La historia de Jazzygirl: Cómo una colega se convirtió en uno de mis ángeles durante el tratamiento

Jazzygirl cuenta cómo encontró una nueva normalidad después del cáncer de mama gracias a una amiga inesperada.
 
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Jazzygirl forma parte de la comunidad de Breastcancer.org.

Durante mi tratamiento, hace 2 años, tenía una colega profesional y amiga, a quien llamaré Kay, que realmente me ayudó durante todo lo que tuve que pasar. Si bien no éramos amigas íntimas en el momento en que me diagnosticaron, enseguida se ofreció a visitarme en el hospital, me llevó a las consultas con el médico cada vez que lo necesité, pasaba por casa para ver que todo estuviera bien cuando yo tenía que viajar fuera del estado para recibir tratamiento, me llamaba para preguntarme cómo estaba, y mucho más. Era una de esas personas que aparecían y preguntaban: “¿Qué necesitas? ¿Cómo puedo ayudarte?”.

En esa época, y en los meses posteriores, mientras yo trataba de recobrar la vida habitual, Kay se portó maravillosamente: me invitaba a hacer actividades que yo podría disfrutar para ayudarme a no pensar tanto en lo que me estaba pasando. Podía ser ir a un concierto, al cine, al teatro, etc. Muchas mujeres aquí saben que encontrar una nueva normalidad después del tratamiento del cáncer de mama no es tarea fácil, pero contar con alguien que me ayudaba acompañándome en salidas y actividades sencillas hizo que me resultara mucho más fácil recuperar mi vida.

De alguna manera, siempre pensamos que son las personas más cercanas las que más nos ayudarán en los momentos difíciles, pero hay personas que se hacen presentes de formas que nunca esperas durante el tratamiento del cáncer. Lo que nunca supe de Kay es que ella había brindado apoyo a muchas personas que atravesaban un tratamiento del cáncer como integrante de su iglesia y de otras comunidades. Ella sabía cómo estar presente y acompañarme mientras yo enfrentaba la situación, nunca tuvo miedo de estar cerca de mí ni de intentar decirme lo que necesitaba hacer a lo largo del camino. Lo que hizo me sorprendió y me encantó, y siempre le voy a estar agradecida. Fue uno de mis ángeles cuando más lo necesité.

Seguimos siendo amigas, incluso mejores con el paso del tiempo.