Proyecto Think Before You Pink
Publicado el 21 de septiembre de 2019
Cuando falta muy poco para el Mes de concientización sobre el cáncer de mama, Karuna nos visita para conversar sobre el proyecto Think Before You Pink, incluidos sus antecedentes y objetivos.
En el podcast, podrás escuchar a Karuna hablar sobre lo siguiente:
- Mensaje del patrocinador
cómo empezó la campaña Think Before You Pink
- Mensaje del patrocinador
cómo define el “espejismo de la imagen rosa”
- Mensaje del patrocinador
las reacciones a la campaña
- Mensaje del patrocinador
cuatro preguntas de Breast Cancer Action para que las personas piensen antes de comprar cualquier producto con una cinta rosa
Karuna Jaggar se desempeña como directora ejecutiva de la organización Breast Cancer Action desde 2011 y lleva toda una vida de compromiso con la justicia social. A lo largo de su carrera de 15 años como líder de organizaciones sin fines de lucro, su trabajo se ha centrado en los derechos de las mujeres y en la eliminación de las injusticias socioeconómicas. Karuna comenzó a trabajar con microempresas de mujeres en todo el mundo y en Estados Unidos, brindando capacitación en trabajo autónomo y administración de empresas, financiación y apoyo para mujeres de bajos ingresos. Antes de unirse a Breast Cancer Action, fue directora ejecutiva de la organización Women's Initiative for Self Employment. Integró el consejo de la Asociación Californiana de Oportunidades para Microempresas (CAMEO), donde presidió el comité a cargo de la formulación de políticas. Tiene una maestría en geografía económica de la Universidad de California en Berkeley y se licenció en filosofía en Smith College.
Jamie DePolo: Hola. Gracias por escuchar el podcast de Breastcancer.org. Nuestra invitada de hoy es Karuna Jaggar, directora ejecutiva de Breast Cancer Action, una organización dedicada a llevar a cabo intervenciones sistémicas que aborden las causas fundamentales del cáncer de mama con el objetivo de producir beneficios para la salud pública, incluida la campaña Think Before You Pink. Karuna se desempeña como directora ejecutiva de Breast Cancer Action desde 2011, y lleva toda una vida de compromiso con la justicia social.
A lo largo de su carrera de 15 años como líder de organizaciones sin fines de lucro, su trabajo se ha centrado en los derechos de las mujeres y en la eliminación de las desigualdades socioeconómicas. Karuna comenzó a trabajar con microempresas de mujeres en todo el mundo y en Estados Unidos, brindando capacitación en trabajo autónomo y administración de empresas, y apoyo para mujeres de bajos ingresos. Antes de unirse a Breast Cancer Action, fue directora ejecutiva de la organización Women's Initiative for Self Employment. Ha sido miembro del consejo de la Asociación Californiana de Oportunidades para Microempresas (CAMEO, sigla en inglés), donde presidió el comité a cargo de la formulación de políticas.
Tiene una maestría en Geografía Económica de la Universidad de California en Berkeley, con especialización en mujeres, género y sexualidad, y se licenció en Filosofía en Smith College. Cuando falta muy poco para el Mes de concientización sobre el cáncer de mama, Karuna nos visita para conversar sobre la campaña Think Before You Pink, incluidos sus antecedentes y objetivos.
Karuna, bienvenida al podcast.
Karuna Jaggar: ¡Gracias! Me encanta estar aquí con ustedes.
Jamie DePolo: Por si alguno de nuestros oyentes no sabe de qué se trata Think Before You Pink, ¿podrías contarnos cómo y cuándo empezó la campaña?
Karuna Jaggar: Think Before You Pink es un proyecto de nuestra organización, Breast Cancer Action. Breast Cancer Action se fundó en 1990, justo al mismo tiempo que las primeras empresas empezaban a colocar la cinta rosa en diversos productos para concientizar sobre el cáncer de mama. Con gusto les contaré esa historia en un momento.
Resulta que, durante esos primeros 2 años de la historia de Breast Cancer Action, cada vez más productos con la cinta rosa inundaban el mercado y nuestras integrantes tenían preguntas al respecto. Querían saber: ¿adónde iba todo ese dinero? Por eso, creo que en realidad todo surgió de un proyecto en el que intentamos seguir el rastro del dinero para determinar la transparencia y la responsabilidad de gran parte de este movimiento de recaudación de fondos con la cinta rosa. Y, básicamente, las personas no estaban satisfechas.
Muchas empresas estaban ganando un montón de dinero en el nombre de la concientización y, con frecuencia, de los dólares recaudados, a lo sumo se donaban centavos a cualquier programa de lucha contra el cáncer de mama. Y las personas pensaban que había muy pocos resultados para mostrar. Así que, en 2002, lanzamos la campaña Think Before You Pink, y la idea de pensar antes de comprar algo que tenga una cinta rosa es un llamado a la responsabilidad y a la transparencia. Ayuda al público a pensar cómo se pueden evaluar algunas de estas promociones con la cinta rosa.
Presentamos preguntas críticas que las personas pueden hacer con respecto a cualquier promoción con cinta. Con el paso de los años, nos centramos en varias empresas multimillonarias, incluso empresas que ganan miles de millones de dólares, y las instamos a que vayan más allá de la mera publicidad, que es lo que terminan siendo muchas de estas promociones con la cinta rosa, y realmente tomen medidas para demostrar su compromiso con la meta de poner fin a la epidemia del cáncer de mama.
Jamie DePolo: ¡Excelente! Quería saber... ¿el término “espejismo de la imagen rosa” lo inventaron ustedes en Breast Cancer Action o ya estaba en uso cuando comenzaron esta campaña?
Karuna Jaggar: Sí, esa frase es nuestra. Para nosotras, el “espejismo de la imagen rosa” en realidad es una adaptación de esa otra frase, “el espejismo ecológico”. La idea detrás del espejismo ecológico es que las empresas te cuentan cuánto se preocupan por el medioambiente, pero en realidad no toman medidas para asegurarse de que sus prácticas sean sustentables. Del mismo modo, están todas estas empresas que nos cuentan cuánto se preocupan por el cáncer de mama y por la salud de las mujeres, pero muy a menudo, los productos que promocionan pueden contener sustancias químicas que podrían aumentar el riesgo de padecer la enfermedad. A eso lo llamamos “espejismo de la imagen rosa”.
El espejismo de la imagen rosa no se trata simplemente de promociones con la cinta rosa, que hay a montones. Señala de manera específica la hipocresía de las empresas que nos dicen cuánto se preocupan por el cáncer de mama, mientras su producto o servicio podría aumentar el riesgo de padecer la enfermedad.
Jamie DePolo: En cierta forma, esto se incluyó en la primera respuesta, pero, específicamente, ¿cuáles son los objetivos de la campaña? ¿Es la transparencia para lograr que estas empresas muestren adónde va el dinero? ¿Y también implica instar a las empresas a que sean un poco más responsables, por así decirlo, a la hora de promocionar productos relacionados con el cáncer de mama?
Karuna Jaggar: Nuestro trabajo consiste en abordar [la] epidemia del cáncer de mama, y en esa tarea, descubrimos que de hecho nos enfrentamos a esta especie de industria del cáncer. Me refiero a que las empresas que contribuyen a aumentar el riesgo de padecer la enfermedad tienen una colaboración estrecha con organizaciones sin fines de lucro que supuestamente trabajan en beneficio de las pacientes, pero que en muchos casos, lo que hacen en realidad es brindar una pantalla para las empresas con ciertas prácticas de negocios hipócritas y permitir que se salgan con la suya.
Ya sabes, a todos nos importa el cáncer de mama, y así es como debe ser. Estamos atravesando una crisis de salud pública. La incidencia del cáncer de mama ha ido aumentando en las últimas décadas. Hace 50 o 60 años, era 1 de cada 20 mujeres. Hoy, 1 de cada 8 mujeres tendrá cáncer de mama en algún momento de la vida. Es un aumento marcado en la incidencia que no se puede explicar solo con las mutaciones en los genes BRCA. Todo el mundo piensa en estos factores de riesgo hereditarios, pero los antecedentes familiares combinados tal vez representen el 10 % de los casos de cáncer de mama, así que la mayoría no están relacionados con ningún factor de riesgo conocido. En parte, se deben a la exposición sistémica a sustancias químicas sintéticas que alteran nuestros sistemas hormonales o que son cancerígenas. Y no se trata de cosas que una persona pueda evitar comprando un producto u otro.
Ese es nuestro análisis de la industria del cáncer y de esta clase de economía basada en el cáncer, y de cómo seguimos cargando a cada mujer con la responsabilidad de prevenir el cáncer de mama, en cierta forma avergonzando y culpando a las mujeres de manera completamente injusta. Siempre estamos buscando las causas sistémicas fundamentales, así que cuando aparece una empresa que nos dice cuánto se preocupa por el cáncer de mama, pensamos: “¡Genial! Necesitamos que purifiquen sus prácticas comerciales y realmente demuestren que están dispuestos a trabajar para ayudar a cambiar el curso de esta epidemia”.
Así que pienso en la campaña Think Before You Pink del año pasado, que se llamó Help Put the Brakes on Breast Cancer y se centró en Ford Motor Company. Ford Motors tiene el programa llamado Warriors in Pink y, de nuevo, es uno de esos casos en que una empresa nos cuenta de su gran compromiso con las mujeres afectadas por el cáncer de mama. Bueno, el año pasado, en Ford decidieron dejar de vender vehículos de pasajeros en Estados Unidos y, en lugar de eso, redoblar la apuesta y acelerar a fondo, por así decirlo, con la venta de camionetas y vehículos todoterreno, que son los que generan más emisiones.
Sabemos que los gases del tubo de escape aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama, y esto es más importante que cualquier elección de estilo de vida individual. Una sola persona puede optar por el transporte público o ir en bicicleta a todas partes, pero todos respiramos esos gases que emiten los vehículos y que aumentan el riesgo de tener cáncer de mama y de otros tipos. Así que, cuando una empresa como Ford crea su marca asegurándonos de que se preocupa por el cáncer de mama y, al mismo tiempo, tiene prácticas comerciales que van en sentido exactamente contrario... En 2018 anunciaron que lanzarían un nuevo modelo de F150 diésel. La F150 es el vehículo más popular del país, y lanzar un modelo diésel nos lleva en la dirección exactamente contraria. Así que le pedimos a Ford que pasara a una flota totalmente eléctrica, ya que eso realmente ayudaría a cambiar el curso de la epidemia del cáncer de mama.
Entonces, volviendo a los objetivos de la campaña, para nosotras se trata de instar a las empresas a actuar para asegurarse de no aumentar el riesgo de padecer cáncer de mama. Además, hacemos un llamado a la responsabilidad y a la transparencia para que aprovecharse de las buenas intenciones de las personas no sea lo único que hacen las empresas. No queremos decir que la cinta rosa está mal intrínsecamente. Tampoco estamos diciendo que ninguna empresa puede hacer lo correcto. Nuestro mensaje es: muéstrennos. Muéstrennos que no es solo un ardid publicitario. Muéstrennos que esto es más que comercialización. Muéstrennos tomando medidas realmente para asegurarse de que sus prácticas comerciales no aumenten el riesgo de padecer la enfermedad.
Jamie DePolo: ¿Cuáles dirías que son algunos de los logros o resultados? ¿Las empresas han respondido a este llamado, y cómo lo han hecho?
Karuna Jaggar: [Hay varias] empresas que cambiaron sus prácticas comerciales en respuesta a la campaña Think Before You Pink. Uno de los mejores ejemplos es Yoplait, que ha estado poniendo esas tapas de color rosa en sus envases de yogur para que los consumidores las envíen por correo a la empresa y así se genere una donación. Lamentablemente, a principios de este siglo, Yoplait utilizaba productos lácteos elaborados con una hormona sintética del crecimiento llamada rBGH, y hay inquietudes con respecto a los vínculos entre la rBGH y el riesgo de padecer cáncer de mama. Así que, en respuesta a nuestra campaña, que se llamó “Put a Lid on It” (Tápalo), Yoplait, y más adelante Dannon, decidieron dejar de utilizar rBGH en su yogur. Fue un [logro] realmente maravilloso. Significó que dos tercios del yogur producido en Estados Unidos no contenía rBGH. Así que ese es un buen ejemplo.
Otro ejemplo fue Kentucky Fried Chicken. Tenían una promoción llamada “Buckets for a Cure”, algo así como “baldes de pollo por la cura”. Era un nombre horrible, pero en 2010 o en [2011], eso fue... Pensaron que era una buena idea. Entonces, lanzamos la campaña “What the Cluck” (¿Qué cacareas?) para señalar la hipocresía que implicaba alentar a las personas, particularmente a las comunidades de color de bajos ingresos, a comer ese pollo frito en nombre del cáncer de mama, y la hipocresía de promocionar una comida que no es buena para la salud. KFC puso fin a la promoción poco después de empezarla, así que estamos muy contentas. Al final, solo duró 6 semanas. Ese es otro ejemplo de una victoria.
No sé si sabías que Komen estaba produciendo un perfume llamado Promise Me que contenía alteradores hormonales y otras sustancias químicas preocupantes. Estamos hablando de la organización benéfica de lucha contra el cáncer de mama más grande del mundo. Estas personas encargaron el perfume. De hecho, le pidieron al fabricante que elaborara un perfume exclusivamente para Komen. En un análisis hecho en un laboratorio independiente, se encontraron estas sustancias químicas preocupantes, incluidos alteradores hormonales. El cáncer de mama es una enfermedad impulsada por las hormonas. Sabemos que los alteradores hormonales pueden afectar la eficacia del tratamiento, así que estábamos indignadas. Nos pusimos en contacto de inmediato con la dirección ejecutiva y les contamos acerca de los resultados del análisis que se hizo en el laboratorio independiente. Les pedimos que retiraran el perfume del mercado, y aunque no lo hicieron, sí pusieron fin a la producción en lugar de continuar como tenían previsto.
Esos son algunos de los efectos reales de nuestras acciones. Creemos que, en esos casos, hemos podido ayudar a que las empresas dejen de lanzar productos con sustancias químicas preocupantes al mercado. Hay otra manera en que mediría el éxito de la campaña y que realmente tiene que ver con cambiar la forma de pensar de las personas con respecto a la publicidad vinculada al cáncer de mama. En 2011, cuando llegué a la organización, aún había personas que llamaban y preguntaban: “¿Acaso no es bueno que se recaude dinero para luchar contra el cáncer de mama?”. Como sugiriendo que el fin justifica los medios... Ya no recibimos ese tipo de preguntas. Pienso que el público tiene mucha más consciencia, no solo con respecto a la publicidad vinculada al cáncer de mama, sino también con respecto a otros tipos de publicidad en apariencia benéfica, y exige: “¡Oigan! Esto tiene que ser más que un ardid publicitario”. ¿Cómo demuestra realmente la empresa su compromiso con el tema?
Así que creo que este “espejismo de la imagen rosa” pasó a ser un término muy conocido. La mayoría de las personas entienden qué es el espejismo de la imagen rosa, y podemos ayudarlas a ir más allá del concepto y hacer algunas preguntas específicas para asegurarse de que su compra tenga el efecto deseado. Como mencioné, a las personas les importa el cáncer de mama, así que no queremos dar a entender que [ninguna] empresa está haciendo nada. Lo que en verdad queremos es asegurarnos de que sean transparentes con respecto a cómo están ayudando.
Jamie DePolo: ¿Y así es como funciona la campaña Think Before You Pink generalmente? ¿Lanzan una iniciativa cada año centrada en lo que para ustedes sería la campaña de publicidad más atroz de ese año? ¿O es un proceso continuo?
Karuna Jaggar: Un poco de ambas cosas, aunque octubre es el Mes de concientización sobre el cáncer de mama, y es cuando se lanzan varias promociones especiales relacionadas con la enfermedad. Cada vez más empresas hacen publicidad vinculada al cáncer de mama durante todo el año, así que iniciativas nuestras como las preguntas críticas para los consumidores siempre están disponibles.
Sí lanzamos una campaña anual en octubre que coincide con el Mes de concientización sobre el cáncer de mama, al que llamamos el “mes de la industria del cáncer de mama” debido a cómo se especula y se saca provecho de la enfermedad. Pero, por ejemplo, la promoción Buckets for a Cure, de hecho, se lanzó en la primavera en norteamérica, así que nuestra campaña “What the Cluck?” no fue solo durante octubre. En realidad, se lanzó en primavera cuando KFC creó los baldes de pollo frito con la cinta rosa.
Jamie DePolo: Me da curiosidad la reacción a la campaña, tanto de las personas con diagnóstico de cáncer de mama como de las empresas. Y me gustaría invitar a cualquiera que nos esté escuchando... Si tienen comentarios, pueden escribirnos a podcast@breastcancer.org y contarnos qué piensan del espejismo de la imagen rosa o de la promoción de productos específicos relacionados con el cáncer de mama en octubre. Vuelvo a ti, Karuna. ¿Cuál fue la reacción a la campaña?
Karuna Jaggar: Bueno, como todo, la reacción varía según la persona, y creo que la tendencia o, mejor dicho, la respuesta ha ido cambiando con las tendencias. Cuando recién empezamos a seguir el rastro del dinero y lanzamos la campaña Think Before You Pink, más personas solían preguntarnos: “Acaso no es bueno que se recaude dinero para la lucha contra el cáncer de mama? ¿No es algo bueno en última instancia?”. Ya no recibimos ese tipo de preguntas. Cada vez más personas se dan cuenta de que muchas de estas promociones con la cinta rosa en realidad son ardides publicitarios o campañas de publicidad que benefician a las empresas más de lo que benefician a cualquier organización de lucha contra el cáncer de mama.
Muy a menudo, vemos empresas que gastan mucho más para promocionar su donación de lo que realmente donan. Tengo varios ejemplos de eso. Entre ellos, están las brocas de perforación de color rosa que salieron hace algunos años. Resulta que Baker-Hughes es la segunda mayor empresa de servicios para la industria petrolera del mundo, una empresa internacional valorada en miles de millones de dólares, y decidieron donar $100.000 a la Susan G. Komen Foundation. Al mismo tiempo, iban a fabricar 100 brocas de perforación, o sea, elementos que se iban a introducir en el suelo, y las iban a pintar de rosa. Y las iban a enviar a todas partes del mundo en cajas que incluían folletos sobre la mamografía para la detección del cáncer.
La teoría era que si incluían estos folletos en la caja junto con la broca de perforación, entonces los trabajadores de los pozos petrolíferos iban a llevarse estos folletos a casa para que los leyeran las mujeres, ya fueran madres, esposas, hermanas... Bueno, produjeron videos promocionales y toda clase de material publicitario acerca de estas donaciones que superaron con creces la donación de $100.000 a [Susan G.] Komen. Vemos este tipo de situaciones una y otra vez. Creo que el público ha comenzado a ver más allá de la cinta rosa y se está dando cuenta de lo que realmente ocurre.
Además, la relación de una persona con la cinta rosa a menudo cambia con el paso del tiempo. Así que no es raro que cuando alguien recibe un diagnóstico por primera vez, es como que a esa persona se la mete de lleno en el mundo y en la comunidad del cáncer de mama. En un primer momento, esa persona podría sentir algo así como solidaridad al ver otra cinta rosa. Pero muchas veces, cuanto más tiempo pasa alguien como parte de la comunidad del cáncer de mama, más preguntas tiene acerca de las empresas que sacan provecho de la enfermedad. Acerca de los mensajes que dan esas empresas, que no están todos fundamentados en datos científicos. A pesar de la popularidad de la frase “la detección precoz salva vidas”, el hecho es que las mujeres cada vez tienen más probabilidades de recibir un sobrediagnóstico y un tratamiento innecesario en lugar de salvarse como resultado de una mamografía. Al final, las tasas de mortalidad han permanecido relativamente inalteradas. La verdad es que no se ve el beneficio prometido de todas esas mamografías. De hecho, cada año mueren más de 40.000 mujeres debido al cáncer de mama, y esa cifra casi no ha cambiado desde 1990, cuando se fundó Breast Cancer Action.
Así que cada vez más mujeres, a medida que se informan acerca del cáncer de mama, ven que las empresas muchas veces publican información muy engañosa sobre la enfermedad, incluida información sobre la tasa de curación a 5 años cuando sabemos que, en el caso del cáncer de mama positivo para receptores de hormonas, la mitad de las recurrencias se van a producir después de los 5 años. Sabemos que hasta el 20 %, posiblemente incluso el 30 % de todos los casos de cáncer de mama, incluso los que se detectan precozmente, se van a volver metastásicos. Entonces, esas mujeres se sienten engañadas y traicionadas por toda esta publicidad alegre y alentadora, y así es como cambia la relación con la cinta rosa. Comienzan a sentirse decepcionadas con las empresas que básicamente solo venden historias alentadoras y respuestas fáciles que no dan resultado. A fin de vender estos productos con la cinta rosa, las empresas nos aseguran que esos productos van a marcar una diferencia, y eso puede ser muy engañoso.
Jamie DePolo: Estoy de acuerdo contigo en que, en cierta forma, cambió la perspectiva con respecto a la cinta rosa. Dos de mis amigas tienen cáncer de mama metastásico. Hablé con ellas del tema y las vi pasar por esta experiencia. El Mes de Concientización sobre el cáncer de mama es algo muy complicado para ellas porque sienten que hay demasiada concientización. Una directamente me dijo: “Muchísimas personas son conscientes del cáncer de mama. Lo que realmente necesitamos es la cura”. Así que coincido en que la relación puede cambiar porque, como se dijo antes, cuando llega el primer diagnóstico, puede ser reconfortante utilizar eso como punto de partida para buscar a otras personas y recibir apoyo. Es útil, pero creo que para las personas diagnosticadas con enfermedad metastásica, a veces puede llegar a ser una relación más complicada.
Karuna Jaggar: Me gustaría agregar que muchas mujeres sienten que la cinta rosa se relaciona con esta sensación de alegría. La cinta rosa tiene una historia muy interesante. Es la historia de cómo se apropiaron de una herramienta de las campañas comunitarias y la adaptaron. Cuando la cinta rosa surgió a partir de esta cinta de color durazno, parecida pero con leves diferencias, Charlotte Hailey era una mujer que vivía en el sur de California. Estaba alarmada por la cantidad de mujeres en su familia y en su comunidad a las que les diagnosticaban cáncer de mama. Así que en una época en la que teníamos cintas de color amarillo para las tropas y cintas rojas para el VIH/SIDA, ella lanzó esta cinta de color durazno como llamado a una mayor financiación de las investigaciones sobre prevención. Entraron en escena la revista SELF y Estée Lauder... Y ella llamó la atención de los medios.
Charlotte consiguió la atención de los medios y desde la revista SELF y Estée Lauder la contactaron para ver si podían colaborar con ella. No estaba interesada. Dijo que le parecía algo demasiado corporativo. Entonces, los abogados de Estée Lauder y de la revista SELF sugirieron que lo único que necesitaban era cambiar el color de la cinta. Así que hicieron sesiones investigativas de grupo y descubrieron que el rosa resultaba femenino y alegre, tranquilizador y suave, y básicamente todo lo que no es el cáncer de mama. Y cuando la cinta de color durazno pasó a ser rosa, la prevención dejó de ser el centro de atención y ahora se trata de ganancias empresariales y donaciones ocasionales a organizaciones de lucha contra el cáncer de mama, pero no siempre.
Y esa historia, esa asociación con mensajes como “mantente fuerte, lucha con todas tus fuerzas, adopta una actitud positiva, sonríe más”... Creo que la campaña de Estée Lauder hace apenas un año o dos incluía mensajes como “Sonríe más”. Es tan condescendiente y es como que se culpa y se avergüenza a las mujeres, todo al mismo tiempo. No solo no vivieron, no tomaron todas las decisiones correctas, sino que tuvieron cáncer de mama, y con mensajes como esos, [se insinúa] que no adoptaron la actitud correcta ante el cáncer de mama. Pienso que eso es muy dañino, y es importante que realmente reconozcamos la total amplitud de experiencias con respecto al cáncer de mama y el hecho de que hay cabida para toda una variedad de emociones, incluido el enojo y, desde ya, la tristeza y el dolor.
Jamie DePolo: A modo de conclusión, en el sitio web de Breast Cancer Action, hay cuatro preguntas en la página de la campaña Think Before You Pink. Son cuatro preguntas que ustedes proponen para que las personas piensen antes de comprar cualquier producto con una cinta rosa. Pensé que podría ser útil que repasáramos esas preguntas para que, si hay personas interesadas escuchando, puedan pensar al respecto y tenerlas en cuenta.
Karuna Jaggar: Tenemos cuatro preguntas para hacer antes de unirse a una caminata contra el cáncer de mama y cuatro preguntas para consumidores conscientes. Si ven una cinta rosa en un producto, hay algunas acciones rápidas que pueden llevar a cabo. Aclaro que yo era menos consciente antes de unirme a Breast Cancer Action.
Si ven dos envases de aceite de oliva y uno tiene una cinta rosa, el primer impulso podría ser: “Mejor compro el de la cinta rosa”, porque suponen que se donará algo de dinero a una organización de lucha contra el cáncer de mama. Bueno, esa es la primera pregunta: ¿es así? A menudo, las empresas ponen una cita rosa en un producto y eso es todo, hasta ahí llega el supuesto apoyo. No significa que haya un aporte financiero necesariamente. Así que la primera pregunta es: ¿cuánto dinero de esta compra se va a destinar a una organización de lucha contra el cáncer de mama?
La siguiente pregunta es: ¿qué organización y qué programas se financiarán con este dinero? Y eso pone de manifiesto el hecho de que haya tantas organizaciones de lucha contra el cáncer de mama que estén más dedicadas a la concientización. Estamos en 2019. Sería difícil encontrar a alguien que no sea consciente del cáncer de mama. A menudo, esa concientización puede incluir mucha desinformación y datos erróneos o engañosos. Entonces, ¿cuál es el trabajo más importante para ti? ¿Son esos los programas que se financian con tu compra?
Y la tercera pregunta es: ¿hay un límite para las donaciones, un máximo, y ya se alcanzó? Uno de los problemas con la transparencia en relación con estas donaciones es que, a veces, una empresa como Reebok, por ejemplo, que vende ropa deportiva... Desde la empresa afirman que una parte de cada compra se destinará a una organización cualquiera hasta alcanzar un máximo. ¿Cómo sabes si se alcanzó ese máximo? Porque si ya se alcanzó, esa parte de tu compra irá a parar directamente a la cuenta bancaria de la empresa.
Y la cuarta pregunta es: ¿el producto conlleva un mayor riesgo de padecer cáncer de mama para ti o para tus seres queridos? Esto nos lleva de nuevo a la cuestión del espejismo de la imagen rosa, la duda de si hay sustancias químicas en el producto que pueden aumentar el riesgo de padecer la enfermedad. Si no puedes encontrar una respuesta satisfactoria a cada una de estas preguntas, no desesperes porque igual puedes hacer una donación a la organización de lucha contra el cáncer de mama que prefieras, la que, a tu criterio, esté haciendo el trabajo más importante.
Jamie DePolo: Eso tiene sentido. Entiendo que podría ser difícil responder algunas de esas preguntas cuando estás en una tienda, como se ha dicho, con dos envases de aceite de oliva en las manos, tratando de decidir cuál comprar. Pero tal vez tomas una decisión y, cuando llegas a casa, te pones a investigar.
Karuna Jaggar: Sí, y creo que es razonable pedirles a las empresas, las mismas que nos piden que compremos sus productos, que brinden esa información. No debería ser tan difícil. Eso es parte de lo que hacemos con la campaña Think Before You Pink. ¿Cuánto de este dinero se destinará a una organización o a un programa de lucha contra el cáncer de mama? ¿En qué consiste ese trabajo? ¿Cómo sé que mi compra derivará en una donación? Además, ¿este producto es seguro? No debería ser difícil obtener esas respuestas. Y si las personas deben esforzarse mucho para conseguirlas, creo que es un aspecto importante que las empresas deben tener en cuenta. Eso es parte de lo que hacemos con la campaña Think Before You Pink. Se trata de preguntar cómo pueden colaborar con la comunidad del cáncer de mama para que las personas sepan en qué situaciones pueden marcar una verdadera diferencia.
Jamie DePolo: Muchas gracias, Karuna. Ha sido una charla muy interesante e informativa. Te agradecemos que te hayas tomado el tiempo.
Karuna Jaggar: Gracias por invitarme.
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