Alimentación saludable durante el tratamiento para el cáncer de mama
Si te diagnosticaron cáncer de mama, comer alimentos nutritivos es una parte importante de tu plan de tratamiento. Lo que comes puede afectar tu recuperación después del tratamiento, así como tus niveles de energía y la intensidad de algunos efectos secundarios.
En este episodio, Amy explica lo siguiente:
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su definición de alimentación saludable
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cómo interpretar las noticias contradictorias que aparecen en los medios sobre investigaciones relacionadas con la nutrición
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maneras de comer cuando te sometes a tratamientos específicos y experimentas efectos secundarios
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cómo comenzar a llevar una alimentación más saludable
Amy Bragagnini es nutricionista matriculada y especialista certificada en nutrición oncológica, además de portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética. Actualmente, se desempeña como nutricionista en el centro oncológico Trinity Health Lacks en Grand Rapids, Michigan.
— Se actualizó por última vez el 6 de enero de 2023, 19:45
Jamie DePolo: Hola, gracias por escucharnos. Si te diagnosticaron cáncer de mama, ingerir alimentos nutritivos y mantener un peso saludable son aspectos importantes de tu plan de tratamiento. Lo que comes puede afectar tu recuperación después del tratamiento, así como tus niveles de energía y la intensidad de algunos efectos secundarios.
Nuestra invitada es Amy Bragagnini, nutricionista matriculada y especialista certificada en Nutrición Oncológica, además de portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética. Actualmente, se desempeña como nutricionista en el Centro Oncológico Mercy Health Lacks de Grand Rapids, Míchigan. Amy nos va a ayudar a interpretar algunas recomendaciones sobre alimentación que pueden ser contradictorias y, además, nos compartirá su perspectiva sobre cómo lograr que la dieta sea lo más saludable posible. Bienvenida al podcast, Amy.
Amy Bragagnini: Muchas gracias por invitarme.
Jamie DePolo: Excelente. Voy a comenzar con una pregunta realmente general, porque no estoy segura de si todos están al tanto de esto. Para ti, ¿qué es llevar una alimentación saludable? Quiero decir, sé que algunas personas creen que hay que ser muy estrictos o que nunca se pueden comer una papa frita, pero acudo a ti para que nos des tu opinión de experta.
Amy Bragagnini: Bueno, la primera palabra que siempre se me viene a la cabeza cuando pienso en alimentación saludable es simplemente “equilibrada”. Intento recordarles a mis pacientes que no hay una dieta perfecta. Toda persona que sienta que puede mejorar de alguna manera su alimentación o su dieta, creo que es importante que comience sencillamente con autocuidado y buena intención. Que se tome el tiempo para investigar, para consultar a un nutricionista matriculado, si es posible, y que también sea realista en relación con cómo está comiendo actualmente. Y, de nuevo, que no sea severa con ella misma. Luego, propongo comenzar a indagar en maneras de ir, gradualmente, implementando cambios con el correr del tiempo.
Jamie DePolo: Bien. Gracias. Lo segundo que se me viene a la cabeza cuando pienso en nutrición son las noticias que vemos casi todos los meses, todas las semanas, incluso día por medio, sobre este o aquel alimento, que previene el cáncer o que, súbitamente, las personas que bebieron leche cuando eran chicas corren un riesgo más alto de padecer cáncer. Yo, personalmente, siempre soy un tanto escéptica en torno a esos estudios, porque, muchas veces, se basan en los recuerdos que tienen las personas que ahora tienen 40, 50 o 60 años de lo que comían y qué cantidad comían cuando eran chicas. O pueden ser una muestra muy pequeña de la población. Entonces, ¿cómo hablas sobre esto todo con tus pacientes? Si vienen con el discurso de que necesitan comer cinco bananas al día ahora porque justo salió esa noticia sobre la fibra resistente que previene el cáncer... ¿Cómo se manejan esas situaciones?
Amy Bragagnini: Todo lo que dices es tan acertado. Algunas veces ni siquiera prendo la tele ni veo el noticiero porque pienso que voy a tener que abordar esa noticia al otro día y digo: “Dios santo”.
Pero, ya sabes, lo primero que les respondo a mis pacientes es que no entren en pánico. Es muy fácil ver el titular de una noticia y empezar a sentir miedo por algo que podemos haber hecho mal o porque estamos comiendo los alimentos equivocados. Como dijiste, les recuerdo que hay muchos tipos distintos de estudios, algunos basados en lo que deberíamos recordar. No me acuerdo ni qué comí ayer, pero tengo que recordar y retener todas las opciones de comidas que ingerí. Además, en algunos estudios la muestra poblacional incluye solo a 90 personas. Ya sabes, tenemos que asegurarnos de que las personas entiendan que hay muchos tipos distintos de estudios de investigación dando vueltas. Algunos basados en animales, otros en entornos de laboratorio. Así que no todo lo que vemos en los medios se aplica a la vida diaria y a lo que consumen las personas todos los días.
Jamie DePolo: Bien. Sé que hay algunos alimentos que son mejores que otros; especialmente, para las personas diagnosticadas con cáncer y con cáncer de mama en particular. ¿Podrías hablar un poco al respecto?
Amy Bragagnini: Sí. Claro que sí. Bueno, hablando de estudios, cada vez que vemos que un estudio tiene que ver con frutas o verduras, muchas veces esos ensayos solo insisten en los beneficios de las frutas y las verduras. Así que ese es el punto de partida con todos mis pacientes. Recordar que las frutas y las verduras son dos de los componentes más importantes de nuestra alimentación diaria; específicamente, para las personas con cáncer de mama. Cuantas más frutas y verduras pueda consumir una mujer, más bajo será su riesgo de padecer cáncer de mama.
Otro concepto importante es el de equilibrio, como dije antes. Entender cómo funciona la vida cotidiana e intentar llenar el plato con la mayor cantidad posible de verduras y una porción de proteínas magras. También les recuerdo a los pacientes que los carbohidratos no son malos. Ya sabes, muchas veces vemos que salen dietas distintas que no contienen ningún tipo de carbohidrato o comenzamos a usar el término “carbohidrato” como si fuera una mala palabra. Se trata, sin dudas, de encontrar las cantidades adecuadas para incorporar a la dieta, para tener energía, promover la sanación y, además, disfrutar de ricos sabores.
Y esa es otra cosa que las personas suelen olvidar: que es comida y que comer debe ser algo divertido y que tenemos que disfrutarlo. Honestamente, hacer una dieta muy estricta y, supongo, poco divertida, donde se eliminen muchos de los deliciosos alimentos que hay disponibles no es fácil de sostener, y las personas no podrán seguirla por demasiado tiempo.
Por eso, reitero la importancia de encontrar lo que va con nosotros y con las cantidades correctas de nutrientes. Hablo de frutas, verduras, proteínas adecuadas y, luego, carbohidratos complejos y grasas saludables.
Jamie DePolo: Bien. Quisiera ahora que ahondemos un poco en los carbohidratos, porque, como mencionaste, no son los chicos malos. Pero, a veces, siento que muchos de los alimentos procesados, que, según entiendo, no deberían ser un componente importante de una dieta saludable, tienden a asemejarse mucho a los carbohidratos y me pregunto si, quizás, de ahí es de donde proviene la demonización. Porque si pensamos en, por ejemplo, bolitas infladas con sabor a queso o papas fritas, que ya sabes, tienen todo su esplendor salado, pero no son nutritivos y están ultraprocesados... No quiero ni imaginarme qué clase de grasa y otras cosas les ponen... ¿Crees que esa pueda ser, en parte, la explicación de lo que sucede con los carbohidratos?
Amy Bragagnini: Sí. Creo que, en la sociedad actual, muchas veces, demonizamos los carbohidratos, y es muy importante que recordemos que no todos están hechos de la misma manera. Muchos de los alimentos que mencionaste son, de hecho, carbohidratos simples. Los digerimos con rapidez y aumentan rápidamente nuestros niveles de azúcar en sangre, razón por la cual no es conveniente consumirlos en exceso. Además, muchos de ellos se venden a precios accesibles, están entre los alimentos menos costosos y son ultraprocesados, y como dijiste, suelen tener muchos conservantes y aditivos. Como decía, tienden a aumentar rápidamente el nivel de azúcar en sangre, algo que conviene controlar de alguna manera en relación con lo que comemos. Si vamos a comer carbohidratos, que sean complejos, lo que significa que contienen fibra, algo de proteína, que los podemos digerir más lentamente y, por lo tanto, nos dan energía por más tiempo.
Otro tema muy candente estos días vinculado al cáncer es el azúcar. Ya sabes, cuando hablamos de carbohidratos, un ejemplo de uno simple sería el azúcar, y muchos alimentos procesados contienen mucha azúcar agregada. Y creo que en ese punto es donde las personas se confunden un poco, porque creen que no pueden consumir ningún carbohidrato. Y no es así, para nada. Necesitamos carbohidratos saludables, ¿sabes? Lo que debemos hacer es limitar la cantidad de azúcar agregada en la alimentación. Como galletas, dulces, pasteles. Repito, no eliminarla, sino solo limitarla. Queremos poder encontrar el equilibrio de ingerir esos alimentos como gustos aislados que nos damos, no algo habitual que consumimos tres veces al día.
Y la mejor forma que tienen los pacientes de saber si lo que comen tiene azúcar agregada es simplemente leer la etiqueta. Es tan maravilloso que ahora en todas las etiquetas de los alimentos (o en la mayoría) se enumere lo que tienen —la cantidad de azúcar agregada, por ejemplo—, para que podamos ver, comparar productos o solo saber que deberíamos reducir la cantidad que ingerimos de azúcar agregada específicamente.
Jamie DePolo: Perfecto. Y en caso de que alguien se lo esté preguntando, ¿podrías darnos algunos ejemplos de carbohidratos complejos buenos? ¿Qué cosas deberíamos comer de ese grupo de alimentos?
Amy Bragagnini: Claro. Esa es una excelente pregunta. Los carbohidratos complejos son, por ejemplo, la quinoa, cualquier tipo de grano como pastas, panes y arroz integrales. Todos ellos son ejemplos. Los cereales... la mejor manera de saber si un cereal en particular es un carbohidrato complejo sería, simplemente, ver el reverso y leer la etiqueta. Y si tiene más de 3 g de fibra alimentaria y algo de proteína, entonces lo consideraríamos un carbohidrato complejo. Además, las verduras, bueno, la mayoría de ellas se consideran carbohidratos complejos. Contienen fibra. Así que, al comer, si vas a comer una papa, no le quites la cáscara. Es la que aporta la fibra.
Jamie DePolo: Bien. Perfecto. Gracias. Ahora quisiera que nos concentremos en las personas que están en tratamiento, porque, muchas veces, lo que comen normalmente no suele saberles bien o desarrollan aversiones a ciertos alimentos; en especial, quienes reciben quimio. ¿Cómo manejas eso con los pacientes? ¿Existen alimentos, por ejemplo, que puedan ser recomendables para personas que están atravesando un tratamiento específico, como la quimioterapia?
Amy Bragagnini: Sí. En general, lo primero que hago es investigar de qué tipo de cáncer se trata; por ejemplo, cáncer de mama. Luego, indago en el tratamiento particular al cual se está sometiendo. Es decir, si tiene que recibirlo todas las semanas. O si es cada tres semanas. Y, con esa información, tengo una idea más formada sobre los síntomas que puede estar experimentando la persona, si los tiene. De allí en adelante, puedo hacer una sugerencia más personalizada sobre alimentación para ella.
Supongamos que trato a una persona que recibe ciertos tipos de quimioterapia para el cáncer de mama. Es muy importante que el día de la administración, esa persona coma algo durante la mañana. Comer algo en el desayuno será una buena manera de empezar todo el proceso.
Y, además, los días de quimioterapia suelen ser más largos. Por eso les recalco a mis pacientes que deben llevar consigo refrigerios y comidas saludables, para asegurarse de que puedan comer durante el tratamiento. A muchos les sorprende, y muchos otros acuden al tratamiento sin haber comido nada. Y creen que, si no comen, no se sentirán mal, y, muchas veces, las personas sienten náuseas cuando tienen el estómago vacío. Por eso recomiendo comer algo en la mañana, en cantidades más chicas y más frecuentes.
Alguien que recibe quimioterapia necesita cantidades adecuadas de proteína. Específicamente, mi sugerencia es que coman proteínas magras. Las carnes magras, los lácteos, las legumbres, los frutos secos y los productos integrales son excelentes fuentes de proteína. Aliento a mis pacientes a que, en relación con la carne, limiten la ingesta de carnes rojas y las que están procesadas en exceso. No son las fuentes más saludables de proteína.
Otro buen recordatorio para las personas es que se mantengan hidratadas. Te sorprendería conocer la cantidad de gente a la que le pregunto cuánta agua toma durante el día, y solo se ríe. Responden que no saben, que probablemente bebieron una botella. Entonces... Soy un ejemplo vivo de que se puede. No solía beber mucha agua... durante mucho tiempo fui así. Y descubrí, cuando me regalaron un buen envase que mantenía el agua fría todo el día, que, si la llevaba conmigo, la vaciaba hasta tres, cuatro o cinco veces. Y ahora ya es un hábito. Así que intentamos educar al respecto de adoptar nuevos hábitos, y beber agua puede ser sin dudas uno de ellos.
Y, luego, como con todo, ya sabes, para volver a tu pregunta, comer muchas frutas y verduras. Hay un muy buen estudio que se publicó... el Women's Healthy Eating and Living (Alimentación y vida saludables para las mujeres). Por medio de este se descubrió que los carotenoides, las vitaminas y los minerales saludables que se encuentran en las frutas y las verduras que son más anaranjadas, como las batatas, las zanahorias y las calabazas... Que las mujeres que se someten a tratamientos contra el cáncer de mama... En las personas que comían mayor cantidad de carotenoides y las frutas y verduras que mencioné, la aparición de nuevos incidentes de cáncer de mama se redujo en un 43 %.
Así que, retomando la pregunta, sí, algunas veces, se recomiendan frutas y verduras específicas para el cáncer que se está tratando.
Jamie DePolo: Bien. Algo me da curiosidad... Una vez alguien me dijo, no sé si está basado en un estudio o no, que se recomendaba, como dijiste, comer una comida pequeña antes de recibir la infusión de quimioterapia. Lo que esta persona explicaba es que puede ayudar a prevenir las aversiones a los alimentos. Tienes algo en el estómago, entonces, cuando terminas la quimio y quizás no te sientes tan bien e intentas comer algo, puedes desarrollar un rechazo hacia ese alimento, porque ya te sientes mal. ¿Has oído hablar de eso o es solo algo que se dice sin fundamento?
Amy Bragagnini: No, no lo es. Definitivamente lo escuché. Hay mucha evidencia anecdótica obtenida de pacientes que me cuentan por lo que pasaron y definitivamente algunos estudios de los que me enteré, por ejemplo, que indican que si reciben quimio un lunes y se sienten bien ese lunes y se sienten bien el martes, para el miércoles o el jueves, ya no se sienten tan bien. Algunas veces, evitar comer sus comidas favoritas los días que saben que no se van a sentir bien puede ser útil; de esa manera, como dijiste, evitan la aversión a los alimentos.
Puedes haberlo experimentado cuando te enfermaste por alguna cosa, quizás tenías gripe y no sabías y terminaste pasándolo mal. Es muy difícil volver a comer esos alimentos. Por eso, ya sabes, alguien que tiene una cantidad decente de alimento en el estómago, quizás en los días en que no se siente muy bien, puede comer algo liviano y que le siente bien al organismo.
Siempre les digo a mis pacientes que no sabemos cómo les afectará el tratamiento. Todos somos distintos, así que, para apostar a lo seguro, si estás pasando por un momento con el tratamiento en el que no te estás sintiendo muy bien, no fuerces nada. No intentes comer cantidades grandes de comida. Solo recuerda lo que tu mamá te daba cuando tenías gripe o lo que sueles comer cuando no te sientes bien. En mi caso, es caldo de pollo, galletas saladas y una gaseosa sin azúcar, por el gas. Para otras personas puede ser la gelatina... Ya sabes, todos somos distintos, pero tomárselo con calma en esos momentos definitivamente puede ayudarte a atravesar esos baches y, luego, volver a comer tus alimentos favoritos.
Jamie DePolo: Perfecto. Te cuento los míos. Vernors y galletas de sal.
Amy Bragagnini: Sí. Sí.
Jamie DePolo: Eso era lo que me daba siempre mi mamá.
Amy Bragagnini: Exactamente. ¿No es extraño que incluso de adultos recordemos eso? No suelo enfermarme seguido, pero cuando me pasa, siempre tomo mi caldo de pollo en el sillón.
Jamie DePolo: Qué gracioso. También tengo una pregunta acerca del agua. Bebo mucha agua, pero también me gusta el agua con gas, seltzer. Y muchas personas me han dicho que beber eso no es tan bueno como beber agua sola, sin gas. ¿Qué opinas al respecto? ¿Lo has escuchado?
Amy Bragagnini: Ya sabes, siempre va a haber algo... es así... Si tengo un paciente que bebe gaseosas con azúcar y pasa a tomar las dietéticas, alguien le va a decir que no debería beber gaseosas dietéticas porque tienen azúcar artificial, y eso es malo. Pero la gaseosa no dietética tiene mucha azúcar, y eso tampoco es bueno.
A lo que voy es que debería consultar investigaciones concluyentes sobre por qué el agua con gas no es buena. De cualquier forma, lo que yo diría es que, sin dudas, el agua es lo mejor. Indiscutiblemente. Si alguien me preguntara cuál debería beber, le diría agua sin nada. Pero si estoy frente a una persona que no tolera el agua y solo puede beber agua con gas o nada... Entonces que la beba y se sienta bien, ¿no? Ya sabes, solo es importante asegurarse de que el agua con gas no tenga mucha azúcar agregada.
Jamie DePolo: Bien. Bien. Gracias. Ahora quisiera que habláramos un poco sobre efectos secundarios, porque ese es un gran problema también para muchas personas que reciben tratamiento para el cáncer de mama, y no he visto muchas investigaciones sobre efectos secundarios y nutrición. Asumo que puede ayudar; en especial, en los casos de personas que se recuperan de una cirugía, que deben permanecer acostadas y se sienten abatidas. Pero también me pregunto por los efectos secundarios de las terapias hormonales, como los inhibidores de la aromatasa y el tamoxifeno, que también son un problema importante para muchas mujeres. Así que, no sé... ¿Hay maneras de comer que puedan ayudar con estos temas?
Amy Bragagnini: Sí, claro. Claro. Quiero decir, hablamos antes al respecto, mi mensaje es que acudan a la sesión de quimioterapia con algo en el estómago. Ya sabes, muchos tipos distintos de quimioterapia pueden causar náuseas. Pero las náuseas pueden ser producto de distintas cosas. Por eso, es importante que el equipo de atención médica pueda averiguar la causa y confirmar si está relacionada con la quimio o no. Quizás tienen que ver con que la persona tiene un miedo muy arraigado de acudir a la quimio, y ese miedo desencadenó las náuseas... Porque eso realmente sucede. ¿O acaso está relacionada con que la persona no comió nada? Quiero decir, puede deberse a muchas cosas. Otro punto: ¿la persona está tomando los medicamentos para las náuseas de manera correcta y tal cual se los recetaron? A lo que voy es que es esencial saber qué está causando las náuseas.
Pero, ciertamente, algunos alimentos pueden ayudar. Creo que tener algo en el estómago y comer cada dos horas puede ayudar. Lo que sí les recomiendo a los pacientes cuando no se sienten muy bien es que se mantengan alejados de la cocina. Que eviten oler los aromas de la preparación de las comidas, porque, algunas veces, eso puede desencadenar náuseas. También sugiero no entrar en pánico. Te sorprendería ver la cantidad de cónyuges que, con la mejor intención del mundo, obligan a sus parejas a comer, por miedo, y eso es algo que entiendo completamente. Pero si la persona no tiene ganas de comer, entonces obligarla a que coma una gran cantidad de alimentos no va a ser bueno y va a provocarle náuseas también.
Hay algunas soluciones naturales que pueden ayudar, además de los medicamentos, con las náuseas. Me han dicho que el jengibre funciona en esos casos. Ya sea una gaseosa saborizada con jengibre o caramelos blandos de ese sabor, muchas personas dicen que eso ayuda.
Creo que varias personas han probado métodos distintos de una corriente más homeopática. Algunas prueban con la acupuntura y las pulseras para las náuseas, y otras con la meditación. Hay muchas cosas distintas. Pero una de las cosas más importantes que se debe probar es asegurarse de tener algo en el estómago cada dos horas y tomar los medicamentos como los recetaron. Y, también, escuchar al cuerpo.
Jamie DePolo: Bien. Y creo que quiero saber qué pasa con los efectos secundarios de la terapia hormonal, como el tamoxifeno y los inhibidores de la aromatasa. Sé que, los más comentados, al menos en el caso del tamoxifeno, son los bochornos. Y para los inhibidores de la aromatasa, es el dolor articular. No he visto investigaciones sobre la nutrición y el dolor articular, pero he hablado con personas y, a modo de anécdota, han relatado que cada vez que beben alcohol, tienen bochornos. Y que, cuando no beben alcohol, no los tienen. ¿Hay comidas específicas que sepas que pueden contribuir a los bochornos de esa manera? ¿O estás al tanto de estudios que lo hayan investigado?
Amy Bragagnini: Estás en lo cierto. Definitivamente el alcohol puede ser un desencadenante de los bochornos. Las personas son muy diferentes en términos de qué puede desencadenarles ciertas cosas. He leído que la cafeína puede ser un causante de los bochornos. Desde ya te digo que lo mismo se aplica a los alimentos muy procesados, altos en azúcares y a las dietas con poco contenido de frutas y verduras frescas, y proteínas magras.
En algunos estudios se menciona el potencial beneficio de la soja o los productos a base de soja en relación con los bochornos. Y este es un tema en el que suelo profundizar; más que nada con pacientes con cáncer de mama, porque hay mucho miedo en torno al consumo de soja y muchos tipos de cáncer de mama. Hay muchos tipos de cáncer de mama que son positivos para receptores de estrógenos, lo que, como sabes, significa que el estrógeno alimenta el cáncer. Y, como la soja tiene una composición química muy similar a la del estrógeno, es razonable pensar que, si son parecidos y el estrógeno no es bueno para mi cuerpo, ¿entonces por qué razón comería soja?
Pero se ha investigado mucho y se ha descubierto que... muchas organizaciones de investigación han descubierto que consumir alimentos a base de soja integral está permitido durante cualquier tratamiento oncológico, ya sea que tengas cáncer o no y que sea positivo para receptores de estrógeno o no. Y en las recomendaciones se habla de hasta dos porciones al día de soja integral, tofu, tempeh y sopa de miso. Y, a propósito de esto, algunas pacientes me han dicho que la soja sí puede ayudar a manejar los bochornos.
Creo que dormir bien también es beneficioso. Hacer actividad física... Es lograr una suerte de equilibrio.
Jamie DePolo: Bien. Sí, eso es lo único sobre lo cual he leído o visto en estudios vinculados a esa cuestión que puede ayudar con el dolor articular provocado por los inhibidores de la aromatasa: el ejercicio. No he visto estudios nutricionales sobre el tema. No sé si sabes de alguno...
Amy Bragagnini: Hay algo que recuerdo que leí sobre el jugo de cerezas ácidas. Se habla mucho sobre, ya sabes, antioxidantes en cantidades altas y cómo, no específicamente los antioxidantes en grandes cantidades, sino diferentes tipos específicos de, por ejemplo, frutas o verduras, como el jugo de cerezas ácidas... hasta cuatro onzas al día realmente puede aliviar el dolor articular, según un estudio que leí. Retomando nuestra charla inicial sobre los estudios, probablemente querría consultar investigaciones, ya sabes, para recomendar algo así.
Pero una persona con mucho dolor articular podría obtener buenos resultados con la incorporación de ácidos grasos omega-3 en su dieta. Seguir una dieta más al estilo Mediterráneo, en la que la alimentación es alta en frutas, verduras, pescados y grasas monoinsaturadas saludables, como el aceite de oliva y las nueces. Algunas veces, eso puede disminuir la inflamación y, quizás, aliviar un poco el dolor articular. Repito, los omega-3 son muy buenos.
Igual no creo que se deba a una sola cosa. Probablemente sea más un equilibrio entre, como dijiste, la actividad física e intentar comer comidas saludables.
Jamie DePolo: Bien. Excelente. Hay un estudio que me resultó interesante, que se realizó en 2020. Lo llevó adelante un equipo de investigación de Virginia (de las universidades George Mason y de la Mancomunidad de Virginia), en el que se descubrió que la mayoría de las personas diagnosticadas con cáncer pensaba que su alimentación era saludable, pero, cuando se analizaban sus dietas, no eran tan buenas como pensaban.
Entonces... lo que creo que me pregunto es si los oyentes creen que tienen una alimentación saludable... ¿La tienen realmente? ¿Cómo podrían...? Es decir, no quiero estar criticando a nadie, ¿pero cómo podrían comenzar a pensar en eso y pensar que quizás ya no están tan seguros? ¿A qué cosas deberían prestarles atención o qué deberían tener en cuenta?
Amy Bragagnini: Lo primero que recomendaría es que vean si pueden consultar a un nutricionista matriculado. Sé que parece que ya lo dije un millón de veces, pero ese profesional puede sentarse con la persona y analizar lo que ha estado comiendo para, luego, ofrecer su opinión experta.
Lo siguiente que voy a decir, como nutricionista, es que siempre que me siento con un paciente y revisamos su alimentación, van anticipando... probablemente hasta crea que come bien, algunas veces, el solo hecho de consultar con un nutricionista, ya sabes, puede llevar a las personas a pensar que no están haciendo lo suficiente o que sus dietas no son tan buenas. Por eso, mi papel en esa situación es asegurarme de que sepan que no hay una dieta perfecta. Lo primero que intentaría hacer y lo más importante, es lograr un entendimiento con la persona y enfatizar lo que están haciendo bien. Creo que puede ser muy importante para alguien saber que, bueno, que no tiene la peor alimentación del mundo y que come un par de porciones de verduras al día, pero, sin embargo, su alimentación podría mejorar. Pero creo que, en lugar de autocastigarse, es bueno que comiencen por los aspectos positivos —más que nada para las personas que están descubriendo que su alimentación no es tan saludable—, y entender que hay lugar para mejorar.
También me parece importante mencionar —en los casos en que la persona ya está bien encaminada y busca mejorar su dieta— que se deben consultar investigaciones basadas en la ciencia. Así que visitar a un nutricionista matriculado no es la única opción; también hay sitios web geniales: Breastcancer.org es uno de ellos. Oncologynutrition.org o Eatright.org, de la Academia de Nutrición y Dietética. La Sociedad Americana contra el Cáncer ha publicado en su sitio web folletos fabulosos e información fácil de comprender.
Como dije, emprender el camino para lograr cambios saludables es un logro. Siempre les recuerdo a las personas que Roma no se construyó en un día. Que es importante darnos un respiro y decirnos: “Bueno, este fastidioso nutricionista quiere que coma entre cinco a siete porciones o más de frutas y verduras al día, pero sé que solo voy a comer dos”. Es imposible que un nutricionista le pida a alguien que pase a comer siete porciones de la noche a la mañana, porque no es sostenible con el tiempo. No va a durar, no va a pasar.
Entonces, lo que intento es ayudar a las personas a tomarse las cosas con calma y hacer un cambio a la vez. Allí es cuando un nutricionista puede ayudar a descifrar cuáles podrían ser esas metas, cuál será el objetivo que se pueda alcanzar más fácilmente. Porque sé que cada vez que me pongo una meta y la alcanzo, se enciende algo adentro de mí que me lleva a seguir adelante.
Así que, ya sabes, creo que es importante ver la alimentación como algo que se aborda un día a la vez y que no hay un día perfecto. Que, si te das un gusto, no quiere decir que estés comiendo mal o bien. Nunca digo que tal o cual alimento es bueno o es malo. Intento decir, a menos que alguien sea alérgico a las nueces, que las nueces no son buenas para esa persona. Puedo definitivamente decir que son malas. Pero si alguien lleva una alimentación relativamente balanceada y quiere comer una galleta o dos ocasionalmente... No creo... Pienso que por eso es que probablemente lleven una dieta saludable y equilibrada, porque tienen pensamientos realistas, saben qué alimentos les dan mucho placer y se permiten comerlos ocasionalmente. Y eso les brinda la posibilidad de seguir con su alimentación saludable de siempre.
Y, otro punto sobre el cual quisiera hablar también es cuando las personas vienen y dicen que, bueno, que saben que no comen muy bien, pero toman toda clase de suplementos, y que los suplementos son fundamentales. Para comenzar, las felicito por interesarse en su propia salud y, luego, intento recordarles que los suplementos no reemplazan el beneficio terriblemente maravilloso de comer alimentos naturales, enteros, de una manera balanceada.
Seguramente habrá casos en que definitivamente se necesite cierto suplemento si alguna persona tiene valores bajos en ciertas áreas. O en el caso de las mujeres, que pueden llegar a necesitar una dosis extra de calcio o vitamina D. Depende mucho de la persona. Pero, como decía, les recuerdo que los suplementos no reemplazan una buena dieta saludable y equilibrada.
También me parece clave aclarar que, algunas veces, particularmente en el mundo del cáncer, los oncólogos (y en especial los que se dedican a la radiación) no quieren que los pacientes consuman dosis altas de antioxidantes ni dosis grandes de nada. Lo que buscan es reducir dosis e intentar obtener los nutrientes de los alimentos sin procesar.
Jamie DePolo: Claro. Gracias por la aclaración. Porque no hemos hablado sobre eso aún, pero sé que es muy importante. Y sé que hablaste de radiación, pero también se aplica a ciertos medicamentos de quimioterapia con los cuales pueden interactuar los suplementos. Hay algunas cosas que no se deberían hacer antes de la cirugía; por eso es importante que las personas hablen con los médicos sobre este tema.
Amy Bragagnini: Sí. Creo que eso es... Me encanta que lo hayas mencionado, porque no se habla lo suficiente sobre eso. Y cuando las personas vienen a la consulta, dicen que tienen esto y lo otro, y yo les respondo que eso no figura en su historia clínica. Es sumamente importante que todo el equipo médico esté al tanto de todas y cada una de las cosas que el paciente toma, para evitar que se produzca alguna interacción peligrosa (que puede suceder con los distintos tipos de agentes de quimioterapia que existen); especialmente, desde el punto de vista de las hierbas. Algunas hierbas están totalmente contraindicadas.
Y, además, te cuento que también intento usar la anécdota de que, a menos que contemos con muy buena información científica sobre por qué cierta cosa es necesaria, entonces no me quedaría tranquila consumiendo demasiado de nada. Eso podría interferir de alguna manera con la eficacia de la quimioterapia. Nuestro trabajo como profesionales de la salud es, ya sabes, descubrir qué puede ser necesario y qué puede ser perjudicial, e informar al respecto.
Jamie DePolo: Bien. Gracias por decirlo. Claro. Creo que algunos piensan que, como no viene en una píldora, no es en realidad un suplemento. Es esta hierbita natural que estoy consumiendo en formato de tintura o similar y a la que no considero un suplemento. Así que creo que todos debemos informar sobre esto.
Por último, para finalizar, sé que hablaste varias veces sobre consultar a un nutricionista matriculado. Si alguien quisiera hacerlo, ¿cómo se empieza? ¿Cómo encuentran a la persona? Creo que a lo que voy es, dado que la COVID-19 abrió, de alguna manera, la puerta para que la telemedicina se convierta en algo un poco más estándar, ya sabes, ¿eso les abre la puerta también a las personas que pueden vivir en áreas con poco acceso o en zonas muy remotas para consultar a estos profesionales? ¿Cómo recomendarías comenzar con el proceso?
Amy Bragagnini: Sí. Es una pregunta excelente. Lo primero que recomendaría es que la persona se ponga en contacto con su agente de seguro, para ver con qué cobertura cuenta para esas consultas. Hablé de esto con quien responde nuestras dudas financieras clínicas, para asegurarme de responder correctamente. Y él me dijo: “Amy, hay tantos tipos distintos de planes de seguro y programas de esa índole que lo más recomendable es hacer la llamada”. Sé que las compañías grandes de seguro de salud cubrirán cierta cantidad de visitas por año a un nutricionista matriculado, así que, definitivamente vale la pena llamar.
Lo segundo, vinculado específicamente al cáncer, es que, si estás recibiendo tratamiento en un centro oncológico, averigües allí. Pregunta si hay un nutricionista matriculado disponible. Y, cuando programes la consulta con el profesional, averigua si emite una factura por sus servicios. De allí en adelante debes confirmar con tu compañía de seguro que, efectivamente, tengas cobertura. Una vez verificado eso, entonces no debería haber problemas.
En el centro oncológico donde trabajo —y sé que en muchos otros también—, tenemos nutricionistas matriculados disponibles para atender pacientes y no emitimos facturas por nuestros servicios, lo que me complace mucho. Porque realmente da mucha tranquilidad mental y erradica mucho el miedo saber que no habrá que lidiar con facturas adicionales. Si recibes tratamiento para el cáncer, entonces sería genial que visitaras el sitio web de Eatright.org, de la Academia de Nutrición y Dietética, y que, en la esquina superior derecha, hagas clic en el botón “Find a Nutrition Expert” (encuentra una persona experta en nutrición). Luego solo introduces tu código postal de EE. UU. y te aparecerán todos los nutricionistas que ofrecen servicios en tu área y pueden estar disponibles.
A partir de allí, es cuestión de resolver de qué manera te gustaría tener la consulta. A mí me encanta la opción de la telemedicina. He tenido... En mi trabajo como consultora, he tenido el placer de atender a pacientes a quienes se les complican los traslados, porque tienen hijos, porque viven lejos, y poder hablar con ellos y verlos y compartir tu opinión experta, que no necesariamente tiene que darse en forma presencial.
Jamie DePolo: Perfecto. Excelente. Excelente. Me pregunto si en el sitio web de Eatright.org también se podría buscar específicamente a alguien matriculado en Oncología...
Amy Bragagnini: Creo que se puede. Es posible que Oncologynutrition.org también tenga el botón para encontrar expertos, pero, si no, repito, sé que si recibes tratamiento en un centro oncológico, en la mayoría de los centros de los EE. UU. hay nutricionistas matriculados. Así que, si buscas por la palabra “cáncer” y eres parte de un equipo de tratamiento para el cáncer, probablemente tengas acceso.
Pero, si no, ya sabes, creo que cuando estás en tu buscador, si no encuentras lo que necesitas en Eatright.org, siempre puedes escribir el término “nutricionista matriculado local” en el motor de búsqueda y, en caso de que un profesional no aparezca en el sitio web de la Academia de Nutrición y Dietética, puedes encontrarlo de esta otra manera.
También creo que las recomendaciones de otros funcionan bien. Muchas personas consultan con nutricionistas en la actualidad o conocen a alguien que lo hace. Sin embargo, creo que Eatright.org es el mejor lugar para comenzar.
Jamie DePolo: Bien. Te agradezco mucho, Amy. Esto ha sido de mucha ayuda. Aprecio mucho tus opiniones y sé que podría hablar sobre nutrición todo el día, pero, probablemente, sería demasiado. Así que, muchas gracias. Seguro hablaremos de nuevo pronto.
Amy Bragagnini: Muchísimas gracias por tu tiempo. Realmente la pasé genial.
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