El cáncer de mama cambió mi cuerpo, así que redefiní mi estilo

Podrías un día notar que, de repente, no te queda bien nada de tu armario y que encontrar prendas que te hagan sentir segura no es una tarea nada fácil.
Anna Crollman
Editorial por Anna Crollman 22 jul 2025

Actualizado el 22 de julio de 2025

 

Como parte de nuestro blog sobre cuidado personal, invitamos a la sobreviviente de cáncer de mama y bloguera de modas Anna Crollman, para conocer sus consejos sobre cómo renovar tu estilo después de que el tratamiento del cáncer de mama cambia tu cuerpo.

El tratamiento de cáncer de mama puede representar un cambio enorme para tu cuerpo, tu mente y tu seguridad en ti misma. Según el tipo de tratamiento que recibas, tu cuerpo podría cambiar drásticamente en un periodo corto. Podrías un día notar que, de repente, no te queda bien nada de tu armario y que encontrar prendas que te hagan sentir segura no es una tarea nada fácil.

Me ha pasado también. La conservación de la fertilidad, la quimioterapia, una mastectomía doble y la terapia hormonal me dejaron con un cuerpo que no reconocía como el mío. Algunos de los desafíos más importantes que enfrenté fueron el aumento de peso, los síntomas menopáusicos y la sensibilidad, todos causados por mi tratamiento y sus efectos secundarios. Estos factores no solo modificaron mi apariencia personal, sino también mi identidad y mi imagen corporal.

Sin embargo, a medida que mi cuerpo cambiaba después del tratamiento, la moda se convirtió en mi manera de recuperar mi cuerpo, redefiniendo mi estilo personal. Enfrenté muchos retos y aprendí muchas cosas que quisiera compartir con ustedes, para ayudarlas a sentirse mejor sobre la ropa que usan durante el tratamiento del cáncer y después. A continuación, encontrarás cinco cosas que aprendí que en verdad me ayudaron a navegar mis cambios corporales y reconstruyeron mi autoestima y mi estilo.

Deshazte de las cosas que no te quedan

Aumenté más de 10 libras durante la quimioterapia, algo sobre lo que nadie me había advertido. En promedio, los pacientes de cáncer bajan de peso, y yo estaba aumentando. Este aumento de peso hacía que me costara ponerme la ropa, que me sintiera insegura. Durante la quimioterapia, era fácil decirme: “Oh, bajaré de peso después”, pero fue después de la quimioterapia que la depresión empezó en realidad.

Estaba muy frustrada conmigo misma por no bajar de peso inmediatamente, además de desilusionada, porque no me parecía a la persona que era antes. Una de las mejores cosas que hice por mí misma en esta época fue guardar mi ropa ajustada. Al esconderla debajo de mi cama o al fondo del armario, pude separarme de estas emociones autodestructivas que me provocaba, cada mañana, ver un armario lleno de cosas que ya no me quedaban.

Quería que mi armario fuera un espacio de seguridad y aprobación, no algo que me dejara llorando de la frustración. Para empezar la transición, invertí en algunas prendas. No en toda una colección, pero algunas faldas y pantalones dos tallas más grandes, que se acomodaran a mi nuevo peso. Yo sabía que no iban a durar mucho, pero me permitieron aceptar mi cuerpo como un proyecto aún no concluido.

Busca a un sastre

¿No quieres invertir en nuevas prendas o tienes cosas que te gustaría modificar, pero no desechar? Busca a un sastre. Me di cuenta de lo útil que era un sastre hace unos cinco años, cuando subí y luego bajé veinte libras. La ayuda de un sastre me permitió modificar mi guardarropa, a medida que volvía a bajar de peso.

Soy de contextura pequeña, así que siempre me cuesta encontrar ropa que me quede sin hacerle ajustes antes. Contar con un sastre me ayudó a modificar mi ropa para que se ajustara a mi figura, en lugar de modificar mi figura para que se ajustara a mi ropa. Los sastres pueden hacerlo todo: desde subirle la basta a los pantalones, agregar bolsillos para las prótesis e, incluso, agrandar la cintura de tu falda favorita para que te favorezca más. No todas las prendas se pueden modificar, pero antes de perder las esperanzas con alguna prenda, consulta a un sastre.

Mantente abierta al cambio

Desde el sexto grado he tenido el busto grande, así que pasar por una reconstrucción me obligó a reconsiderar todo lo que sabía sobre blusas y estilos que me favorecieran. Ya no me sentía limitada por las prendas con mucho soporte o los estilos que ocultaban mi pecho. Quizás hubiera podido rechazar este cambio e intentar seguir con el mismo estilo, pero me sentí empoderada al aprovechar estas nuevas oportunidades. Camisetas descubiertas en la parte posterior, prendas sin hombros... ¡Quería probarme todo!

Incluso tres años después, sigo motivada para probar estilos nuevos. A medida que mi cuerpo cambia, veo esto como una oportunidad para probar cosas nuevas y no como una limitación. Mientras experimentas, puedes aprovechar las opciones disponibles en las tiendas de reventa. No quieres invertir un montón de dinero en un estilo nuevo, para después darte cuenta de que no va contigo. Intenta crear tu nuevo look con ropa de segunda mano o pídele a alguna amiga que te preste cosas. Esta es una forma muy buena de experimentar sin tener que gastar demasiado.

Encontrar tu nuevo estilo implica mucho de prueba y error por unos meses, hasta que aprendes sobre tu nuevo cuerpo y defines qué te gusta ponerte. Recuerda que has cambiado, tanto física como emocionalmente. Tu estilo puede ser una manera de aceptar este cambio y redefinirte.

La comodidad es clave.

Después del tratamiento del cáncer de mama, tu cuerpo puede estar sensible y no sentirse como propio. Los expansores, la radiación y cosas como una vía de acceso implantada pueden sentirse incómodas y extrañas. Algunas personas creen que no hay estilo sin sacrificar la comodidad, pero esto no es cierto. ¡Compra pensando en tu comodidad! Busca marcas que usen materiales específicamente suaves o blandos. AnaOno Intimates y Athleta son dos excelentes ejemplos. Ambos fabricantes diseñan sostenes y ropa de descanso pensando en las sobrevivientes de cáncer de mama, y prestan atención a los posibles puntos de dolor, como las costuras o los arcos metálicos.

¿No encuentras el estilo que buscas en un material cómodo? Invierte en camisetas interiores o sostenes suaves que sean tu barrera protectora. Los sostenes de True&Co. son suaves y delgados, y pueden hacer que disfrutes usar hasta la camisa más incómoda. A medida que tu cuerpo cambia e intentas usar solo ropa cómoda, considera usar cinturones para ayudarte a hacer la transición a blusas sueltas, vestidos y faldas holgadas, a medida que tu peso fluctúa y cambia el tamaño de tu busto.

La comodidad no solo es algo físico. Es tan importante sentirte segura con un estilo como sentirte cómoda físicamente. Pregúntate a ti misma: “¿Qué estilos o prendas me hacen sentir bien?”. Si te sientes bien usando algo, tu confianza te hará brillar, y la confianza es lo que te hace tener estilo.

Reflexiona y adáptate

A veces combino ropa que, en teoría, lucía fabulosa, pero que me hace sentir que algo no está bien cuando me la pongo. Hazle caso a ese reflejo. Si no se siente auténtico, no lo fuerces. Con el tiempo aprenderás de tus experiencias y empezarás a cultivar un estilo y un guardarropa que te encante de verdad. Algunas cosas me han ayudado a este proceso en los últimos tres años.

Tomar fotos de mi cuerpo y mi ropa a medida que evolucionamos me ayudó a experimentar y reflexionar. Mientras bajaba el peso que aumenté con la quimioterapia, las fotos también me sirvieron para seguir mi progreso y celebrar mis éxitos. Verte en una foto también es excelente para decidir si un estilo es adecuado para ti. Cuando veo la ropa que usaba antes, me es más fácil reflexionar sobre lo que quiero cambiar o modificar para sentirme mejor con mi look y más segura. Puede ser algo tan pequeño como agregar una correa o cambiar de blusa. No tengas miedo de pensar en las cosas que sí funcionaron y hacer modificaciones. Experimentar significa que, a veces, tu atuendo termine no gustándote, y eso está bien. Nunca dejes de esforzarte.

Adaptarse es esencial. Mi reconstrucción duró dos años en total, así que tenía que ajustar mi estilo constantemente. Poder ver las fotos que tomé en cada fase del proceso de reconstrucción me ayudó a adaptarme mejor cada vez que experimentaba algún cambio. Es cierto que ya quiero terminar con las cirugías, pero ahora tengo un enorme arsenal de combinaciones para usar durante mi recuperación, para el aumento de peso de la quimioterapia y para todo lo que venga.

Me doy cuenta que, cuando se trata de moda, no hay una sola respuesta correcta: se trata de aprender sobre tu cuerpo y encontrar lo que más te gusta. Hacerlo puede ser todo un reto para alguien que está en tratamiento por cáncer de mama, ya que nuestros cuerpos cambian a menudo. Lo bueno es que el proceso es el mismo, sin importar cuántas veces lo experimentes. Requiere que reflexiones y te adaptes, pero el resultado final será un guardarropa que te favorezca más y estilos que te llenen de confianza.