¿Qué es la consciencia plena?
Para muchas personas, la consciencia plena o la meditación con consciencia plena puede ser algo intimidante, porque no saben lo que están haciendo o si lo hacen correctamente. Se preocupan porque no logran poner la mente en blanco y se frustran. Si bien la consciencia plena no puede hacer desaparecer el cáncer ni otras enfermedades crónicas, sí puede ayudar a la gente con enfermedades a tener una mejor calidad de vida al aliviar el dolor, el estrés y las preocupaciones.
En el podcast podrás escuchar a Laura explicar lo siguiente:
- Mensaje del patrocinador
qué es exactamente la consciencia plena y la meditación con consciencia plena
- Mensaje del patrocinador
dónde comenzó esta práctica
- Mensaje del patrocinador
algunos mitos frecuentes sobre la consciencia plena
Durante los últimos cinco minutos del podcast, Laura acompaña a los oyentes durante una breve meditación guiada con consciencia plena para que todos puedan probar esta práctica.
Laura Cohen Romano es directora de atención espiritual y conciencia plena de Einstein Healthcare Network. Vino por primera vez a Einstein en 2009 como directora de capellanía, idiomas y cultura, y servicios de voluntariado. Laura comenzó su propio recorrido con la meditación 25 años atrás, y con la meditación con conciencia plena basada en datos científicos hace 12 años. Su pasión por compartir los numerosos beneficios de la conciencia plena la llevó a especializarse en esta área: primero se capacitó como instructora en el instituto Mindfulness Institute de Jefferson Myrna-Brind Center for Integrative Medicine y luego recibió una certificación como instructora del centro Center for Mindfulness de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego.
— Se actualizó por última vez el 17 de enero de 2023, 16:13
Jamie DePolo: Hola a todos. Soy Jamie DePolo, editora sénior de Breastcancer.org. Nuestra invitada de hoy es Laura Cohen Romano, directora de atención espiritual y consciencia plena de Einstein Healthcare Network. Vino por primera vez a Einstein en 2009 como directora de capellanía, idiomas y cultura, y servicios de voluntariado. Laura comenzó su propio recorrido con la meditación 25 años atrás, y con la meditación con consciencia plena basada en datos científicos hace 12 años. Su pasión por compartir los numerosos beneficios de la consciencia plena la llevó a especializarse en esta área: primero se capacitó como instructora en el instituto Mindfulness Institute de Jefferson Myrna-Brind Center for Integrative Medicine y luego recibió una certificación como instructora del instituto Center for Mindfulness de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego. Para Laura, su logro más importante es que todos sepan que adora ayudar a otros a encontrar nuevas maneras de manejar las dificultades que se presentan en la vida, a tener más momentos de paz y alegría, y a disfrutar de los buenos momentos.
Nos informaron que se ha escrito en nuestros foros de discusión, y también lo he oído de otras personas, que la meditación con consciencia plena puede ser intimidante. Muchos no tienen idea de lo que están haciendo o si lo están haciendo correctamente. Se preocupan porque no logran poner la mente en blanco y se frustran. Así que, si bien la consciencia plena no puede hacer desaparecer el cáncer ni otras enfermedades crónicas, sí puede ayudar a quienes les hayan diagnosticado una enfermedad a tener una mejor calidad de vida al aliviar el dolor, el estrés y las preocupaciones.
Hoy Laura nos explicará exactamente qué es la meditación con consciencia plena, derribará algunos mitos frecuentes sobre esta práctica y nos acompañará durante una breve meditación guiada para que tengamos una idea de qué se trata. Laura, bienvenida al podcast.
Laura Cohen Romano: ¡Gracias! Estoy feliz de estar aquí.
Jamie DePolo: Para empezar, ¿puedes decirnos qué es exactamente la meditación con consciencia plena y cómo surgió?
Laura Cohen Romano: Sí, claro. En realidad, la consciencia plena es un estilo de vida que se basa en la práctica continua de prestar mucha atención al momento presente, sin importar lo que esté sucediendo en el cuerpo y en la mente, o cuáles sean nuestras emociones y nuestro entorno. A veces puede sonar un poco ilógico porque, si sentimos dolor físico o emocional, nuestro instinto nos indica que queremos escapar de eso y que desaparezca. Conozco bien esa sensación [risas]. En la consciencia plena, hacemos lo contrario. Ponemos nuestra atención en eso y lo exploramos de una determinada manera. Resulta que de eso se trata la sanación, Aunque no lo parezca.
Jamie DePolo: ¿Cómo surgió? ¿A alguien se le ocurrió esta idea? Tengo la sensación de que es una práctica muy antigua.
Laura Cohen Romano: La consciencia plena existe hace miles de años, y algunos de sus elementos pueden encontrarse en todas las religiones principales: el judaísmo, cristianismo, islamismo e hinduismo. Se encuentra más presente en el budismo, muchas personas lo conocen de ahí. Hay evidencias de esta práctica en algunos trascendentalistas de Estados Unidos incluso a principios del siglo XIX, como Henry Thoreau y Ralph Waldo Emerson, lo cual me parece interesante.
En términos más actuales, creo que esta ola más reciente de consciencia plena surgió a finales de los años setenta. Un hombre llamado Jon Kabat-Zinn, quien trabajaba en la Facultad de Medicina y el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts, comenzó un programa de reducción de estrés de ocho semanas basado en la consciencia plena. Estaba dirigido, en concreto, a pacientes con dolor crónico, cáncer y otras afecciones respecto de las cuales sus médicos les habían dicho que habían hecho todo lo posible por curarlos y que no había nada más para hacer. Esta persona pensó que había algo más que hacer por ellos, que ese no podía ser el final del recorrido de estos pacientes, sino que debía ser el comienzo. Porque ahora habían recibido un diagnóstico, habían recibido un tratamiento. ¿Cómo podían seguir viviendo con eso? Entonces comenzó el programa de ocho semanas, y después se comenzó a estudiarlo arduamente. Hoy hay cientos de estudios al respecto, incluso con mayor fundamento científico que antes. Los estudios muestran resultados positivos en cuanto a la salud física y mental, el estrés y el desempeño laboral. Muchas cosas positivas surgen de esta práctica.
Jamie DePolo: ¡Excelente! He visto algunos de esos estudios. No hay desventajas ni riesgos asociados a la meditación con consciencia plena, ¿verdad? No se me ocurre ninguno.
Laura Cohen Romano: No hay muchos. O sea, cuando enseñamos esta práctica, hacemos algunas investigaciones previas. Si la persona sufrió un evento muy traumático reciente, si recibió determinados diagnósticos psiquiátricos o si presenta un comportamiento suicida activo, ese no es el momento de comenzar a practicar la consciencia plena. Es momento de buscar otro tipo de ayuda. En ese caso, derivamos a la persona a otro sitio. Pero, en la mayoría de los casos, no hay aspectos negativos, ¿parece increíble, verdad? Los medicamentos incluyen una larga lista de efectos secundarios, pero ¿en la consciencia plena? En realidad, no.
Jamie DePolo: ¿Puedes hablarnos sobre algunos de los mitos sobre la consciencia plena que te gustaría derribar? Porque, cuando pregunto eso, la gente pone todo tipo de excusas... pero tú eres la experta. Así que derribemos esos mitos.
Laura Cohen Romano: Antes que nada, te agradezco la pregunta. Quizá debas detenerme porque me apasiona bastante derribar mitos. A medida que la consciencia plena ganó más popularidad, surgieron más mitos al respecto. Y, si bien quienes nos especializamos en esto hace mucho tiempo nos alegramos de que adquiera popularidad, estos mitos nos molestan bastante.
El primero que quiero mencionar es el mito de que la consciencia plena es igual que la relajación, porque creo que en parte eso es lo que impide que algunos realicen esta práctica. Intentan relajarse, se sientan, tal vez comienzan una meditación. (En breve hablaré sobre las otras formas de practicar la consciencia plena). Entonces, la mente empieza a volverlas locas, sienten que no pueden hacerlo porque, después de unos minutos, no se sienten relajadas y plenas. La buena noticia es que el objetivo no es relajarse. Así que, si no te sientes así, no lo estás haciendo mal. Ese nunca fue el objetivo. Puede parecer contradictorio porque, si practicas la consciencia plena muy seguido, con el tiempo, es probable que experimentes más momentos de relajación en tu vida. Pero, cuando te sientas a practicar esta disciplina, debes apartar ese objetivo y debes enfrentar el momento presente una y otra vez.
Se me ocurre un ejemplo que tal vez todos conozcamos. Son las tres de la madrugada, estás tratando de quedarte dormido, pero acabas de despertarte, y tu mente está concentrada en algo y no puedes volver a dormirte. Cuanto más intentas quedarte dormido, menos lo logras. Esto es muy parecido. Si intentas relajarte, eso es precisamente lo que no sucederá, y tampoco es el objetivo. El objetivo es aprender una nueva manera de convivir con lo que tenemos, incluso cuando se trata de preocupaciones, miedos o dolor físico.
Jamie DePolo: No quiero interrumpir, pero debo preguntarte esto. Entonces, el verdadero objetivo es estar presente contigo mismo y con tus sentimientos y emociones. Creo que eso a veces es difícil, en especial, en la sociedad actual, que se centra demasiado en las metas y los logros, y sentimos que debemos hacer algo porque queremos alcanzar esa meta. Al final queremos obtener algo. Y, por lo que dices, esa no es la intención de la consciencia plena. Es simplemente estar presente contigo mismo.
Laura Cohen Romano: Sí, exacto, y estar lo más presente que puedas. Por ejemplo, imaginemos que estoy asustada por algo. Entonces, la emoción que siento es miedo. Por lo general, sin importar cuál sea la causa del miedo, el sentimiento, la emoción o los pensamientos asociados me dominan, y no soy siquiera consciente de lo que pasa en mi cuerpo en ese momento. Entonces cuando siento miedo, en lugar de intentar taparlo o fingir que no está ahí, porque, ya sabes, debería ser más fuerte o lo que sea, me digo a mí misma esto: “Bueno, siento miedo. Vamos a explorarlo. ¿Qué más hay? ¿Qué acompaña a ese miedo?”
Entonces quizás noto que estoy contrayendo los músculos del abdomen y antes no lo había notado. Al darme cuenta, aparece la posibilidad de elegir, ¿verdad? Si no notaba que estaba contrayendo los músculos, entonces no podía dejar de hacerlo. Ahora que lo noto, puedo relajarlos un poco, aunque el miedo esté ahí, puedo elegir relajar los músculos del abdomen. En un principio, comenzar a notar esto podría servir para aliviar cualquier molestia estomacal que estaba acompañada del miedo, ya sea a corto plazo o incluso más si ya tenía problemas estomacales. Y otras veces, al realizar esos pequeños ajustes en el cuerpo, descubro que también se produce un cambio en el patrón de mis pensamientos o emociones, y tal vez siento algo de alivio. O tal vez no, pero eso también está bien.
Simplemente sigo explorando lo que se siente estar presente con todo eso, porque dedicamos mucha energía a combatirlo, ¿Correcto? Intentamos combatir las cosas que no nos gustan. Las alejamos, tratamos de resistirlas. Los oyentes no pueden verme, pero literalmente estoy tomando mi mano y alejándola, porque eso es lo que hacemos con el cuerpo cuando no nos gusta algo. Y eso consume energía, la cual podríamos invertir en sanarnos. Si dejamos de combatir un poco, abandonamos la lucha, entonces ahorramos energía que antes no estaba disponible.
Jamie DePolo: Disculpa, antes te interrumpí. ¿Puedes hablarnos de algunos mitos sobre la consciencia plena?
Laura Cohen Romano: Otro de los mitos es que tienes que hacer todo sumamente despacio, ¿verdad? [risas]. La gente tiene esta idea de que, por ejemplo, debes caminar con consciencia plena y avanzarás, quizás, tres pasos por kilómetro. Sí es cierto que, en la práctica, a veces disminuimos la velocidad porque nos ayuda a estar más atentos. Nos ayuda a entrenar la mente para que preste atención. Del mismo modo que entrenamos el cuerpo con entrenamiento de fuerza para que sea más fuerte, la mente necesita entrenamiento para poder prestar atención y concentrarse. Entonces en algunas prácticas disminuimos la velocidad, pero es posible estar conscientes de lo que sea a cualquier ritmo.
La alimentación consciente es otro ejemplo en el que la gente cree que no tendrá tiempo de comer con consciencia. Creen que tardarán dos horas en terminar un plato cuando apenas tienen 15 minutos. Y, de nuevo, practicar la alimentación consciente despacio cuando tienes tiempo puede ser maravilloso. También puedes practicar estar presente cuando comes a un ritmo normal. Observar los aromas, el sabor y el gusto. Notar el aspecto de los alimentos, prestar atención a todo lo que sea necesario. Ese es otro de mis mitos favoritos:
cuando practicas la consciencia plena, te conviertes en una especie de zombi. Tal vez sea exagerado, pero existe esta creencia de que no podrás prestar mucha atención a todo lo demás, ¿no? Porque estarás tan tranquilo que, si sucede algo verdaderamente malo, como una injusticia social o un asunto personal, no te enojarás lo suficiente como para reaccionar.
En mi experiencia, sucede exactamente lo contrario. Cuando practicas la consciencia plena, he observado, en mi caso y en el de otras personas, que la decisión de cuándo y cómo actuar surge desde un lugar más equilibrado, y el resultado suele ser más eficaz. Por lo tanto, no dejan de importarte las cosas. De hecho, mi esposo sería el primero en decirte que esta práctica no te convierte en una persona calmada y tranquila todo el tiempo [risas]. Si antes eras una persona apasionada, seguirás siéndolo. Es solo que tienes más opciones disponibles respecto de cuándo y cómo expresarte y respecto de qué deseas expresar. Creo que todos conocemos ese sentimiento cuando dices algo abruptamente y desearías no haberlo dicho o desearías no haber enviado ese correo electrónico o ese mensaje de texto. La consciencia plena te brinda más momentos de elección consciente para que puedas darte cuenta cuando tal vez el momento o la manera no son los adecuados para expresarte.
Jamie DePolo: Tengo una pregunta sobre un mito que me han preguntado y es esta idea de que, cuando practicas la meditación con consciencia plena, debes sentarte en el piso solo, en una habitación oscura, en la posición de loto y mirar fijamente la pared. En lo personal, creo que es un mito, y dejaré que lo expliques mejor, porque me di cuenta de que practico mejor la consciencia plena cuando estoy paseando a mi perro porque estoy presente en el momento. Observo todo lo que pasa alrededor. Presto atención a mi perro y a lo que quiere, así que, para mí, esa es la mejor manera de hacerlo.
Laura Cohen Romano: Sí. Me encanta que hayas hecho esa pregunta. Sin dudas, es otro mito. Antes que nada, quien les habla nunca se ha sentado en la posición de loto [risas] y no podría hacerlo por mucho que lo intentara. Y para quienes pueden hacerlo, está muy bien, pero no es un requisito de la práctica de la consciencia plena. De hecho, ese es otro mito, que la consciencia plena y la meditación son sinónimos. Como dije antes, la meditación con consciencia plena es solo una forma de practicar esta disciplina, y puedes hacerlo sentado en una silla. Incluso puedes hacerlo acostado en la cama o de pie, pero es solo una de varias formas. Hay cientos de tipos de meditación, y la meditación con consciencia plena es solo un tipo.
Hay muchas prácticas diferentes: nos gusta hablar de práctica formal e informal. La práctica formal puede ser, por ejemplo, cuando te sientas a practicar la meditación con consciencia plena; pero hay otros tipos, como la meditación con caminata consciente, los movimientos conscientes, como el yoga o los estiramientos suaves o simplemente estirar el cuerpo pero de manera bien consciente. Esas son prácticas formales que decides hacer todos los días durante 10 o 20 minutos.
Pero lo que contaste sobre sacar a pasear a tu perro, lo cual me encantó, de eso se trata la práctica informal de la consciencia plena, y puedes hacerlo con todos los aspectos de tu vida. Esa es la idea, ¿no? Incluso si eliges practicar la meditación, no lo haces para convertirte en un gran meditador. Meditas para que, cuando hables con un ser querido, sea más probable que le prestes atención. O para que, cuando sientas dolor, no te pongas rígido y tenso, lo cual empeora la situación. Está el dolor original y también está el dolor que sumamos nosotros y que puede agravar las cosas.
Por eso, incluso cuando meditas, lo haces para lograr tener consciencia plena en tu vida, como el ejemplo de tu mascota. Y puedes lograrlo con cualquier cosa. Pasear el perro es un gran ejemplo, como también lo es tomarse un té o un café. En las clases, a veces recomendamos que la gente se lave los dientes con consciencia plena, pues de todos modos es una tarea que hay que hacer. ¿Qué tal si usamos esa actividad para entrenar a nuestra mente para que preste atención al sabor de la pasta de dientes, la temperatura del agua y el cepillo sobre las encías?
En la práctica, notamos que nuestra mente se dispersa hacia la lista de compras o hacia una conversación difícil que tuvimos con alguien, y esto no es un problema, es algo que sucederá. Es lo que hace nuestra mente. Entonces volvemos a prestar atención al momento presente una y otra vez. Ya sea lo que ves cuando paseas a tu perro, la sensación del cepillo sobre la encía, el aroma o el sabor de esa taza de té o café, o lo que sea que haces todos los días. Eso es la consciencia plena. Es el objetivo de todas las distintas prácticas, prestar más atención a lo que estamos haciendo cuando realizamos actividades durante el día.
Jamie DePolo: Eso es maravilloso. Si alguien quiere practicar más la consciencia plena, pero se preocupa porque no sabe si lo está haciendo bien o no sabe cómo empezar, ¿le sugerirías que comenzara con actividades cotidianas? Como las cosas que mencionaste antes: lavarse los dientes, tomar un café o té por la mañana o algo que hagas todos los días con lo que puedas practicar la consciencia plena como para empezar y luego extenderlo a otros aspectos. ¿Qué recomiendas tú?
Laura Cohen Romano: Sí, hay muchas posibilidades. Tú mencionaste una. Yo no recomiendo planificar hacerlo con alguna actividad cualquiera, porque la intención puede ser genial, pero también puede quedar olvidada en el ajetreo del día. En ese caso, practicar la consciencia plena se suma a la lista de obligaciones. Mi consejo es ser más específico, elegir una actividad determinada y decir, por ejemplo: “Esta semana practicaré la consciencia plena cuando saque a pasear el perro, tome una taza de té, me lave los dientes, me dé una ducha o me peine”. Así serás consciente de que habrás elegido un momento del día para hacerlo. La consciencia plena está muy vinculada a la intención, en verdad, se trata de tomar la decisión de prestar atención. Y eso sin dudas es una manera de empezar.
Otra manera posible, si la persona quiere profundizar en esta práctica, es tomar clases con un instructor. Esto siempre ayuda a despejar dudas y a responder preguntas, contar con alguien que te guíe.
Hoy hay muchas aplicaciones móviles que ofrecen distintas prácticas guiadas. Esas aplicaciones son otra posibilidad. Contamos con una lista en la que describimos las ventajas y desventajas de las diferentes aplicaciones. Es muy subjetiva, pero mucha gente dice que es útil. Puedes configurar un cronómetro (5, 10 o 20 minutos), sentarte y proponerte estar presente en ese momento. Al principio quizás puedes prestar atención a lo que ves, los sonidos, los aromas, el sentido del tacto, las manos sobre los muslos, el cuerpo en la silla. Y luego puedes observar los pensamientos que llegan y se van sin intentar nada… Tu única intención debe ser observar todo, como cuando ves una película en el cine? Debes ver lo que se presenta y reaccionar lo menos posible. Si te das cuenta de que estás emitiendo algún juicio, solo sé consciente de eso, nos sucede a todos. Así que solo nótalo y vuelve a concentrarte en la experiencia, en el momento presente.
Jamie DePolo: Según tu opinión, ¿debe hacerse todos los días?
Laura Cohen Romano: La constancia ayuda bastante. Los estudios demuestran que esto se debe en parte a que, cuando practicamos la consciencia plena, en realidad, estamos reconectando nuestro cerebro. Es decir, estamos creando nuevos patrones de activación neuronal. Podrías hacer un podcast entero acerca de la neurociencia de la consciencia plena, así que no profundizaré mucho más en el tema. Pero estamos reconectando nuestro cerebro, ya que en realidad la mayor parte del tiempo estamos en piloto automático. Pasamos gran parte del día en piloto automático. Al prestar atención al momento presente, empezamos a darnos cuenta de muchas de estas acciones automáticas, entonces se abre la posibilidad de poder elegir.
Por ejemplo, en la comunidad del cáncer de mama, muchas veces digo que, cuando comenzamos a notar todos estos pensamientos y sentimientos que llegan, vemos de verdad si el piloto automático está ahí para hacernos avanzar sin importar lo que pase, ¿no? Solo seguir avanzando. Y quizás, al familiarizarnos con el momento en que surgen estas situaciones, podemos ver que es solo un patrón de activación neuronal que se ha desarrollado en nuestro cerebro durante muchos años. Y tal vez podemos elegir hacer las cosas de otra manera. Quizás sería una buena idea aceptar ayuda externa. O todo lo contrario, alguien que debe bajar el ritmo o alguien cuyo cerebro está más programado para aislarse y no hacer contacto con nadie. Simplemente notar esto puede servir para darnos cuenta de que tenemos otras opciones.
Respondiendo tu pregunta, cuando practicamos todos los días (o casi todos, la mayoría se saltea un día de vez en cuando) o con cierta regularidad y constancia, es ahí cuando comenzamos a desarrollar nuevos patrones cerebrales. Notamos los antiguos patrones con más claridad y comenzamos a formar los nuevos. En mi opinión, es mejor practicar la consciencia plena 5 o 10 minutos al día todos los días, o lo más seguido posible, que hacerlo una vez por semana durante 40 minutos. Creo que la constancia es lo que produce mejores resultados.
Jamie DePolo: Si la memoria no me falla, los estudios e investigaciones demostraron que solo cinco minutos al día pueden ayudar a aliviar el dolor, el estrés o la ansiedad, tal como dijiste, ayudan a reconectar el cerebro y a sentir las cosas de manera diferente.
Laura Cohen Romano: Esto se construye poco a poco, porque experimentas algunos minutos de una sensación distinta. Cuando te detienes y prestas realmente atención, comienzas a notar cosas nuevas. Y quieres experimentarlo más seguido. Entonces, como lo practicaste 10 minutos en la mañana, más tarde o en un momento difícil, te encuentras haciendo una pausa, respirando hondo y prestando mucha atención, en lugar de atravesar el momento, lo cual suele ser contraproducente más adelante.
Jamie DePolo: Hablamos bastante sobre qué es y sobre cómo hacerlo. Para que los oyentes puedan experimentarlo, ¿podríamos hacer una breve meditación guiada todos juntos?
Laura Cohen Romano: Claro, me encantaría, ¿cinco minutos está bien?
Jamie DePolo: Desde luego.
Laura Cohen Romano: Bien. Quiero invitar a todos los que están escuchando a sentarse en una posición cómoda. O, si lo prefieres, puedes acostarte boca arriba. Si tienes la espalda tensionada, dobla las rodillas y apoya las plantas de los pies en el piso. Si estás sentado, acomoda los pies en el piso, tómate un momento para conectarte con la posición en la que estás. Muchas veces estamos sentados, pero no prestamos atención. Entonces, sé consciente de cómo hace contacto el cuerpo con la silla. Siente la parte trasera de los muslos y el trasero apoyados en la silla. Tal vez una parte de la cadera o de la espalda. Intenta sentir el apoyo que te brinda la silla.
Tómate un momento para observar si algún músculo está más tensionado de lo normal en este momento. Piensa en esos lugares que suelen tener tensión adicional, como la mandíbula y los hombros. Si es así, intenta liberar la tensión lo más que puedas. Observa el abdomen, en especial, las mujeres a veces presionamos el abdomen sin darnos cuenta. Fíjate cómo está en este momento.
Presta atención a todo tu cuerpo mientras estás sentado en la silla. Puedes imaginar la forma de tu cuerpo en tu mente. Los ojos pueden estar cerrados (mucha gente lo prefiere) o abiertos, con la mirada relajada hacia abajo. Intenta imaginar que ves tu cuerpo o que lo sientes sentado allí desde una corta distancia. Te encuentras sentado en alerta. Algunos instructores de meditación lo llaman “la postura de la realeza”. Solo sentarse así puede producir un cambio, con el cuerpo y los hombros relajados.
Cuando estés listo, sin hacer ningún cambio, presta atención a la sensación física que produce inhalar y exhalar, donde te sea más fácil sentirlo. Intenta descartar pensamientos sobre dónde deberías sentir la respiración o sobre dónde la sientes normalmente, y trata de identificar dónde sientes más la respiración en este momento. ¿Sientes el aire en las fosas nasales, el pecho que se expande y se contrae o el abdomen que sube y baja? No se trata tanto de la respiración en sí, sino de la sensación que te produce.
Si tu mente está llena de pensamientos o si te cuesta sentir la respiración, puede ayudar colocar una mano o ambas manos en el abdomen para sentir los movimientos del cuerpo que acompañan a la respiración. Notarás que la mente tiene la tendencia natural a alejarse de la respiración y focalizarse en un pensamiento, un sonido o una sensación del cuerpo. Es totalmente normal. No necesitas resistirte. Solo observa a dónde se fue la atención de tu mente. Puedes ponerle un nombre corto a lo que observas, como planificación, ensoñación, repaso mental, comezón, sonido, lo que sea. Una vez que lo hayas nombrado, vuelve a la sensación física de cada inhalación y exhalación. Deja que los sonidos, los pensamientos y las sensaciones corporales lleguen y se vayan, sin prestarles atención. Tu principal foco ahora es inhalar y exhalar. No importa si debes dirigir la atención a la respiración 50 o 100 veces más. No lo estás haciendo mal, solo es parte de la práctica.
Ahora vuelve a dirigir tu atención a cómo se siente todo tu cuerpo sentado en la silla, siente las partes del cuerpo que están en contacto con la silla. Siente los pies sobre el piso. Puedes sacudir suavemente las manos y los pies, mover un poco el cuerpo después de la inactividad. Si tenías los ojos cerrados, ábrelos. Si tenías la mirada relajada hacia abajo, puedes levantar la vista.
Espero que los oyentes hayan podido hacerse una idea de esta práctica.
Jamie DePolo: Eso creo. Todos lo hicimos y lo hicimos bien. Nadie lo hizo mal, y tuvimos una idea de la calma que podemos experimentar, o no, porque realmente no es ese el objetivo, o quizás una noción de cómo podemos sentirnos cuando practicamos la consciencia plena.
Laura Cohen Romano: Sí, y déjame hacer una última aclaración. Es posible que muchas personas tengan dificultades para concentrarse en la respiración o tal vez alguien tiene un resfrío y lo último que quiere hacer es dirigir su atención a la respiración. Así que no tiene que ser la respiración. No tiene nada de mágica, usamos eso porque está disponible las 24 horas, es gratis, etc. Suele ser maravilloso. Una de las cosas que me encanta usar es el sonido. Sentarme y recibir el sonido, separar los pensamientos sobre el sonido, determinar cómo es, si me gusta o no, prestar atención a estas cosas. Los pensamientos aparecerán, pero me concentro en reconocerlos y en dirigir la atención otra vez a los sonidos en sí, el tono, la tonalidad, el volumen, el vaivén de los sonidos. Puede ser muy agradable. A veces escucho los autos afuera, en la calle donde vivo, y suenan como el océano, porque no les pongo nombres: autos, tráfico, etc. Solo escucho los sonidos. Puedes elegir cualquier cosa como tu foco principal, no tiene que ser la respiración.
Jamie DePolo: Ah, bien. Laura, muchísimas gracias. Creo que ayudará a muchas personas, y sé que hay muchos recursos disponibles en tu sitio web de Einstein, el cual me complace compartir, si alguien quiere obtener más información. Muchas gracias por acompañarnos hoy.
Laura Cohen Romano: Muchas gracias por invitarme. Fue un placer.
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