El quimiocerebro no está solo en la cabeza, el intestino también influye
La quimioterapia altera el microbioma intestinal, el ecosistema formado por billones de organismos microscópicos en los intestinos. Un nuevo estudio sugiere que la forma en que la quimioterapia afecta al intestino puede ayudar a explicar por qué algunas personas diagnosticadas con cáncer de mama experimentan deterioro cognitivo, o quimiocerebro, durante y después del tratamiento. Los resultados (en inglés) se publicaron en la revista Brain, Behavior, and Immunity.
El quimiocerebro afecta hasta al 75 % de las mujeres (en inglés) que reciben quimioterapia para el cáncer de mama. Los investigadores no están seguros de por qué algunas personas tienen más problemas con el quimiocerebro que otras, pero entender estas diferencias podría conducir a nuevas formas de tratar estos síntomas.
“La posible conexión entre el intestino y el cerebro nos permitiría crear tratamientos para el intestino con el fin de tratar el cerebro”, dijo en un comunicado Leah Pyter, autora principal y profesora asociada de psiquiatría y neurociencia en la Universidad Estatal de Ohio.
Estudios recientes han ofrecido indicios prometedores respecto de cómo se comunican los microbios del intestino con el cerebro (a través de los sistemas inmunitario y nervioso). En investigaciones anteriores (en inglés) en ratones se descubrió que los cambios en el microbioma intestinal inducidos por la quimioterapia provocaban cambios en el funcionamiento del cerebro y efectos secundarios en el comportamiento. ¿Podría ocurrir lo mismo en las personas tratadas con quimioterapia?
Los investigadores recogieron muestras de sangre y heces de 77 mujeres diagnosticadas con cáncer de mama antes, durante y después de la quimioterapia. También les hicieron pruebas cognitivas para evaluar su capacidad de pensamiento y memoria, y les pidieron que evaluaran su propia cognición.
“Descubrimos que las pacientes tratadas con quimioterapia que mostraban descensos en el rendimiento cognitivo [quimiocerebro] también presentaban reducciones en la diversidad de su microbioma intestinal”, dijo Pyter.
Los investigadores creen que los tratamientos que mejoran la diversidad del microbioma intestinal pueden ayudar a aliviar o prevenir el quimiocerebro. Se debe investigar más para ver si medidas sencillas, como tomar probióticos durante la quimioterapia, pueden reducir el riesgo y la gravedad del quimiocerebro.
“Si bien los efectos secundarios de la quimioterapia son frecuentes y reducen la calidad de vida, en general, suelen descartarse como ‘parte de la quimioterapia’ y, por tanto, pasarse por alto y tratarse de manera deficiente”, afirma Pyter. “Creemos que las intervenciones centradas en el microbioma intestinal (...) pueden mejorar los efectos secundarios conductuales de la quimioterapia”.
— Se actualizó por última vez el 7 de diciembre de 2024, 14:58