Rowan Chlebowski: Hola, soy Rowan Chlebowski, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Los Ángeles, en el Centro Médico de Investigaciones de Harvard UCLA, y queremos informar sobre los resultados del último análisis de datos de Women’s Health Initiative. Estamos estudiando... en 1993 randomizamos 48,835 mujeres posmenopáusicas entre las edades de 50 y 79. Estas son mujeres que no habían tenido un diagnóstico previo de cáncer de mama ni mamografías normales. Nosotros las aleatorizamos para una intervención alimentaria enfocada en la ingestión de pequeñas cantidades de grasa, y mayores cantidades de frutas, vegetales y granos, es decir, algo muy similar a la dieta DASH para las enfermedades cardiovasculares, con un poco más de énfasis en la grasa total, frente al grupo dietario de comparación habitual. La intervención duró ocho años y medio. Ahora, después de un seguimiento de una media de 19,6 años, hemos obtenido una reducción estadística significativa en las muertes por cáncer de mama del 23 %. Esta es la primera intervención de cualquier clase, incluyendo la quimioterapia preventiva, en la que se ha podido establecer este criterio de valoración. Ahora —y este no era un objetivo de la intervención— las mujeres perdieron 3 % de su peso corporal. La diferencia de peso se mantuvo. Pero cuando la consideramos en el ajuste, los resultados no cambiaron. Un efecto importante fue la reducción de los tipos de cáncer de mama positivos/negativos para receptores de estrógeno.
Siempre puede pensar que el motivo fue que las pacientes modificaron su alimentación. Pero cuando tenemos 19.540 mujeres que bajaron el 3 % de su peso corporal, frente a 29.294 que no bajaron de peso, tendríamos que imaginarnos una enorme conspiración en la que todas estas mujeres se unieron. Entonces, es cuestión de saber qué sucedió y, en realidad, se trata de moderación alimentaria. Es posible lograrlo si empiezas a usar productos lácteos bajos o libres de grasas, reduces las porciones de carne y comes frutas, verduras y granos; la mayoría de nosotros puede hacerlo. Y fueron 19.000 personas quienes lo hicieron, así que el resultado nos alegra mucho. Creemos que esto debe formar parte de algunos lineamientos.
Jamie DePolo: ¿Y cómo lograron que las mujeres redujeran la grasa en sus dietas? ¿Las asesoraron? ¿Mediante llamadas telefónicas? ¿Cómo se hizo?
Rowan Chlebowski: Sí, esto fue algo muy intenso. Hicimos 18 visitas cada 3 semanas en el primer año, para un grupo de 12 a 16 mujeres. Y previamente habíamos desarrollado y validado un plan de intervención, así que teníamos componentes individuales designados cada una de las veces, y existía motivación conductual con la esperanza de que continuara después. Entonces, teníamos visitas trimestrales hasta el final de la intervención alimentaria, pero ningún contacto con los nutricionistas después de ocho años y medio. Y es algo notable que esa diferencia se mantenga.
Jamie DePolo: ¿Y qué pasa con el ejercicio? ¿Formó parte de eso?
Rowan Chlebowski: No, el ejercicio no fue un componente. Estamos observando el ejercicio ahora. No había mayores diferencias al inicio, pero siempre, para toda intervención en el estilo de vida, nos hacemos la pregunta de si también se va a involucrar la actividad física.