dos padres vivos y sanos con otros cinco niños, si bien yo era muy chico, recuerdo que pensaba: “No vale la pena ser parte de una nueva familia. No vale la pena amar a las personas. No vale la pena conectar con otras personas, porque no quiero lidiar con la pérdida de nadie más”.
Entonces, se trata de lo que significa crecer cuando no quieres conectar y no te sientes lo suficientemente seguro como para conectar con los demás y, luego, no te sientes seguro para conectar con tu cuerpo porque estás tan convencido de que te vas a morir, y entonces la cuestión de género ciertamente agregó algo más a la situación y la hizo un poco más complicada. Así que, sí. Es el ámbito de ese período, al crecer en los años 80 y 90, cuando las cosas estaban un poco menos claras que ahora. Todavía no tengo editorial. Actualmente estoy en proceso de búsqueda.
Es toda una experiencia en sí misma, pero estoy seguro de que finalmente encontraré a alguien, porque es una historia que necesita contarse. Y no hay suficientes historias de personas que hayan tenido esta mutación y tomen estas decisiones, con el costo emocional que implica ser tan desconocidos en nuestros cuerpos y qué significa prevenir el cáncer, que es algo muy complicado para todos, ni hablar para alguien con riesgo alto.
Jamie DePolo: Quiero agradecerte por tu generosidad al compartir tu historia con nosotros hoy porque, como dijiste, no es algo de lo que se hable mucho, y creo que ayudará a muchas personas. Así que, muchas gracias.
Ira Feinstein: Gracias.
Tu donación se destina directamente al contenido que lees, escuchas y ves en Breastcancer.org.