La historia de DivineMrsM: Vivir el presente con cáncer de mama (seno) metastásico

Un impactante diagnóstico de cáncer de mama metastásico llevó a DivineMrsM a hacer más de lo que le gusta y a dejar de hacer cosas por obligación.
 
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DivineMrsM forma parte de la comunidad de Breastcancer.org.

Era una mujer que empezaba a vivir mi quinta década de vida, tenía buena salud, un matrimonio de más de veinte años, un hijo en su último año de secundaria y mamografías anuales desde los cuarenta, cuando, el 22 de diciembre de 2010, me encontré un engrosamiento en la mama izquierda. Eso sucedió seis días después de mi mamografía anual. Un mes después, ya sabía que era cáncer de mama en estadio IV, positivo para receptores de estrógeno y negativo para HER2. En el transcurso de los diez meses posteriores a esa fecha, me sometí a seis ciclos de quimioterapia, luego a una lumpectomía y, finalmente, a treinta y tres tratamientos con radiación. Ahora tomo Arimidex todos los días y me realizo exploraciones con TEP cada seis meses. Desde mi tratamiento, la enfermedad ha permanecido estable. Me duelen las articulaciones y los pies, y me muevo un poco más lento que de costumbre, pero estoy en movimiento. He aprendido a tomarme las cosas con calma.

Mi familia está al tanto del diagnóstico, pero elegí no contárselo a mis amigos y colegas. Trabajo a tiempo parcial como maestra de preescolar. Me alegra no haber renunciado luego del diagnóstico, porque el trabajo es una grata distracción de todo el tema del cáncer de mama.

Mientras atravesaba el primer año de tratamiento, dos integrantes de mi equipo médico insistían en recetarme antidepresivos. Esos medicamentos me hacían sentir mal. Hasta que me di cuenta de que sufría ansiedad, no depresión, y una enfermera finalmente encontró el ansiolítico indicado para mí: Buspar. Tomo una dosis mínima todos los días. Con este medicamento, literalmente recuperé mi vida. En lugar de estar temblando de miedo, con temor a dejar el sofá, me puse en movimiento y hoy sigo adelante con la rutina cotidiana. Como dicen por ahí: "Se vive mejor gracias a la química".

Me aseguré de vivir mucho estos últimos años. Viajé más: fui a Nueva York, a Las Vegas, al Gran Cañón, tomé un crucero a Bahamas... ¡y espero seguir así! Conocí restaurantes y asistí a recitales, sigo disfrutando de hacer compras, cultivar flores y de ver buenos programas de TV y leer libros fascinantes. Hago más de lo que me gusta y dejé de hacer cosas por obligación. Nunca diría que necesité el cáncer de mama como llamada de atención, porque ya me sentía profundamente agradecida de todas mis bendiciones antes de que esto sucediera. Quiero vivir mi vida al máximo, porque no quiero que el cáncer de mama me prive de la posibilidad de vivir.

Y esto no es una publicidad descarada para el sitio web Breastcancer.org, pero encontrar este foro sobre cáncer de mama me salvó la vida. Llegar a conocer a otras personas que estaban lidiando con el cáncer de mama en estadio IV, leer cómo lo manejaban y continuaban viviendo e incluso disfrutando la vida fue una revelación para mí y me dio fortaleza para seguir adelante. No puedo insistir lo suficiente en eso.

Realmente no me siento a pensar en lo que sucedió cuatro años atrás, porque estoy ocupada viviendo el presente. Mi consejo para las mujeres que acaban de entrar al mundo del estadio IV es que aprendan a vivir el presente. No gasten energía en proyecciones a un futuro lejano. Un solo día puede estar lleno de vida, empápense de eso y, luego, cuando despierten mañana, háganlo de nuevo. Mis mejores deseos para todos.