Organizar tu vida con el linfedema
El linfedema puede afectar tu calidad de vida, tu comodidad y tu salud mental. Puedes obtener información sobre los síntomas, cómo reducir el riesgo de exacerbaciones, opciones de tratamiento para tener en cuenta y sugerencias a fin de organizar tu vida y el trabajo con el linfedema en este seminario web de Breastcancer.org.
En las personas que recibieron un tratamiento para el cáncer de mama, el linfedema puede presentarse en el brazo o en la mano del lado afectado, aunque también puede aparecer en las mamas, en el tórax, en las axilas, en el tronco o en la espalda. Es importante estar atento a los síntomas y explorar los distintos tratamientos quirúrgicos y no quirúrgicos.
Mira el seminario web para obtener asesoramiento especializado por parte de las panelistas, entre ellas:
Marisa C. Weiss, doctora en medicina Directora médica, Breastcancer.org
Shailesh Agarwal, doctor en medicina Cirujano, Brigham and Women's Hospital Profesor adjunto, Facultad de Medicina de Harvard
David Cabiling, doctor en medicina Cirujano, Centro de Cirugías Reconstructivas de Mama
Patrick Martone, doctor en medicina osteopática Medicina para la rehabilitación posterior al cáncer, Northwell Health Profesor auxiliar, Facultad de Medicina Zucker en la Universidad de Hofstra/Northwell
Blanca Moreno, doctora en fisioterapia, fisioterapeuta, magíster en Ciencias de la Computación, y terapeuta para el linfedema Fisioterapeuta, Cooperman Barnabas Medical Center
Dra. Marisa Weiss: Hola a todos. Soy la Dra. Marisa Weiss. Gracias por acompañarnos para hablar sobre el linfedema. Para quienes estén preocupados por su riesgo de contraer linfedema o para quienes vivan con esta afección desafiante, hoy esperamos poder ayudarlos a entender mejor cuáles son sus opciones para reducir el riesgo y para sobrellevar esta afección y vivir de la mejor manera posible.
En la comunidad en línea de Breastcancer.org, muchas personas expresaron que se sienten aisladas a causa del linfedema y sienten frustración o enojo por tener que lidiar con este efecto secundario luego de haber pasado por tanto a causa del diagnóstico y el tratamiento del cáncer de mama. Somos conscientes de su realidad. Sabemos cómo les afecta el estado de ánimo, las relaciones, la autoestima, las capacidades físicas y la productividad.
Si bien el riesgo de contraer linfedema puede seguir vigente mucho después del tratamiento, hay maneras para reducir la inflamación, evitar complicaciones, aumentar la comodidad y mejorar el nivel de funcionamiento a medida que los síntomas aparecen y se van o bien permanecen. Además, hay comunidades, como la de Breastcancer.org, que pueden ayudarte a sobrellevar este efecto secundario y a sentirte menos sola.
Antes de presentar a nuestros oradores destacados, quiero agradecer al Centro de Cirugía Mamaria Reconstructiva por su apoyo a largo plazo para con Breastcancer.org y por hacer posible el evento de hoy.
Nos enorgullece que hoy nos acompañe un grupo excelente de expertos en linfedema.
El Dr. Shailesh Agarwal es cirujano adjunto de la División de Cirugía Plástica en Brigham and Women's Hospital y profesor adjunto de la Facultad de Medicina de Harvard. Su experiencia clínica e intereses en el ámbito de la investigación incluyen la cirugía de reconstrucción mamaria y linfedema, entre otros tipos de cirugía reconstructiva.
El Dr. David Cabiling es cirujano plástico certificado especializado en cirugía de reconstrucción mamaria y linfedema. Es miembro del equipo del Centro de Cirugía Mamaria Reconstructiva y lidera el instituto especializado en linfedema de esa organización. El Dr. Cabiling realizó numerosas publicaciones en revistas científicas y libros de textos médicos y está entre los médicos mejor clasificados a nivel nacional según la satisfacción del paciente.
El Dr. Patrick Martone se especializa en la rehabilitación de personas diagnosticadas con cáncer en diversos hospitales de la red Northwell Health. También es profesor adjunto en la Facultad de Medicina Zucker de la Universidad de Hofstra Northwell. El Dr. Martone se centra en mejorar la calidad de vida y el nivel de funcionamiento que se ven afectados como resultado del cáncer y de los tratamientos del cáncer. Ayuda a personas que sufren afecciones como linfedema, neuropatía, fatiga y muchas otras.
Blanca Moreno es fisioterapeuta hace 15 años y se especializa en ayudar a las personas que viven con linfedema y afecciones neurológicas. Actualmente, realiza sus prácticas en el Cooperman Barnabas Medical Center.
Gracias a todos por acompañarnos.
Antes de abrir el debate con el panel, repasemos información importante sobre el linfedema.
El organismo cuenta con un complejo sistema de plomería que se encarga de administrar el flujo de líquidos del cuerpo para mantenerlos en circulación. Las arterias transportan la sangre oxigenada del corazón a los tejidos y las venas llevan la sangre desoxigenada de vuelta al corazón. Pero hay otro sistema de tuberías de drenaje, llamado sistema linfático, que transportan los líquidos de los tejidos de vuelta al torrente sanguíneo. Básicamente, las arterias son el único sistema de entrada y las venas y el sistema linfático son los dos sistemas de salida. Nos referimos al transporte de nutrientes de los tejidos al torrente sanguíneo.
La linfa es un líquido que circula a través del sistema linfático y elimina desechos, bacterias y otras sustancias, incluidas las células que intentan abandonar los tejidos del organismo.
Los ganglios linfáticos funcionan como filtros en los canales linfáticos. Por eso, cuando se eliminan ganglios linfáticos, los canales linfáticos que los atraviesan se pueden estrechar o interrumpir. Al igual que sucede cuando colapsa una autopista importante y se produce un gran embotellamiento. Así es como los tratamientos del cáncer de mama, como la extirpación de ganglios linfáticos, la radiación en los ganglios linfáticos y las cirugías mamarias pueden dañar los canales linfáticos cercanos y causar una acumulación o exceso de líquido llamado “linfedema”.
Algunas personas usan el término “inflamación”, de hecho, se usa bastante. Si bien hablaremos más que nada sobre el linfedema en el brazo o la mano, las personas que reciben tratamiento del cáncer de mama también pueden sufrir linfedema en la mama, el área del pecho, la axila, el torso o la espalda.
El linfedema no se puede prevenir. Puede llegar, luego desaparecer y no volver nunca más. O puedes hacer todo bien, tomar todas las medidas preventivas y, aun así, aparece incluso varios años después. Es necesario realizar más investigaciones para entender por qué algunas personas sufren esta afección y otras no.
Todo lo que pueda dañar los vasos linfáticos de los tejidos puede interrumpir el flujo de la linfa y aumentar el riesgo de padecer linfedema o de tener una exacerbación del linfedema existente. Estas acciones incluyen la extirpación de ganglios linfáticos, y el riesgo aumenta proporcionalmente a la cantidad de ganglios linfáticos extirpados. Los procedimientos quirúrgicos, como dije antes, como la lumpectomía y la mastectomía, aunque con esta última el riesgo es mayor. Diversos procedimientos que se realizan en el pecho pueden aumentar el riesgo. La radiación en los ganglios linfáticos puede causar linfedema. Esto sucede si el tejido cicatricial que causa el procedimiento presiona o estrecha los vasos linfáticos después de la cirugía y la radiación.
Las lesiones o infecciones en la piel también pueden desencadenar el linfedema. Las agujas, por ejemplo, someterte a un análisis o recibir otras soluciones intravenosas, pueden aumentar el riesgo si se colocan en el brazo del mismo lado donde se extirparon ganglios linfáticos. En algunas personas, el sobrepeso puede aumentar el riesgo de contraer linfedema después de la cirugía. La mera presión que ejerce el exceso de adiposidad puede ralentizar u obstruir el flujo del líquido linfático.
Cabe destacar que las mujeres negras e hispanas pueden tener más riesgo de contraer linfedema que las mujeres blancas. Se están realizando investigaciones para determinar los motivos y esperamos saber más sobre el tema en el futuro.
Existen categorías para describir el linfedema, que varían en gravedad del estadio 0 al estadio 3 y son totalmente distintos de los estadios que utilizamos para describir el alcance del cáncer. No tienen nada que ver unos con otros. Son solo estadios para describir el alcance del linfedema.
El estadio 0 y el 1 suelen ser reversibles, así que es importante consultar al médico apenas notes signos y síntomas para aumentar las probabilidades de que desaparezca. Además, el estadio del linfedema, a menudo, varía con el tiempo por diversos motivos.
Es importante informarse y tomar medidas para reducir el riesgo de linfedema incluso desde antes de someterse a la cirugía para tratar el cáncer de mama. Reducir el riesgo de linfedema requiere de un compromiso diario y de un nivel alto de concientización que debes integrar siempre a tu estilo de vida. Yo misma tuve cáncer de mama hace 13 años y me sometí a disección de ganglios linfáticos del lado izquierdo. Incluso hoy cuido mucho de ese brazo para reducir el riesgo de contraer linfedema.
Y si desarrollas linfedema, hay maneras de tratar y reducir los factores desencadenantes, minimizar el riesgo de que empeore o regrese y mantener los síntomas bajo control en la medida de lo posible. Daremos más detalles al respecto cuando abramos el debate con el panel.
Estas son algunas cuestiones que puedes hablar con el médico antes de la cirugía.
Los cambios en el estilo de vida, como limitar la ingesta de alcohol o dejar de fumar, pueden ser útiles. Pregunta si es posible hacerte una biopsia de ganglios linfáticos en lugar de una disección de ganglios linfáticos axilares. La biopsia de ganglios linfáticos, prácticamente, reemplazó a la disección debido al riesgo de contraer linfedema y a otras complicaciones. Pregúntale al médico acerca de limitar la extensión de la cirugía para extirpar ganglios linfáticos. Porque, de nuevo, cuantos más ganglios linfáticos te extirpen, mayor es el riesgo de afectar el sistema de drenaje linfático.
Por ejemplo, si te diagnosticaron CDIS o cáncer de mama no invasivo, por lo general, deberías poder evitar la extirpación de ganglios linfáticos. Dicho esto, la prioridad para ti y para el médico siempre debería ser el tratamiento eficaz del cáncer. En algunos casos, esto podría significar la necesidad de realizar la disección de ganglios linfáticos axilares. También es recomendable que le preguntes al médico si puedes reunirte con un especialista en linfedema antes de la cirugía para aprender qué estiramientos y ejercicios de brazo puedes hacer antes y después del procedimiento.
Después de la cirugía, puede ser difícil notar una ligera inflamación del brazo. Si tu equipo de cuidados mide el volumen o la circunferencia de tus brazos antes de la cirugía, puede registrar cualquier cambio de tamaño con el tiempo y ayudar a detectar la aparición del linfedema. Además, tú puedes ser la mejor persona para defender tus propios intereses si te informas acerca de los riesgos. Para comenzar, toda la información que estoy compartiendo hoy y otros datos útiles están disponibles en inglés en breastcancer.org/lymphedema.
Ahora hablemos sobre la reducción del riesgo y la minimización de las exacerbaciones después de la cirugía. Después de la cirugía por cáncer de mama, puedes solicitar una consulta con un fisioterapeuta si no lo has hecho ya. Es posible que te expliquen cómo elevar el brazo afectado de manera correcta durante la recuperación y cuándo es seguro estirar el brazo o hacer ejercicios suaves para recuperar todo el rango de movimiento y el flujo en esa extremidad, lo cual puede aliviar la inflamación y mejorar la flexibilidad y el funcionamiento. Incluso años después de someterte a la cirugía por cáncer de mama, puede ser una buena idea evitar exponer la mano, el brazo o la parte superior del cuerpo a cualquier tensión, fuerza o presión innecesarias.
Es muy importante proteger la piel, por ejemplo, con guantes cuando realices actividades como cocinar, limpiar, lavar los platos y realizar tareas de jardinería o arreglos en la casa, además de usar protector solar para evitar quemaduras solares y repelentes en aerosol para mantener lejos a los bichos e insectos.
Es muy importante tomar estas medidas adicionales para evitar cortes, picaduras de insectos, erupciones por hiedra venenosa, trabajos de manicura intensos o quemaduras solares porque así reducirás tu riesgo de contraer una infección, que es un factor desencadenante muy frecuente del linfedema. Recuerda mantener la piel hidratada para evitar que se agriete y utilizar jabones y lociones suaves. Por ejemplo, es preferible que utilices una crema depiladora para las axilas en lugar de una hoja de afeitar. Evita las situaciones de calor excesivo, como la aplicación de almohadillas de calor en el área afectada porque el calor puede aumentar el flujo de sangre y de líquido linfático en la zona.
No utilices bolsos ni carteras muy pesados ni prendas o joyas demasiado ajustadas que puedan restringir el flujo de la linfa. Puedes pedirle a un especialista en linfedema un programa de ejercicios que sea seguro y adecuado para ti para que puedas retomar el ritmo y mantenerte fuerte, flexible y con un buen rango de movimiento.
Si tienes sobrepeso, habla con el médico o el especialista en nutrición sobre un plan de control de peso. Esto es algo en lo que deberás trabajar con el tiempo, por supuesto, porque controlar el peso puede reducir el riesgo de desarrollar linfedema y puede ayudar a reducir el linfedema si ya lo padeces. Si identificas cualquier signo o síntoma de linfedema o infección, notifica a tu equipo de cuidados. Es muy importante llamar de inmediato si detectas signos de infección, como eventos nuevos de enrojecimiento, sensibilidad, aumento de la temperatura o fiebre en una zona en particular, secreción que proviene del brazo o de un corte que puede no estar relacionado con una lesión, una picadura de insecto o cualquier situación específica que recuerdes. Puede suceder de manera repentina sin que hayas hecho nada y sin que recuerdes ninguna experiencia concreta.
Considera obtener un brazalete médico que indique que no se te extraiga sangre por vía intravenosa ni se te tome la presión arterial en el brazo del mismo lado donde te extirparon o trataron los ganglios linfáticos. En caso de que ambas manos y ambos brazos estén afectados, por ejemplo, si te sometiste a una mastectomía bilateral, puedes preguntarle al médico si es posible realizar las extracciones de sangre o las mediciones de la presión arterial desde otra parte del cuerpo o desde el lado que no estuvo expuesto a una cirugía de ganglios linfáticos. También es posible que te hayas sometido a una mastectomía preventiva en un lado y a una mastectomía terapéutica en el otro; en ese caso, podrías elegir qué lado usar según corresponda.
Según la gravedad del linfedema, podrían recomendarte un plan con uno o varios tratamientos que puede incluir prendas de compresión, drenaje linfático manual, ejercicios especiales o incluso bombas neumáticas.
Cabe destacar que el plan de tratamiento de cada persona debería ajustarse a las necesidades del paciente y debería ser confeccionado por un especialista en linfedema. Para las personas con linfedema persistente y de gravedad significativa, hay varias opciones quirúrgicas disponibles, como la transferencia de ganglios linfáticos. En unos minutos, hablaremos más acerca de esto con el panel.
Entre los expertos en linfedema se incluyen médicos, enfermeros, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y masajistas. Es importante que las personas con quienes trabajes se especialicen en linfedema. Para encontrar expertos calificados, puedes preguntarle al personal de tu centro oncológico o buscar en línea en los directorios de la National Lymphedema Network o la Asociación de Linfedema de América del Norte.
Siempre conviene llamar a la compañía del seguro de salud para saber qué cobertura ofrecen, la cantidad de consultas cubiertas, los tipos de tratamiento y los copagos que podrías tener que asumir para que luego no aparezcan sorpresas en la facturación. Las sesiones de terapia física pueden acumularse y ascender a una suma considerable. Todos estos tratamientos se acumulan, por lo que es mejor planificarlos, en especial, si tienes una afección crónica que requiere un plan y una estrategia de tratamiento continuos y a largo plazo.
La buena noticia respecto de las prendas de compresión, que pueden significar un costo alto por cuenta propia, es que a través de una ley federal, se amplió la cobertura de Medicare para que las incluya en la cobertura. Esta ley entrará en vigencia a principios de 2024. Idealmente, esto hará que otros planes de atención sanitaria amplíen también su cobertura.
Quiero compartir una cita muy poderosa de un miembro de la comunidad de Breastcancer.org que describe los desafíos de vivir con linfedema: “Muchos días siento alegría, veo lo bueno que me rodea y todas las bendiciones que tengo. Otros días, sin embargo, me siento como Alicia cayendo por la madriguera, día tras día, tener que ocuparme del linfedema, los masajes, los ejercicios, los guantes y vendajes para lavar, el dolor constante y, lo peor de todo, la pérdida de funcionamiento; y entonces mi mundo se derrumba. Olvídate de barrer las hojas del jardín. Arrastrar un carrito de compras me cuesta cada vez más. Intento mantener el equilibrio en un mundo que no para de cambiar”.
Volver a encontrarte a ti misma después de un diagnóstico de cáncer de mama puede ser intimidante, en especial, cuando debes sobrellevar los efectos secundarios físicos. Estos efectos secundarios pueden terminar convirtiéndose en una nueva afección, distinta del cáncer de mama, con la que debes convivir. Por eso, hablemos un poco más acerca de qué puedes hacer para mejorar tu vida.
Me complace presentarles al Dr. Shailesh Agarwal, el Dr. David Cabiling, el Dr. Patrick Martone y Blanca Moreno. Todos se dedican a ayudar a las personas que viven con linfedema, y estamos ansiosos por escuchar sus opiniones. Dr. Cabiling, comencemos por la reducción del riesgo. Muchas de las personas del público se estarán preguntando lo siguiente "¿Qué se puede hacer antes de la cirugía para ayudar a reducir el riesgo de contraer linfedema?"
Dr. David Cabiling: Hola a todos. Es un placer estar aquí para hablar sobre el linfedema. Como mencionó la Dra. Weiss, soy cirujano plástico y especialista en microcirugía reconstructiva en el Centro de Cirugía Mamaria Reconstructiva de Nueva Orleans. En mi práctica, me dedico exclusivamente al tratamiento quirúrgico y a los cuidados de los pacientes diagnosticados con cáncer de mama.
Luego de varios años de tratar a esta población de pacientes, soy testigo de los distintos desafíos y dificultades que puede presentar el linfedema. A pesar de ser una afección incapacitante que afecta a muchísimos pacientes, durante mucho tiempo, el linfedema fue un tema poco estudiado, poco reconocido y cuyo diagnóstico y tratamiento eran inadecuados. Sin embargo, esta es una etapa bastante positiva para la microcirugía porque, en los últimos años, muchos profesionales, en especial, cirujanos plásticos, trabajaron mucho para ampliar nuestra comprensión de la enfermedad y para crear y refinar algunos tratamientos quirúrgicos nuevos para tratar el linfedema. Y estoy seguro de que hablaremos de ello más tarde.
Respecto de la pregunta sobre la prevención. Uno de los mayores riesgos de desarrollar linfedema en las extremidades superiores después del tratamiento del cáncer de mama, como mencionaste, es la extensión de la extirpación que se realiza de los ganglios linfáticos axilares durante la cirugía y la radiación que se administra en la axila.
Por supuesto, los pacientes no pueden modificar ese riesgo, pero la obesidad y el estilo de vida sedentario son igual de importantes para reducir el riesgo. La obesidad es un factor de riesgo muy conocido que aumenta el riesgo de contraer linfedema y es un área que está muy al alcance del paciente poder modificar. La reducción del riesgo aplica tanto antes como después de la cirugía y debería ser un objetivo para todos los pacientes en riesgo.
Después de la cirugía, como mencionó la Dra. Weiss, existen numerosas prácticas recomendadas que ayudan a reducir el riesgo de linfedema para los pacientes afectados. Todas ellas se centran en evitar producir más daños al sistema linfático del brazo afectado y son las siguientes:
mantener un peso saludable, evitar las lesiones que afectan al sistema linfático y, en particular, prestar atención a la salud de la piel, ya que el sistema linfático que drena el brazo se encuentra justo debajo de las capas de piel. En ese sentido, los pacientes deberían contar con una buena rutina de cuidados de la piel, que consta en mantenerla limpia y bien hidratada y estar atentos a evitar las lesiones domésticas más comunes. Los cortes, las raspaduras y las picaduras de insectos pueden causar daños adicionales al sistema linfático y, en última instancia, aumentar tu riesgo de desarrollar linfedema en el brazo afectado.
Dra. Weiss, usted mencionó otras cuestiones, como tener cuidado al depilarse, evitar servicios de manicura intensos o agresivos, en general, no cortar demasiado las cutículas, usar repelentes de insectos, protector solar y ropa de protección como guantes para realizar las actividades cotidianas con el objetivo de proteger bien la extremidad en cuestión. Los pacientes deben evitar usar ropa o joyas apretadas o ajustadas en ese brazo.
Como regla general, es mejor no medirse la presión arterial en el brazo afectado siempre que sea posible. También suelen ser prácticas recomendadas utilizar prendas de compresión confeccionadas a medida durante las actividades más vigorosas o cuando los pacientes viajen en avión o se encuentren en temperaturas extremas. El objetivo siempre es proteger el brazo y los canales linfáticos que se encuentran debajo de la piel para evitar otras lesiones.
Otra pregunta estaba asociada a evitar el linfedema durante la cirugía. Creo que es probable que esa pregunta se relacione con uno de los desarrollos más emocionantes en el tratamiento quirúrgico del linfedema. Quizás hablemos más sobre esto luego, pero es un procedimiento que se denomina “reconstrucción linfática inmediata”. Se les realiza a los pacientes que se someten a extirpación de ganglios linfáticos axilares, una cirugía que los expone a un mayor riesgo de desarrollar linfedema.
El procedimiento lo realiza un microcirujano, como es mi caso, inmediatamente después de finalizar la extirpación de los ganglios linfáticos. Lo que hacemos es hacer un mapeo del sistema linfático e identificar las terminaciones de los canales linfáticos bajo un microscopio, ya que son estructuras muy pequeñas que se identifican en la axila. Luego, reparamos el sistema linfático reconectando al torrente sanguíneo esas estructuras linfáticas que quedaron interrumpidas durante la extirpación de los ganglios linfáticos.
Este tipo de cirugía demostró ser muy prometedora, y es posible que disminuya diez veces el riesgo de contraer linfedema. Están surgiendo procedimientos nuevos y alentadores en términos de prevención, además de los que ya se conocen y resultan útiles para los pacientes hace varias décadas.
Dra. Marisa Weiss: Muchísimas gracias por brindarnos esa información. Esta es un área dinámica de la medicina en la que cada vez aprendemos más acerca de cómo manejar esta afección y cómo ayudar a las personas a recuperar una vida plena sin malestares ni limitaciones.
Dr. Martone, antes de la cirugía por cáncer de mama, ¿los pacientes deberían considerar la terapia física o la terapia ocupacional como parte esencial de los cuidados posquirúrgicos?
Dr. Patrick Martone: Es una pregunta excelente. Y muchas gracias por invitarme. Sin dudas, la rehabilitación posterior al cáncer y durante los tratamientos oncológicos forma parte de los tratamientos de las personas cada vez con mayor frecuencia. Ahora surgió la idea de algo llamado “prehabilitación”. Implica comenzar a recibir tratamiento incluso antes de someterte a operaciones a fin de maximizar los resultados. En especial, en el caso de la cirugía por cáncer de mama, los pacientes que tienen algo de tiempo, por ejemplo, si se someterán a quimioterapia antes de la cirugía, pueden hacer algunos ejercicios para ayudar a maximizar su funcionamiento. Estos ejercicios se realizan, sobre todo, antes de la cirugía mamaria para ayudar a estirar la pared torácica y fortalecer el manguito de los rotadores para que, luego de la cirugía, tengas un mejor funcionamiento del hombro y el brazo. Tras la cirugía, por supuesto, puede haber dolor posquirúrgico, en cuyo caso la rehabilitación puede ser muy útil para brindar alivio.
Dra. Marisa Weiss: Claro. Eso es muy valioso. Veo pacientes todo el tiempo quienes, después de la cirugía, se encorvan para proteger el área y luego sanan en esa posición. Y los tejidos que sanaron son más rígidos en consecuencia.
Dr. Patrick Martone: Sí.
Dra. Marisa Weiss: Más adelante, si intentas generar movimiento, se resisten porque el tejido cicatricial les impide moverse. Es importante tratar de mantener el flujo de líquidos, la postura y el posicionamiento adecuados, el rango de movimiento y el desarrollo de la fuerza antes de la cirugía. En particular, porque hoy en día muchas personas reciben tratamiento neoadyuvante, es decir, tratamientos con medicamentos antes de la cirugía, como quimioterapia, inmunoterapia y tratamiento anti-HER2.
Dr. Patrick Martone: Claro. Sobre todo, en el caso de los pacientes que podrían necesitar tratamiento con radiación. En primer lugar, es fundamental lograr la posición adecuada para la radiación, lo cual a veces puede ser difícil después de estas cirugías. En segundo lugar, después del tratamiento con radiación, se puede observar una rigidez progresiva de los músculos, incluso muchos años después. Por eso es necesario seguir realizando los ejercicios y estiramientos para mantener el rango de movimiento.
Dra. Marisa Weiss: Claro. Para todo aquel que esté escuchando, tanto mujeres como hombres, muchas veces trabajamos de esa manera. Hay una tendencia a encorvarnos en lugar de a abrir el cuerpo. Por eso, la concientización corporal es muy importante.
Dr. Agarwal, gracias por acompañarnos. ¿Podría contarnos acerca de los signos de advertencia del linfedema que podrían ser difíciles de reconocer y los cuales no deberían ignorarse? ¿Cuán pronto después de la cirugía pueden aparecer?
Dr. Shailesh Agarwal: Gracias por la invitación para hablar hoy y para interactuar con nuestros pacientes y con otros expertos en el campo. Creo que hay varias cosas para mencionar desde un punto de vista objetivo y desde otro subjetivo. Por objetivo me refiero a números y cifras, es decir, mediciones. Y por subjetivo me refiero a los signos y síntomas que experimentan los pacientes.
Técnicamente, si miramos la bibliografía, el linfedema se define en un punto cercano a seis meses después de la cirugía. Muchas veces, se prevé que el brazo se inflame durante los primeros meses posteriores al procedimiento, en especial, después de la cirugía de ganglios linfáticos. Si esa inflamación se prolonga durante más de seis meses, entonces, es cuando se realiza el diagnóstico formal y oficial del linfedema. Para algunos pacientes, puede ser frustrante porque es posible que hayan tenido lo síntomas todo el tiempo desde el día uno. Sin embargo, en muchos de estos pacientes, estos signos y síntomas desaparecen luego de unos meses.
Los signos que pueden ser sutiles son adormecimiento, hormigueo en el brazo, incluso en áreas del brazo alejadas del sitio de la cirugía. También hay una sensación molesta de pesadez que puede ascender por el brazo Suele ocurrir muy lentamente y tal vez no afecte de manera directa la capacidad de realizar las actividades cotidianas, pero es perceptible. Cuando algo no se siente bien, muchas veces no puedes definir exactamente qué es, pero sabes que algo sucede en el brazo.
Otros cambios que puedes notar son cambios en el crecimiento del vello del brazo afectado, podría ser pérdida del cabello o engrosamiento de algunos de los folículos capilares. Además, el linfedema no necesariamente se presenta como una inflamación generalizada de las extremidades.
Puede haber distintas áreas del brazo que se inflamen. A veces, alrededor del codo puede haber una inflamación que se siente como una tirantez cada vez que usas el codo. Al menos al principio, estas son algunas de las cuestiones que puedes experimentar al final del día. No necesariamente por la mañana, sino más tarde, cuando has utilizado el brazo durante todo el día y la inflamación comienza a acumularse y a empeorar. El líquido que se acumula comienza a hacerse visible al final del día.
Estas son cuestiones que creo que los pacientes deben tener en cuenta y deben mencionar durante el seguimiento con el oncólogo, o al menos informar al oncólogo o al médico de atención primaria si experimentan estos síntomas.
Dra. Marisa Weiss: Gracias. Eso es muy útil.
Dr. Martone, recibimos un comentario de alguien que asistió al seminario web, un poco se parece a lo que acaba de decir el Dr. Agarwal, y dice lo siguiente: "Siento mucho enojo porque tardé seis meses en recibir un diagnóstico oficial de linfedema." ¿Qué herramientas se utilizan para diagnosticar el linfedema? ¿Es fácil pasar por alto la afección en las etapas más tempranas?
Dr. Patrick Martone: Otra muy buena pregunta. Empleamos muchas herramientas para intentar diagnosticar el linfedema. Como decíamos, hay mediciones objetivas, por ejemplo, mediciones con cinta métrica si hay una diferencia significativa. Por supuesto que también queremos escuchar los síntomas subjetivos, por ejemplo, si la persona experimenta signos de pesadez o tirantez en los brazos.
Hay otros métodos, como el desplazamiento de volumen, que es, literalmente, ver la cantidad de volumen que se desplaza si apoyas el brazo en alguna superficie. También hay una tecnología llamada “espectroscopía de bioimpedancia”. De esta manera, se puede diagnosticar el linfedema en el estadio 0 que mencionaste antes. Este estadio hace referencia al período cuando se está formando el linfedema, pero aún no tienes signos clínicos, no se observa inflamación todavía; y ese es el mejor momento para detectarlo. Esta tecnología de espectroscopía de bioimpedancia nos ayuda a detectar cambios en los líquidos que podemos identificar en el estadio 0.
Dra. Marisa Weiss: Es fantástico poder detectarlo de manera temprana, porque hay más probabilidades de poder manejarlo y evitar exacerbaciones.
Dr. Patrick Martone: Exacto, porque es durante estos estadios tempranos cuando se puede revertir. Por eso, siempre queremos detectarlo en esta etapa.
Dra. Marisa Weiss: Sí. Cuando padeces linfedema, corres más riesgo de contraer una infección que puede exacerbarlo aún más. Es importante que estén atentos y reciban la información necesaria: cómo vivir con el brazo afectado, cómo vigilarlo cada día y asegurarse de que esté bien.
Permítanme preguntarle a Blanca. Luego de que se confirma el diagnóstico del linfedema y se deriva al paciente a un profesional como tú, que eres fisioterapeuta, o a uno de tus colegas terapeutas ocupacionales, ¿cómo desarrollan un plan de tratamiento que se ajuste a las necesidades individuales de la persona?
Blanca Moreno: Buenas tardes. Gracias por invitarme. Como fisioterapeuta, que además trabajo con muchos colegas fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales, el día de la evaluación inicial registramos los antecedentes subjetivos del paciente, obtenemos información sobre su diagnóstico de cáncer, el estadio del cáncer, si necesitaron algún tipo de cirugía, lumpectomía o mastectomía. También anotamos si recibió quimioterapia y si recibió o recibirá radiación. Dependiendo de los antecedentes subjetivos, todos los pacientes son sometidos a mediciones objetivas. Registramos datos sobre su postura y sobre la mecánica corporal al realizar transferencias. También observamos el rango de movimiento activo y pasivo del cuello y de los hombros. Y tomamos medidas de las circunferencias. Todo se mide en centímetros, y medimos tanto el brazo afectado como el brazo sano si hay más de 2 cm de vendaje [inaudible].
La terapia descongestiva compleja involucra cinco componentes. Les enseñamos a los pacientes acerca del cuidado de la piel y la importancia de hacerse autochequeos diarios. Les enseñamos cómo realizar un drenaje linfático manual, que es una técnica manual diferente del masaje.
También aplicamos vendajes de compresión si hay inflamación significativa y les tomamos las medidas para mandar a realizar prendas a medida. Dividimos nuestras sesiones en dos etapas: etapa de reducción, durante la cual intentamos descongestionar la extremidad tanto como sea posible. Estos pacientes deben usar vendajes de compresión durante 22 horas y regresar al menos tres veces por semana. Además, les enseñamos a ellos y a sus cuidadores a colocarse los vendajes.
A medida que avanzan en el tratamiento y disminuye la congestión y el edema con fóvea, mejora la piel y el rango de movimiento, se reunirán con la persona que toma las medidas de las prendas de compresión para usar de día y de noche, dependiendo de la etapa en la que se encuentre el linfedema. Muchos de los pacientes que atendemos, cuando regresan, no presentan signos de la afección. Pero los controlamos de cerca y tomamos medidas todas las semanas.
Dra. Marisa Weiss: Eso es muy útil. Es muy bueno saberlo. Es genial que ofrezcan ese servicio en el hospital donde trabajas. Gracias.
Dr. Martone, ¿podría explicar de qué se trata la terapia descongestiva compleja, cómo se utiliza y cuáles son los principios de la aplicación de estos vendajes? Quiero decir, lo que acaba de describir Blanca requiere de un experto. La aplicación de los vendajes debe realizarse de una manera específica, por supuesto. ¿Podría explicar cómo funciona la terapia descongestiva compleja y cómo se utiliza?
Dr. Patrick Martone: Claro. Para ampliar un poco lo que dijo Blanca, están los componentes principales. Por un lado, el drenaje linfático manual, y quiero volver enfatizar lo que dijo Blanca respecto de que no es un masaje convencional. En realidad, es una técnica muy específica que deberían realizar los terapeutas con una certificación en linfedema.
La idea es drenar las áreas proximales, para que las áreas que están más cerca de los sitios hacia donde drenan los canales linfáticos hagan espacio para expulsar el líquido de la extremidad en cuestión. Este es el componente del drenaje linfático manual.
Respecto del componente de los vendajes, siempre les digo a mis pacientes esto: "Es conveniente que veas a un terapeuta con una certificación en linfedema”, porque no podemos usar vendajes ACE para esta técnica. El vendaje debe contar con compresiones de una graduación específica para crear ese gradiente necesario, ese cambio de presión para lograr que el líquido suba y salga del brazo. También hay ejercicios educativos sobre los cuidados de la piel y la obtención de prendas de compresión adecuadas.
Dra. Marisa Weiss: Sí. Básicamente, el brazo está por debajo del nivel del corazón y la gravedad puede impulsar el líquido hacia abajo. Entonces, se aplican técnicas necesarias para masajear el líquido, y sé que no quieren usar la palabra “masaje”, pero me refiero a las técnicas de masaje específico, el drenaje linfático manual que se debe aplicar para permitir que el líquido suba por el brazo y se dirija hacia los conductos de drenaje más grandes que se encuentran en la axila. Es una práctica importante y una técnica muy especializada que practican de manera experta los fisioterapeutas como Blanca. Gracias.
Le iba a preguntar al Dr. Cabiling, en su opinión, ¿cuáles son las opciones quirúrgicas más avanzadas que hay en la actualidad para tratar el linfedema? Cuando responda, díganos su opinión respecto de durante cuánto tiempo debería recibir una persona los tratamientos más conservadores antes de considerar un procedimiento más agresivo, como la cirugía, para tratar el linfedema?
Dr. David Cabiling: Claro. Para la mayoría de nuestros pacientes que consideran someterse a una intervención quirúrgica para tratar el linfedema, suelo recomendar que reciban un tratamiento eficaz no quirúrgico durante al menos tres meses. Primero, porque la conexión con un terapeuta especializado seguirá formando parte de la recuperación posquirúrgica. Por lo tanto, contar con ese componente terapéutico en el equipo es fundamental y muy importante para ellos. Tres meses suele ser la recomendación que les doy a mis pacientes.
En términos de procedimientos quirúrgicos, creo que los más avanzados son los denominados “procedimientos fisiológicos”. Estos son los que no apuntan necesariamente a reducir el tamaño de la extremidad y existen hace décadas. Sin embargo, algunos de los más nuevos están pensados para mejorar el funcionamiento linfático fisiológico de la extremidad afectada. Existen varias opciones.
Las dos más frecuentes son la derivación linfovenosa, que, en pocas palabras, se enfoca en recrear un nuevo canal o una nueva salida para permitir el drenaje de los sistemas linfáticos bloqueados drenando el líquido a través del sistema sanguíneo o vascular de una vena. Asimismo, existen los trasplantes de ganglios linfáticos vascularizados. En este caso, recolectamos un conjunto de ganglios linfáticos vivos de una zona donante de otra parte del cuerpo y lo trasplantamos en el brazo afectado. Este procedimiento también puede mejorar la función linfática.
Estas intervenciones pueden combinarse en el caso de los pacientes con enfermedad más grave para que puedan funcionar juntos de manera más sinérgica. Considero que el desarrollo de estos procedimientos fisiológicos está a la vanguardia de los tratamientos quirúrgicos y es a partir de estos procedimientos que se descubrirán numerosos efectos prometedores.
Dra. Marisa Weiss: Cuando dice “fisiológico”, se refiere a aprovechar el sistema de drenaje del cuerpo. El sistema de conductos o... Continúe.
Dr. David Cabiling: Así es. En realidad, estamos mejorando el drenaje real de la extremidad y no necesariamente reduciendo su volumen, por ejemplo, a través de la liposucción u otros procedimientos que se usan para extraer el exceso de líquido o tejidos. Por medio de estos procedimientos, se intenta mejorar la función del brazo y recuperar la actividad que tenía antes de la afección, o al menos la más cercana posible.
Dra. Marisa Weiss: Sí. Y quiero hacer hincapié en que estos procedimientos quirúrgicos son extremadamente complejos y requieren de profesionales especializados. Estamos hablando de volver a unir dos elementos que tienen el tamaño de un espagueti pequeño, básicamente, por medio de un microscopio.
Por eso, sentimos un profundo respeto por ustedes, que son cirujanos expertos en esta área del tratamiento del linfedema, porque se capacitaron muchos años para esto, y ninguna persona que no tenga experiencia debería intentar realizar esta operación. Si estás escuchando y te gustaría obtener más información sobre esto, es posible que no cuentes con un experto cerca de tu área. Tal vez debas trasladarte hacia otra región en donde haya expertos. Es muy importante que solo te realices este procedimiento con alguien que de verdad sepa lo que está haciendo.
Ahora volvamos al aspecto más práctico, Blanca. Sé que las personas quieren volver al ruedo, y atiendo pacientes que me preguntan lo siguiente: "¿Puedo volver a jugar tenis? ¿Cuándo puedo hacer ejercicio?" ¿Qué consejo les das a las personas que quieren volver a practicar actividad física sin lesionarse mientras se recuperan de los procedimientos?
Blanca Moreno: Quiero que los pacientes entiendan que la actividad física es algo que aconsejamos, y se recomienda practicarla a diario. Sin embargo, dependiendo de la etapa en la que se encuentren en el proceso de rehabilitación posterior al cáncer, por ejemplo, en el período posquirúrgico, deben seguir el protocolo que les indique el cirujano. Si se sometieron a radiación, no deberían mover el brazo afectado por encima de los 90° durante el tratamiento con radiación y después de seis semanas. Pueden hacer muchos ejercicios de movilidad del torso. Pueden trabajar en la postura, pero no deberían hacer ejercicios de movimiento repetitivos durante la radiación y hasta seis semanas después. Si tienen el alta para regresar a las actividades, recomiendo practicar grupos de diversos ejercicios, que incluyen flexibilidad y estiramientos para evitar la formación de tejido cicatricial y mejorar el flujo linfático.
Pueden volver a hacer ejercicios de resistencia, como levantamiento de pesas y bandas de resistencia, pero deben prestar atención al entrenamiento de fuerza porque, cuando realizan movimientos repetitivos con peso, puede aumentar el flujo de sangre en el área, lo cual puede desencadenar o empeorar el linfedema.
Todos deberían hacer ejercicios aeróbicos, como caminar, trotar, andar en bicicleta y nadar porque estos involucran los músculos más grandes y los ayudarán a sentirse mejor debido al efecto que producen sobre la salud cardiovascular. También sirven para controlar el peso y mejorar el flujo en la extremidad y el retorno venoso.
Si los pacientes quieren retomar el ejercicio más intenso, como levantamiento de objetos pesados, tenis, golf o cualquier actividad que requiera movimientos repetitivos constantes, recomendamos que usen prendas de compresión antes de ejercitarse y durante la actividad, y que las conserven al menos durante las dos horas posteriores a la práctica. Además, las prendas deberían tener el ajuste correcto en el brazo.
Los pacientes no deberían tener miedo de hacer ejercicio, solo deben encararlo con precaución. Deberían consultar con su equipo médico antes de comenzar y hacerlo con actividades de bajo impacto y avanzar de manera progresiva.
Dra. Marisa Weiss: Sí. Hay estudios que demuestran el valor de realizar actividad física y retomar el ejercicio regular antes de lo que solíamos recomendar, pero esto requiere de la guía de expertos como usted. Estos estudios incluían fisioterapeutas expertos en medicina de rehabilitación posterior a la cirugía para ayudar a las personas a reducir el riesgo de linfedema y aumentar la fuerza, la comodidad, el rango de movimiento y la flexibilidad.
Pero no es conveniente que los pacientes realicen esto por su cuenta. Y justo después de la cirugía no es el momento adecuado para aprender a jugar pickleball ni jugar un partido intenso de golf. Se trata de entrenar de nuevo al cuerpo para hacer movimientos repetitivos de una manera que sea útil y que no cause lesiones.
Para que la gente sepa, de nuevo, los canales linfáticos son un sistema de conductos de drenaje que llevan los líquidos de los tejidos de regreso al torrente sanguíneo, y no hay músculos en las paredes de los canales linfáticos, dependen de la flexión de los músculos y de la actividad del brazo para impulsar los líquidos hacia el torrente sanguíneo. Por eso, cuando usas el brazo y sus músculos, ayudas a que los líquidos vuelvan a subir por los canales linfáticos hasta el torrente sanguíneo. Cuando realizas ejercicio con una manga en el brazo, esta ayuda a ejercer más presión sobre los líquidos para que suban y salgan por el brazo. Por eso, muchas veces el fisioterapeuta recomienda incluir en el plan el uso de una manga durante el ejercicio para ayudar a impulsar el líquido hacia arriba y hacia fuera del brazo para que vuelva al torrente sanguíneo.
Dr. Agarwal, una pregunta que se hizo muchas veces: “¿Cuánto tiempo puede pasar después del tratamiento inicial del cáncer de mama hasta desarrollar linfedema? ¿Es posible que aparezca décadas después?”
Dr. Shailesh Agarwal: Es posible que aparezca muchísimos años después. No hay un plazo limitado. Las cosas que hablamos al principio, y que ayudan a reducir el riesgo, son aquellas que, si se pasan por alto, podrían causar el desarrollo del linfedema incluso mucho tiempo después. Por ejemplo, las lesiones en el brazo donde se extirparon ganglios linfáticos axilares podrían causar linfedema incluso una o dos décadas después.
Por lo que depende del tipo de actividades y de las tareas a las que se exponga el brazo. Por ejemplo, una persona puede realizar actividades de jardinería y no usar un guante para ello. Y quizás no tenga ningún problema durante diez años. Sin embargo, al año siguiente, durante el verano, tal vez sufre un corte, una raspadura o algo que podría causar luego la formación del linfedema.
No creo que exista un plazo definido, pero también creo que, en la mayoría de los casos, se presenta de manera más temprana. Se observa una curva donde se produce una ralentización y una estabilización. Pero la realidad es que es probable que el riesgo no desaparezca nunca.
Dra. Marisa Weiss: Claro, en mi caso, hace trece años me sometí a la cirugía y me he entrenado, como dijo Blanca y todos ustedes, para prestarle mucha atención al brazo, a las cutículas de las uñas para asegurarme de que no haya enrojecimiento, hinchazón, sensibilidad u otros signos de infección, porque la infección puede empeorar las cosas muy rápido. Sin dudas, hay que prestar atención a eso.
Si tienes una nueva área que presenta enrojecimiento que se esparce, tiene bordes irregulares o presenta rigidez y sensibilidad, tal vez esté acompañada de bochornos o fiebre, se trata de una emergencia médica. Debes sonar la alarma y hablar por teléfono con el médico y decirle, por ejemplo, lo siguiente: "Necesito que me evalúe de inmediato". Debes usar tu voz para expresarte porque es mucho mejor descubrir que no era nada grave que luego enterarte de que era una infección que había estado avanzando durante un tiempo y podría empeorar el linfedema.
Blanca, tenemos una pregunta respecto de si las personas pueden aprender a hacerse el drenaje linfático manual por su cuenta en el hogar. Porque sabemos que esta es una afección crónica. Con el tiempo, el paciente no puede seguir viéndote tres veces por semana, aunque estoy segura de que deben adorarte. La persona debe ser capaz de hacer las cosas por su cuenta. ¿Se puede aprender esta técnica en casa?
Blanca Moreno: Sí. La técnica del drenaje linfático manual se puede enseñar a los pacientes y, de hecho, les recomendamos que la aprendan, pero a veces es una cuestión de cumplimiento, porque a los pacientes les gusta que alguien la realice por ellos. Pero deben entender que es una afección a largo plazo y el autocuidado se debe hacer todos los días.
Un terapeuta con una certificación en linfedema debería enseñar la técnica del drenaje linfático manual. En realidad, es una técnica manual que estimula el sistema de transferencia linfática de los canales linfáticos superficiales. Su objetivo es trasladar el líquido desde las áreas congestionadas hasta otras áreas más saludables.
Debemos asegurarnos de que el paciente entienda su anatomía, el lugar donde le diagnosticaron el cáncer, porque debe saber que, si el área congestionada, por ejemplo, se encuentra en los ganglios linfáticos axilares del lado derecho, debe alejarse de esa zona y dirigirse hacia los ganglios linfáticos axilares saludables del lado izquierdo. También tenemos los mismos ganglios linfáticos ipsilaterales en los ganglios linfáticos renales.
Por lo tanto, debemos crear conexiones, anastomosis. Una vez que los pacientes aprenden a hacer esto, es una técnica muy sencilla. Es muy lenta y manual, pero deben aprender que es un movimiento muy específico, es un mecanismo de bombeo en el que se utiliza toda la mano. Y siempre es mejor realizarlo piel con piel.
No se debe realizar la técnica de drenaje linfático manual sobre las prendas de ropa, y no se debe aplicar ninguna loción porque necesitas crear tracción al levantar la piel. A medida que lo haces y a medida que te alejas, debes asegurarte de moverte proximal y luego distalmente. Muchas veces los pacientes tienden a usar un cepillo seco que aplican distalmente sobre el brazo, pero el drenaje linfático manual comienza activando ambos ganglios linfáticos, incluso los afectados, y luego alejándose de a poco de las áreas proximales hacia las áreas de los ganglios linfáticos saludables. Y luego...
Dra. Marisa Weiss: Claro. Para que la gente entienda: “distal” significa alejado y “proximal” significa más cerca del área del corazón. Se intenta desplazar hacia arriba el líquido que está más abajo para poder llevarlo hacia una zona donde se pueda drenar.
Gracias por esa información. Es fantástico saber que las personas lo pueden hacer por su cuenta. Eso es muy importante.
El cuerpo tiene tanta resiliencia y flexibilidad. Es como lo que sucedió con el colapso de la sección de la autopista 95 en Filadelfia, que las personas encontraron otros caminos para evitar la obstrucción. El cuerpo cuenta con muchos sistemas de respaldo. Como decía Blanca, se intenta desplazar el líquido hacia otras áreas donde pueda drenarse. Quizás algunos de estos canales pueden abrirse y ampliarse para que quepa más líquido para drenar. Tal vez, con el tiempo, se puedan formar nuevos canales. El cuerpo hace cosas milagrosas y puede sanar de maneras increíbles.
Dr. Martone, alguien preguntó durante cuánto tiempo hay que usar las mangas de compresión y dónde recomienda obtenerlas.
Dr. Patrick Martone: Claro. Depende mucho del estadio del linfedema. Hay estudios en los que se demuestra que, durante el estadio temprano, cuando intentamos revertirlo, se debería usar la manga de compresión doce horas al día. Además, hay distintos tipos de compresión. Hay distintas prendas para usar durante el día y otras para usar de noche. Esas son otras cosas que la persona debería usar, por lo general, en estadios más avanzados.
Por otro lado, existe algo que llamamos “bombas de compresión neumáticas”. Son bombas que colocas en el brazo y simulan la técnica de drenaje linfático. Todas estas opciones se pueden usar para el tratamiento.
Respecto de dónde obtenerlas, siempre recomiendo que las compren en un lugar en donde les toman medidas. Muchas personas tal vez podrían usar una genérica. Pero a veces se necesita una prenda personalizada que debe confeccionarse a medida. Y si tienen preguntas, consulten a un terapeuta especializado en linfedema.
Dra. Marisa Weiss: Gracias. Mencionó las bombas neumáticas. Son bombas que usan aire para lograr que el líquido suba por el brazo y vuelva al torrente sanguíneo. Suelen crear un gradiente que genera más presión en la parte inferior que en la superior para fomentar el movimiento ascendente del líquido. Además, son secuenciales, es decir, no comprimen todo el brazo al mismo tiempo, sino que van dirigiendo el líquido gradualmente hacia arriba.
Estas bombas dan a la persona una sensación de libertad. Por ejemplo, alguien tiene una afección crónica, tiene hijos en casa y no puede pagar los copagos que implica visitar a un fisioterapeuta o no cuenta con uno cerca de donde vive, puede solicitar una bomba en su casa bajo la supervisión de un experto en el uso de bombas que sepa, además, todas las configuraciones necesarias. Y se puede usar la bomba en casa de manera privada en cualquier momento mientras miras televisión. Esa es una opción que pueden investigar, en particular, si el problema es crónico y necesitan encontrar una solución que puedan utilizar en el hogar porque no pueden salir y visitar a un fisioterapeuta con tanta regularidad. Dr....
Dr. Patrick Martone: Claro.
Dra. Marisa Weiss: Continúe.
Dr. Patrick Martone: Perdón. Las bombas también incluyen accesorios para la pared torácica que pueden ser muy útiles para las personas que tienen linfedema en la pared torácica o en la región de la mama.
Dra. Marisa Weiss: Claro. Gracias por la aclaración. También es muy importante saberlo.
De nuevo, esto requiere de la supervisión de una persona que sepa lo que está haciendo. No es una bomba que se compra por Amazon, te llega a tu casa y la sacas de la caja para usarla. Es una bomba especial que requiere cobertura del seguro médico para poder trabajar junto a un fisioterapeuta, un terapeuta ocupacional o tu médico especializado en medicina física.
Dr. Cabiling, iba a preguntarle sobre la dieta y sobre los alimentos que se deben o no comer y otras opciones relacionadas con el estilo de vida que recomienda a los pacientes para el período durante el cual están probando el enfoque conservador. Incluso después de someterse a un procedimiento quirúrgico, sigue siendo preferible que las personas sigan el estilo de vida más sano posible.
Dr. David Cabiling: Claro. Así es. En general, suelo asumir un enfoque holístico con respecto al estilo de vida saludable y a mantener una vida activa dentro de los límites que explicó Blanca para los pacientes que practican ejercicio y realizan actividades. Durante este período, las prendas de compresión son útiles para evitar la retención excesiva de líquido.
Sin embargo, seguir un estilo de vida saludable y mantener una dieta equilibrada y un peso óptimo son componentes muy importantes para reducir tu riesgo de empeorar el linfedema si ya lo padeces o de desarrollarlo si no lo tienes.
Dra. Marisa Weiss: Gracias. Gracias.
Dr. Martone, ¿qué opina del uso de mangas de compresión en los aviones? ¿Qué le aconsejaría a una persona si tiene que tomar un vuelo corto o un vuelo más largo? ¿Cómo se maneja esto? ¿Qué recomienda?
Dr. Patrick Martone: Las recomendaciones indican que, si tienes linfedema activo, es decir, tienes inflamación, definitivamente, deberías usar una prenda de compresión en el avión. Para los pacientes que tienen riesgo de desarrollar linfedema, deben conversar con su proveedor respecto de cuáles son los factores de riesgo reales en su caso. Para aquellos que se sienten más cómodos de esta manera, se les consiguen prendas de compresión. Lo importante es que usen una manga de compresión y también un guante para que la compresión durante el vuelo sea completa y abarque todo el brazo.
Dra. Marisa Weiss: ¿Por qué el linfedema puede empeorar en el avión? ¿Puede explicar la cuestión de la presión? ¿Qué sucede en la cabina del avión que se puede convertir en un problema?
Dr. Patrick Martone: La teoría es que un cambio en la presión puede hacerte más susceptible al linfedema, en concreto, los cambios de presión que se producen durante el vuelo.
Dra. Marisa Weiss: Bien. Gracias. Lo valoro.
Dr. Agarwal, tiene pacientes que, por ejemplo, tienen empleos que son más físicos... Supongamos que una persona trabaja en Amazon cargando paquetes o en una línea de ensamblaje o es chef en una cocina calurosa. ¿Qué les dice a estas personas? ¿Recomienda cambiar de trabajo?, ¿cómo modifican su vida actual para minimizar el riesgo de linfedema?
Dr. Shailesh Agarwal: Claro. Mi opinión es que nuestra tarea, en especial, como especialistas en cirugía reconstructiva, es permitirle al paciente realizar las actividades que desea y hacer lo que quiera de la mejor manera posible.
En el caso del chef, podría significar que debe asegurarse de evitar quemaduras y prestar atención a ese tipo de cosas para mitigar el riesgo. No creo que se pueda eliminar el riesgo por completo en cualquier aspecto de la vida, incluido el riesgo de desarrollo de linfedema, pero mitigarlo y ser cuidadosos es importante. Honestamente, llegado el momento, si un paciente desarrolla linfedema, debemos considerar si puede realizar las actividades en su lugar de trabajo de manera segura. Sin embargo, si no padece linfedema, creo que la persona puede seguir haciendo lo que hacía siempre y cuando sea cuidadosa y se asegure de no hacer nada que pueda significar un aumento directo del riesgo.
Dra. Marisa Weiss: Sí. Yo diría que se mantengan alejados de la máquina freidora. Cuando trabajaba en McDonald's mientras estudiaba medicina, estaba a cargo de freír los pasteles de manzana y sufría quemaduras en todas partes en ambos brazos. Así que mi recomendación es no usar freidoras. Pero, definitivamente, la idea es que el paciente pueda volver a la vida que desea. Cada uno de ustedes trabaja tanto para ayudar a que cada persona recupere el propósito, el significado, su vida y la alegría y la independencia para hacer lo que cada uno quiera cuando lo desee.
Antes de irnos, quisiera pedirle a cada uno si puede dejar un mensaje a los miembros de nuestra comunidad que están intentando sobrellevar el linfedema, un mensaje corto, ¿qué les dirían? Dr. Agarwal, comenzaré con usted.
Dr. Shailesh Agarwal: Estaba pensando en este tema y en lo que les digo a mis pacientes. El linfedema no es una cuestión binaria: no se reduce a si lo padeces o no. Hay diferentes grados de linfedema y diferentes niveles que pueden afectar a la persona. Por lo que tengan en cuenta que, si desarrollan linfedema, hay opciones de tratamiento. Hay opciones para aliviar los síntomas. Y estas últimas, si bien no son curativas, pueden servir para llegar a un punto en el que podrás seguir haciendo las cosas que amas.
Dra. Marisa Weiss: Gracias. Gracias. ¿Dr. Cabiling?
Dr. David Cabiling: Sí. Quiero profundizar en lo que dijo el Dr. Agarwal. Si bien un diagnóstico de linfedema, en la actualidad, suele ser una afección que dura toda la vida, se produjeron avances tecnológicos enormes. Hay una comprensión profunda de las técnicas de tratamiento que pueden mejorar de manera significativa la calidad de vida de los pacientes afectados, y hay opciones para los pacientes que enfrentan un diagnóstico de linfedema.
Dra. Marisa Weiss: Gracias. Gracias. Blanca Moreno, ¿qué mensaje corto quieres transmitirle a nuestra comunidad?
Blanca Moreno: El linfedema no te define como persona. No deberías dejar que se apodere de tu vida. Puedes estar a cargo tú del linfedema, además, cuentas con un gran sistema de apoyo, tus médicos, tu familia.
Dra. Marisa Weiss: Gracias. Gracias. Para finalizar, Dr. Martone, escuchemos su mensaje.
Dr. Patrick Martone: Muy bien. Creo que se trata de encontrar una manera y algo que funcione para ti. Si tenemos problemas para hacerlo, nos ponemos en contacto con grupos de apoyo, porque esas personas han probado muchas cosas que pueden haberles servido. Y siempre es una buena idea recibir esta información bajo supervisión médica.
Dra. Marisa Weiss: Sí. Podemos aprender tanto unos de otros. En Breastcancer.org, contamos con mucha información. En nuestra comunidad, las personas comparten experiencias entre ellas, consejos útiles. Lo que funcionó para ti tal vez no funcione para mí en este momento, pero quizás le sirva a otra persona. Muchas gracias a todos. Estamos muy agradecidos.
Y gracias también a todas las personas que asistieron. Espero que el seminario web de hoy las ayude a empoderarse en su tratamiento.
Si desean conectar con otras personas que entienden lo que están atravesando, los invitamos a unirse a la comunidad en línea de Breastcancer.org.
Gracias de nuevo. Cuídense mucho.
— Se actualizó por última vez el 25 de noviembre de 2023, 19:29
Este video llega a ustedes gracias al generoso apoyo del Centro de Cirugías Reconstructivas de Mama.