Historias sobre mastectomía y reconstrucción: Mimi
El cáncer de mama era algo conocido para Mimi Monteiro, incluso antes de su diagnóstico. A su madre le diagnosticaron cáncer de mama tres veces. Le hicieron una mastectomía doble y recibió radiación y quimioterapia. Quince años después, está libre de cáncer. Annette, la prima y mejor amiga de Mimi, recibió el diagnóstico de cáncer de mama en 2009 y falleció a causa de la enfermedad ese mismo año, a los cuarenta y dos años. A Mimi le diagnosticaron cáncer de mama en estadio I en abril de 2015, a los cuarenta y cinco años, la misma edad que tenía su madre cuando recibió su primer diagnóstico. Le realizaron una mastectomía doble e, inmediatamente después, una reconstrucción con colgajo DIEP. Más adelante, también se sometió a una histerectomía preventiva, porque el cáncer era positivo para receptores de hormonas. Tomó tamoxifeno y un inhibidor de la aromatasa, pero ya ha dejado de hacerlo. En el podcast, Mimi explica lo siguiente:
- Mensaje del patrocinador
cómo tomó las decisiones relacionadas con la cirugía y la reconstrucción
- Mensaje del patrocinador
las cosas positivas que trajo el cáncer de mama a su vida
- Mensaje del patrocinador
lo que le diría a una mujer a la que le han diagnosticado recientemente cáncer de mama
Mimi Monteiro es una de las tres mujeres cuyas historias se incluyeron en la serie de videos de Breastcancer.org sobre reconstrucción luego de la mastectomía.
— Se actualizó por última vez el 17 de enero de 2023, 16:12
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Jamie DePolo: Hola a todos. Les damos la bienvenida al podcast de Breastcancer.org. Soy Jamie DePolo, editora sénior de Breastcancer.org. La invitada de hoy es Mimi Monteiro, una de las mujeres cuya historia sobre el diagnóstico de cáncer de mama y reconstrucción mamaria forma parte del sitio de Breastcancer.org.
El cáncer de mama era algo conocido para Mimi, incluso antes de su diagnóstico. A su madre le diagnosticaron cáncer de mama tres veces. Le hicieron una mastectomía doble y recibió radiación y quimioterapia. Quince años después, está libre de cáncer. Annette, la prima y mejor amiga de Mimi, recibió el diagnóstico de cáncer de mama en 2009 y falleció a causa de la enfermedad ese mismo año, a los cuarenta y dos años.
A Mimi le diagnosticaron cáncer de mama en estadio I en abril de 2015, a los cuarenta y cinco años, la misma edad que tenía su madre cuando recibió su primer diagnóstico. Le realizaron una mastectomía doble e, inmediatamente después, una reconstrucción con colgajo DIEP. Más adelante, también se sometió a una histerectomía preventiva, porque el cáncer era positivo para receptores de hormonas. Tomó tamoxifeno y un inhibidor de la aromatasa, pero ya ha dejado de hacerlo. Mimi es una de las tres mujeres cuyas historias se incluyeron en la serie de videos de Breastcancer.org sobre reconstrucción luego de la mastectomía. Hoy nos hablará sobre el proceso de filmación de los videos y de compartir su historia. Mimi, bienvenida al podcast.
Mimi Monteiro: Gracias por invitarme, Jamie.
Jamie DePolo: Qué lindo poder hablar con usted. Me da curiosidad saber qué fue lo primero que pensó cuando el equipo del Centro de Cirugías Reconstructivas de Mama la invitó a participar en el video.
Mimi Monteiro: Me sentí muy honrada, de hecho, porque había hablado con tantas mujeres que fui conociendo a través del centro, con sus historias maravillosas, de fortaleza y superación de batallas tan grandes, que se convierten en relatos tan hermosos. Y formar parte de ese grupo, que te inviten, es un honor tan grande poder contar mi pequeña historia, que forma parte de algo más grande. Así que eso, un gran honor.
Jamie DePolo: ¿Tuvo algún tipo de duda? ¿Pensó: “No estoy segura de si quiero compartirlo todo”?
Mimi Monteiro: No, no tuve ningún tipo de reserva. Creo que siempre tuve la capacidad de expresarme abiertamente a otras personas. Así que, para mí, no hubo ningún momento de duda. Mi única preocupación, como siempre, tenía que ver con mis hijos y mi esposo, y cómo lo recibirían. Esa fue mi única reserva, y cuando lo consulté con ellos y me dijeron que estaban 100 % de acuerdo, fuimos para adelante a toda marcha.
Jamie DePolo: Aparecen en el video con usted. ¿Y ellos no dudaron de si querían formar parte o no?
Mimi Monteiro: No. Y me entusiasmaba saber que no, porque mis hijos no la pasaron bien con mi diagnóstico inicial. Sufrieron mucho, mucho más de lo que pensaba que sufrirían. Y fueron muy reservados con eso y no compartieron lo que sentían con mi primer diagnóstico. Así que, llegar a esto, dos años después, y hablarles del video, más el hecho de que hablaran con sinceridad y ADEMÁS quisieran participar, E invitar a sus amigos a hacerlo, habla a las claras del proceso de sanación que hicieron. Así que me entusiasmaba compartir mi historia.
Jamie DePolo: Es maravilloso. ¿Qué edad tienen?
Mimi Monteiro:El mayor tiene dieciocho, recién entró a la universidad, y el más chico tiene dieciséis y está en segundo año de la secundaria.
Jamie DePolo: Así que eran más chicos cuando usted recibió el diagnóstico.
Mimi Monteiro: Exacto. Exacto. Eso sucedió dos años atrás, y esos años de la adolescencia son muy tumultuosos, para los chicos y las chicas. Así que tenían muchos temas propios con los que lidiar y, luego, la madre les tira esa bomba, por lo que estuvieron a la altura del desafío y lo manejaron como campeones. Pero estaba muy entusiasmada por compartir esta experiencia del video con ellos y con mi esposo y mi mamá también.
Jamie DePolo: Y cuando evaluaba a qué tipo de reconstrucción someterse, ¿podría contarnos brevemente cómo tomó la decisión y por qué optó por la reconstrucción inmediata?
Mimi Monteiro: Por supuesto. Como dijo en la introducción, a mi madre le diagnosticaron cáncer tres veces. Por lo que ella realmente ha transitado un camino largo y arduo con su diagnóstico de cáncer y la remisión. No lo pasó bien con la reconstrucción, porque esperó para sacar la artillería pesada, y su cuerpo ya había pasado por el infierno.
Jamie DePolo: ¿A qué se refiere cuando habla de “sacar la artillería pesada”?
Mimi Monteiro: En un principio, cuando se lo diagnosticaron, a los cuarenta y cinco años ―la misma edad que tenía yo―, optó por un abordaje muy conservador. Yo hubiera hecho lo mismo que ella, dado que tenía cuarenta y cinco, no había antecedentes familiares y era el primer diagnóstico. Esa fue la recomendación de su médico. En la segunda opinión, recibió la misma recomendación. Yo hubiera hecho exactamente lo mismo. Una quiere conservar el tejido mamario todo lo que sea posible. Lo entiendo por completo.
Así que eligió la lumpectomía con radiación y quimioterapia para preservar lo más posible el tejido mamario. Era una mujer muy joven, madre, esposa, todo eso. Por eso, ciertamente, esa fue una opción para mí también cuando me lo diagnosticaron a los cuarenta y cinco, tan joven, y de manera tan temprana. Pero luego de dos diagnósticos, dos rondas de quimioterapia, dos veces radiación, su tejido mamario estaba destrozado. Para el momento en que llegó el tercero, lo que pensaba era: “Ya tuve suficiente de esto, vamos con la mastectomía doble y la reconstrucción”. Tenía el tejido tan dañado que la reconstrucción fracasó. Ahora solo le queda mucho tejido cicatricial y no tiene montículo ni nada.
Esta lucha contra el cáncer le robó quince años de su vida. Le comió quince años de vida. No logró evitar que hiciera todo lo que amaba, pero siempre estaba ahí, presente. Y haber presenciado ese recorrido con ella hizo que todo fuera tan simple para mí: “Oh, Dios, eso no. Vamos a ponernos agresivos y contundentes desde la primera vez. Con esto no vamos a andar con rodeos”. No le iba a regalar al cáncer todos esos años de mi vida. No iba a suceder.
Así que eso jugó un papel fundamental en mi decisión desde el principio. Y haber tenido a mi madre con un diagnóstico de cáncer tres veces en su vida, ya sabe, eso siempre ronda en la cabeza. Sabía que me iba a tocar. Lo sabía. ¿Cómo puedo no tener ese componente genético? Incluso hicimos el análisis genético de BRCA1 y BRCA2 y dio negativo. Pero yo simplemente sentía que había algo. Estaba tan mentalmente preparada como se puede estar para un diagnóstico así. Y con esa preparación mental y la idea de “Creo que quiero hacer esto”, cuando escuché que era positivo, supe de dónde arrancar y qué opciones quería explorar.
Jamie DePolo: Cuando contaba su historia en cámara, ¿cómo se sentía? Sé que muchas mujeres hablan con otras mujeres, pero me han dicho que, al hacer estos videos, es distinto conversarlo en cámara.
Mimi Monteiro: Lo es. Lo es. Y como dije, me encantó poder compartir la historia con mis hijos, mi esposo y mi mamá. Eso fue muy genial. Y contar con la presencia de los amigos de mis hijos, sabe, realmente valida el hecho de que para transitar algo así se necesita mucho apoyo. Tener el respaldo de muchas personas. Me encantó esa parte de la experiencia. Compartirla en video fue hermoso. Fue una experiencia hermosa.
Jamie DePolo: ¿Despertó sentimientos que, quizás, podría haber estado reprimiendo o en los que no había reparado por algún tiempo? ¿O fue simplemente algo como “No, estoy aquí. Estoy hablando sobre mi historia”?
Mimi Monteiro: Sí. Fue interesante porque habían pasado dos años del diagnóstico inicial, así que fue como si lo hubiera dejado atrás y estuviera mirando para adelante. Lo interesante de volver a vivirlo es que algunas de esas emociones fuertes seguían estando ahí, aunque yo no lo supiera, y afloraron algunas emociones que comparto con mi mamá y que simplemente teníamos que dejar ir. Así que, de nuevo, sirvió para sanar. Fue otra parte del proceso de sanación, quizás fue una capa que no había abordado antes. Por lo que fue una experiencia muy positiva. Y, en el camino, hice muchos amigos geniales.
Jamie DePolo: Es maravilloso. ¿Hay alguna parte de la filmación del video que sea especial para usted?
Mimi Monteiro: Sí. Sé que para mi mamá fue muy duro verme atravesar esta batalla, una batalla que también había peleado ella. Y cuando eres madre, nunca dejas de serlo, no importa la edad que tengas. El hecho de que yo fuera una mujer adulta con hijos no importaba, sigo siendo su hijita, sé que fue muy doloroso para ella acompañarme en esta travesía, sabiendo lo que ella había vivido.
Por eso, cuando estaba en casa, sola, filmando con Sean, en una conversación uno a uno con él, yo sabía que ella estaba arriba, escuchando, y supe y sentí como si estuviera presente, aunque solo estuviera escuchando. Y mientras hablo sobre mi proceso, solo puedo escucharla de fondo llorando. Y saber todo lo que le duele a ella esta situación. Esa fue la parte más desafiante de la batalla, ver sufrir a las personas que me rodean. Para mí no fue difícil. Ya sabe, tengo mi fe y no hay nada que se pueda hacer con eso. Pero saber que mi madre sufría tanto viéndome atravesar eso, o los chicos, o mi esposo.
Y luego me escuchó contando la historia y toda la sanación que se puso en marcha y la bendición que terminó siendo y cómo lo veo como algo positivo. Realmente no lo veo como una experiencia negativa, tener cáncer y recibir tratamiento. Le dio tantas cosas positivas a mi vida. Y, luego, ella solo me dio un abrazo enorme, porque con esto pudo confirmar que yo había sanado también, que esto se había terminado y que yo miraba para adelante y lo había dejado atrás.
Jamie DePolo: Excelente. ¿Podría compartir con nosotros a qué se refiere con el hecho de que la experiencia del cáncer le ha aportado tantas cosas positivas a su vida? ¿Podría contarnos cuáles son algunas de ellas?
Mimi Monteiro: Por supuesto. Uno deja ir muchas cosas. Al principio, hay mucho miedo, miedo a perder la vida, miedo al futuro de los hijos, a cómo lidiará con esto la pareja, a lo desconocido, ¿sabe? lo que esto le hará a mi cuerpo y cómo voy a sobrevivirlo. Y uno aprende a dejar ir todo eso, toda esa ansiedad y el miedo y lo desconocido. Y se abraza a la fe y a la comunidad que lo rodea, y encuentra una manera de estar más allá de todo eso. La opción, si no, es bajar la cabeza y perder. Pero no para mí.
Soy una persona de fe. Siempre fui creyente. Pero cuando le digo que lo llevó al siguiente nivel, lo llevó a un nivel mucho más alto. Y ahora solo hay alegría y paz todos los días. Una alegría y una paz que no pienso devolver. No las cambio, me las gané. Me las gané con esta batalla. Y con mi familia lo mismo. Solo saber que están ahí. Quiero decir, todos dicen que la familia siempre está ahí para brindar apoyo, en las buenas y en las malas. Pero cuando vienen las malas y ellos siguen estando ahí, luchando a tu lado y levantándote el espíritu, ahí dices: “Gracias, Dios, eso es una bendición. Gracias por regalármelos para que me acompañen”.
Y también toda la comunidad del cáncer, como unidad. Las personas se unen a tu alrededor, desde la secretaria del centro oncológico que ve que tengo un mal día y se levanta de su escritorio para abrazarme, hasta conseguir el número de la madre joven de otro amigo y llamarla de la nada para preguntarle cómo fue su experiencia con tal médico o tal tratamiento y que ella se tome tres horas de su tiempo alejada de su familia solo para sentarse conmigo y charlarme. Hasta los brillantes cirujanos, oncólogos y el personal de enfermería con los que te encuentras, como Claire y Sean, que luchan por la causa de la salud de la mujer y el tratamiento de esta enfermedad. Quiero decir, abrió mi mundo de tal manera que terminé conociendo personas maravillosas con las que nunca me hubiera topado antes. Gracias por dejar que esta horrible enfermedad le aporte tanta maravilla a mi vida. No la cambio.
Jamie DePolo: Esa es una manera increíble de verlo. Ojalá pudiera ver así todo lo que me doblega en la vida, porque es realmente sorprendente. Tengo una última pregunta. Si se le acercara una mujer y le dijera que le han diagnosticado cáncer de mama, ¿qué le diría?
Mimi Monteiro: No le diría nada. Le sonreiría, la abrazaría y le daría espacio para hablar. Porque creo que, inicialmente, eso es lo que quieres. Quieres descargar el miedo y la ansiedad, quieres verbalizarlo y sacarlo afuera. Y luego, cuando vengan las preguntas, porque no vienen todas juntas al mismo tiempo, en cada paso del camino surgirán preguntas, miedos, preocupaciones. Solo estar disponible y preguntar cómo están las cosas. Pero creo que, como sobrevivientes, lo mejor que podemos hacer por cualquier persona que haya recibido recientemente un diagnóstico de cáncer, es estar disponible para decir: “Soy prueba de lo que podemos hacer”.
Jamie DePolo: Es maravilloso. Mimi, muchas gracias por unirse a nosotros. Ha sido tan generosa con su tiempo y su historia, realmente lo valoramos.
Mimi Monteiro: Gracias a usted y a todos los que luchan por la causa de la detección y el tratamiento tempranos para las mujeres. Están marcando la diferencia.
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