La historia de RebzAmy: Cómo dejé atrás mi miedo a la recurrencia

Ahora con una familia de cuatro, RebzAmy cuenta cómo sigue la vida después del cáncer de mama.
 
rebzamy

RebzAmy forma parte de la comunidad de Breastcancer.org.

Esta es una historia sobre lo que me ayudó a dejar atrás el comportamiento casi obsesivo que tengo, o que tenía, en relación con el miedo a la recurrencia. Al principio, en 2011, después de ser soltera por mucho tiempo, conocí al hombre de mis sueños y nos casamos en menos de 9 meses. En ese momento, me convertí en madrastra a tiempo completo del hijo de mi esposo, ya que su madre (mi esposo era viudo) había muerto años atrás. Éramos una muy feliz familia de tres.

No puedo tener hijos porque recibí quimioterapia. Hablamos acerca de conseguir un cachorro y finalmente dimos el paso para convertirnos en una familia de cuatro. Así fue como Bugsy, un cachorrito de caniche miniatura, llegó a nuestras vidas en octubre de 2014. Es el amor de mi vida. Lo amo con locura y no me canso de disfrutar su compañía. No voy a decir que fue fácil, porque al principio, me resultó tan difícil que a veces pensaba para mis adentros: “¡Cielos! ¿Qué hice o qué hicimos?”.Además, como trabajo en casa, el cachorro era mi responsabilidad durante el día y, al principio, eso fue muy difícil.

Pero valió la pena, sin lugar a dudas. Bugsy no me deja tiempo para detenerme y pensar en lo que me pasó. Es pura alegría y distracción desde el instante en que me levanto a la mañana hasta que lo acuesto a la noche. Lo alimento, lo hago ir al baño y le limpio la colita (sí, lo hago), lo baño, lo paseo y juego con él. Mi esposo e hijo también colaboran cuando están en casa. Pero soy la mamá de mi cachorrito, y él llora y me llama si me voy de la habitación.

Me encanta cuando salimos a pasear juntos. Me encuentro con muchas personas cuando salimos y mi bebé recibe tanta atención porque es tierno y adorable, y tiene un corte de pelo de cachorrito en lugar de caniche. Además, es muy amistoso y le encanta recibir atención de las personas. Quiere ser amigo de todos.

Cuando Bugsy aprendió a bajar las escaleras, lo filmé y el video resultó ser la cosa más bonita.

Simplemente, ya no tengo tiempo de pensar demasiado en lo que me pasó. Incluso cuando tenía problemas para dormir porque el cachorro lloraba de noche y después tenía que levantarme temprano, incluso cuando tenía que limpiar sus percances... Cuando miro atrás, me convenzo de que es lo mejor que me pasó en la vida. Mi cachorro me hace reír todo el tiempo, me hace llevarlo a pasear (lo que es bueno para ambos), me recuerda cuando es la hora de comer o cuando quiere tomar agua, me indica cuando quiere jugar o ir al baño. Es muy intuitivo y una fuente constante de alegría para mí. Lo adoro.