Cómo el tratamiento del cáncer de mama afecta la capacidad para hacer ejercicio
En este podcast de Breastcancer.org, la Dra. Kathy Miller nos explica cómo los tratamientos contra el cáncer de mama pueden afectar la resistencia y la capacidad para hacer ejercicio, y nos enseña cómo ejercitarnos durante el tratamiento.
En el podcast, podrás escuchar a la Dra. Miller hablar de lo siguiente:
- Mensaje del patrocinador
cómo saber cuál sería un nivel de ejercicio seguro mientras recibes quimioterapia o radiación, o te recuperas de una cirugía
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consejos para comenzar a hacer ejercicio si nunca lo hiciste antes
- Mensaje del patrocinador
cómo el tratamiento puede cambiar tu resistencia
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los beneficios de hacer ejercicio, entre ellos, la ayuda para recuperarte del tratamiento
Afiliaciones: Centro oncológico integral y clínica de salud femenina Simon Comprehensive Cancer Center and Women’s Clinic de la Universidad de Indiana, Indianápolis, IN
Áreas de especialización: atención mamaria, hematología y oncología, oncología médica
La Dra. Miller es profesora de Oncología de la cátedra Ballvé Lantero, profesora de Medicina y directora adjunta de Investigación Clínica en el centro oncológico integral Simon Comprehensive Cancer Center de la Universidad de Indiana.
— Se actualizó por última vez el 17 de enero de 2023, 15:56
Jamie DePolo: Hola, les damos la bienvenida al podcast de Breastcancer.org. Soy la anfitriona, Jamie DePolo. Nuestro tema de hoy es el tratamiento del cáncer de mama y cómo podría afectar la capacidad de una persona para hacer ejercicio. Nuestra invitada es la Dra. Kathy Miller, profesora de medicina en la Universidad de Indiana. Le interesan especialmente los nuevos tratamientos de cáncer, incluidos los que tienen base biológica.
La carrera de la Dra. Miller es una combinación de investigación clínica y de laboratorio sobre el cáncer de mama, y escribió más de 60 artículos científicos, muchos de los cuales se centran en la biología y el tratamiento del cáncer de mama. Dra. Miller, bienvenida a nuestro podcast. Nos encanta que esté aquí.
Dra. Kathy Miller: Gracias, Jamie.
Jamie DePolo: Según la mayoría de las organizaciones, si una persona hacía ejercicio regularmente antes de recibir un diagnóstico de cáncer de mama, entonces, por lo general, puede seguir haciendo ejercicio sin problemas durante el tratamiento. Pero lo que muchas personas nos han escrito en el sitio y nos han preguntado es: “¿Cómo saber cuánto ejercicio es seguro o cuál es un nivel de intensidad seguro, por ejemplo, durante la recuperación de una cirugía o mientras se recibe quimioterapia o radiación?” ¿Hay pautas que le gustaría compartir con los oyentes?
Dra. Kathy Miller: Bien, tomemos cada uno de esos tratamientos por separado porque hay que tener en cuenta aspectos algo diferentes.
Jamie DePolo: Desde luego.
Dra. Kathy Miller: Pues, las cuestiones relacionadas con la cirugía a menudo tienen que ver con dejar que pase tiempo para que la incisión cicatrice, evitar sobrecargar el sitio de la incisión, no quitar los drenajes antes de tiempo. Así que, en realidad, esas son preguntas para hacerle al cirujano. Y yo recomendaría que las personas hablen con el cirujano sobre esas dos primeras semanas de recuperación posquirúrgica antes de la cirugía.
En el período posoperatorio inmediato puede haber molestias. Es posible que se sientan un poco aturdidas. Por lo general solo se pasa una noche en el hospital. A veces, ni siquiera están en el hospital, y es posible que no vuelvan a ver al cirujano en una clínica para pacientes ambulatorios durante una semana después de la cirugía. Así que si hacen esas preguntas antes de la cirugía, será mucho más fácil saber qué esperar y qué no pueden hacer.
Jamie DePolo: Bien.
Dra. Kathy Miller: Durante la radiación, el problema realmente es si hay fricción o tensión donde la piel pueda estar más sensible debido a la radiación. Cuando hay mucho sudor en un sitio tratado con radiación, ¿produciría molestias si hay enrojecimiento o si la piel está algo irritada? Esos son buenos puntos para tratar con el oncólogo radioterapeuta cuando se está a punto de comenzar o mientras se planifica el tratamiento. De esa forma, las pacientes pueden pensar cómo quieren ajustar su actividad física o su rutina de ejercicio según lo que puedan seguir haciendo o retomar antes.
Durante la quimioterapia, las cuestiones son otras realmente. Durante la quimioterapia, la principal inquietud es que el tratamiento tiende a aumentar la fatiga y el cansancio de las pacientes. Así que es probable que necesiten disminuir la frecuencia o la intensidad o la duración de la rutina de ejercicio, pero les va a ir mejor y se van a recuperar con mayor rapidez si se mantienen activas que si dejan de hacer ejercicio del todo.
Jamie DePolo: ¿Eso es verdad para todos los tratamientos, cirugía, radiación, quimioterapia? O sea, ¿si una persona se mantiene activa, tanto como pueda, la recuperación es mejor para los tres tipos de tratamiento?
Dra. Kathy Miller: Creo que sí, definitivamente. Si a una persona sana le indican hacer reposo en cama o en el sofá durante algunas semanas o algunos meses y no le permiten hacer ningún tipo de ejercicio ni actividad física, y luego le dicen: “Listo, terminaste. Ya puedes volver a hacer ejercicio. Puedes retomar tu vida activa”. Esa persona se va a sentir agotada y va a descubrir que es muy cierto: los músculos que no usamos tienden a desaparecer. Y lo que queremos evitar para nuestras pacientes que hayan sido activas es agregar los efectos de la pérdida de estado físico a los efectos del tratamiento, para que luego les cueste más recuperarse una vez que hayan terminado con el tratamiento.
Jamie DePolo: Bien. Tiene sentido. Ahora bien, ¿qué ocurre con una persona que no haya sido muy activa, que tal vez sea más del tipo sedentario? Le diagnostican cáncer —también supe de esto, varias mujeres nos han hablado al respecto—, entonces decide hacer algunos cambios en su vida. Como: “Ahora voy a hacer más activa. Me diagnosticaron cáncer. Tengo que cuidarme más”.
¿Cuál sería una manera segura para que una persona así empiece a hacer ejercicio? ¿Hay ciertos tipos de ejercicio que podrían ser mejor que otros?
Dra. Kathy Miller: Desafortunadamente, la mayoría de nuestras pacientes son bastante sedentarias o mínimamente activas. Así que es una situación muy común. Primero, creo que necesitamos manejar las expectativas. Nuestras pacientes van a recibir distintos tipos de tratamiento. Esos tratamientos ciertamente tienen efectos físicos reales, así que no es razonable pensar: “Voy a bajar un montón de kilos extra y para cuando termine con el tratamiento del cáncer de mama voy a estar más en forma que nunca”.
Pero sí es un momento en el que la persona presta atención y puede empezar a hacer cambios que sentarán las bases para continuar siendo activa y aumentar su nivel de actividad.
Así que tengo un par de consejos específicos. En la vida cotidiana, la actividad suele ser mucho más intermitente y dispersa a lo largo del día. Es raro que la mayoría de nosotras seamos muy sedentarias y de pronto hagamos ejercicio intenso durante una hora, para luego no hacer nada el resto del día.
Con frecuencia, somos activas por rachas cortas y podemos usar eso como método para aumentar nuestro nivel de actividad. Así que pueden ser acciones sencillas como subir las escaleras en lugar de tomar el ascensor en el trabajo. Estacionar a propósito en el lugar más lejos de la tienda, del banco o del trabajo, en lugar de dar vueltas hasta encontrar el espacio de estacionamiento más cercano. Dar una vuelta a la manzana antes de subirte al auto y antes de entrar en la oficina. Aumentar gradualmente el nivel de actividad durante todo el día. En particular, pienso en las personas que cuentan: “Puedo caminar unos minutos, pero luego quedo agotada”. Está bien. Empiecen con unos minutos, pero caminen esos minutos varias veces a lo largo del día.
Jamie DePolo: Bien.
Dra. Kathy Miller: La otra recomendación es una que hace la mayoría de mis colegas especialistas en ejercicio o fisiología. Conviene que las personas que empiezan una rutina de ejercicio por primera vez elijan algo que no las deje sin aliento, que no les haga doler, que les permita hablar con una compañera. Ese es el punto de partida. Y piensen ir aumentando eso aproximadamente un 10 % a la semana.
Cuando lo piensas, Jamie, eso significa que si das un paseo de 10 minutos, la segunda semana, caminas 11 minutos. Es un aumento muy pequeño, y de eso se trata exactamente. Al ser un aumento lo suficientemente pequeño, evitas lesionarte o de pronto llegar a un punto límite y pensar: “No puedo hacer esto, no es para mí”. Pero si sigues aumentando de manera constante, vas a llegar y vas a hacerlo de una manera segura.
Jamie DePolo: Para que quede claro, quiero verificar algo. Cuando hablaba de aumentar aproximadamente un 10 %, se refería a la duración, no a la intensidad necesariamente.
Dra. Kathy Miller: Puede ser cualquiera de las dos.
Jamie DePolo: Bien.
Dra. Kathy Miller: Puede ser la duración únicamente. O puede ser un aumento de intensidad. La intensidad es fácil de controlar si usas una cinta o una bicicleta fija que te indique la intensidad. Puede ser un poco más difícil medir realmente la intensidad cuando caminas o nadas, o haces ejercicio sin ese tipo de elementos. Así que puede ser cualquiera de las dos. Pero me parece que eso les da una pauta a las pacientes.
Hace años, cuando recién empezaba a hacer ejercicio, vivía en el campo y salía por los caminos rurales que tenían postes de teléfono. Y para llevar la cuenta de cuánto caminaba y saber que iba a aumentando poco a poco, contaba los postes de teléfono. Para aumentar la intensidad, trotaba de un poste a otro y luego pasaba cinco postes caminando. Y la semana siguiente, pasaba dos postes trotando y cinco caminando. Así que hay maneras de utilizar el entorno para llevar la cuenta y mantenernos activas.
La clave consiste en aumentos pequeños, pero constantes, que ayudan a seguir avanzando. No se trata de dar saltos tan grandes que la persona termina sin aliento al punto que es incómodo y podría resultar riesgoso, o que queda dolorida e incapaz de continuar.
Jamie DePolo: Bien. Parece un muy buen consejo. Ahora, me gustaría hablar un poco sobre la resistencia. También nos han dicho: “Sabes, solía ser capaz de nadar durante media hora antes de recibir tratamiento, y ahora parece que apenas puedo aguantar 10 minutos y me canso mucho”.
¿Se trata de un cambio permanente, o la resistencia alguna vez se recupera del todo? ¿Será que las personas simplemente tienen que aceptarlo? “Bueno, no voy a poder hacer exactamente lo que podía hacer antes”.
Dra. Kathy Miller: Creo que sí se recupera, pero requiere esfuerzo. Cuando hace poco analizamos los efectos físicos de muchos de los tratamientos, vimos que era posible juntar esos efectos en dos grupos diferentes. Algunos de los tratamientos pueden producir algo de anemia, que disminuye la capacidad de la sangre de transportar oxígeno a los músculos y que definitivamente afecta la resistencia, en particular para las actividades que más la requieren, como caminar o nadar por más tiempo.
Pero también observamos la pérdida de masa muscular con un aumento compensatorio de tejido adiposo. Así que el peso de las pacientes no cambia demasiado o, si cambia, tiende a aumentar. Pero cuando observamos la composición corporal, vemos que perdieron masa muscular. Así que parte de esa pérdida de resistencia se explica por haber perdido músculo. Y lleva tiempo recuperarse de la anemia y recuperar masa muscular, pero es posible.
Jamie DePolo: ¿La pérdida de masa muscular se debe estrictamente a la inactividad o hay algo en el tratamiento que tal vez contribuya a eso?
Dra. Kathy Miller: No creo que lo sepamos, Jamie. Muchas de nuestras pacientes que participaron en este estudio eran bastante sedentarias cuando comenzaron el tratamiento. Les pedimos que usaran cuentapasos con regularidad y así pudimos constatar que se movían menos, aunque muchas de ellas eran tan sedentarias que era realmente difícil que se movieran menos de lo poco que se movían para empezar. Así que no creo que podamos separar cuánto de la pérdida de masa muscular se deba solo a la pérdida de estado físico y a la falta de actividad, y cuánto sea un efecto directo del tratamiento.
Jamie DePolo:Bien. Entonces, creo que una recomendación para las personas que estén recibiendo tratamiento y que tal vez solían ser deportistas consumadas es no desanimarse si ven que esa resistencia disminuye después del tratamiento.
Dra. Kathy Miller: No, de ninguna manera. El tratamiento tiene efectos concretos. Eso es cierto en el caso de la quimioterapia y del tratamiento antiestrógeno. Nos sorprendimos cuando vimos que los efectos del tratamiento antiestrógeno no eran tan diferentes a los de la quimioterapia. Así que son efectos reales y tienden a profundizarse poco después de terminar el tratamiento, pero también tienden a mejorar. Aunque eso lleva tiempo.
Por lo tanto, creo que esta es otra pauta para ayudar a las pacientes a ajustar sus expectativas y así evitar frustrarse: Supongamos que todos los días durante el tratamiento te llevará un día después de haber terminado el tratamiento para recuperarte por completo. Imaginemos que una persona tuvo cirugía y después 4 meses de quimioterapia y 6 meses de radiación. Entonces le va a llevar entre 6 y 9 meses después de haber terminado el tratamiento para recuperarse por completo.
No es el hecho de que se recupera lentamente durante todo ese período... Pero creo que esto les da a las personas una expectativa realista. De esa manera, cuando no se sientan igual que antes del cáncer de mama y del tratamiento, un mes después de haber terminado el tratamiento, no se desanimarán al suponer que eso es lo mejor que podrán estar.
Jamie DePolo:Y mencionaste la terapia hormonal, lo que es interesante porque puede continuar 5 o 10 años. ¿Eso significa que, digamos, una mujer que recibe terapia hormonal durante 10 años, necesitará otros 10 años para recuperarse del tratamiento?
Dra. Kathy Miller: No lo creo. En nuestro estudio de observación, simplemente hicimos un seguimiento de las pacientes durante el primer año de tratamiento. Esperábamos ver cambios significativos con la quimioterapia. Teníamos la esperanza de ver algún grado de recuperación entre una evaluación a los 6 meses y otra un año después del diagnóstico. En la mayoría de las pacientes, la verdad es que no observamos esa recuperación espontánea, pero se trataba de mujeres en su mayoría sedentarias para empezar. Nos sorprendió que a los 6 meses, el efecto de la terapia hormonal era casi tan grande como el de la quimioterapia. Y también era muy similar a los 12 meses.
Así que ahora estamos analizando intervenciones para tratar de ayudar a las pacientes sedentarias a ser más activas para que puedan tener una recuperación mejor y más plena.
Jamie DePolo: Bien. Ya veo. ¿Hay alguna forma de ejercicio que recomendaría y que tal vez sea mejor u ofrezca más beneficios para las personas que están recibiendo tratamiento o que se están recuperando del tratamiento?
Dra. Kathy Miller: No creo que haya una forma de ejercicio que sea mejor que otra. Se han llevado a cabo algunos estudios en los que se intentó separar y examinar el entrenamiento de fuerza o de resistencia en comparación con el ejercicio aeróbico. Se encontraron beneficios en ambos, y creo que es difícil afirmar que uno es mejor que el otro. Como muchas de mis pacientes son bastante sedentarias, mi respuesta es simple: Me parece bien cualquier ejercicio que te guste y que estés dispuesta a hacer y continuar haciendo.
Para casi todas nosotras, va a ser una combinación de diferentes actividades, porque si tenemos solo una forma de hacer ejercicio, la mayoría nos aburrimos un poco. Y cuando empezamos a aburrirnos, dejamos de hacerlo. Entonces, en verano, la mayoría tal vez prefiera dedicarse a la jardinería o caminar al aire libre, pero cuando las pacientes me dicen que quieren hacer eso en verano, empiezo a hablar con ellas: “¿Cuál es tu plan para mantener ese nivel de actividad durante el invierno, cuando no hagas jardinería?”
Para mis pacientes a las que les gusta esquiar, y que son más activas durante el invierno, ¿qué van a hacer en verano? Podría ser bailar. O podrían ser actividades que hagan con los nietos o con el esposo, y que además les den la oportunidad de interactuar socialmente.
En el caso de las pacientes que ya eran sedentarias para empezar, soy mucho menos quisquillosa con respecto a lo que hacen. Si comienzan a hacer alguna actividad y notan que se sienten mucho mejor, entonces podemos hablar sobre cómo aumentar el nivel de actividad: “Es genial que ahora hagas todo este ejercicio aeróbico, pero hablemos del entrenamiento de equilibrio y de fuerza”. Si empiezan con entrenamiento de fuerza, tal vez podamos incorporar algo de ejercicio aeróbico adicional a continuación.
Jamie DePolo: Bien. Y también me da curiosidad... Digamos que una persona ha sido bastante sedentaria y comienza a caminar todos los días, ¿hay un tiempo determinado o un período promedio para que vea resultados, ya sea mejor resistencia, sentirse mejor, bajar de peso, reducir el talle, o depende de cada persona?
Dra. Kathy Miller: Diría que es más individual, aunque la mayoría de mis pacientes que empiezan a moverse notan que se sienten mejor. Se sienten diferentes. Sienten que tienen más energía durante las primeras semanas. Es sorprendente el poco tiempo que lleva comenzar a sentirse mejor si se tenía un estilo de vida muy sedentario para empezar.
Bajar de peso y reducir el talle son metas que llevan más tiempo y, para la mayoría de nosotras, el simple hecho de empezar a hacer ejercicio no es una estrategia muy exitosa para bajar de peso. Es una combinación de dos cosas. Tendemos a sobrestimar la cantidad de calorías que consumimos y el ejercicio que hacemos. Y es muy fácil agregar 100 calorías al día para compensar por completo las 100 calorías extra que se consumieron como parte del programa de ejercicio.
No se trata de personas que digan a propósito: “Bueno, hoy caminé diez minutos así que ahora me puedo comer esta gran porción de torta de chocolate y se compensa”. Pero es bastante fácil agregar 100 calorías. El cuerpo humano en realidad no acepta tener un déficit de calorías, así que hacer solo ejercicio no es una estrategia muy buena para adelgazar. Es un complemento fabuloso para hacer cambios saludables en la alimentación y disminuir el tamaño de las porciones y limitar las calorías para ayudar a bajar de peso. Pero si el único cambio que haces es el ejercicio, no esperes adelgazar, aunque probablemente sí notarás un mayor nivel de energía, mayor resistencia, menos somnolencia durante el día y una sensación de bienestar general. Te sentirás capaz de hacer más durante el día.
Jamie DePolo: Bien. Y una última pregunta antes de terminar. Antes mencionó el entrenamiento con pesas, y sé que una gran preocupación para muchas mujeres después de la cirugía es el linfedema. En sus investigaciones, ¿evita ciertos tipos de ejercicio debido al riesgo de linfedema? ¿Hay algún ejercicio que recomendaría, o ciertos tipos de ejercicio que recomendaría para una mujer a la que le diagnosticaron linfedema?
Dra. Kathy Miller: Es otra área que no hemos estudiado en profundidad. Y en los estudios más recientes, realmente se ha cuestionado lo que siempre se les dijo a las pacientes. Durante años, se nos dijo que evitáramos levantar pesas y hacer ejercicios de resistencia porque podrían provocar linfedema.
Pero, hace poco, se llevaron a cabo algunos estudios en los que realmente se examinó el levantamiento de pesas. Comenzaron con pesas pequeñas, de 3 a 5 lb (1-3 kg), en mujeres que tenían linfedema. Y eso no empeoró el linfedema. Al contrario, vieron mejoras. En cierta forma, tiene sentido. Parte de lo que hace mover el líquido de las extremidades de vuelta a la circulación es la contracción muscular. Así que si usas más las extremidades, eso puede ayudar a quitar parte del líquido del linfedema.
Creo que se debería pensar en el equilibrio y, para una paciente con linfedema, hablar con el fisioterapeuta. Lo que les recomendaría a mis pacientes es que empiecen de a poco. Si comienzan a notar que el brazo les duele o lo sienten pesado, quiere decir que ese brazo está empezando a tener problemas y la presión va en aumento. Eso quiere decir que hicieron suficiente por el momento. Deben detenerse y darle un descanso al brazo. Pero con respecto a esta idea de que las pacientes nunca podrán volver a ser plenamente activas o participar en actividades como levantar pesas o jugar a los bolos, eso simplemente no es verdad.
Jamie DePolo: Bien. Ya veo. Excelente. Muchas gracias, Dra. Miller. Realmente apreciamos que se haya tomado el tiempo para acompañarnos hoy. Y esperamos que a medida que siga investigando, podamos volver a tenerla para un futuro podcast como continuación de este.
Dra. Kathy Miller: Jamie, fue un placer. Gracias.
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