Efectos secundarios del tratamiento del cáncer de mama (seno) en la sexualidad
En el Simposio sobre Cáncer de Mama de San Antonio del año 2019, la Dra. Shanahan fue una de las moderadoras de un panel auspiciado por Breastcancer.org y Sermonix Pharmaceuticals sobre los efectos secundarios que puede causar el tratamiento del cáncer de mama en la función sexual. Como especialista con “doble ciudadanía”, ya que es paciente con enfermedad metastásica que experimentó algunos de estos efectos secundarios y también es tocoginecóloga, por lo que trataba a las personas por estos efectos secundarios, tiene una experiencia única para ayudarnos a comprender el tema y ofrecer soluciones.
En el podcast, podrás escuchar a la Dra. Shanahan hablar de lo siguiente:
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su camino personal con el cáncer de mama
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la razón por la que los medicamentos antiestrogénicos y la quimioterapia pueden causar sequedad y atrofia vaginal, y dolor durante las relaciones sexuales.
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algunas causas de la pérdida de la libido
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soluciones para algunos de los efectos secundarios más comunes en la sexualidad, como sequedad y adelgazamiento del tejido vaginal, dolor, falta de deseo y bochornos
La Dra. Kelly Shanahan es defensora de pacientes con enfermedad metastásica y miembro del consejo directivo de METAvivor. Tuvo que dejar de ejercer la ginecología y obstetricia debido a los efectos secundarios del tratamiento del cáncer de mama metastásico.
Actualizado el 4 de diciembre de 2023
Jamie DePolo: Hola. Como siempre, gracias por estar del otro lado. Nuestra invitada de hoy es la Dra. Kelly Shanahan, defensora de pacientes con enfermedad metastásica y miembro del Consejo Directivo de METAvivor. La Dra. Shanahan tuvo que dejar de ejercer la profesión debido a los efectos secundarios del tratamiento del cáncer de mama metastásico. En el Simposio sobre Cáncer de Mama de San Antonio del año 2019, la Dra. Shanahan fue una de las moderadoras de un panel sobre los efectos secundarios que puede causar el tratamiento del cáncer de mama en la sexualidad.
Como especialista con “doble ciudadanía”, ya que es paciente con enfermedad metastásica que experimentó algunos de estos efectos secundarios y también es tocoginecóloga, por lo que trataba a las personas por estos efectos secundarios, tiene una experiencia única para ayudarnos a comprender el tema y ofrecer soluciones.
Kelly, bienvenida al podcast.
Kelly Shanahan: Muchas gracias por invitarme, Jamie, y me encanta esto de la doble ciudadanía, aunque prefería que mi doble ciudadanía fuera, no sé, estadounidense e irlandesa, o algo por el estilo.
Jamie DePolo: Lo sé, no es la doble ciudadanía que la mayoría... que nadie querría tener, lamentablemente. Pero es cierto que te da una experiencia única para tener esta conversación, así que me alegra poder hablar contigo hoy. Antes de comenzar con los efectos secundarios, si te sientes cómoda, solo para que las personas que no te conozcan sepan un poco más, ¿podrías contarnos sobre tu camino personal con el cáncer de mama y en qué situación te encuentras ahora?
Kelly Shanahan: En 2008, estaba muy ocupada con mi práctica de tocoginecología que ejercía por mi cuenta en un consultorio privado. Tengo una hija, que en ese momento tenía 9 años, y mi prioridad eran mi profesión y mi familia, creo que yo ni siquiera estaba en la lista. Mi gerente del centro de salud me programó una mamografía (habían pasados 2 años desde la última) y me la realicé. Lo irónico es que una amiga que además era mi paciente había tenido una mamografía el día anterior, que era un cáncer muy claro, y el centro de salud la atendió muy bien.
Así que pedí ver a la radióloga que había atendido muy bien a mi amiga el día anterior y me dijo: “Bueno, ya que estás aquí, veamos tu mamografía”, y sacó las imágenes. Y mientras dijo una mala palabra, yo dije otra mala palabra diferente porque muy evidente que tenía cáncer de mama. Resulta que tenía un cáncer de mama receptor positivo de estrógeno de estadio IIB en la mama derecha. Vivo en una ciudad pequeña, ejerzo mi profesión en un pueblo pequeño que es un complejo turístico de esquí, entonces tenemos una enorme cantidad de cirujanos ortopédicos, pero no teníamos un equipo integral para el cáncer de mama. Teníamos cirujanos generales que estimo y respeto, pero ningún cirujano plástico que estuviera a tiempo completo.
Entonces fui a San Francisco, tuve una mastectomía bilateral con reconstrucción inmediata, y recuerdo que le di a mi esposo el Dictaphone que usaba en el consultorio para tomar notas y le pedí que grabe todo lo que el cirujano dijera sobre los ganglios linfáticos. Me detectaron un ganglio linfático positivo, por lo que recibí los típicos 4 meses de quimioterapia por vía intravenosa con Adriamycin y Cytoxan seguidos de Taxotere, y seguí mi camino.
Tenía cáncer positivo para receptores de hormonas y recibí un inhibidor de aromatasa que me causó síntomas muy intensos de artritis en las manos, lo cual me dificultó mucho operar. Entonces, pensé: “Me hice la mastectomía y quimio, estoy bien”, y no completé los 5 años.
Pasan 5 años y me había olvidado por completo del cáncer de mama, era algo que agregaba en la sección de antecedentes personales patológicos en los formularios, y seguí adelante con mi vida. En ese momento ya había pasado los 50, un día estaba subiendo las escaleras del consultorio cuando estornudé mientras daba un paso e inmediatamente sentí un dolor de espalda horrible. Pensé que me había distendido un músculo. Es decir, es lo lógico. No mejoré, entonces comencé a consultar con masajistas y con mi quiropráctico. Continuó empeorando y pensé: “Uy, debo tener una hernia de disco”. Y, claro, tenemos una gran cantidad de cirujanos ortopédicos, pero no tenía tiempo para lidiar con eso, así que lo seguí ignorando.
Lo irónico es que estaba subalquilando mi consultorio a un oncólogo una vez por semana. Mi pueblo cree en la ortopedia pero no tanto en la oncología y, si no tenemos oncólogos hoy, no teníamos ningún oncólogo a tiempo completo en ese momento. Este muchacho me vio rengueando y me dijo: “Tuviste cáncer de mama, probablemente deberías hacerte estudios”. Pero estaba ocupada, todavía ejerciendo en un consultorio privado, ahora tenía una hija de casi 15 años que estaba haciendo teatro y tenía que llevarla a los ensayos y viajes de estudios, estaba haciendo todo tipo de tareas de mamá y de médica, así que recién unos meses después tuve la oportunidad de hacerme los estudios. Además dio la casualidad de que era mi cumpleaños, entonces había decidido unos 2 meses antes cancelar a los cuatro o cinco pacientes que tenía programados e ir a hacerme el estudio. La idea era comprobar que tenía un disco herniado, y luego iría a hacerme la manicura y a hacer compras y saldríamos a cenar.
Bueno, nada de eso sucedió, porque me realicé los estudios y el dolor de espalda era porque tenía cáncer de mama metastásico. Tenía una vértebra rota y metástasis en cada hueso que se veía. Tenía lesiones en la pierna izquierda de modo que, si me tropezaba y caía, podía romperme la pierna. Entonces, 6 días después de recibir el diagnóstico, estaba en el quirófano para que me pusieran una vara en el fémur izquierdo. Diez días después, comencé con la quimioterapia por vía intravenosa, y ahora tengo cáncer de mama metastásico desde noviembre del 2013.
Padecí una neuropatía permanente por recibir quimioterapia por vía intravenosa y tuve que dejar de ejercer la medicina. Nadie quiere que alguien que perdió la sensibilidad en los dedos te asista en el parto o use un bisturí. También me preocupó que, por no tener sensibilidad en los dedos, no me diera cuenta de la presencia de un bulto en una mama o de un quiste ovárico porque no podía sentir de la misma manera, así que un daño colateral de la enfermedad fue tener que dejar mi carrera.
Jamie DePolo: Gracias por abrirte tanto sobre este tema, es muy importante. Para que las personas sepan cómo vamos a llevar adelante la conversación, me gustaría que empecemos por los tratamientos y efectos secundarios, y luego quizá hablemos sobre algunas opciones de alivio y algunas soluciones.
Ya sea porque el diagnóstico positivo para receptores de hormonas es metastásico o está en un estadio más temprano, muchas mujeres nos dicen que los medicamentos antiestrogénicos —el tamoxifeno, los inhibidores de la aromatasa— causan estragos en su vida sexual. Quería saber, si no me estoy entrometiendo demasiado, si tuviste ese efecto secundario cuando estabas en tratamiento con el inhibidor de aromatasa y, como médica, si podrías explicar por qué sucede esto.
Kelly Shanahan: Desde luego. Para responder a tu primera pregunta, mi vida es básicamente un libro abierto. Los medicamentos sin duda destruyeron mi vida sexual, tanto en lo que respecta al deseo como a las manifestaciones físicas. El estrógeno es una hormona muy importante y, para mencionar solo al estrógeno en relación con los órganos reproductivos y la vida sexual, es una hormona clave para la humedad vaginal. Ya sea por la menopausia natural, por una menopausia artificial debido a que se extirparon los ovarios por distintos motivos o por recibir medicamentos que bloquean el estrógeno, cuando no hay estrógeno o los niveles son bajos, se debilita el tejido vaginal y hay menos lubricación natural. Cuando los tejidos se debilitan, esto significa que también están más secos y son menos elásticos.
Pensemos que la vagina se tiene que expandir al tamaño de una bola de bowling para atravesar el proceso de parto. Y se pierde mucha de esa elasticidad, entonces, incluso durante las relaciones sexuales, en las que el pene claramente es más pequeño que una bola de bowling, la vagina tiene que poder hacerle lugar. La elasticidad se pierde, los tejidos se debilitan, se secan y se desgarran con más facilidad, es más probable contraer una infección, en definitiva, es incómodo. Para ser honesta, es bastante doloroso.
De hecho, con la menopausia natural, me gustaba hablar sobre el tema con mis pacientes y decirles que no, la menopausia no es como apagar la luz, donde todo estaba bien y de repente tocamos un interruptor y estás menopáusica y todo es horrible. Es más bien como esos interruptores con regulador de intensidad, las cosas cambian de forma gradual. Eso no les sucede a las mujeres premenopáusicas al momento de recibir el diagnóstico de cáncer de mama porque, ya sea por la cirugía o la quimioterapia que destruye los ovarios, o por los medicamentos que agotan el estrógeno, ellas sí experimentan ese interruptor que se apaga. Y en verdad causa estragos en nuestra vida sexual y con la imagen que tenemos de nosotras mismas.
No es para cualquiera. Ser una mujer que se enfrenta al cáncer de mama requiere de una gran fortaleza.
Jamie DePolo: Bien. Quisiera saber otra cosa, porque muchas... como mencionabas, la atrofia vaginal, la sequedad, el dolor durante las relaciones sexuales, muchas de estas consecuencias se atribuyen a los medicamentos antiestrogénicos, pero también sabemos que muchas mujeres con diagnóstico de cáncer de mama negativo para receptores de hormonas tienen el mismo tipo de problemas. Es evidente que ellas no reciben un tratamiento con tamoxifeno o un inhibidor de aromatasa. ¿La quimioterapia también puede causar estas cuestiones?
Kelly Shanahan: Por supuesto que sí. Con respecto a las mujeres que tienen cáncer de mama triple negativo o las que tienen cáncer de mama positivo para receptores de hormonas en estadio temprano, tienen que comenzar por el tratamiento tradicional de Adriamycin, Cytoxan y un taxano, y estas quimioterapias citotóxicas atacan rápidamente a las células que se dividen. Pensemos que, cuando estamos premenopáusicas, todos los meses, los ovarios crean y dividen un óvulo que luego expulsan. Por lo tanto, la quimioterapia citotóxica puede suprimir la función de los ovarios. En ocasiones es temporal, es decir que las mujeres que reciben la quimioterapia no tendrán el período por un tiempo y luego, cuando terminan el ciclo de quimioterapia, vuelven a tenerlo unos meses después.
Sin embargo, en el momento en que se suprime la función de los ovarios por la quimioterapia, pueden aparecer síntomas menopáusicos. Les puede suceder a personas de 17 años que reciben tratamiento de la leucemia o a personas de 35 que reciben tratamiento del cáncer de mama, y a personas de todas las edades. Entonces no es un problema que afecta solo a mujeres que tienen cáncer de mama positivo para receptores de hormonas.
Una de las diferencias, en especial para las mujeres más jóvenes, que están en estadio temprano y no tienen un diagnóstico positivo para receptores de estrógeno y reciben un tratamiento de quimioterapia que suprime la función de los ovarios es que, por un lado, sus ovarios pueden comenzar a funcionar nuevamente, por lo que los efectos secundarios pueden desaparecer, y por el otro, no hay una razón médica para que esas mujeres no usen productos que contengan estrógeno si tienen cáncer de mama negativo para receptores de estrógeno.
Las mujeres que tienen una enfermedad positiva para receptores de estrógeno, en especial aquellas en estadio temprano que se estén tratando con medicamentos que bloquean el estrógeno, como el tamoxifeno o un inhibidor de aromatasa, durante 5, 7 o hasta 10 años, tendrán que lidiar con las consecuencias durante ese período y las que tenemos una enfermedad metastásica tendremos que enfrentar las consecuencias por el resto de nuestra vida. Por lo tanto, cualquier persona con diagnóstico de cáncer de mama puede tener efectos secundarios en la sexualidad. Y no me refiero solo a los efectos directos de los medicamentos que bloquean las hormonas o los efectos secundarios de la quimioterapia, sino también creo que el hecho de tener cáncer y que afecte a órganos del cuerpo tan íntimamente relaciones con la sexualidad es un factor por sí mismo, en especial relacionado con algunas cuestiones de la libido.
Jamie DePolo: Sí, de eso quería hablar a continuación, porque la pérdida del deseo, la pérdida de la libido, es otra queja importante relacionada con el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de mama. Me preguntaba, según tu experiencia, ¿qué tan relacionado está este tema con la imagen que una tiene de sí misma, la imagen de su cuerpo, porque no le gusta lo que ve o lo que ve en el espejo es diferente y luego eso se traslada al deseo con la pareja, ya que quizá la mujer no se ve como deseable o atractiva?
Kelly Shanahan: Sí, creo que la imagen propia tiene relación con este tema. Estamos hablando de la libido, y la libido depende de una gran cantidad de factores. No es solo... y lo siento por los hombres que estén escuchando, pero, si ustedes reciben suficiente irrigación al pene, ya pueden continuar. Pero nosotras, las mujeres, somos mucho más complejas en ese sentido, y un factor que influye en la libido es la imagen de nosotras mismas, si creemos que nuestra pareja nos encuentra atractivas. En la sociedad occidental, lo que se considera atractivo está muy relacionado con tener mamas y, ya sea que tuvimos una lumpectomía o una mastectomía, con reconstrucción o sin reconstrucción, que seamos planas, lo que sea, cambia nuestra forma de vernos y cambia la percepción que tenemos de cómo nos ve nuestra pareja, por lo que eso puede afectar nuestro deseo sexual o libido.
Además, no importa cuáles sean los tratamientos, no importa si te estás tratando con medicamentos que bloquean las hormonas o con quimioterapia citotóxica o alguna otra terapia dirigida, como la que se utiliza para la enfermedad positiva para HER2, puede que lo que tengas no te afecte para nada la vagina —sequedad o atrofia vaginal, ese tipo de síntomas—, pero, aunque no provoque ninguna otra consecuencia, creo que no existe ningún tratamiento del cáncer que no provoque fatiga. Muchas de nosotras tenemos familia, trabajamos, intentamos hacer todo y estamos cansadas. Quizá nos cause resentimiento contra nuestra pareja porque estamos atravesando un tratamiento del cáncer y seguimos trabajando, seguimos ocupándonos del hogar y, digo, ¿por qué no puedes cerrar la puerta de la alacena de la cocina?
Todos estos factores influyen en el deseo de tener relaciones sexuales y, por esta razón, creo que es muy importante comunicarse. Por ejemplo, recuerdo cuando recibí el diagnóstico en estadio temprano y me sometí a la mastectomía bilateral con reconstrucción inmediata, entonces me habían colocado expansores. Cuando me retiraron el drenaje y era un poquito menos grotesco de lo que era con el drenaje colocado, mi esposo quería volver a tener relaciones sexuales de nuevo y yo pensaba: “¿Por qué quiere tener relaciones sexuales conmigo? Me veo como una cosa ahora”. Pero él me dijo que no le importaba. No le importaba si tenía mamas, si tenía implantes, no era importante, yo seguía siendo yo y nosotros seguíamos siendo una pareja, entonces no importaba cómo me viera. Para mí fue un poco más difícil aceptarlo.
El otro tema es que, para muchas de nosotras, las mamas son una fuente muy importante de excitación. La mayoría de los médicos no te dicen esto, pero si te realizan una mastectomía, exceptuando algunas técnicas muy, muy, muy nuevas que no estaban disponibles cuando me sometí a la mastectomía bilateral hace 12 años, se pierde toda la sensibilidad. .Elegí realizarme una técnica llamada “mastectomía con conservación total de la piel”, que comparo con quitarle el relleno a un bagel y dejar solo la corteza. Entonces, todavía tengo mis pezones originales, tengo toda la piel, pero me quitaron todos el tejido mamario por debajo, lo que implica que también quitaron todos los nervios. Es decir que, me veo completamente “normal”, pero no tengo ninguna sensibilidad en los pezones.
A las personas que les excitaba la estimulación del pezón, ya no tendrán esa sensación. Puede que eso suceda con una lumpectomía o puede que no, y hay técnicas quirúrgicas más nuevas en las que el cirujano hace todo lo posible por preservar los nervios que terminan en el pezón para que no sea un problema tan importante en el futuro, pero no todos los cirujanos pueden realizar esa técnica.
Este es otro tema para tener en cuenta. A mí me llevó un tiempo aceptar que iba a haber una diferencia y que se iba a sentir diferente, y tenía que superarlo.
Jamie DePolo: Bien. Entran muchos factores en juego. Tenemos que tener en cuenta muchas cuestiones. Mencionaste la importancia de la comunicación. Hablar, ya sea con tu médico sobre tus preocupaciones, o con tu pareja.
Me gustaría enfocarme en la parte de hablar con el médico porque, aunque la situación esté cambiando, muchos oncólogos son hombres, mientras que muchas pacientes de cáncer de mama son mujeres. Y leí —no quiero hacer suposiciones sobre todas las personas, pero leí— que algunos médicos pensaban: “Bueno, estás viva, deberías alegrarte y lidiar con los efectos secundarios”.
Esa forma de pensar está cambiando, pero aún creo que a muchas mujeres les cuesta hablar sobre este tema. Incluso si quisieran hablarlo, quizá no están seguras de a qué médico acudir. ¿Debería hablar con mi oncólogo, con mi médico de cabecera, con mi tocoginecólogo? ¿Podrías orientarnos un poco en este sentido?
Kelly Shanahan: Por supuesto. Viví esto en primera persona y no creo haberlo vivido por ser tocoginecóloga o médica en general. Cuando me encontraba en un estadio temprano, consulté con un oncólogo hombre. Ese oncólogo en ningún momento me preguntó sobre efectos secundarios que no estuvieran relacionados con náuseas, vómitos y cosas del estilo. En ningún momento me preguntó si estaba afectando a mi deseo sexual, si estaba teniendo algún tipo de impacto en mi vida sexual, incluso cuando estaba en tratamiento con un inhibidor de aromatasa. Cuando me diagnosticaron metástasis, en principio consulté con un oncólogo que, una vez más, nunca habló del tema y, cuando yo lo traje a colación, me dijo: “Bueno, eres tocoginecóloga”. Tengo amigas que me contaron que, cuando mencionaron el tema, en especial con oncólogos hombres, aunque en ocasiones también con mujeres, tanto jóvenes como mayores, les respondieron lo mismo: “Habla con tu tocoginecólogo”.
Como tocoginecóloga, te puedo decir que, cuando le diagnosticaba cáncer de mama a alguien y atendía sus necesidades ginecológicas durante o después del tratamiento del cáncer de mama, siempre me preguntaban: “Vaya, tengo una sequedad vaginal terrible. ¿Qué puedo hacer?” Y mi respuesta médica era: “Tenemos estas opciones, pero hay que conversarlo con tu oncólogo”. En ocasiones lograba tener una conversación productiva con un oncólogo y, otras veces, tenía que improvisar porque el oncólogo no estaba interesado en el tema.
Creo que la situación está mejorando. Cuando cambié del oncólogo inicial, por el diagnóstico de metástasis y por distintas razones, consulté con una oncóloga. Lo primero que me dijo cuando entró en la sala de exploración fue: “En este momento, estás recibiendo un tratamiento con un inhibidor de aromatasa. Esperemos que respondas al tratamiento y lo seguirás recibiendo por años. Puede causar efectos secundarios bastante importantes en la sexualidad. ¿Tuviste alguno? Sé que eres tocoginecóloga, pero ¿cuál es tu experiencia al respecto? Porque puedo hacerte algunas sugerencias y ofrecer soluciones”.
Esa fue la primera vez que alguien lo mencionaba. Ahora me atiende uno de sus colegas solo porque es más cómodo, y él es igual. Me pregunta sobre estos temas y, de nuevo, me dice: “Sé que eres tocoginecóloga, pero ¿tienes alguno de estos problemas? ¿Puedo ayudarte a abordar alguno, aunque sea para derivarte a algún colega de tocoginecología?”.
Siempre aplaudo a los médicos que son sinceros con sus pacientes porque vivir muchos años no significa nada si no es para tener una buena vida. Y para muchas personas, tener una vida sexual sana es una parte importante de la vida. Realmente empatizo con las personas más jóvenes con diagnóstico de cáncer que tienen que enfrentarse a esta situación, que están explorando el mundo de las citas, que están recién casadas o que incluso son más jóvenes.
Estoy muy agradecida, por varias razones, de que no me hayan diagnosticado cáncer metastásico hasta que cumplí 50 años. Mi esposo y yo recién cumplíamos 25 años de casados, así que las cosas eran un poco más fáciles para nosotros en comparación con alguien que puede estar en una relación reciente o de relativamente poco tiempo, donde el sexo es más importante de lo que puede ser conforme envejecemos. No quiero decir con esto que, cuando ejercía, no conocía personas de 80 años que tuvieran vidas sexuales muy activas. Pensaba: “¡Guau!, eres mi héroe”.
Jamie DePolo: Sí. Creo que todos anhelamos eso, es algo bueno. Y es realmente bueno saberlo. Ahora, antes de continuar con las soluciones —estaba pensando como incorporar este concepto en la conversación—, la pareja puede desempeñar un gran papel también al ser comprensiva y adaptarse. ¿Podrías hablar un poco sobre esto?
Kelly Shanahan: Creo que tener una pareja que hable del tema, que diga: “Oye, amor, he notado que haces muecas cuando intentamos tener relaciones sexuales, ¿qué puedo hacer para mejorar la situación? ¿Te gustaría probar x, y o z?”. Las relaciones sexuales no tienen que ser con penetración vaginal. Las relaciones sexuales pueden ser orales. O, para algunas personas, solo acurrucarse. A veces tener una muy buena conversación es mejor que el mejor sexo, así que creo que es muy importante para las parejas hablarse el uno al otro.
Creo que nosotras, las mujeres, estamos tan condicionadas a complacer a los demás, que creo que lo hacemos también con nuestras parejas. Tener alguna vez esa conversación y decir: “Sabes, esta versión tradicional de las relaciones sexuales que tuvimos durante años ya no me gusta, probemos esto: Podemos tan solo sentarnos en el sofá, mirar una película y tomarnos de las manos”. Creo que es muy importante, así como también darle permiso a nuestra pareja para hablar sobre el tema.
No parece justo ni correcto que a menudo nosotros mismos tengamos que ser nuestros mejores defensores. Ya sea que saquemos el tema con nuestra pareja o con nuestro médico, si nuestros médicos no hablan de ello, tenemos que empoderarnos con el fin de hablar y tener una conversación con nuestra pareja sobre que funciona para ambos. Hay algunas parejas que pueden tener sexo 3 días a la semana, lo cual puede que no funcione para una mujer con disminución hormonal, pero una vez a la semana tal vez sí le funcione. A veces tenemos que darle permiso a nuestra pareja, no de que salga con otra persona mientras está con nosotros, sino para que, no sé, mire pornografía o nos diga cochinadas. Lo que les funcione, pero tienen que comunicarse y ser honestos entre ustedes.
Hay muchos matrimonios que se han roto debido a la incompatibilidad con la vida sexual que se ve exacerbada con todo este asunto del cáncer de mama, y muchos podrían haberse salvado posiblemente con una comunicación abierta y sincera.
Jamie DePolo: ¡Excelente! Ahora, probablemente lo que buscan la mayoría de las personas al escuchar este podcast son soluciones. Y sé… no espero que tengas una solución a todo, pero quizá tengas algunas recomendaciones que las personas puedan probar. Obviamente depende de los diagnósticos, ya que cualquier persona con diagnóstico de enfermedad positiva para receptores de hormonas está un poco más limitada en cuanto a algunos de los productos que podría utilizar. Pero ¿qué recomendarías para la sequedad vaginal?
Kelly Shanahan: Ante todo, empezar con lo simple. Así como humectamos la piel del cuerpo —en especial quienes viven en climas secos como vivía yo, que al salir de la ducha se colocan crema humectante—, podemos humectar la vagina. Existen productos, que no son lubricantes, que pueden utilizarse en las relaciones sexuales con penetración vaginal, pero hay humectantes vaginales que pueden utilizarse de forma regular. Hay algunas marcas comerciales reconocidas, como Replens. Hay algunos productos más naturales. Lo importante es que estos no son lubricantes a base de aceite ni vaselina. Soy de pensar: “no te pongas en la vagina cosas le pondrías al auto”.
Entonces, si utilizamos un humectante vaginal de forma regular, quizá unos 3 días a la semana, podemos contribuir a mantener humectados esos tejidos. En lo que respecta a las relaciones sexuales propiamente dichas, utiliza además un lubricante vaginal. De nuevo, hay marcas comerciales reconocidas como K-Y, Replens y, mi favorita personal, porque me encanta el nombre y siempre pienso en los Supersónicos teniendo sexo, que es Astroglide. Esto lo utilizas durante las relaciones sexuales, y es resbaladizo. No hay nada natural, como eso que vaya a engrosar y reforzar los tejidos vaginales, aunque las relaciones sexuales frecuentes contribuyen a ello. Esas son cosas más naturales.
La idea de que, si te diagnosticaron cáncer de mama positivo para receptores de estrógeno, nunca más en la vida podrás usar un producto con estrógeno es falsa. De hecho, la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO, sigla en inglés) publicó una declaración de que las mujeres con diagnóstico de cáncer de mama positivo para receptores de estrógeno pueden usar productos vaginales con estrógeno. Esto es diferente de un comprimido de estrógeno que ingieres, que tomas, o un parche de estrógeno que atraviesa tu cuerpo para ayudarte con cosas como los bochornos. Estos son o bien cremas o pequeñas tabletas o anillos que se colocan en la vagina para proporcionar estrógeno de forma localizada.
Esta declaración salió hace algunos años. Pero unos 20 años atrás, cuando ejercía como tocoginecóloga, si tenía una paciente con diagnóstico de cáncer de mama positivo para receptores de estrógeno que se quejara de estos síntomas, le decía: “Mira, sin duda no podemos darle estrógeno a tu cuerpo, pero lo que sí puedo hacer es analizar un tipo de estrógeno llamado estradiol para ver qué pasa. Luego puedo darte un producto vaginal que contenga estradiol”. Por lo general, recomendaba una crema, porque puedes usar más o menos crema, mientras que las tabletas son tan pequeñas que no puedes cortarlas. No creo que hubiera anillos vaginales con estrógeno en el mercado hace 20 años. Y decía: “Haremos esto, y luego revisaré tu nivel de estrógeno una vez al mes durante 3 meses. Puede que suba un poco al principio, pero después debería bajar. Siempre y cuando no esté elevado, probablemente sea más o menos seguro hacer esto”.
Pues bien, resulta que es verdad: ahora la mayoría de las personas ni siquiera revisan el valor inicial o los niveles de estradiol después del tratamiento. Así que probablemente sea seguro para una mujer con diagnóstico de cáncer de mama positivo para receptores de estrógeno utilizar estrógeno vaginal, y se consigue en diversas presentaciones. A muchos oncólogos les gustan los anillos. Cuando dejé de ejercer hace varios años, seguía recetando sobre todo las cremas porque, repito, podías usar un poco y, si necesitabas un poco más, estaba bien, podías adaptarlo a tu necesidad.
Pero si te atiende un oncólogo que te dice: “No, no puedes hacer esto”, entonces derívalo a la ASCO y dile: “Tal vez quieras revisar las pautas de la ASCO sobre esto, porque tienen pautas al respecto”.
La pérdida de la libido es un poco más difícil. Hay medicamentos de venta con receta destinados a mejorar la libido de las mujeres. Nunca me impresionaron, casi nunca los receto. No hay muchas pruebas al respecto, pero hay un compuesto hormonal llamado “DHEA” (dehidroepiandrosterona, creo), que también puede utilizarse como lubricante vaginal y puede mejorar un poco la libido.
Pero, no hay muchos estudios al respecto. Sé de algunas instituciones que comenzaron a trabajar al respecto, pero no sé si hay algo publicado. La última vez que me fijé, no encontré ningún artículo. Pero ha pasado tiempo, probablemente un año desde que busqué. Esta es otra cosa que puedes preguntarle a tu médico. De nuevo, la libido está en la cabeza, y la mejor solución para la disminución de la libido es la comunicación abierta y sincera con una pareja bien predispuesta.
Y después están los bochornos. El tamoxifeno, los inhibidores de la aromatasa… además del dolor en las articulaciones que puede derivar de estos últimos, pueden hacer que algunas posiciones sean menos cómodas. Otra vez: comunicación, prueben cosas diferentes. Y la sequedad vaginal que puede acompañar, sobre todo, a los inhibidores de la aromatasa… los viejos conocidos bochornos. Puedes estar a la mitad de un momento íntimo y, de pronto, piensas: “¡Vaya! Alguien encendió el fuego, y no en el buen sentido”, y estás sudando, tienes la cara roja, y es realmente muy difícil. Hay cosas no hormonales. El estrógeno vaginal no te ayudará con los bochornos, y si tienes enfermedad positiva para receptores de hormonas, sin duda no querrás tomar estrógeno de acción sistémica. Pero si tienes enfermedad triple negativa, si no tienes receptores hormonales y la pasas terrible con los bochornos porque estás naturalmente menopáusica, habla con tu médico sobre la posibilidad de utilizar un poco de estrógeno.
Y hay muchos métodos no hormonales. Algunos antidepresivos son muy efectivos en el tratamiento de los bochornos. Y luego hay cosas simples como… Recuerdo que tenía una amiga que era unos años mayor que yo, y recuerdo que un día me llamó y me dijo: “Tengo bochornos cuando bebo vino. Y no me digas que no beba vino”. A lo que respondí: “Bueno, ahí lo tienes”. El alcohol causa un pico de estrógeno y luego un descenso. Además, contiene azúcares, y muchas personas tienen bochornos a causa del azúcar. Le dije: “Ya tienes la respuesta, pero te doy mi recomendación. No le des vueltas al asunto y me llames a las 8 de la noche un sábado, porque ya resolviste el problema”. Mi recomendación es que no bebas alcohol entre el domingo a la noche y el viernes a la noche, o el jueves a la noche, cuando tienes que trabajar al día siguiente. Si quieres hacerlo un fin de semana, cuando no te importe mucho si tienes o no bochornos que interrumpan el sueño, adelante.
Así que, si notas que cosas como el alcohol o un postre te causan bochornos, bueno, considera reducir eso. Soy muy afortunada porque, cuando me dieron el diagnóstico de cáncer en estadio temprano, resulta que estaba atravesando la menopausia y no tenía idea, ya que nunca tuve un bochorno. Y la única ocasión en la que tengo bochornos ahora —a pesar de estar medicada con un inhibidor de la aromatasa de forma continua desde hace 5 años— es cuando bebo vino y como un postre. Así que, por lo general, tomo la decisión de consumir una cosa o la otra. Normalmente escojo el vino, pero si mi esposo y yo salimos a cenar, vamos un lugar elegante, nos tomamos un buen vino y pido postre, sé que será mejor asegurarme de que las ventanas estén abiertas o quizá deba encender el ventilador de techo de nuestra habitación.
Cosas simples como estas pueden ayudarte con ese tipo de síntomas.
Jamie DePolo: Bien. Tengo una pregunta más para ti, antes de que terminemos. Por lo que mencionaste de que el cerebro es el órgano sexual más grande, me parece que si alguien puede encontrar una buena solución para la sequedad vaginal o el dolor durante las relaciones sexuales, entonces eso puede ayudar con la pérdida de la libido. Porque parece que si te resulta doloroso o si te estresas al respecto, eso no favorecerá el deseo en absoluto.
Kelly Shanahan: Por supuesto. Esa es otra cosa que solía decirles a mis pacientes: si te duele tener sexo, no querrás hacerlo, porque no eres tonta. Si tratamos la sequedad vaginal y el dolor durante las relaciones sexuales con penetración, entonces sí, a menudo eso puede favorecer la libido, porque no estamos tensas ni temiendo al acto sexual.
Jamie DePolo: Entiendo, y ¿qué me dices sobre los ejercicios del suelo pélvico? Supongo que, probablemente, no harán mucho por la sequedad, pero ¿qué hay del adelgazamiento del tejido? ¿Hay pruebas de que ayuden con esto?
Kelly Shanahan: Es una excelente pregunta, Jamie. Y no, no contribuyen al engrosamiento de los tejidos vaginales. En parte, los ejercicios del suelo pélvico no son solo contraer o hacer esos ejercicios de Kegel para evitar que nos orinemos en los pantalones al envejecer cuando nos reímos y demás. A menudo, se trata de relajación consciente. Las mujeres que realizan ejercicios de Kegel a menudo pueden relajar los músculos y, por lo tanto, hacer que el sexo sea menos incómodo. Así que, hacer ejercicios de Kegel y ejercicios del suelo pélvico es una excelente idea en muchos sentidos, y me alegro de que hayas sacado el tema.
Jamie DePolo: Bien. Muy bien, gracias. Entonces, para concluir y tratar de hacer un resumen, si tuvieras que escoger tres o cuatro cosas que las personas deberían saber sobre los efectos secundarios del tratamiento del cáncer de mama en la sexualidad, ¿qué dirías?
Kelly Shanahan: La primera es que el solo hecho de que tengas cáncer de mama no significa que no puedas utilizar estrógeno vaginal. Habla con el oncólogo. Número dos: si tu oncólogo no habla de los posibles efectos secundarios del tratamiento en la sexualidad, menciónalo tú. Pídele soluciones. Pídele que te derive a un tocoginecólogo, al personal de enfermería, a un terapeuta sexual si se trata sobre todo de la libido y de problemas de comunicación con tu pareja. Y número tres: la comunicación abierta con tu pareja es muy importante. Como número cuatro, agregaré utilizar humectantes vaginales regularmente. Así como te humectas el rostro, humecta la vagina.
Jamie DePolo: Muy bien, Kelly, muchísimas gracias, agradezco mucho tu participación.
Kelly Shanahan: Gracias, Jamie. Siempre es un gusto hablar contigo.
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