Una encuesta sugiere que la pandemia de COVID-19 causó demoras en la atención de casi la mitad de las personas sobrevivientes de cáncer de mama

Según una encuesta por Internet, las primeras semanas de la pandemia de COVID-19, el 44 % de las personas sobrevivientes del cáncer de mama tuvieron una demora en la atención.
27 ago 2020
 

Según una encuesta por Internet, las primeras semanas de la pandemia de COVID-19, el 44 % de las personas sobrevivientes del cáncer de mama tuvieron una demora en la atención.

La investigación se publicó en Internet el 9 de agosto de 2020, en la revista Breast Cancer Research and Treatment. Lee el artículo disponible en inglés "Patient-reported treatment delays in breast cancer care during the COVID-19 pandemic" (Demoras en el tratamiento para el cáncer de mama informadas por pacientes durante la pandemia de COVID-19).

 

La COVID-19 y el cáncer de mama

Los coronavirus forman un grupo grande de virus que pueden provocar enfermedades respiratorias en seres humanos y animales. El coronavirus del que todos hemos oído hablar tanto se llama SARS-CoV-2, y la enfermedad que provoca se llama enfermedad por coronavirus de 2019, nombre que se abrevia como COVID-19.

El virus responsable de la COVID-19 es sumamente contagioso, unas 3 veces más contagioso que el virus de la gripe. Se propaga mayormente a través de gotículas de líquido que se producen cuando una persona tose o estornuda. Las personas que se encuentran a menos de 6 pies (2 metros) de una persona infectada pueden inhalar o entrar en contacto con las gotículas por la nariz, la boca o los ojos.

Hasta la fecha, no hay ninguna vacuna ni tratamiento que sea completamente eficaz contra la COVID-19.

Debido a que la COVID-19 es tan contagiosa, y para preservar los recursos de atención sanitaria y destinarlos a las personas con diagnóstico de COVID-19, en muchos hospitales y en otros centros médicos, retrasaron o cancelaron procedimientos programados a partir de marzo de 2020. Los procedimientos programados incluyeron cualquier intervención que no era necesaria para salvarle la vida a una persona. La detección del cáncer de mama se consideró un procedimiento programado, por lo que muchas mamografías se demoraron o se cancelaron. Algunas operaciones y otros tratamientos del cáncer de mama también se retrasaron, se modificaron o se cancelaron.

La COVID-19 no tuvo un impacto uniforme en los Estados Unidos. En algunos estados, se informaron miles de casos, mientras que en otros, apenas unos cientos. Por lo tanto, la demora en el tratamiento para el cáncer de mama fue diferente según el lugar.

Los investigadores de la Universidad de Illinois en Chicago que llevaron a cabo este estudio querían ver cómo los cambios en la atención sanitaria debido a la pandemia afectaban a las personas que habían recibido tratamiento del cáncer de mama.

 

Acerca del estudio

Los investigadores elaboraron una encuesta por Internet de 50 preguntas para averiguar cómo la pandemia de COVID-19 había afectado el tratamiento para el cáncer de mama. Invitaron a personas adultas que habían recibido un diagnóstico de cáncer de mama a completar la encuesta. Enviaron las invitaciones por correo electrónico, las publicaron en redes sociales y las distribuyeron en redes de apoyo relacionadas con el cáncer de mama.

Entre el 2 y el 27 de abril de 2020, 609 personas completaron la encuesta. Las características de las personas encuestadas eran las siguientes:

  • 608 eran mujeres y 1 era hombre.

  • La edad promedio era 48 años.

  • La edad promedio en que recibieron el diagnóstico de cáncer de mama era 43 años.

  • El 46 % de las personas había recibido el diagnóstico más reciente hacía menos de 5 años.

  • El 78 % eran blancas, el 17 % eran negras y el 3 %, asiáticas.

  • El 15 % vivían en Illinois, el 9 %, en California y el 8 %, en Texas.

  • El 63 % estaban recibiendo tratamiento para el cáncer cuando completaron la encuesta.

  • El 67 % contaban con seguro de salud patrocinado por el empleador.

  • El 45 % estaban recibiendo tratamiento en un centro médico académico, el 26 %, en el consultorio de un médico y el 21 %, en un hospital local.

Los resultados mostraron que el 44 % de las personas encuestadas respondieron "sí" a la siguiente pregunta: "¿Algún aspecto de su tratamiento para el cáncer se demoró o se interrumpió debido a la pandemia de la COVID-19?"

Una cantidad ligeramente mayor de personas blancas y asiáticas informaron demoras, en comparación con las personas encuestadas de raza negra.

Las personas más jóvenes informaron más demoras que las mayores.

Las demoras en las consultas habituales o de seguimiento fueron las más frecuentes, seguidas de las demoras en la cirugía de reconstrucción mamaria y en los análisis o en las pruebas de diagnóstico por imágenes.

Alrededor del 30 % de las personas encuestadas dijeron que tuvieron una demora en el tratamiento, incluidas la radiación, las infusiones y la cirugía para extirpar el cáncer.

"Esperábamos la diferencia racial habitual que vemos en la atención sanitaria, o sea, los pacientes de raza negra afectados de manera desproporcionada, pero los resultados mostraron que la COVID-19 afectó a todos los pacientes en cuanto a las demoras en el tratamiento para el cáncer de mama, probablemente porque en esas primeras semanas, en los hospitales y centros de atención sanitaria se posponían las consultas y los procedimientos en forma generalizada a media que recibían la carga creciente de casos de COVID-19", explicó en un comunicado la coautora del estudio, Tamara Hamlish, Ph.D., investigadora científica del programa de supervivencia del cáncer del Centro Oncológico de la Universidad de Illinois.

"Nos sorprendió observar que las mujeres más jóvenes presentaban mayores probabilidades de tener demoras y creemos que eso tiene que ver con las cancelaciones de la terapia hormonal para supresión ovárica que se administra a mujeres que padecen ciertos tipos de cáncer de mama, y esas mujeres tienden a ser más jóvenes en general", agregó la coautora Elizabeth Papautsky, Ph.D., profesora adjunta de Información Biomédica y Sanitaria en la Universidad de Illinois.

 

Qué significa esto para ti

Cuando recién comenzó la pandemia de COVID-19, se demoraron o se cancelaron muchos procedimientos médicos que no se consideraban urgentes. Las razones principales fueron dos:

  • para conservar recursos médicos, incluido el tiempo de los médicos y de los técnicos, equipo de protección personal, medicamentos y camas de servicios de urgencia y de unidades de cuidados intensivos, y así poder destinarlos a las personas que se contagiaban la COVID-19

  • para ayudar a reducir el riesgo de que las personas se contagiaran la COVID-19 al mantenerlas lejos de los hospitales y otros centros sanitarios donde recibían tratamiento pacientes que tenían COVID-19

Con el paso del tiempo, los médicos han observado cómo los procedimientos de protección, por ejemplo, usar mascarillas, lavarse las manos, mantener el distanciamiento físico y evitar las reuniones y los encuentros grupales, han ayudado a desacelerar la propagación del virus. Ahora, en la mayoría de los centros médicos, nuevamente se están ofreciendo todos los aspectos del tratamiento para el cáncer de mama, incluidas las pruebas de detección.

Si te preocupa contagiarte, podrías preguntar qué medidas se aplican para protegerte del virus. Muchos centros tienen líneas de teléfono a las que puedes llamar. También sería conveniente que tomes tus propias medidas para protegerte de la COVID-19. Estos son algunos ejemplos:

  • no tocarte la cara mientras permaneces en el centro

  • usar una mascarilla

  • usar desinfectante para manos cuando abandones el centro

  • lavarte las manos en cuanto llegues a casa

Si deseas obtener más información, lee el Informe especial de Breastcancer.org: el impacto de la COVID-19 en el tratamiento para el cáncer de mama.

— Se actualizó por última vez el 20 de diciembre de 2022, 1:14

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