Plana: el modo en que una mujer recuperó el cuerpo del cáncer de mama (seno)
En 2009, a los 38 años, Catherine fue diagnosticada con cáncer de mama. Aunque el cáncer se encontraba en una sola mama, optó por una mastectomía doble y por no reconstruir. Le diagnosticaron cáncer de mama por segunda vez un año después, en 2010. Durante su tratamiento, buscó autobiografías donde el narrador plasmara la realidad de la enfermedad, desentrañara preguntas sobre la reconstrucción y desafiara las suposiciones tácitas sobre lo que las mujeres quieren o necesitan para sentirse completas después del cáncer. No encontró un libro que cubriera eso, entonces escribió uno.
En el podcast podrás escuchar a Catherine explicar lo siguiente:
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la mirada masculina y cómo condiciona la reconstrucción mamaria, aun cuando el cirujano sea una mujer
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cómo ser "queer" afectó su experiencia con el cáncer de mama
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cómo su experiencia con el cáncer de mama ha cambiado la forma en que habla sobre la enfermedad
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sus consejos para las mujeres sobre las cosas que pueden hacer para ayudar a garantizar que los cirujanos respeten sus decisiones sobre hacer una reconstrucción o no
Catherine Guthrie es una periodista especializada en salud de la mujer con dos décadas de experiencia en la industria editorial y de revistas. Ha escrito para Cosmopolitan; O, The Oprah Magazine; Slate; Time yBetter Homes and Gardens, entre otras revistas. También escribió la autobiografía feminista con perspectiva queer, FLAT: Reclaiming My Body From Breast Cancer (PLANA: recuperar mi cuerpo tras el cáncer de mama).
— Se actualizó por última vez el 17 de enero de 2023, 16:13
Jamie DePolo: Hola a todos. Soy Jamie DePolo, editora sénior de Breastcancer.org. Les damos la bienvenida a nuestro podcast. Nuestra invitada de hoy es Catherine Guthrie, una periodista de salud femenina con dos décadas de experiencia en la industria editorial de revistas. Ha escrito para Cosmopolitan; O, The Oprah Magazine; Slate; la revista Time y Better Homes and Gardens, entre otras.
En 2009, a los 38 años, a Catherine le diagnosticaron cáncer de mama. Aunque el cáncer se encontraba en una sola mama, optó por una mastectomía doble y por no reconstruir. Le diagnosticaron cáncer de mama por segunda vez un año después, en 2010. Durante su tratamiento, Catherine buscó una autobiografía donde el narrador plasmara la realidad de la enfermedad, desentrañara preguntas sobre la reconstrucción y desafiara las suposiciones tácitas sobre lo que las mujeres quieren o necesitan para sentirse completas después del cáncer. No encontró un libro que cubriera eso, entonces escribió uno. La autobiografía feminista con perspectiva queer de Catherine, FLAT: Reclaiming My Body From Breast Cancer, se publicó este otoño. Catherine, bienvenida a nuestro podcast.
Catherine Guthrie: Hola. Muchas gracias por invitarme.
Jamie DePolo: Me entusiasma mucho hablar contigo hoy porque ha habido bastante discusión en nuestros foros y en torno a las preguntas que nos han llegado sobre quedarse planas. El título del libro es FLAT , PLANA, “una autobiografía feminista con perspectiva ‘queer’ sobre el cáncer de mama”, donde escribes sobre cómo la reconstrucción mamaria está condicionada por la mirada masculina, aun cuando el cirujano sea una mujer, así que, ¿puedes contarnos un poco a qué te refieres con reconstrucción bajo el condicionamiento de la mirada masculina? ¿De qué se trata esto?
Catherine Guthrie: A lo que me refiero con la frase “la mirada masculina” cuando hablo de reconstrucción es que los cirujanos plásticos que he entrevistado para artículos periodísticos que he escrito sobre este tema hablan sobre cómo en la Facultad de Medicina los libros de texto y las lecciones son redactados y enseñados por hombres. Para los hombres, la idea de una mujer sin mamas es la misma que una mujer desfigurada, y mi libro trata de derribar esa idea y argumentarla.
Desde mi perspectiva como mujer sin mamas, no me siento desfigurada. Me siento completa. Me siento femenina. Y, sin embargo, a través de una mirada masculina, que refleja el sistema patriarcal en el que vivimos, mi cuerpo se consideraría desfigurado, por lo que existe ese tipo de tensión entre la mirada masculina, lo que un hombre podría ver cuando mira mi cuerpo, frente a cómo me siento yo con mi cuerpo, me siento completa, fuerte y hermosa, que es mi mirada, ¿se entiende? Existe esa tensión entre esas dos cosas que dieron lugar al libro que escribí llamado FLAT.
Jamie DePolo: Cuéntanos un poco. ¿Cómo surgió esa idea, esa de mirada masculina y también, supongo, lo que llamaría un tipo de presión social? ¿Tuviste que enfrentar mucha presión por parte de tus cirujanos y otros médicos en torno a la reconstrucción? ¿Cómo superaste esa presión y decidiste qué era lo adecuado para ti?
Catherine Guthrie: Claro. Hay mucha presión sobre la reconstrucción y, como dijiste en la introducción, existe esta suposición tácita sobre lo que quieren las mujeres y lo que queremos para nuestros cuerpos. Entonces, cuando me reuní con un cirujano plástico para hablar sobre lo que le pasaría a mi mama y a mi cuerpo, inmediatamente me dijo que no era candidata para una lumpectomía.
No sabía siquiera que eso era una opción, pero resulta que el 15 % de las personas diagnosticadas con cáncer de mama no son candidatas para la lumpectomía, que, como sabemos, es la opción menos invasiva, así que, por supuesto, siempre sería algo hacia lo que me inclinaría. Entonces, a los quince minutos de mi consulta con este cirujano plástico, descubrí que, no solo no era candidata para la lumpectomía, sino que él inmediatamente dijo: “Pero no te preocupes”, con este tono de... ya sabes, “No te preocupes, cariño”, como una palmadita en la cabeza. Dijo: “Lo que haremos es una mastectomía unilateral y, debido a la forma de tu cuerpo, la única reconstrucción posible para ti se llama colgajo LAP.
Vamos a cortar un músculo de tu espalda, tenderlo por el frente y colocarlo sobre un implante”. Y, por supuesto, no estaba preparada para esto. De la forma en que él lo describió, lo veía como un filete sobre una pelota de tenis y pensaba que se trataba del músculo de mi espalda, ya sabes, el cual tenía un propósito más importante en mi vida, creo, que convertirse en amortiguador para un implante. Y el hecho de que él ni siquiera hiciera una pausa, era en realidad su tono con el cual decía “claro, esto es lo que harás, por supuesto sacrificarás tu músculo para crear una mama”. Fue en ese momento que realmente me molesté de alguna manera porque, claro, en ese momento esta persona es un cirujano.
Está parado frente a mí como una figura de autoridad, alguien del equipo de personas que salvará mi vida de esta enfermedad; este impulso hacia la feminidad heteronormativa está así de arraigado en este tratamiento que salva vidas. De nuevo, palabras mayores, pero solo significan ya sabes, lo “normal”, cómo se supone que deben verse las mujeres, sin hacer una pausa para preguntarme qué quería, si eso se adecuaba a quién soy y a cómo me presento ante el mundo. Así que fue realmente desconcertante que supusiera que sacrificaría uno de los músculos más grandes de la espalda para crear una nueva mama.
Jamie DePolo: ¿El cirujano te explicó por qué no eras una buena candidata para la lumpectomía? Suena como si fuera lo que querías y sobre lo que habías investigado y para lo cual te habías preparado mentalmente.
Catherine Guthrie: Exacto. Este cirujano plástico fue el cuarto cirujano que consulté. Investigué un poco, como lo haría cualquiera, y especialmente porque soy periodista de la salud de la mujer y tengo el lujo de contar con un excelente seguro médico. Vi a tres cirujanos de mama, que me dijeron que una lumpectomía parecía una opción razonable, y en ese momento pensé que estaba bien, que quería la opción menos invasiva.
El cáncer era pequeño. Lo traté a tiempo. En ese momento era de estadio I, así que algo mínimamente invasivo sonaba bien, pero ninguno de esos cirujanos era la máxima autoridad en la decisión de cómo preservar algún tipo de resultado cosmético. Entonces, no fue hasta que vi al cuarto cirujano plástico en el lugar donde había decidido hacerme la cirugía, que me miró la mama y me dijo que, debido a la ubicación del bulto —que es en la parte más alta de la mama— y al tamaño de la mama —tenía talla A, que es un seno pequeño—, el caso era incompatible con la lumpectomía, porque una vez que extrae el bulto de... o una vez que el cirujano extirpe el bulto de la mama, la diezmará.
Dijo: “No quedará mama después de la lumpectomía”, así que por eso no era candidata para una lumpectomía. Y luego también tenía un cuerpo pequeño, por lo que tampoco era candidata para otros tipos de reconstrucción, como la reconstrucción con colgajo en la que se transfiere tejido del abdomen, un colgajo profundo, con grasa y tejido. No era una opción para mí. Tenía que hacerme un colgajo de músculo, idealmente de la espalda.
Jamie DePolo: Creo que, si no recuerdo mal, también te reuniste con cirujanas que parecían compartir el mismo punto de vista y mencionaste cómo todos los instructores en la Facultad de Medicina para cirugía plástica son hombres y que los libros los escriben hombres, por lo que parece que hasta las mujeres cirujanas siguen la norma social de cómo debería ser la apariencia de la mujer. ¿Es así?
Catherine Guthrie: Por supuesto. Quiero decir, todos somos, tú sabes... la cultura es algo en lo que estamos inmersos, así que todos somos peces en la misma pecera, ¿verdad? Y la cultura es el agua, así que hombres, mujeres, en cualquier lugar del género está la escala de fluidez, todos estamos en ella. No podemos salir de ella a menos que lo decidamos de manera consciente, y, como sabes, he hablado de esto en otros lugares, sobre el hecho de que los cirujanos despierten; es necesario que despierten o reconozcan el prejuicio inconsciente, por el que, si una mujer no tiene mamas, su cuerpo está desfigurado, y ya sabes, es comprensible.
Todos lo entendemos. Todos crecimos, ya sabes, y nos decían y veíamos en nuestra cultura, películas y televisión, en todas partes, que las mamas son el epítome de la sexualidad y la figura femenina deseable, así que tenemos que despertarnos y saber que es un artefacto cultural. No es así, pero es algo que todos entendemos que es así, y ese cambio de pensamiento es realmente importante cuando intentas ayudar a alguien a tomar estas decisiones en torno a su cuerpo para no poner el propio prejuicio implícito sobre otros en la forma en que haces preguntas o no haces preguntas, ya sabes, y en la forma en que simplemente pasas al tema de la reconstrucción sin pausar y preguntarles a las mujeres: “Entonces, ¿cómo te sientes con la idea de la reconstrucción?”. Es una gran primera pregunta en lugar de: “¿Qué tipo de reconstrucción quieres?”. Y es sutil, pero es tan importante redefinirla, y algunos médicos están llegando allí, pero aún son la minoría.
Jamie DePolo: ¿Cómo reuniste la fuerza y... creo que es fuerza... lo que necesitas para defenderte y decir: “No, quiero esto y no cambiaré de opinión”? Porque hablaremos de esto luego, pero ha habido muchas mujeres que, bajo anestesia para la cirugía, luego despertaron con algo que no querían, que explícitamente no querían, y sé que lo sabes, así que, ¿tuviste miedo? ¿Cómo te armaste de valor para conseguir lo que querías?
Catherine Guthrie: Lo que tuve que muchas mujeres no tienen es una experiencia con la cirugía que moldeó e informó profundamente a mi cuerpo. Cuando tenía trece años —y esto está en mi libro FLAT—, me sometí a una cirugía para la escoliosis, donde los cirujanos fusionaron la parte inferior de mi columna vertebral y, luego, de adulta, descubrí que la cirugía no era necesaria.
En ese momento tenía 13 años. Confié y me operé. Les entregué mi cuerpo a los cirujanos. Quiero decir, mis padres y yo les entregamos mi cuerpo a los cirujanos; con 13 años te puedes imaginar cuánta entidad me dieron en esa conversación. Los cirujanos me decían: “Saldrá estupendo. “Te pondremos una vara de metal en la parte baja de la espalda y algunos tornillos”. Todo se mantendrá unido para que ya no tengas una curva en la columna vertebral”. Y ni siquiera sé cómo explicar lo que sucedió después, pero el dolor era inimaginable.
La inmovilidad era algo para lo que no nos habían preparado ni a mí ni a mis padres, la realidad a largo plazo de vivir con esta columna fusionada era algo que no habían hablado con nosotros, así que habiendo tenido esa experiencia a los trece años de ver cirujanos tan emocionados de hacer algo con mi cuerpo que pensaban que lo arreglaría y luego decirme que la cirugía fue un éxito porque me veía tan bien y ya no tenía la curvatura. Y he tenido que vivir en ese cuerpo durante treinta años.
Afortunadamente me siento bien, pero aprendí mucho sobre cómo mantener mi columna y mi salud en general después de esa experiencia. Entonces tuve un déjà vu cuando estaba ahí sentada escuchando a este otro cirujano decirme: “Cariño, sé exactamente cómo solucionar este problema. No te preocupes, todo lo que haremos será reorganizar algunas cosas y luego estarás como nueva”. Y fue ahí cuando sonó una alarma en mi cabeza y pensé: me verás en dos o tres consultas de seguimiento, pensarás que todo ha sido un éxito y pasarás a atender al siguiente paciente, mientras yo viviré en este cuerpo por el resto de mi vida sin un soporte estructural fundamental para mi espalda. Eso fue... Eso llamó mi atención en ese mismo momento y, por supuesto, nada te da esa sensación de confianza para defenderte, nada es más fuerte que el miedo en ese momento, ¿verdad? Sentí tanto miedo, mis instintos de supervivencia se activaron y pensé, "diablos, no, no lo harás. Haré lo que sea para evitarlo.
Jamie DePolo: ¿Cómo te afectó el hecho de ser ‘queer’ en la experiencia con el cáncer de mama?
Catherine Guthrie: Sí. Es una pregunta muy interesante, y creo que es una de las cosas que me impulsó a escribir el libro, aunque pienso que es un libro con el que todos pueden identificarse, pero lo interesante de haberme identificado como ‘queer’ unos años antes de que me diagnosticaran cáncer de mama es que, al ser miembro de esta comunidad, ya estás fuera de lo que se consideran las normas de feminidad o heterosexualidad, así que ya me había salido del camino, ¿se entiende lo que quiero decir?
Otra cosa respecto a ser ‘queer’ es que es una provocación a pensar las cosas de manera diferente, pensar los cuerpos de manera diferente, pensar tu sexualidad de manera diferente, la intimidad de manera diferente, porque nada es como se muestra en las películas, ya sabes, que todos crecimos viendo las cosas de niños y niñas. Sabes que así es como se supone que debe verse y así es como se ve el sexo y así es como se ven los cuerpos. De repente dices, “espera, nada de esto tiene sentido. Déjame borrar todo eso”, y luego, piensas: “Bueno, ¿cómo se ve entonces?”.
En ese momento no había mucha visibilidad o representación en los medios cuando me declaré ‘queer’ a los 22 años, así que lo vas viendo sobre la marcha. Entonces, lo he ido viviendo sobre la marcha durante muchos años y lo mismo con mi pareja. Ambas pensamos en averiguarlo juntas. Sabes, ¿cómo es? ¿Cómo se siente?
Entonces, cuando me diagnosticaron cáncer de mama me pregunté cómo sería y si podría hacer que esto funcionara sin tener mamas. Ya sabes, ella me apoyó al 100 % y me dijo “Lo vamos a resolver como siempre lo hemos hecho. No haré suposiciones sobre lo que traes o no a la intimidad, o lo que necesitas o no para que te encuentre atractiva”. Fue tan liberador, porque era realmente empezar desde cero.
Jamie DePolo: Es interesante cuando lo pienso porque, para mí, la mayoría, no todas, pero diría que la mayoría de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama son mayores y heterosexuales, y tú no encajabas en ninguna casilla cuando te diagnosticaron. Ya sabes, eres una mujer joven y ‘queer’, ¿tuviste algún tipo de apoyo? Me refiero a grupos de apoyo y cosas así. ¿Estuvieron allí para ti? Quiero decir, ¿fueron útiles?
Catherine Guthrie: Sí. No. No solo era una joven ‘queer’ con cáncer de mama, sino que vivía en un pequeño pueblo de Indiana y estamos hablando de 2009 y 2010. Me diagnosticaron dos veces cáncer de mama con un año de diferencia y en ese momento en el pequeño pueblo de Indiana había muy poco apoyo y menos aún visibilidad. Así que no conocía a una sola persona de mi edad que tuviera cáncer y mucho menos a alguien que se hubiera quedado sin mamas a mi edad.
Tenía una vecina sobre la que escribí bastante en el libro. En el libro la llamo Lorraine, ella se había quedado sin mamas. Tenía unos 20 años más que yo, tal vez 15, y fue un gran modelo a seguir, pero no tenía a nadie de mi edad y eso sí que importa. Sí lo hizo más difícil y me costó bastante encontrar apoyo, representación y visibilidad, que es una de las otras razones por las que escribí el libro, solo para ayudar a las mujeres sin mamas a verse a sí mismas en una narrativa convencional.
Jamie DePolo: Tienes dos décadas de experiencia como escritora, específicamente en salud de la mujer, y dijiste que no sabías mucho sobre reconstrucción. ¿Por qué lo dices? ¿Es porque todos piensan que con una cirugía se extirpa el cáncer, se hace un tratamiento y entonces no es necesario hablar de reconstrucción? ¿Por qué crees que sucede eso?
Catherine Guthrie: Exacto. Es una pregunta excelente. Durante 20 años escribí sobre la salud de la mujer principalmente en revistas para mujeres. Escribí sobre el cáncer de mama en numerosas ocasiones, pero nunca traté el tema de la reconstrucción o incluso la terapia hormonal o muchas de las realidades de lidiar con esta enfermedad y creo que se debe a que los editores de revistas para mujeres saben que los anunciantes los están observando y además ambos quieren historias felices. Historias con finales felices. Historias de cáncer de mama con finales felices. Y así, sin siquiera darme cuenta, como periodista, había sido de alguna manera cómplice al pasar por alto algunas de las realidades más oscuras y difíciles de esta enfermedad.
Jamie DePolo: Tengo una pregunta. En tu trayectoria, ¿has escrito sobre la enfermedad metastásica? Porque esa no es una historia real con final feliz.
Catherine Guthrie: Exacto. No. Nunca se me asignó que escribiera sobre la enfermedad metastásica.
Jamie DePolo: Dijiste que estás a favor de la información, no en contra de la reconstrucción, ¿qué quieres decir? ¿Esto condiciona la clase de historias sobre las que decides escribir? ¿Presentas diferentes historias?
Catherine Guthrie: Sí. Definitivamente presento diferentes historias. Busco historias profundas. Busco las historias que se ocultan a la sombra del tratamiento del cáncer de mama sobre las que nadie más habla, historias que arrojan luz sobre las desigualdades o injusticias, o simplemente verdades que existen y que, sin embargo, los medios de comunicación dominantes pasan por alto. Y estas son las verdades con las que viven a diario las personas diagnosticadas con cáncer de mama: ya sea la verdad de la enfermedad metastásica y lo mortal que es y el poco dinero de investigación que se invierte en el estudio de la enfermedad metastásica, y cómo el número de mujeres que mueren de cáncer de mama metastásico no ha disminuido considerablemente en más de veinte años.
Hay mucho para decir sobre esto que aún no está escrito. También hay mucho que decir sobre historias como la de Kim Bowles, sobre quien escribí en Cosmopolitan.com el mes pasado, quien decidió no reconstruirse las mamas. Al mismo tiempo que la estaban sedando en la mesa de operaciones, escuchó a su cirujano decirle: “Dejaré un poco de piel extra en caso de que cambies de opinión”.
Entonces se despertó con bolsas de piel como una mastectomía con piel preservada, a pesar de que había pedido explícitamente que no lo hicieran, por lo que este paternalismo y proteccionismo entre los cirujanos que hace que no respeten el cuerpo de las mujeres y vayan en contra de sus deseos es un problema realmente grande. Ese es un artículo importante que escribí recientemente y el cual no habría escrito antes de que me diagnosticaran.
Jamie DePolo: Eso me recuerda que hace poco hablé con una mujer de contextura pequeña que le indicó a su cirujano reconstructivo que quería una reconstrucción para talla B. Decidió someterse a la reconstrucción y cuando despertó de la cirugía tenía mamas talla D y estaba indignada. No solo eran talla D, sino que eran... una de las mamas estaba muy cerca de la clavícula.
No estaba donde se suponía que debía estar y tuvo que pasar por, no sé, al menos 8 o 10 cirugías más para obtener las mamas que quería. Entonces ya sabes, estas son solo anécdotas, pero imagino que hay muchos casos más de ese tipo por ahí y ni siquiera puedo imaginar cómo que se siente. Me enfurecería muchísimo que mis deseos se pasaran completamente por alto.
Catherine Guthrie: Exacto. Esto se remonta a la idea de la mirada masculina de la que hablábamos al inicio del podcast, que a menudo son cirujanos hombres, y no pongo toda la responsabilidad en los cirujanos masculinos, porque no creo que sean malos o perversos, creo que es la inconsciencia de la mirada masculina, este sesgo del que no nos damos cuenta a menos que lo busquemos. Así que puedes imaginar a un cirujano, que inconscientemente proyecta esa mirada masculina y de deseo en su paciente y recuerda que tal vez ella pidió una talla B, pero por supuesto ese sesgo le dirá que una talla D sería aún mejor.
Podría ser. ¿Por qué no? Si cuanto más grande, mejor. Ese es el tipo de mentalidad que obtienes cuando simplemente no eres consciente de tu propio sesgo, y es muy fácil imaginar que sucede. Así que estoy muy contenta de que lo mencionaras, porque cuando investigué sobre el artículo de Cosmopolitan y hablé con cirujanos de mama sobre lo que le sucedió a Kim, donde las mujeres prefieren no volver a tener mamas pero que les dejan piel extra en caso de que cambiaran de opinión, varios de los cirujanos me dijeron que lo que sucede con más frecuencia es que a las mujeres se les implantan mamas más grandes de lo que piden. Por eso, exactamente este tema del que me hablas está en mi lista de futuras historias.
Jamie DePolo: Esto me lleva a que cuando se escucha hablar a los cirujanos reconstructivos, estos hablan sobre reconstrucción de mama. Es una forma de hacer que una mujer se sienta completa o femenina después del cáncer de mama y mi reacción inmediata es pensar que para cada mujer sentirse completa o femenina probablemente significa algo diferente. Estoy segura de que para ti significa algo diferente que para mí, así que solo para ayudarnos a entrar un poco más en tu cabeza, ¿qué significa para ti sentirte completa después de esta experiencia con el cáncer?
Catherine Guthrie: Para mí, sentirme completa después de mi experiencia con el cáncer significa sentirme libre con mi cuerpo, sentirme fuerte, sentirme segura, sentir que hoy puedo hacer cualquier cosa que hubiera podido hacer antes del cáncer. Entonces estar completa significa ser libre para vivir mi vida al máximo.
Jamie DePolo: Me doy cuenta de que en ninguna parte dijiste la palabra “mama”, puedes ser todas esas cosas y hacer todas esas cosas sin mamas.
Catherine Guthrie: Sí, se puede. También quiero que sepas que, cuando dije que no estoy en contra de la reconstrucción, que estoy a favor de la información, lo que quise decir es que, en gran medida, esta idea era la elección correcta para mí. No creo que sea la elección correcta para todas, y lo que quiero promover es que las mujeres tengan todas las opciones para poder decidir.
Siempre digo que no se puede pedir algo si no está en el menú, y quiero que en el menú se agregue la opción de no reconstruir junto con los diversos tipos de reconstrucción para que las mujeres tengan toda la información a fin de poder hacer la mejor elección posible para ellas y sus cuerpos, por el resto de sus vidas. Así que realmente quiero abogar para que las mujeres sean libres de tomar una decisión sólida para ellas, sin importar cuál sea esa elección. Me encantará que las mujeres elijan la reconstrucción si lo hacen sabiendo que también tienen otras opciones. Simplemente digo que cuanto más información mejor.
Jamie DePolo: Breastcancer.org respalda sinceramente esa idea. Nuestra posición es que cada mujer es única, cada caso de cáncer de mama es único y cada tratamiento y reconstrucción posterior, o no, serán únicos. Cada una tomará la decisión que sea mejor para sí misma y su situación, así que estamos de acuerdo en eso. También tengo curiosidad, ya que has investigado para el libro y has vivido estas experiencias tú misma, ¿hay algún consejo que les darías a las mujeres para asegurarse de que se respeten sus decisiones? ¿Existe un lenguaje específico que puedas recomendar que una mujer utilice para hablar con un cirujano?
Catherine Guthrie: Sí, esa es una gran pregunta y es muy difícil de responder porque, por supuesto, he hablado con mujeres que han sido muy claras con sus cirujanos y aun así sus deseos no se han respetado. Pero lo que puedo decir es que hay algunos parámetros básicos, que es asegurarte de ser explícita con lo que quieres, especialmente si no quieres reconstruirte las mamas, porque aún se ve como anormal. Sé muy clara y deja por escrito que deseas un resultado sin mamas. Habla con tu cirujano acerca de este problema, dile que sabes que ha habido mujeres que han quedado con piel extra o dobleces debajo de las axilas. Pregúntale: “¿Cómo se evita eso?
Hablemos de lo que harás en mi cirugía para evitar que eso suceda”. Otra gran cosa que debes hacer, independientemente del tipo de cirugía a la que vayas a someterte, es llevar a alguien contigo como testigo. Graba la conversación. Todos tenemos teléfonos en el bolsillo con capacidad de grabación.
Pregúntale a tu cirujano si puedes grabar la conversación, no como algo que deseas usar en un tribunal o algo así, sino simplemente como un documento que puedes revisar más tarde para asegurarte de que hayas sido clara y de que el cirujano lo haya sido también, y como algo que tienes en caso de que algo salga mal y, ya sabes, confía en tu instinto.
He escuchado a muchas personas decir que cuando el cirujano se enteraba de que las pacientes no querían la reconstrucción, este no las apoyaba o necesitaba convencerse de que ellas así lo querían o que les recomendaba ver a un psiquiatra. Todas esas son señales de alerta de que el cirujano no es alguien consciente de estos temas, que no es capaz de escuchar a la paciente y respetar su decisión. Si recibes estas señales a tiempo, préstales atención y busca una segunda opinión.
Jamie DePolo: Para cerrar, quiero hacerte ver desde la otra perspectiva. Si pudieras decirles una o dos cosas a los cirujanos de mama, ¿qué les dirías?
Catherine Guthrie: Cielos, esto puede ser largo. Solo animaría a los cirujanos de mama a que se responsabilicen de sus prejuicios, a que hagan todo lo posible para deshacerse de ellos, de esos anteojos que les hacen ver a las mujeres con una mirada masculina, a ver a cada paciente con diagnóstico de cáncer de mama como una persona, exactamente lo que acabas de decir, no como género, no como un molde, no pensar en que perderá una mama y se debe encontrar la manera de suplantarla para que esté “completa” de nuevo, porque todos sabemos que quien ha padecido cáncer nunca vuelve a ser la misma persona de antes, independientemente de la forma que adopte su cuerpo. Así que dejemos de fingir que eso es cierto y tratemos a las pacientes como personas, escuchándolas realmente, haciendo preguntas que inviten a la reflexión, no preguntas capciosas sino abiertas, no preguntas arraigadas en una suposición tácita sobre lo que el cirujano cree que su paciente quiere.
Jamie DePolo: Buenos consejos. Catherine, muchas gracias por acompañarnos hoy. Ha sido muy esclarecedor. Espero que el libro sea exitoso y me pregunto si estás considerando la segunda parte o algún otro tipo de libro sobre el cáncer de mama.
Catherine Guthrie: Oh, cielos. ¡Oh, cielos! No sé. Creo que primero tendré que superar esta ola, esperar que las cosas se calmen y ver el resultado, pero ha sido una experiencia increíble y me encanta hablar de ello. Me encanta compartir información con las personas. Muchas gracias por la invitación y por las preguntas excelentes, y por haberme dado el espacio para hablar sobre un tema que es realmente importante para mí.
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