Cómo comer cuando tienes fatiga

La fatiga es más que simplemente "estar cansada". La fatiga es una falta diaria de energía, una especie de debilidad o apatía que sientes en todo el cuerpo.
 

La fatiga es más que simplemente "estar cansada". La fatiga es una falta diaria de energía, una especie de debilidad o apatía que sientes en todo el cuerpo. Es una pérdida de interés en las personas y en las cosas que generalmente te gusta hacer. El agotamiento físico se mezcla con el bajo estado de ánimo, y terminas con fatiga.

La fatiga es el efecto secundario más común del tratamiento contra el cáncer de mama. Algunos médicos calculan que 9 de cada 10 personas experimentan cierto grado de fatiga durante el tratamiento.

Los factores que causan la fatiga son complejos y diversos, incluso después de concluir el tratamiento del cáncer de mama. Las náuseas y el dolor, los bochornos, los esteroides, el estrés y la depresión pueden contribuir a la fatiga. Lo que comes también puede repercutir sobre la fatiga:

  • Nutrición deficiente: comer menos y no obtener los nutrientes necesarios por los efectos secundarios del tratamiento pueden causar fatiga.

  • Deshidratación: es posible que estés deshidratada porque vomitaste o tuviste diarrea después del tratamiento. O quizás estés demasiado cansada para seguir bebiendo líquido. Esto puede llevar a un desequilibrio en los electrolitos y puede hacerte sentir débil.

Obtén más información sobre las causas de la fatiga y las medidas que pueden ayudar.

Si intentas combatir la fatiga, es importante que te asegures de incorporar suficientes proteínas y calorías totales. Estas cantidades variarán según las distintas personas. Juntos, tú, tu nutricionista diplomado y tu médico podéis elaborar un plan de alimentación adecuado para ti.

A continuación algunas pautas generales sobre cuántas proteínas y calorías necesitas:

  • Si tu peso se mantiene relativamente estable durante el tratamiento, necesitas unas treinta calorías por kilo de peso. Así, si pesas 72 kilos necesitas 2.400 calorías por día para mantener tu peso.

  • Si perdiste peso durante el tratamiento, agrega otras 500 calorías a tu dieta diaria. Así, si pesabas 59 kilos (130 libras) y perdiste peso durante el tratamiento, necesitas 1.950 más 500, lo que da un total de 2.450 calorías diarias.

  • Las proteínas ayudan a sanar y reconstruir tejidos. Durante el tratamiento, consume aproximadamente un gramo de proteína por cada kilo de peso. Por ejemplo, si pesas 72 kilos (160 libras), intenta incorporar 80 g de proteína en tu dieta por día.

También debes asegurarte de consumir suficientes vitaminas y minerales. Lo mejor es obtener estos nutrientes de alimentos en lugar de suplementos. Pero si no estás comiendo mucho debido a los efectos secundarios del tratamiento, consulta a tu médico sobre la posibilidad de tomar algún suplemento polivitamínico.

No dejes de beber suficiente líquido, especialmente agua. Si tienes efectos secundarios como vómitos y diarrea, necesitas beber más líquido que de costumbre. Además de agua, el jugo de fruta, las bebidas para deportistas y el caldo son buenas opciones. Las bebidas que contienen cafeína (café, té, gaseosas) en realidad pueden deshidratarte, de modo que escoge otras.

 

Cómo comer cuando tienes fatiga:

  • Cocina en cantidad. Cuando tengas energía para cocinar, prepara una gran cantidad de algo nutritivo (pasta con vegetales, guisos de atún, arroz y legumbres) y congélala en recipientes de una sola porción. De esta manera, cuando estés demasiado fatigada para cocinar, podrás calentar rápidamente una ración y comer. Si tus amigos o familiares se ofrecen a cocinarte, pídeles que hagan lo mismo.

  • Come mucho cuando te sientas bien. Intenta ingerir tu comida más importante cuando tengas mayor energía y apetito. Si te sientes cansada al final del día, come más durante el desayuno y el almuerzo.

  • Consume varios refrigerios nutritivos durante el día para reforzar tu ingesta de calorías y proteínas. El queso en tiras, las uvas pasas, el yogur, las zanahorias en miniatura y los vegetales en trozos son fáciles de tener a mano. De este modo no tienes que enfrentarte a una gran comida.

  • Prueba con un suplemento nutritivo líquido envasado o una barrita energética en lugar de saltarte un comida por completo. Cada pequeño gesto ayuda.

 

Cómo obtener más proteína en tu dieta

Algunas buenas fuentes de proteínas son la carne magra, el pescado, las aves de corral, los productos lácteos, los frutos secos, los frijoles secos, los guisantes, las lentejas y la soja. Para obtener más proteínas cada día, prueba algunas de estas sugerencias:

  • Añade queso a los sándwiches, el pescado, las verduras, las sopas, los guisos, las pastas, el arroz y los fideos.

  • Añade carne magra, pescado o tofu a la salsa de pasta, guisos, chile, sopas y salsas. También puedes sofreírlos con verduras y obtener una comida rápida y deliciosa.

  • Utiliza leche en lugar de agua para cocinar cuando sea posible.

  • Come huevos duros. Guárdalos en el refrigerador para consumirlos como una comida ligera. Añade huevos duros cortados en trocitos a las ensaladas y los sándwiches.

  • Añade frutos secos, semillas o germen de trigo a guisos, panes, galletas, bizcochos, panecillos, panqueques y cereales. Espolvoréalos sobre helados y frutas.

  • Añade diversas clases de frijoles a las salsas para pasta y al chili.

  • Añade mantequilla de cacahuete a sándwiches, tostadas, galletas saladas, panecillos y rodajas de fruta. Moja en ella verduras crudas.

  • Usa yogur como crema donde mojar trozos de frutas y verduras o galletas.

  • Añade yogur helado o helado al café descafeinado, al té o al chocolate caliente.

  • Mezcla queso blanco con salsa y aguacate cortado en trocitos para preparar una deliciosa salsa.

— Se actualizó por última vez el 29 de junio de 2022, 15:03