Los hábitos para la prevención del cáncer reducen el riesgo de recurrencia y muerte por cáncer de mama (seno) de alto riesgo

Seguir las recomendaciones de hábitos para la prevención del cáncer antes, durante y después del diagnóstico de cáncer de mama de alto riesgo reduce el riesgo de recurrencia y muerte.
26 may 2023
 

Según un estudio, la mujeres que recibieron un diagnóstico de cáncer de mama de alto riesgo y siguieron con mayor rigurosidad las recomendaciones de hábitos para prevención del cáncer de la Sociedad Americana contra el Cáncer y del Instituto Americano de Investigación sobre el Cáncer presentaron menos probabilidades de tener una reaparición del cáncer de mama (recurrencia) o de morir de cáncer de mama.

La investigación se publicó en línea el 4 de mayo de 2023 en la revista JAMA Network Open. Lee “Adherence to Cancer Prevention Lifestyle Recommendations Before, During, and 2 Years After Treatment for High-risk Breast Cancer” (Adopción de recomendaciones de hábitos para prevención del cáncer antes, durante y dos años después del tratamiento para cáncer de mama de alto riesgo) (disponible en inglés).

 

Recomendaciones de hábitos para prevención del cáncer

Tanto la Sociedad Americana contra el Cáncer como el Instituto Americano de Investigación sobre el Cáncer publican regularmente recomendaciones sobre hábitos para reducir el riesgo de tener cáncer. 

Algunas de las recomendaciones más recientes son las siguientes:

  • mantener un peso saludable

  • ejercitarse con regularidad, es decir, entre 150 y 300 minutos de ejercicio de intensidad moderada (caminar a paso ligero) por semana y dos días de ejercicios de fuerza por semana

  • seguir una dieta variada en verduras, frutas y cereales integrales

  • limitar el consumo de carnes rojas y procesadas, comida rápida y otros alimentos ultraprocesados

  • evitar o limitar el consumo de bebidas azucaradas

  • evitar o limitar el consumo de alcohol a un máximo de una copa por día

  • no fumar

 

Acerca del estudio

Si bien se ha observado en varias investigaciones que estas recomendaciones pueden reducir el riesgo de desarrollar cáncer, en algunos estudios se está analizando si tales recomendaciones afectan los resultados una vez que la persona tiene un diagnóstico de cáncer. Por eso, los investigadores decidieron abordar este tema.

En este estudio, denominado Diet, Exercise, Lifestyles, and Cancer Prognosis (DELCaP) (Dieta, ejercicio, hábitos y pronóstico de cáncer, DELCaP), se incluyeron 1.340 mujeres a las que se les había diagnosticado cáncer de mama de alto riesgo.

En este estudio, los investigadores clasificaron como cáncer de mama de alto riesgo aquellos casos con las siguientes características:

  • estadio I a estadio III

  • con ganglios positivos

  • negativo para receptores de hormonas

  • tamaño mayor a 1 cm

  • cualquier cáncer de mama, independientemente del estadio o del estado de los ganglios o los receptores de hormonas, con un tamaño superior a 2 cm

Las mujeres que participaron en el estudio tenían una edad promedio de 51,3 años y las siguientes características:

  • el 83,7 % eran blancas

  • el 7 % eran negras

  • el 3,2 % eran asiáticas

  • el 3,4 % eran multirraciales

  • el 4,9 % eran hispanas

  • el 52,5 % eran postmenopáusicas

En cuanto a los casos de cáncer de mama del estudio:

  • el 26,1 % no afectaban los ganglios

  • el 37,5% afectaban uno a tres ganglios linfáticos

  • el 36,4 % afectaban cuatro o más ganglios linfáticos.

  • el 79,1 % eran negativos para HER2

  • el 20,9 % eran positivos para HER2

  • el 34,7 % eran negativos para receptores de hormonas

  • el 65,3 % eran positivos para receptores de hormonas

  • el 26,3 % eran triple negativo

Las mujeres respondieron un cuestionario con preguntas sobre sus hábitos cuatro veces a lo largo del estudio:

  • al momento de incorporarse al estudio, cuando contestaron preguntas sobre sus hábitos un mes antes del diagnóstico

  • al finalizar el tratamiento, cuando contestaron preguntas sobre sus hábitos durante el tratamiento

  • un año después del estudio, cuando contestaron preguntas sobre sus hábitos en el año anterior

  • dos años después del estudio, cuando contestaron preguntas sobre sus hábitos en el año anterior

El cuestionario incluía preguntas sobre la capacidad de las mujeres para seguir siete hábitos recomendados para la prevención del cáncer:

  • hacer ejercicio con regularidad

  • mantener un índice de masa corporal (IMC) saludable

  • seguir una dieta variada en frutas y verduras

  • limitar el consumo de carnes rojas y procesadas

  • limitar el consumo de bebidas azucaradas

  • evitar las bebidas alcohólicas

  • no fumar

Los investigadores prepararon un sistema de puntuación para evaluar los hábitos. Por cada recomendación, una mujer recibía la siguiente puntuación:

  • un punto por seguir estrictamente la recomendación

  • medio punto por seguir parcialmente la recomendación

  • cero puntos por no seguir la recomendación

Por lo tanto, cada vez que una mujer completaba el cuestionario, recibía una puntuación de entre cero y siete.

El plazo promedio de seguimiento fue de 7,7 años. Durante el seguimiento:

  • 310 mujeres tuvieron recurrencia de cáncer de mama

  • 222 mujeres murieron

En su análisis, los investigadores observaron que el menor riesgo de recurrencia estaba asociado con las siguientes situaciones:

  • seguir estricta o parcialmente las recomendaciones sobre ejercicio y tabaquismo

  • seguir estrictamente las recomendaciones sobre consumo de frutas, verduras y bebidas azucaradas

Un menor riesgo de morir por cáncer de mama estaba asociado con las siguientes situaciones:

  • seguir estrictamente las recomendaciones sobre ejercicio, tabaquismo, consumo de frutas y verduras, y consumo de bebidas azucaradas

  • seguir estricta o parcialmente las recomendaciones sobre carnes rojas y procesadas

Estas disminuciones del riesgo de recurrencia y la mortalidad fueron significativas a nivel estadístico, lo que significa que, probablemente, estaban relacionadas con el cumplimiento de las recomendaciones y no fueron solo una casualidad.

“Un mayor seguimiento colectivo de las recomendaciones para prevención del cáncer antes, durante y después del tratamiento estuvo asociado con disminuciones significativas de la recurrencia y la mortalidad por cáncer de mama de alto riesgo entre las pacientes del estudio DELCaP”, concluyeron los investigadores. “Un mayor cumplimiento de las recomendaciones sobre tabaquismo, actividad física, consumo de frutas y verduras, y consumo de bebidas azucaradas estuvo asociado sistemáticamente con mejores resultados. Es importante destacar que se observaron repetidamente beneficios significativos en cuanto a la supervivencia de pacientes con diagnósticos de subtipos de cáncer de mama más agresivos”.

 

Qué significa esto para ti

Lamentablemente, la población de este estudio no contaba con una gran diversidad, ya que casi el 84 % de las mujeres eran blancas. Sin embargo, los investigadores indicaron que los vínculos entre el descenso de la recurrencia y el riesgo de mortalidad no se veían afectados por la raza, el origen étnico o el estado menopáusico de la mujer.

Si te diagnosticaron cualquier tipo de cáncer de mama, es probable que seguir estas siete recomendaciones sobre hábitos de prevención del cáncer te resulte beneficioso. 

Seguir estrictamente todas las recomendaciones puede sonar complicado. Por lo tanto, es buena idea seguir las cinco que generaron mayores beneficios:

Hacer ejercicio todos los días. La Sociedad Americana contra el Cáncer recomienda, para los adultos, de 150 a 300 minutos de ejercicio de intensidad moderada por semana, o de 75 a 150 minutos de ejercicio intenso por semana. Los ejercicios de intensidad moderada son actividades como caminar a paso ligero o andar en bicicleta. Los ejercicios intensos incluyen actividades como correr, jugar al básquetbol o jugar al tenis individual. También es conveniente hacer ejercicios para fortalecer los músculos con ayuda de pesas o bandas de resistencia, dos veces a la semana.

Seguir una dieta variada en frutas y verduras. Intenta comer verduras de diferentes colores, como los del arcoiris, desde verde oscuro (col rizada), hasta rojo brillante (pimientos y tomates), púrpura (berenjenas) o amarillo (calabaza). Las frutas enteras son mejores que los jugos o los batidos, ya que contienen fibra. 

No fumar o dejar de fumar si ya lo haces. Fumar causa diversas enfermedades y está vinculado a un mayor riesgo de cáncer de mama en mujeres premenopáusicas más jóvenes. Las investigaciones también han demostrado que la exposición intensa al humo de manera pasiva está vinculada con el riesgo de padecer cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas.

Evitar el consumo de bebidas azucaradas. El consumo de bebidas azucaradas como sodas o gaseosas, bebidas deportivas o energéticas, y café o té con azúcar, está vinculado con aumento de peso, obesidad, diabetes de tipo 2, enfermedad cardíaca, enfermedades renales, enfermedad hepática no alcohólica, deterioro de los dientes y gota. Si bien consumir azúcar no provoca cáncer, el aumento de peso, la obesidad, la diabetes y la inflamación provocada por la enfermedad cardíaca, hepática o renal implican un mayor riesgo de desarrollar cáncer. En lugar de bebidas dulces, puedes tomar agua, té sin endulzar o agua con gas.

Limitar la cantidad de carnes rojas y procesadas que consumes. Las carnes rojas incluyen la carne de vaca, de ternera, de cerdo, de cordero, de oveja, de caballo y de cabra. La carne procesada es carne que fue salada, curada, ahumada, fermentada o procesada de alguna manera para aumentar su sabor o conservarla. Algunos ejemplos son los perros calientes, el jamón, las salchichas, la carne deshidratada, el tocino o la carne curada. Hay tres productos químicos en particular que se asocian al cáncer:

  • el heme, un pigmento natural de la carne roja

  • nitratos y nitritos, que se agregan a la carne procesada para conservarla por más tiempo

  • aminas heterocíclicas y aminas policíclicas, que se forman cuando la carne se cocina a altas temperaturas

La carne procesada también suele tener un alto contenido de sodio, que está asociado con presión arterial elevada, enfermedad cardíaca e inflamación.

Para reducir el consumo de estas carnes, prueba recetas con pollo o pescado fresco en lugar de carne roja o procesada. También puedes intentar sustituir la carne por lentejas o frijoles en tus platos preferidos.

Obtén más información sobre dieta y nutrición.

Obtén más información sobre el ejercicio.

— Se actualizó por última vez el 20 de junio de 2023, 15:14

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