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Jamie DePolo: Hola, les damos la bienvenida al podcast de Breastcancer.org. Soy Jamie DePolo, editora sénior de Breastcancer.org. Estamos transmitiendo desde el Simposio sobre Cáncer de Mama de San Antonio del año 2017. Mi invitado de hoy es el Dr. Rowan Chlebowski, profesor de investigación de Oncología Médica de City of Hope. El estudio del Dr. Chlebowski analizó cómo el descenso de peso se vinculaba a índices más bajos de cáncer de mama, un tema en el que otros estudios habían arrojado resultados dispares. Dr. Chlebowski, bienvenido al podcast.
Rowan Chlebowski: Me alegro de estar aquí.
Jamie DePolo: Antes que nada, ¿podría contarnos sobre las investigaciones anteriores realizadas sobre este tema que lo llevaron a hacer este estudio?
Rowan Chlebowski: Desde luego. Durante décadas, los estudios han demostrado que las mujeres obesas que atraviesan la posmenopausia corren más riesgo de desarrollar cáncer de mama. Sin embargo, ha sido muy difícil demostrar que, si las mujeres bajan de peso, cambiarán su riesgo de padecer cáncer de mama.
Por ejemplo, el año pasado, una evaluación publicada en el New England Journal por parte de una organización líder solo pudo concluir... En su mensaje de salud pública, la conclusión era que había que evitar la grasa corporal, lo cual es un mensaje limitado, porque significa que si tienes sobrepeso u obesidad, entonces no hay nada para hacer. Y eso limita el mensaje de salud pública. Con eso como antecedente, buscamos un grupo poblacional único para el estudio observacional Women's Health Initiative, que nos permitiera abordar de manera más específica ese asunto.
Jamie DePolo: Bien, perfecto. Así que analizaron los resultados del estudio observacional Women's Health Initiative, y me gustaría pedirle que nos brinde un poco de contexto al respecto, porque es un estudio bastante extenso, que está en curso todavía.
Rowan Chlebowski: Sí. Women's Health Initiative comenzó en 1993, con un total de más de 161.000 mujeres participantes entre 1993 y 1998, que provenían de 40 centros clínicos de EE. UU. Todas menopáusicas y sin enfermedades crónicas. Y hubo ensayos clínicos y un estudio observacional. En este último participaron 93.000 mujeres; sin embargo, teníamos criterios de exclusión. Por ejemplo, no queríamos incluir a mujeres con antecedentes de cáncer, y para algunas personas faltaban cifras, así que la población estudiada terminó con 61.135 mujeres posmenopáusicas de entre 50 y 79 años.
Luego, lo que hicimos fue medir el peso inicial y, después, el peso al tercer año, cuando les preguntamos si habían bajado o subido más de 5 libras en los últimos dos años y si eso había sido voluntario o involuntario. Así que nuestro enfoque único fue prestarle atención a ese intervalo diminuto de descenso de peso, en lugar de examinar datos de décadas, ya que con frecuencia muchos otros estudios se habrían basado en un valor de peso recordado por un individuo. Así que nosotros evaluamos los valores de peso en un intervalo pequeño.
Jamie DePolo: Bien, eso me hace pensar que es un estudio un poco más enfocado. Siento curiosidad acerca de algo. Entonces, ¿las mujeres no tuvieron que seguir un programa específico para bajar de peso? ¿Fue solo lo que sucedió casualmente durante ese lapso de tres años?
Rowan Chlebowski: Así es. En paralelo, y para evitar la conclusión, hay un ensayo aleatorio de modificación alimentaria de Women's Health Initiative con 48.835 mujeres, el cual informé, donde se evaluaba la disminución de la ingesta de grasa asociada al descenso de peso. Pero en el estudio observacional participaron mujeres que no reunían los requisitos o no querían participar en el ensayo, así que este tenía que ver con lo que le sucedía a una población normal.
Jamie DePolo: Bien, bien. Y los resultados mostraron que, en las mujeres posmenopáusicas que bajaron de peso, el riesgo de padecer cáncer de mama era más bajo. Le pregunto algo también por curiosidad: ¿analizaron algún otro factor de riesgo, como el consumo de alcohol o tabaco, o algo similar?
Rowan Chlebowski: Sí. Pues, con todos los datos recopilados, que fueron muchísimos, pudimos controlar todas las variables, como el consumo de metformina, que fue bajísimo, y de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos. Y hubo muchas coincidencias en las características. Lo que es interesante es que las mujeres que bajaron de peso tenían cuerpos más pesados y hacían menos actividad física que las otras mujeres. En total, fueron 8.135 las que adelgazaron.
Hay algo casi paradójico en eso, en el hecho de que las mujeres con cuerpos más pesados y con menos actividad física pudieran... su índice de masa corporal arrojaba un dato interesante, estaba en algo así como 29,9. Y una de las especulaciones era que sabían que el paso siguiente las llevaría a la obesidad. Ese es un comentario retrospectivo, pero realmente es interesante, ¿no? Que las mujeres que estaban en esa categoría dijeran: “Hasta aquí llegué”.
Jamie DePolo:Claro. Bien, ¿y esto cambiaba según la edad? Es decir, ¿importaba a qué edad bajaban de peso? Creo que lo que intento decir es que, si una mujer de cincuenta años bajara de peso, ¿eso afectaría más el riesgo que si la que adelgazara fuera una mujer de setenta?
Rowan Chlebowski: Evaluamos los subgrupos, y siempre hay un problema en el momento de analizar subgrupos, porque se reducen los números. Pero todo parecía indicar que la edad no cambiaba las cosas. Así que hicimos el seguimiento de las mujeres durante 11,4 años luego del marcador de los tres primeros años, y creo que lo que podría decir es que habría un beneficio potencial para la siguiente década. Más allá de eso, no podemos decir nada. Pero creo que sería acertado decir que nunca es demasiado tarde.
Jamie DePolo: Me intriga también el hecho de que hay cierta controversia en esto de usar el IMC como medida de peso saludable y no saludable. ¿Eso afecta el estudio de alguna manera?
Rowan Chlebowski: En realidad, no. Es decir, estoy de acuerdo con ese comentario y creo que la cuestión es la obesidad abdominal. Y hay distintas maneras de llegar a eso, que no son las maneras más generalizadas. Hay que hacer un tipo de prueba adicional. El otro problema sería evaluar los posibles marcadores metabólicos asociados a la obesidad abdominal. Esas son cosas que se pueden hacer, pero esto tiene que ver con la población en general.
Jamie DePolo: Bien. Y otro resultado que arrojó el estudio es que las mujeres que subieron de peso durante el estudio corrían un riesgo mayor de desarrollar cáncer de mama triple negativo específicamente, pero, en general, el riesgo de cáncer de mama no aumentaba. ¿Qué concluimos de eso?
Rowan Chlebowski: Sí, creo que las mujeres pueden estar ya en cierto umbral de peso, y otros factores sumarían al riesgo. Por eso que, cuando las mujeres llegan a determinado peso, quizás los mediadores potenciales ya están ahí, así que sumar algunos kilos no cambia las cosas, y serían otros los factores que impulsen el cáncer de mama. Con respecto al cáncer de mama triple negativo, pensamos mucho en eso. Y no logramos llegar a una explicación de por qué ocurría.
Jamie DePolo: Entiendo, eso es como un resultado misterioso. Ya veo. Sobre la base del estudio y los resultados, ¿cuál sería su consejo para las mujeres posmenopáusicas?
Rowan Chlebowski: Sí, creo que es un mensaje muy positivo y alentador, porque hay varias cosas en juego. Este descenso de peso mostró que no es necesario llegar a un peso normal. Y es que, la pérdida de peso fue alcanzable para las mujeres que tomaron sus propias decisiones, porque probablemente muy pocas de ellas se inscribieron en programas formales. Así que creo que la idea es que no tienen que hacerlo. Si lo que piensan es que nunca volverán a su peso normal o al peso que tenían a los veintidós, la verdad es que no están obligadas a hacerlo. Solo tienen que bajar algo así como el 5 %, y ya con eso verán beneficios en su salud.
Jamie DePolo:Bien, bien. Y sé que en este estudio se evaluó simplemente el riesgo de cáncer de mama, pero asumo que adelgazar también ofrecería otros beneficios de salud incluso aunque no los hayan analizado en este estudio en particular.
Rowan Chlebowski: Sí, creo que ya hay... hay pautas para hacer algo de ese estilo en relación con la prevención de la diabetes, por ejemplo. Hay un estudio que mostró que las mujeres con prediabetes que bajaron casi la misma cantidad de peso redujeron considerablemente la frecuencia con la que terminaban desarrollando diabetes. Así que, sobre eso ya tenemos certeza. Y en las publicaciones sobre medicina cardiovascular, por los marcadores inmediatos, también habría señales en términos de enfermedad cardiovascular. Ahí es donde el cáncer de mama y algunos de otros tipos relacionados con la obesidad han quedado rezagados, sin evidencia de este tipo.
Jamie DePolo: Perfecto. Muchas gracias.