Taichí para personas con diagnóstico de cáncer de mama
El taichí se describe como meditación en movimiento. Pero, ¿qué significa eso exactamente?
En el podcast, Judith explica lo siguiente:
- Mensaje del patrocinador
qué es el taichí y cuál es su historia
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en qué consiste una clase típica de taichí
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qué beneficios les ofrece el taichí a las personas con diagnóstico de cáncer de mama
Judith Sachs es fundadora y directora de Anyone Can Move, un programa de movimiento adaptativo con sede en Filadelfia, PA. Su objetivo es lograr que todos se pongan en movimiento, ya sea de pie o sentados. Judith practica desde hace 30 años el taichí de empuje de manos, una práctica que maximiza el equilibrio y la respiración. Imparte diversas clases de taichí, qigong, equilibrio y marcha.
— Se actualizó por última vez el 24 de febrero de 2024, 18:03
Les damos la bienvenida al podcast de Breastcancer.org, en el que podrán enterarse de lo último sobre tratamientos, efectos secundarios e investigación del cáncer de mama, además de cuestiones relacionadas con la supervivencia, por medio de entrevistas con expertos e historias de pacientes contadas en primera persona. Yo soy Jamie DePolo, presentadora del podcast y editora sénior de Breastcancer.org.
Jamie DePolo: Hola, gracias por escucharnos. Hoy vamos a hablar sobre el taichí. Veremos qué es, cómo puede ayudar a las personas con diagnóstico de cáncer de mama y cómo pueden comenzar a practicarlo si desean probarlo.
Nuestra invitada es Judith Sachs, fundadora y directora de Anyone Can Move, un programa de movimiento adaptativo con sede en Filadelfia. Su objetivo es lograr que todos se pongan en movimiento, ya sea de pie o sentados. Judith practica desde hace 30 años el taijiquan de empuje de manos, una práctica que maximiza el equilibrio y la respiración. Imparte diversas clases de taichí, qigong, equilibrio y marcha. Judith, bienvenida al podcast.
Judith Sachs: Gracias, Jamie. Es un placer estar aquí.
Jamie DePolo: He oído describir el taichí como meditación en movimiento, lo cual está bien, pero no estoy segura de que eso sea suficiente para que todo el mundo lo entienda, así que ¿podría explicarnos qué es el taichí?
Judith Sachs: Claro. Voy a retroceder en el tiempo. El taichí, o en su descripción completa taijiquan, es una práctica que comenzó en China hace siglos y significa gran puño final, porque se concibió como un arte marcial y por eso pensamos en el movimiento, ¿sí? Lo desarrollaron los monjes Shaolin en la provincia de Henan, en el siglo I d. C. De hecho, es más antiguo que el yoga. Hay una teoría, que es algo interesante, pero no podemos probarla, de que estos monjes luchadores en el monasterio de Shaolin se reunieron con los yoguis indios que viajaban por tierra. Los yoguis pasaban todo el día sentados con las piernas cruzadas meditando, y los monjes luchaban todo el día, y así intercambiaron información sobre la forma en que se preparaban para su práctica.
La idea era que utilizarían este tipo de respiración que usaban para luchar como un arte meditativo, pero seguirían moviéndose mientras lo hacían. Así, como probablemente sabe, esto extendería su longevidad porque la respiración es la base de todo lo que hacemos. Además, tanto las artes marciales como la meditación requieren una mente despejada y un cuerpo fuerte y flexible. Esa sería la base, el trasfondo del taichí. Estoy segura de que ha visto el símbolo del yin yang. Es un círculo grande formado por lo que podrían ser dos peces que se besan o dos lágrimas entrelazadas.
Jamie DePolo: Babosas en un círculo, como solíamos llamarlo en la universidad, sí.
Judith Sachs: Exacto. Lo que realmente representa es todo el universo de la medicina china y las artes marciales, la cocina y la caligrafía chinas. Todo se basa en ese símbolo. La parte blanca... este es el símbolo del yin yang. La parte blanca es el yang y representa el cielo. La parte negra es el yin y representa la tierra. Y algo realmente interesante acerca de este símbolo es que dentro de la parte blanca hay un pequeño punto negro, dentro del cielo está la tierra, y dentro de la tierra hay un pequeño punto blanco que representa el cielo. Entonces, la idea es que estos dos aspectos siempre están entrelazados.
Por ejemplo, pensemos en el hielo, que es agua congelada. Entonces, el agua puede adoptar la forma de un río desbordante o puede ser un trozo de hielo estático. En el caso del fuego, podemos imaginarlo como un incendio forestal arrasador o como apenas una diminuta llama azul en la hornalla. Dentro de un aspecto, se encuentra el otro, y esa es la finalidad del pensamiento cuando se practica taichí. Es querer moverse, pero quedarse quieto al mismo tiempo.
Jamie DePolo: Bien. Quiero preguntar algo. Sé que en muchas grandes ciudades, como Filadelfia, donde usted practica, y en países fuera de los Estados Unidos, las personas que saben cómo hacer taichí van a un parque y lo hacen. Pero si alguien recién está empezando, por ejemplo, alguien como yo, podría resultar muy intimidante el hecho de ir y hacer algo, así que probablemente tomar una clase sea una buena idea para alguien que está empezando. Entonces, ¿qué haría alguien en una clase típica, si es que existe una clase típica?
Judith Sachs: Claro que sí. En la mayoría de las clases, es interesante... Si pensamos en el yoga, creo que es lo que más se conoce en términos de meditación y movimiento.
Jamie DePolo: Desde luego.
Judith Sachs: Hay diferentes variantes o métodos de yoga, como iyengar o hatha, o incluso yoga caliente. En taichí, lo que se ve básicamente es una clase, y en la mayoría de las clases, se enseña lo que llamamos una forma familiar. Estas formas se desarrollaron hace siglos en diferentes familias de China, y en la década de 1950, un caballero llamado Cheng Man-Ch’ing emigró a Estados Unidos y comenzó a enseñar los rudimentos de la práctica, aspectos muy básicos que probablemente hoy se aprenden en una clase para principiantes. Y se enseña lo que se denomina forma Yang, aunque a la mayoría de las personas no les importa el nombre. Son los principios de cómo el yin yang se relaciona con lo que ocurre en el medio. En otras palabras, entre el cielo y la tierra, estamos nosotros, ¿correcto?
Canalizamos todo el aliento y todo el movimiento a través de cuerpo. Básicamente, en las clases de taichí, se aprenden un montón de estos principios de la medicina china. Un maestro enseña ejercicios muy sencillos que se llaman formas. Las formas pueden ser algo tan simple como solo mover los brazos mientras se está sentado o aprender un patrón con los pies mientras se camina. A continuación, a medida que se avanza, el maestro une todo esto, y tal vez se haga lo que se llama una forma de ocho pasos. En las clases más avanzadas, se hacen formas de 108 pasos.
Jamie DePolo: Entiendo. Tengo una pregunta: en el taichí, los movimientos o la progresión de los movimientos sería lo que se llama forma o formas. ¿Es algo parecido al yoga, donde tenemos una asana, que es la postura? ¿Es una analogía correcta?
Judith Sachs: Creo que podría decirse eso, sí. Claro que lo interesante de la diferencia entre las prácticas es que, en yoga, estamos sobre una colchoneta y, por lo general, no nos movemos de allí, ya sea que estemos sentados con las piernas cruzadas o de rodillas, acostados o de pie. Y hacemos posturas. Y la idea es profundizar en la postura a medida que respiramos y nos estiramos un poco más. En taichí, todo tiene que ver con el fluir. Siempre nos estamos moviendo, ya sea que estemos sentados, de pie o moviéndonos por la sala.
Y pensamos en el taichí como una forma en solitario, pero de hecho hay formas en pareja. Existen formas en las que se usa una espada, un bastón o un abanico. Y la idea, de nuevo, es la fusión entre el cielo y la tierra para convertirnos en algo muy parecido a una criatura que encarna tanto el movimiento como la quietud, pero sin detenerse nunca. Todo el cuerpo se mueve casi como un gusano de seda hilando seda. Esa es la imagen que se suele utilizar en la práctica.
Jamie DePolo: Bien. Bien, eso tiene sentido. ¿Cuánto dura una clase típica de taichí?
Judith Sachs: Por lo general, una hora.
Jamie DePolo: Una hora, bien.
Judith Sachs: Mi maestra siempre solía decirnos que nos fuéramos a casa y que cada día hiciéramos un minuto de taichí. Y algunos alumnos le preguntaban: “¿Cómo es posible hacer un minuto nada más?”. Y ella respondía que de eso se trataba. Solo hay que empezar, y una vez que empezamos, queremos seguir. Lo más difícil es el comienzo.
Jamie DePolo: Entiendo. Ella en realidad quería que ustedes hicieran más de un minuto. Era solo...
Judith Sachs: Sí, claro.
Jamie DePolo: Quería decirles que esa era la meta.
Judith Sachs: Sí.
Jamie DePolo: Bien, entiendo. Ahora quería preguntarle sobre los beneficios. Algunas personas creen que el taichí, o al menos en la forma en que vi practicarlo, es muy lento, muy suave y, como dijo, muy fluido. Tienen la mentalidad de “sangre, sudor y gloria” y piensan que esta práctica no puede ayudarlas a ganar fuerza o servir como ejercicio aeróbico, pero yo creo que eso es un error. Entonces, ¿cuáles son los beneficios del taichí? Y en especial, teniendo en cuenta a nuestro público, que son personas con diagnóstico de cáncer de mama, ¿qué beneficios podría ofrecerles?
Judith Sachs: En diferentes investigaciones, se demostraron enormes beneficios. Existen muchos estudios, algunos a muy largo plazo, sobre los beneficios del taichí para personas que están bien de salud y también para quienes padecen diversas afecciones, entre ellas, el cáncer de mama. Se ha demostrado que esta actividad puede ayudar a ganar fuerza y resistencia, mejorar el funcionamiento del corazón y de los pulmones, aumentar la sensación de bienestar, disminuir la fatiga, algo que considero muy importante en relación con el cáncer de mama, y de nuevo, volvamos al consejo de hacer un minuto de taichí. Es una especie de autoengaño: simplemente me voy a quedar aquí, voy a mover un poco los brazos, voy a respirar... Y una vez que empezamos, seguimos. Entonces, incluso si creemos sentir mucha fatiga al principio de la sesión, y eso nos afecta la respiración y el movimiento, ya sea sentados o de pie, lo más probable es que la dedicación a esta práctica nos dé mucha energía.
Otro aspecto del taichí que me parece maravilloso... Normalmente, lo llamo “taijiquan”, pero muchas personas, la mayoría, dicen “taichí”. Otro de sus beneficios es que mejora la memoria. Esto ocurre porque estas formas, como mencioné, a veces se prolongan durante bastante tiempo. Por lo general, el maestro las hace delante de la clase para que no tengamos que recodarlas. Y una de las ventajas es que las formas tienen nombres muy evocadores, como “tomar la cola del pájaro”, “mecerse con el viento”, “mover las manos como nubes”, y mi favorita, “retirada del mono”.
Jamie DePolo: Ah, la retirada del mono. Me gusta.
Judith Sachs: Sí. Entonces, a medida que empezamos a recordar estas imágenes de las formas, de cualquier forma que hagamos, la memoria puede mejorar y sabemos qué sigue después de qué, debido al fluir del taichí. Así, sabemos que viene la forma de “tomar la cola del pájaro” y luego retrocedemos, presionamos, nos retiramos y empujamos, porque es algo que hacemos en casi todas las clases, ya sea sentados o de pie, y cuanto más practicamos, desde ya, más queremos practicar y más memorizamos.
Jamie DePolo: Es cierto. Suena fabuloso. Se me ocurre que podría ser atractivo para algunas personas, especialmente si se está pasando por el tratamiento del cáncer de mama, o de cualquier tipo de cáncer. Las personas están cansadas y pueden sentirse muy mal, por ejemplo, el día que toca la quimioterapia o algunos días después. Y creo que el mero hecho de saber que se puede practicar taichí sentado, para mí sería menos intimidante que, por ejemplo, tener que salir y caminar durante media hora, o tener que intentar levantar algunas pesas, aunque sean livianas. La imagen mental de eso... Pienso que podría ser un poco más fácil para empezar.
Judith Sachs: Con respecto a los usos de la práctica, recuerdo que una vez estaba en el consultorio del dentista, me estaban haciendo un procedimiento horrible en un diente, y yo me puse a pensar y me imaginé que hacía una forma. Utilizar la visualización y las imágenes es otro aspecto maravilloso y evocativo del taichí que nos puede ayudar, ya que ni siquiera tenemos que movernos. Como dije, mucho de esto tiene que ver con la quietud. En nuestra sociedad actual, pensamos que tenemos que darnos prisa y llegar a alguna parte, tenemos que movernos con mucha rapidez, y siempre les digo a mis alumnos que vayan despacio, que solo se queden de pie, quietos.
Una de las actividades que hacemos en las clases para principiantes es aprender a sostener una pelota. La idea es que la pelota se sienta como si tocara... es como una gran pelota de playa.
La sostenemos delante de nosotros, y hace contacto con la parte interna de los brazos, con el pecho y con las puntas de los dedos. Y cuando empezamos a imaginar la pelota real, realmente podemos sentir alguna clase de energía entre las manos y también en los pies. En los diagramas de las imágenes antiguas, se ven chorros burbujeantes que salen por debajo de la planta de cada pie. La idea es que absorbemos energía de la tierra, del agua, toda esa energía que brota ya sea que estemos sentados sintiendo los pies en el suelo o moviéndonos hacia delante o hacia los lados, o hacia atrás en la clase.
Jamie DePolo: Es genial. Tengo otra pregunta. Si a una persona con diagnóstico de cáncer de mama, o cualquier persona, quiere empezar taichí, ¿qué le recomendaría usted? Me refiero específicamente a si se necesita... Digamos que alguien está en tratamiento para el cáncer de mama, ¿esa persona necesita avisarle al maestro? Por ejemplo, ¿hay movimientos que no puede hacer? ¿Qué aconseja usted en esos casos?
Judith Sachs: Bueno, antes de comenzar cualquier tipo de ejercicio o programa de movimiento, sin duda lo primero es hablar con el médico. Y si se atienden con un fisioterapeuta... Trabajo con personas que tienen enfermedad de Parkinson, y siempre conviene hablar con el fisioterapeuta al respecto, decirle qué quieren hacer y cómo van a empezar, y también darle algunos informes a lo largo del camino. Les recomiendo que se aseguren de que el oncólogo sepa y apruebe lo que están haciendo. Como dije antes, empezarían en una clase donde todos son principiantes y nadie sabe nada. Mi maestra siempre hablaba de tener la mente del principiante. En taichí, al igual que en yoga y en casi todo lo que hacemos, hay mucha repetición, y así es como aprendemos.
Y para no aburrirnos la milésima vez que tomamos la cola del pájaro y retrocedemos, es buena idea darnos esta especie de impulso para encontrar algo nuevo en cada gesto. Ya sea que solo estemos sosteniendo una pelota o haciendo una forma de 108 pasos, para empezar, el maestro probablemente también nos pida que tratemos de percibir la sensación de conexión entre el cuerpo, la mente y el espíritu. Creo que cualquier persona que está recibiendo tratamiento para el cáncer de mama podría tener inquietudes con respecto a sostener los brazos en el aire, o tal vez esté afectada por la celulitis. En casos así, conviene hablar con el maestro para saber si hay adaptaciones que la persona sí pueda hacer. Porque no hace falta que siempre estemos con los brazos en el aire. Los podemos tener sobre el abdomen sin problemas.
Hablamos de las diferentes partes del abdomen, por ejemplo, de la parte inferior, dónde crecen los bebés. Entonces, conteniendo la respiración, simplemente apoyamos las manos sobre lo que se llama “dantian”. Es un punto imaginario que se encuentra un poco debajo del ombligo y unos 7,5 cm adentro. Ahí, según se describe en la bibliografía clásica, se encuentra el núcleo, el centro de energía. Y eso es lo que siempre utilizamos mientras respiramos, inhalamos y exhalamos. De nuevo, pensando en este movimiento bajo el agua o este movimiento del gusano de seda hilando la seda. Así que no es necesario hacer nada extraordinario para practicar taichí.
Jamie DePolo: Es genial. Además, hay... Creo que ya lo dijo. Hay clases específicamente para principiantes. Cualquier persona puede ir y ver. No tiene que preocuparse por estar en una clase sin saber nada y con otras personas que hacen estas 130 formas todas sincronizadas.
Judith Sachs: No, hay clases que definitivamente son para principiantes, y lo más seguro es que quieran empezar con otras personas que estén al mismo nivel, ya sea que tengan un diagnóstico de cáncer de mama o no. Pero debo decir, habiendo leído algo de la bibliografía, que esto tiene una influencia muy positiva en la capacidad funcional y también en la calidad de vida de mujeres de todas las edades que están recibiendo tratamiento para el cáncer de mama. En un estudio que leí, se observaron mejoras considerables a las 6 y a las 12 semanas. Eso no es mucho tiempo.
Jamie DePolo: No.
Judith Sachs: Tanto en capacidad aeróbica, fuerza muscular, flexibilidad, equilibrio... Es muy importante evitar las caídas a medida que envejecemos.
Jamie DePolo: Por supuesto.
Judith Sachs: Y la calidad de vida. La idea de hacer algo que nos beneficia mucho.
Jamie DePolo: Sí, gracias. Excelente. Cuando hablé con otras personas, obviamente no con expertos en taichí como usted, sino con personas que intentan que cualquiera con un diagnóstico de cáncer se mueva, siempre recomiendan pensar en cualquier movimiento que vayamos a hacer como parte del plan de tratamiento. O sea, simplemente es otra actividad que podemos hacer para ayudarnos a estar más sanas, a sentirnos mejor y a mejorar nuestra calidad de vida, como dijo. Creo que taichí, si pensamos de la misma forma, podría ser parte del plan de tratamiento.
Judith Sachs: Y en la comunidad de personas con enfermedad de Parkinson, les pedimos a los neurólogos que indiquen cualquier ejercicio en particular como una receta más, ya sea una clase de equilibrio, de taichí o de boxeo.
Jamie DePolo: Bien. Y una última pregunta, que me olvidé de hacer antes... Sé que usted está en Filadelfia, pero solo para tener un marco de referencia, ¿qué tan costoso es el taichí? ¿Cuánto cuesta ir a una clase?
Judith Sachs: Probablemente, sea similar al costo de una clase de yoga. Sé que aquí, en Filadelfia, cobran algo así como $18 por clase, pero si se contrata un paquete, estoy segura de que cuesta menos. Creo que también los grandes maestros de todo el país... Podría ser más costoso dependiendo del maestro, pero probablemente sea bueno estudiar con un gran maestro. Ellos hablan en términos de linaje. Por ejemplo, yo estudié con fulano de tal, y mi gran maestro, es decir, el maestro de mi maestro era...
Jamie DePolo: Entiendo.
Judith Sachs: Y muchas personas saben eso. Dicen: “Ah, yo estudié con fulano de tal”. Eso les da algo más de credibilidad y puede que cobren más. No lo sé realmente.
Jamie DePolo: Bien. Perfecto, Judith, muchas gracias. Esta charla ha sido muy útil. Agradezco de verdad que nos haya dedicado este tiempo, y gracias por compartir sus conocimientos con nosotros.
Judith Sachs: Un placer.
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