Las mujeres negras e hispanas pueden correr más riesgo de padecer linfedema
Según un estudio reducido, entre las mujeres a las que se les había practicado una cirugía por cáncer de mama y una disección de ganglios linfáticos axilares, las mujeres de raza negra y las hispanas tenían más probabilidades de desarrollar linfedema que las mujeres blancas, al igual que las que recibieron quimioterapia antes de la cirugía en lugar de después de esta.
La investigación se publicó en línea el 9 de junio de 2022 en la revista JAMA Oncology. Lee el resumen en inglés de “Risk Factors and Racial and Ethnic Disparities in Patients With Breast Cancer-Related Lymphedema” (Factores de riesgo y disparidades raciales y étnicas en pacientes con linfedema vinculado al cáncer de mama).
Acerca del linfedema
El linfedema es la inflamación anormal de los brazos, las manos, las mamas o el torso como efecto secundario de la cirugía por cáncer de mama, la radioterapia o ambas. La afección puede aparecer meses o incluso años después de finalizar el tratamiento.
Con la cirugía por cáncer de mama o la radioterapia, algunos ganglios y vasos linfáticos del área afectada pueden dañarse, lo cual impide que el líquido linfático fluya a través del cuerpo con facilidad. Con el tiempo, el líquido linfático puede sobrecargar estos vasos y acumularse en el tejido del cuerpo cercano a la zona tratada.
En la actualidad, muchos expertos estiman que entre el 20 y el 30 % de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama padecen linfedema.
Entre los factores de riesgo de linfedema, se incluyen los siguientes:
disección de ganglios linfáticos axilares
radioterapia
tener varias cirugías en el área del pecho
sobrepeso u obesidad
Aun así, la disección de ganglios linfáticos axilares es el factor de riesgo principal del linfedema.
Acerca de la disección de ganglios linfáticos axilares
Los cirujanos generalmente realizan la disección de los ganglios linfáticos axilares durante la intervención para realizar la mastectomía o la lumpectomía como parte del tratamiento del cáncer de mama en etapa temprana. El cirujano extirpa cinco o más ganglios linfáticos en el área de la axila del lado del cáncer de mama. Luego, un patólogo examina los ganglios linfáticos para determinar si hay células cancerosas en ellos.
Si hay células cancerosas en los ganglios linfáticos extirpados, hay un riesgo más alto de que el cáncer de mama vuelva a aparecer, lo que los médicos denominan “recurrencia”.
Cuando un informe patológico muestra que hay células cancerosas en los ganglios linfáticos, los médicos recomiendan más tratamientos luego de la cirugía, como radioterapia, quimioterapia y, posiblemente, terapia dirigida.
Acerca del estudio
En estudios anteriores se ha demostrado que las mujeres de raza negra tienen un riesgo más alto que las mujeres blancas de padecer linfedema, pero la razón no es clara. Tampoco se ha podido determinar si recibir quimioterapia antes de la cirugía, lo que los médicos llaman “quimioterapia neoadyuvante”, en lugar de después de esta afecta el riesgo de linfedema.
En este estudio, el equipo de investigación quería recopilar más información sobre los factores de riesgo de linfedema.
El estudio incluyó a 266 mujeres que habían recibido el diagnóstico de cáncer de mama y se habían sometido a cirugía por cáncer de mama y disección de ganglios linfáticos axilares entre noviembre de 2016 y marzo de 2020 en el Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering. De las mujeres que participaron en el estudio:
166 eran blancas
55 eran negras
29 eran asiáticas
16 eran hispanas
la mitad de las mujeres tenía menos de 48 años y la otra mitad era mayor
un 68 % de las mujeres tenía diagnóstico de cáncer de mama positivo para receptores de hormonas y negativo para HER2
un 70 % de las mujeres recibió quimioterapia antes de la cirugía
a alrededor de la mitad de las mujeres se les extirparon más de 18 ganglios linfáticos y a la otra mitad, menos
a un 24 % de las mujeres se le practicó una lumpectomía y a un 76 %, una mastectomía
un 85 % de las mujeres se sometió a reconstrucción mamaria con implantes; 15 % tuvo una reconstrucción con tejido de otra parte de su propio cuerpo (lo que los médicos llaman “reconstrucción autóloga o con colgajo”), y un 27 % no tuvo ningún tipo de reconstrucción
Se le realizó un seguimiento a la mitad de las mujeres durante menos de 22,6 meses y a la otra mitad, por un período más largo.
El equipo de investigación utilizó un perómetro para medir los brazos de las mujeres en los siguientes momentos:
antes de la cirugía por cáncer de mama
después de la cirugía
cada seis meses luego de la cirugía
Un perómetro utiliza luz infrarroja para escanear un miembro, y la medida de volumen y tamaño que se produce se considera de gran precisión.
Luego de veinticuatro meses de seguimiento, el 23,8 % de las mujeres había desarrollado linfedema.
El equipo de investigación analizó la cantidad de mujeres de cada grupo racial o étnico para ver cuántas habían desarrollado linfedema:
un 37,2 % de las mujeres de raza negra desarrolló linfedema
un 27,7 % de las mujeres hispanas desarrolló linfedema
un 22,5 % de mujeres asiáticas desarrolló linfedema
un 19,8 % de las mujeres blancas desarrolló linfedema
La diferencia entre los índices de linfedema fue considerable a nivel estadístico, lo que significa que, probablemente, se debió a cuestiones de raza y etnia, y no fue solo una casualidad.
Los índices de linfedema también fueron más altos entre las mujeres que recibieron quimioterapia antes de la cirugía:
un 29,3 % de las mujeres que recibió quimioterapia antes de la cirugía desarrolló linfedema
un 11,1 % de las mujeres que se sometieron a una cirugía primero desarrolló linfedema
El equipo de investigación descubrió que los siguientes factores estaban vinculados a la aparición del linfedema:
ser una mujer de raza negra
ser una mujer hispana
haber recibido quimioterapia antes de la cirugía
ser mayor
dejar que pasara más tiempo después de la cirugía por cáncer de mama
El equipo de investigación destacó que, debido a que la cantidad de mujeres hispanas en el ensayo era tan reducida, se necesitan más estudios para confirmar el resultado para ese grupo de mujeres.
Qué significa esto para ti
Los resultados de este estudio pueden resultar perturbadores si eres una mujer negra o hispana que ha recibido un diagnóstico de cáncer de mama en etapa temprana.
En este estudio, se muestra que las mujeres hispanas y de raza negra tienen un riesgo más alto que las mujeres blancas de padecer linfedema, pero la razón no es clara.
No puedes controlar las características del cáncer que te diagnosticaron, ni tampoco los tratamientos para el cáncer que recomiende tu médico a fin de mantener el riesgo de recurrencia lo más bajo posible. Sin embargo, hay medidas que puedes tomar para reducir el riesgo de padecer linfedema e incrementar las posibilidades de reconocerlo en la etapa inicial de los síntomas.
Antes de someterte a una cirugía por cáncer de mama, es recomendable consultar con un terapeuta especializado en linfedema, un fisioterapeuta u otro profesional de la medicina capacitado en el tratamiento del linfedema relacionado con el cáncer de mama. Eso les permitirá registrar las medidas de referencia del brazo y la mano, como así también evaluar la fuerza del brazo y de la parte superior del cuerpo.
Con estas medidas iniciales de referencia, podrás evaluar mejor cualquier cambio que se produzca con el tiempo en el brazo y la mano.
Conocer la fuerza de la parte superior del cuerpo antes de la cirugía puede ayudar al especialista a planificar un programa de ejercicios y rehabilitación hecho a la medida de tus necesidades particulares.
Un especialista también puede informarte sobre los signos y síntomas del linfedema, y lo que debes hacer si los detectas.
Obtén más información sobre la reducción del riesgo y las exacerbaciones del linfedema.
Redacción: Jamie DePolo, editora sénior
— Se actualizó por última vez el 26 de diciembre de 2022, 22:54