Nuevas pautas de la ACR aconsejan evaluar el riesgo de cáncer de mama (seno) en todas las mujeres antes de los 25 años
Según las nuevas pautas del Colegio Estadounidense de Radiología (ACR, siglas en inglés), todas las mujeres, especialmente las mujeres negras y las de ascendencia judía askenazi, cuyo riesgo de cáncer de mama se considera alto, deberían hacerse una evaluación del riesgo de cáncer antes de los 25 años para determinar si es necesario comenzar con estudios de detección regulares antes de los 40 años.
Las pautas se publicaron en línea el 3 de mayo de 2023 en la revista Journal of the American College of Radiology. Lee el artículo en inglés “Breast Cancer Screening for Women at Higher-than-Average Risk: Updated Recommendations from the ACR” (Detección del cáncer de mama para mujeres con riesgo superior al promedio: recomendaciones actualizadas del ACR).
Cáncer de mama en mujeres de raza negra y de ascendencia judía askenazi
Las mujeres negras tienen menos probabilidades de recibir un diagnóstico de cáncer de mama en comparación con las mujeres blancas. Sin embargo, durante las últimas cuatro décadas, hemos sabido que las mujeres negras tienen aproximadamente 40 % más probabilidades de morir de cáncer de mama que las mujeres blancas. Algunos estudios indican que distintos factores contribuyen a esta disparidad, como el racismo estructural en el sistema de atención sanitaria y la biología del tumor canceroso.
Dado que las mujeres negras tienen índices de mortalidad por cáncer de mama superiores a las mujeres blancas, en 2018 el ACR y la Sociedad de Imagenología Mamaria recomendaron agregar a las mujeres negras a los grupos considerados de alto riesgo para el cáncer de mama. Esa fue la primera vez que las mujeres negras fueron clasificadas como grupo de alto riesgo.
Las mujeres con ascendencia judía askenazi corren un riesgo mucho más alto que el promedio —de alrededor de 1 de cada 40— de tener una mutación de raíz de los genes BRCA1 y BRCA2. Esta es parte de la razón por la cual las mujeres con ascendencia judía askenazi corren un riesgo mucho mayor que el promedio de padecer cáncer de mama.
Una mutación de raíz es una mutación específica de un gen en una población fundada por un pequeño grupo de ancestros geográfica o culturalmente aislados. Debido a que la población estaba aislada, la tasa de mutaciones de raíz en los descendientes es mucho más alta de lo que sería en una población más grande que se haya cruzado con personas de distinto perfil genético.
Las mutaciones de los genes BRCA1 y BRCA2 son dos de las mutaciones más conocidas que implican un riesgo más alto de cáncer de mama. La probabilidad de la mujer promedio en los Estados Unidos de padecer cáncer de mama en algún momento de la vida es de aproximadamente una de cada ocho, o un riesgo de alrededor del 12 %. Las mujeres que tienen una mutación en los genes BRCA1 o BRCA2 (o ambos) pueden enfrentar hasta un 72 % de riesgo de recibir un diagnóstico de cáncer de mama durante sus vidas. El cáncer de mama asociado a una mutación en los genes BRCA1 o BRCA2 tiende a presentarse en mujeres más jóvenes y afecta a ambas mamas con mayor frecuencia que el cáncer en mujeres que no presentan estas mutaciones genéticas.
Confusión sobre las recomendaciones de exámenes de detección del cáncer de mama
Desde el año 2000 hasta 2015, distintos estudios a gran escala provocaron el debate respecto a cuándo las personas deberían comenzar a someterse a mamografías de detección.
Los expertos en salud pública concuerdan en que los estudios de imágenes de mama salvan vidas, pero cuestionan el valor de las mamografías de detección. Algunas de esas personas sostienen que, por cada muerte a causa del cáncer de mama que se evita con las mamografías de detección, se sobrediagnostican de tres a cuatro casos.
El sobrediagnóstico ocurre cuando en una mamografía de detección se encuentra lo siguiente:
un área sospechosa que, con el tiempo, se habría diagnosticado como cáncer a través de otros métodos, sin efecto en el pronóstico
un área sospechosa que nunca se habría diagnosticado como cáncer de haberse encontrado o tratado
Los resultados falsos positivos de las mamografías de detección también ayudaron a avivar el debate acerca del valor de las pruebas de detección de cáncer de mama y cuándo deberían comenzar. Un falso positivo se refiere a lo que sucede cuando una mamografía muestra un área anómala que parece cáncer pero resulta ser un área sana. En definitiva, la noticia es buena: no es cáncer de mama. Sin embargo, el área sospechosa suele requerir un seguimiento con varios médicos, y análisis y procedimientos adicionales, que incluyen una posible biopsia. Un falso positivo implica costos psicológicos, físicos y económicos.
A raíz de este debate sin resolución, varias organizaciones modificaron sus recomendaciones con respecto a la detección del cáncer de mama para las mujeres que presentan un riesgo promedio de tener la enfermedad. Algunas organizaciones recomiendan comenzar las mamografías de detección a los 50 años y otras a los 40. Al mismo tiempo, algunas instituciones sugieren realizarse una mamografía todos los años, y otras, cada año y medio. Esto ha dado lugar a confusión respecto del momento en que las mujeres deberían comenzar a realizarse mamografías de detección, así como con qué frecuencia.
Con el objetivo de esclarecer en qué momento deberían comenzar a realizarse mamografías, la National Comprehensive Cancer Network (NCCN, siglas en inglés) ha publicado pautas sobre la detección y el diagnóstico del cáncer de mama en 2022, en las que se estipula que todas las personas que tengan mamas, de 40 años en adelante y un riesgo promedio de padecer cáncer de mama deberían realizarse una mamografía anual.
Todas estas pautas se refieren principalmente a las personas con un riesgo promedio.
Recomendaciones de las pautas del ACR
Las nuevas pautas del ACR están destinadas a personas con un riesgo mayor que el promedio de padecer cáncer de mama:
Todas las mujeres, especialmente las mujeres negras y de ascendencia judía askenazi, deberían hacerse una evaluación del riesgo de cáncer de mama antes de los 25 años para decidir si es necesario comenzar con estudios de detección regulares antes de los 40 años.
Las mujeres con un riesgo superior al promedio de padecer cáncer de mama debido a una mutación genética, como la mutación de BRCA1 o BRCA2, y las mujeres con un riesgo permanente de padecer cáncer de mama del 20 % o superior deberían hacerse una mamografía digital anual a partir de los 30 años.
Las mujeres que tienen una mutación genética pueden comenzar con las mamografías anuales a partir de los 40 años si empiezan con los estudios anuales de detección por RM de mama a los 25 años.
Las mujeres que recibieron radiación en el pecho antes de los 30 años deberían comenzar con la detección del cáncer de mama a los 25 años, u ocho años después de recibir radiación, lo que fuera más tarde.
Las mujeres a las que se les diagnosticó cáncer de mama o ciertas afecciones benignas en la mama antes de los 40 años deberían comenzar a hacerse mamografías anuales a partir del momento del diagnóstico.
Las mujeres con un riesgo superior al promedio de padecer cáncer de mama debido a una mutación genética, como la mutación de BRCA1 o BRCA2, las mujeres con un riesgo permanente de padecer cáncer de mama del 20 % o superior, y las mujeres que recibieron radiación en el pecho a una edad temprana deberían comenzar a hacerse una RM de mama anual entre los 25 y los 30 años.
Las mujeres a las que se les diagnosticó cáncer de mama antes de los 50 años o las mujeres con antecedentes personales de cáncer de mama y que tienen mamas densas deberían comenzar con la detección por RM de mama anual a partir del momento del diagnóstico. Otras mujeres con antecedentes personales de cáncer de mama deberían tener en cuenta la posibilidad de hacerse una prueba complementaria de detección con RM de mama, en especial si tienen otros factores de riesgo.
Las mujeres con mamas densas interesadas en una prueba complementaria de detección deben hacerse una RM de mama.
Las mujeres a las que se les diagnosticó carcinoma lobular in situ o atipia (células de aspecto anormal, pero no cancerosas todavía) deberían evaluar la posibilidad de hacerse una prueba complementaria de detección con RM de mama, en especial si tienen otros factores de riesgo.
Las mujeres que tienen un riesgo mayor al promedio de padecer cáncer de mama y que reúnen los requisitos para la detección por RM de mama, pero no pueden someterse a este procedimiento, pueden evaluar la posibilidad de hacerse una prueba complementaria de detección por ecografía.
Qué significa esto para ti
En estas nuevas pautas del ACR, se incluye una recomendación que se aplica a cualquier persona con mamas, independientemente del riesgo de cáncer de mama: hacerse una evaluación del riesgo de cáncer antes de los 25 años. Para hacerte esa evaluación, conversa con tu médico sobre los siguientes puntos:
antecedentes familiares de cáncer de mama o de otros tipos de cáncer (ovárico, melanoma)
resultados de cualquier análisis de mutaciones genéticas relacionadas con un mayor riesgo de cáncer de mama
los resultados de biopsias de mama anteriores, incluso si se trataba de algo benigno
antecedentes personales de tratamiento con radiación en el rostro, en el tórax o en ambos antes de los 30 años
la densidad de las mamas
peso
el nivel de actividad física
uso de cualquier terapia de reemplazo hormonal (TRH) combinada después de la menopausia
consumo de alcohol, si habitualmente tomas más de tres bebidas alcohólicas por semana
la cantidad de alimentos procesados y grasas trans que consumes
tus antecedentes de tabaquismo
si has podido llevar un embarazo a término o si has amamantado
Si se determina que tienes un riesgo mayor del promedio de padecer cáncer de mama, habla con tu médico sobre el momento adecuado para comenzar con las mamografías anuales y sobre la necesidad de una prueba complementaria de detección por RM o ecografía.
Obtén más información sobre la detección del cáncer de mama.
— Se actualizó por última vez el 20 de junio de 2023, 15:12