SABCS 2020: suplementos luego del cáncer de mama
En el Simposio sobre Cáncer de Mama de San Antonio del año 2020, se presentaron los resultados de un estudio sobre el uso de suplementos dietarios en sobrevivientes de cáncer de mama y sobre su posible interacción con el tamoxifeno y los inhibidores de la aromatasa. Maura es la investigadora principal del estudio.
En este episodio, Maura explica lo siguiente:
- Mensaje del patrocinador
la importancia de informar a tu médico o a un nutricionista matriculado con experiencia en oncología sobre todos los suplementos que tomes
- Mensaje del patrocinador
por qué algunas personas reciben una mayor cantidad de un suplemento específico de lo que piensan
- Mensaje del patrocinador
consejos para mujeres que recibieron tratamiento por cáncer de mama y están analizando la posibilidad de tomar suplementos
Maura Harrigan es nutricionista matriculada especializada en investigación oncológica y gerente de proyectos en la Facultad de Medicina de Yale. También ejerce como nutricionista matriculada en la Clínica de Supervivencia del Centro Oncológico Yale.
— Se actualizó por última vez el 16 de agosto de 2024, 19:51
Jamie DePolo: Hola. Como siempre, gracias por estar del otro lado.
Maura Harrigan es nutricionista matriculada especializada en investigación oncológica y gerente de proyectos en la Facultad de Medicina de Yale. También ejerce como nutricionista matriculada en la Clínica de Supervivencia del Centro Oncológico Yale.
En el Simposio sobre Cáncer de Mama de San Antonio del año 2020, se presentaron los resultados de un estudio sobre el uso de suplementos dietarios en sobrevivientes de cáncer de mama y sobre su posible interacción con el tamoxifeno y los inhibidores de la aromatasa. Maura es la investigadora principal de este estudio y hoy nos acompaña para hablar sobre los resultados. Bienvenida al podcast, Maura.
Maura Harrigan: Muchas gracias, es un placer estar aquí.
Jamie DePolo: Para comenzar, por si alguien no lo conoce, ¿podría darnos un resumen general del estudio? Entiendo que el análisis del uso de suplementos es parte de un estudio más grande. ¿Es correcto?
Maura Harrigan: Sí. La recopilación de datos sobre el uso de suplementos dietarios es una especie de apéndice del estudio. El estudio se llama LEAN, por la sigla en inglés de “estilo de vida, ejercicio y nutrición”, y es una intervención sobre estilo de vida saludable para mujeres que terminaron su tratamiento por cáncer de mama. En un principio, se concentraba en la pérdida de peso, ya que hemos observado que las mujeres que reciben tratamiento contra el cáncer de mama suelen subir de peso durante el tratamiento y, luego, ese aumento de peso eleva el riesgo de recurrencia. Esa sería la premisa del estudio, y lo diseñamos en base al programa de prevención de diabetes, adaptándolo a la población con cáncer de mama.
Se trata de una intervención muy eficaz de alimentación saludable y ejercicio para controlar el peso. Como parte de nuestra recopilación de datos, además del cuestionario sobre frecuencia de comidas (FFQ, sigla en inglés), que es un registro de comidas validado, diseñamos un cuestionario sobre medicación y suplementos para el estudio. Entonces, les pedimos a las mujeres que informaran su uso de suplementos al inicio. Y, la verdad, fue revelador.
Jamie DePolo: Bien. Hablemos de los resultados. Si recuerdo correctamente, vieron que aproximadamente 80 % de las mujeres usaban suplementos. Al menos uno.
Maura Harrigan: Sí. Sí. Es un uso muy difundido. Para ponerlo en contexto, en Estados Unidos el 50 % de los adultos usan suplementos. Se trata de un mercado amplio. Y los sobrevivientes de cáncer tienen un consumo aún mayor.
En promedio, aproximadamente el 70 % de las personas sobrevivientes de cáncer consumen suplementos alimenticios. Entonces, vimos en esta instantánea, como me gusta denominarla, en que el 80 % de las mujeres que participaban en el estudio usaban suplementos dietarios. Para comenzar, vamos a definir qué son los suplementos dietarios: incluyen vitaminas, minerales y preparaciones herbales. Es una definición legal implementada por la Ley DSHEA de 1994, para tenerlo en cuenta, y destaco que es una disposición legal porque fue lo que puso en marcha el enorme mercado de suplementos dietarios sin regulación.
Jamie DePolo: Claro. Eso es lo que iba a preguntarle.
Maura Harrigan: Es como la ley de la selva.
Jamie DePolo: Claro, porque ninguno de estos suplementos necesita aprobación de la FDA. Es algo voluntario, por lo que sé, en algunos casos específicos, pero no es algo general. Ni siquiera es posible saber con certeza que lo que dice en la etiqueta coincide con lo que hay en el paquete, en la pastilla o en el concentrado.
Maura Harrigan: Correcto. Entonces, esa ley DSHEA clasifica los suplementos. No solo los define, sino que los clasifica como alimentos y no medicamentos, por lo que no están regulados por la FDA. El único caso en el que la FDA intercede es cuando se informa un evento médico a partir del uso, y allí la FDA investiga, pero debe ser un evento informado por un consumidor. Por lo tanto, no hay requisitos de seguridad que el fabricante deba cumplir para llevar el producto al mercado.
Es algo peligroso. Y, como dijiste, hay problemas con el contenido y el etiquetado, y también con el contenido real del suplemento. Hay varios problemas al respecto. Muchas personas no están al tanto, pero estos suplementos en realidad son como agentes farmacológicos, aunque no se los considere así. Por eso queríamos recabar estos datos como parte del estudio y establecer una conexión, porque no son benignos. No quiero decir que todos los suplementos sean innecesarios. Son útiles, pero se necesita algún discernimiento. Por eso, es necesario informar su uso al médico. Y también es muy útil contar con un nutricionista. Además, trabajamos con alguien especialista en farmacéutica oncológica.
Analizamos estos suplementos, hacemos una verificación cruzada con los tratamientos que reciben los pacientes, en particular los tratamientos hormonales, como hicimos con los inhibidores de la aromatasa y el tamoxifeno, y observamos interacciones de las cuales los pacientes no tienen conciencia. Por eso queremos dar a conocer este tema. Son cuestiones sobre las que los médicos no suelen estar al tanto. El problema es que se crea una situación donde la idea es no preguntar y no informar. Los pacientes no informan, y los profesionales de atención sanitaria no preguntan. Es algo que necesitamos corregir, pero implica ciertos desafíos.
En el estudio, al preguntar mostrábamos una lista de preparaciones herbales, vitaminas y minerales. Era una lista bastante larga, de unas 50 preparaciones diferentes, para refrescarle la memoria a la gente, ya que usábamos un método de autoinforme, que tiene sus propios problemas. Lo que observamos es que nadie usaba dos tercios de las preparaciones herbales de la lista, y que luego agregaron unas 25 formulaciones más a la lista. Es una situación muy fluctuante, cada instantánea muestra algo diferente. Y eso es otra cuestión para tener en cuenta. Se trata de un mercado muy cambiante, con un uso fluctuante y sujeto a las limitaciones del autoinforme. Entonces, hay que investigar y llegar a esa información.
Me gustaría hacer una acotación sobre la COVID-19, una actualización: Ahora, en mi trabajo, hago teleconsultas. ¡Me encanta! En cuanto a los suplementos, les pido a los pacientes que abran su botiquín y las alacenas, y que saquen los frascos y me muestren las etiquetas. Es como una visita al hogar. He obtenido informes de mejor calidad y con más precisión sobre el uso de suplementos, y así logramos una interacción mucho más eficaz. Por eso, es algo que voy a mantener en el futuro.
Jamie DePolo: Claro, es muy interesante. Puede ver realmente qué pasa. Quizás alguien dice “tomo zinc”, por ejemplo, pero el comprimido puede tener otros componentes y no lo hubiera sabido si no veías el frasco.
Maura Harrigan: Estás destacando un punto muy relevante, ya que a veces la gente no está al tanto de que un frasco puede tener varias formulaciones. Quizás tienen tres frascos, y en los tres hay vitamina A. Lo denominamos acumulación de nutrientes. En esos casos, es muy fácil consumir en exceso, porque también puede ser excesivo. Se puede superar el límite máximo de tolerancia definido para algunos de estos micronutrientes.
Por eso, una de las cosas que controlo es la acumulación de nutrientes. Puede haber una dosis excesiva, especialmente de lo que denominamos vitaminas solubles en grasa, que son las vitaminas A, D, E y K, y que se acumulan en el hígado, que no excreta lo que no necesita. En esas situaciones puede haber toxicidad hepática e interacciones con otros medicamentos, a diferencia de lo que ocurre con las vitaminas solubles en agua, cuyo exceso se excreta en la orina. Suelo decirle a mis pacientes: “En este momento, tu orina tiene muchos nutrientes, es muy costosa”.
Jamie DePolo: Me gusta. Está muy bien.
Maura Harrigan: Esa idea suele ayudarles a repensar sus hábitos.
Jamie DePolo: Desde luego. Tengo una duda. Con el estudio, dado que 80 % claramente es una gran proporción de personas que usan suplementos, hay dos ideas que me vienen a la mente. Primero, como algunos de estos productos, y más los suplementos que las vitaminas, se comercializan como “naturales” o como “algo que viene de la naturaleza”, muchas personas no creen que puedan provocar algún daño. Y, segundo, ¿se analizó de alguna manera por qué las mujeres tomaban suplementos? Algo me dice que seguramente quieren mantenerse saludables. Se están recuperando de un cáncer. Quizás todavía están en tratamiento, como la terapia hormonal, y piensan: “Tengo que estar lo más saludable posible, así que tomaré esto”.
Maura Harrigan: Sí, les pedimos que indiquen el motivo por el que los usaban y los clasificamos. Algunas los usaban para mejorar el estado óseo. En esos casos, usaban calcio y vitamina D. Pero la mayoría informaban tomarlos para evitar la recurrencia de cáncer. Y hay algo muy claro en los estándares que impulsan la Sociedad Americana contra el Cáncer, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer y el Instituto Americano de Investigación Oncológica: Los suplementos alimenticios no deben usarse como protección contra el cáncer. Es muy claro.
Pero ese mensaje no le llega al público. Los toman con buenas intenciones. Esto es algo que quiero dejar claro, porque al aconsejar a alguien al respecto hay que recordar que actúa con buenas intenciones y respetar eso. Hay que valorar que la persona está haciendo un esfuerzo y que lo hace por su cuenta, que solo tenía la información que estaba disponible, y que gran parte de esa información disponible no se basa en datos científicos o incluso es errónea. Entonces, hace lo mejor que puede y debemos valorarlo, no podemos menospreciar sus acciones. Hay que abordar el tema reconociendo que la persona está haciendo un esfuerzo y que está interesada en hacerlo. Siempre digo: “Mi trabajo es asegurarme de que no tomes nada que interfiera en la acción de otro medicamento o producto que te hayan recetado”. Y cuando lo pones en ese contexto, la persona está dispuesta a oír lo que tienes para decir.
Mucha gente cree firmemente en esos suplementos, y esa creencia es importante. Esa creencia importa y tiene su valor. No podemos despreciarla. Hay cierto arte en este asesoramiento. Siempre lo describo como una negociación en la que analizamos la situación y decimos: “Muy bien, esto no hace daño. Esto es lo que necesitas. Pero esto otro podría interferir en los demás tratamientos”. Y así la persona está más dispuesta a oír y hacer un cambio favorable.
Jamie DePolo: Muy bien. Y siguiendo esa idea, creo que la vitamina D era el suplemento más frecuente en la instantánea del estudio. Ya que habla de la variedad de información disponible, hay estudios que sugieren que la vitamina D podría reducir el riesgo de cáncer. Entonces, claro, si a alguien le diagnosticaron cáncer, es normal que piense: “Bueno, entonces podría reducir el riesgo de recurrencia, ¿no?”. Puedo entender cómo mucha gente hace esa extrapolación en la cabeza. En otros estudios se demostró que, con un nivel bajo de vitamina D, algunos tratamientos pierden algo de eficacia.
Hay muchos datos contradictorios dando vueltas. Y, como dice, puede ser muy difícil interpretarlos porque se difunde una noticia, y luego otra que la contradice. Podríamos decir: “Bueno, lo último que escuché era que esto era bueno, así que voy a probarlo. Mal no me puede hacer, ya que es natural”. ¿Cuál sería su recomendación? Debe ser difícil.
Maura Harrigan: Es difícil. Es un desafío. Las investigaciones sobre la vitamina D todavía no tienen resultados concluyentes. Cuando los medios difunden estudios, no suelen proporcionar el contexto, como aclarar que se trata de una investigación en curso. Y resulta difícil que alguien no especializado comprenda que se trata de solo un aspecto de una investigación, pero que hay más preguntas al respecto.
Lo que le diría al público... Cuando alguien me consulta, la primera pregunta sobre nutrición suele ser: “¿Qué suplementos debería tomar?”. Pero no “¿qué alimentos debería comer?”. Y creo que eso revela una idea generalizada sobre la nutrición. Es interesante. Por eso intento explicar que los micronutrientes que incluyen los suplementos no funcionan de la misma manera que los micronutrientes de los alimentos naturales. El cuerpo no los procesa de la misma forma. De hecho, el cuerpo puede aprovechar con mucha mayor facilidad los nutrientes de los alimentos naturales, mientras que procesa los suplementos como medicamentos.
No hay nada que reemplace el poder de la Madre Naturaleza, que incluye todos los nutrientes en un conjunto de alimentos que tienen fibra, fitonutrientes, probióticos y agentes antiinflamatorios. Vienen todos juntos. Cuando comienzo a hablar de la comida en estos términos, suelo ver un cambio. La gente entiende que la comida sí tiene todas esas cosas que buscaban. Y, en realidad, la mayoría de las personas no comen bien. No comen una dieta rica con frutas y verduras nutritivas. Entonces, los orientamos en esa dirección, porque pueden hacer mucho, y estar mejor, con lo que denominamos dieta a base de plantas.
Para la mayoría, hay muchos aspectos que mejorar en ese sentido. Y suelen reconocerlo, aunque piensan que no es suficiente. Mi tarea es mostrarles que sí, que es suficiente. De hecho, es mejor. Con esto no quiero decir que no se puedan usar suplementos, pero deberían usarse para corregir deficiencias. Ese fue su origen. Se indicaban suplementos a partir de las deficiencias. Corregir una deficiencia es importante, pero eso no significa que más sea mejor.
Jamie DePolo: Claro. Esa es una idea típicamente estadounidense: “Si uno es bueno, 10 son mejores”.
Maura Harrigan: Claro. Exactamente.
Jamie DePolo: Esta es mi opinión personal: A veces siento que para la gente es más fácil, o preferible, decir: “Voy a tomar una pastilla. No quiero cambiar mi dieta. No quiero hacer ejercicio. Prefiero tomar una pastilla y listo”. ¿Cómo podemos revertir esta mentalidad?
Maura Harrigan: Ese también es un desafío. Y buena parte del sistema médico se basa en tratar cosas con una pastilla. Entonces, se supone que ese es el poder de los medicamentos con receta y se extiende esa idea.
Yo lo abordo de otra manera, especialmente con los sobrevivientes de cáncer en tratamiento activo. Les digo: “Te rodea un equipo de expertos. Tienes un oncólogo médico que supervisa la quimioterapia. Tienes un cirujano. Un radiólogo. Y todos son expertos en lo suyo, y los cuidados que recibes son de última generación. Pero tu contribución a tu cuidado es la manera en que nutres el cuerpo y lo mueves. Al nutrirlo y ejercitarlo, haces que se vuelva más resiliente y más receptivo a estos tratamientos. Esa es tu contribución a tu cuidado. Tú eres parte del equipo y solo tú puedes hacer esto”.
Y eso resuena en muchas personas de manera positiva, porque lo ven como “Vaya, tengo control sobre esto, porque con todos los otros tratamientos, solo voy donde me dicen, cuándo y dónde me dicen, y lo hago”. Pero ejercer control sobre el propio cuerpo, la propia nutrición y el propio ejercicio para muchas personas es empoderador. Y, como beneficio adicional, terminan sintiéndose mejor cuando hacen estas cosas y toleran mejor los tratamientos.
Así que es muy empoderador para las personas. Muchas encuentran en el diagnóstico de cáncer su momento de aprendizaje, una enseñanza sobre asuntos que, posiblemente, no habían podido abordar de lleno antes del diagnóstico. Y en mi trabajo, en el estudio LEAN y en la Clínica de Supervivencia al Cáncer, he sido testigo de algo hermoso: las personas cuentan que adoptaron una alimentación saludable y una rutina regular de ejercicios luego de recibir su diagnóstico. Se sienten mejor y dicen: “Sé que suena alocado, pero nunca me sentí tan sana. Nunca me sentí mejor y pasé por un diagnóstico de cáncer”. Y es gracias al poder de la buena nutrición y el ejercicio. Y cambia la manera en que ves el cuerpo..., la salud. Adquieres una perspectiva positiva para ver hacia adelante, y creo que presenciar eso es algo hermoso, al igual que brindar herramientas para que las personas puedan lograrlo. Y, de nuevo, se sienten empoderadas, porque tienen esa sensación de control y esperanza, y se sienten energizadas —realmente energizadas—, con el combustible y la nutrición necesarios para vivir.
Jamie DePolo: Desde luego. Claro. Tiene sentido.
Por eso quiero volver un poco sobre la vitamina D y, quizás, algunos de los suplementos que mencionó. Si recuerdo bien, en esta instantánea particular del estudio, la vitamina D ahora puede interactuar con el tamoxifeno, el letrozol y el exemestano. Entonces, ¿cuáles son esas interacciones? Y, como pregunta agregada a eso, tengo algunos amigos médicos, no oncólogos, sino médicos clínicos. Y me han dicho: “¿Sabes cuántas horas de clase recibimos sobre nutrición en la Facultad de Medicina? Son 3 horas”. Entonces me pregunto: Si las personas acuden a su médico o a su oncólogo, ¿es el profesional adecuado para hablar sobre [eso?] Quiero decir, obviamente, tienen que informarle al médico lo que están tomando, todo lo que están tomando, ¿pero el médico podrá ayudarlas de inmediato a decidir sobre eso o debería derivarlas a un nutricionista?
Maura Harrigan: Bueno, por supuesto que, al ser nutricionista...
Jamie DePolo: Claro…
Maura Harrigan:... Soy un poco parcial en este caso, pero diría que por favor lo hagan, que deriven a los pacientes a un nutricionista. Tenemos mucho conocimiento en la materia. Es para lo que nos formamos. Además, los nutricionistas pueden obtener certificaciones en nutrición oncológica otorgadas por la junta. Por lo que se entregan certificaciones por práctica avanzada. El certificado que se expide es el de Especialista certificado en Oncología (CSO, sigla en inglés).
Es una formación intensiva, que, además, aporta los conocimientos necesarios para brindar asesoramiento. Así que sí, mi meta es integrar este nivel de asesoramiento en nutrición en toda la atención oncológica. Por el momento, la práctica estándar parece ser por consulta. Se debe solicitar una consulta de nutrición y, luego, interviene un nutricionista muy capacitado. Pero quisiera que empiece a formar parte del estándar de atención. Que sea algo que todos reciban: una evaluación de lo que estás comiendo, de qué suplemento estás consumiendo e, incluso, cómo manejar los efectos secundarios que pueden afectar tu capacidad para alimentar y nutrir al cuerpo. A esos los llamamos “síntomas de impacto nutricional”, un concepto que todos los nutricionistas comprenden. Podemos hacer que todo funcione. Podemos ser buenos aliados durante todo el tratamiento, desde el diagnóstico hasta la supervivencia, pasando por todo el tratamiento. Podemos ayudar a las personas a manejar los tratamientos y ser más resilientes.
Así que eso es importante. Y quiero decir, cuando analizamos estas interacciones, usamos una base de datos muy exhaustiva llamada Base de Datos de Medicamentos Naturales, que cumple una función maravillosa al identificar posibles interacciones. Y se categorizan en tres niveles: leve, moderada y grave. Y, aparte, trabajar con un farmacéutico oncólogo también es muy útil.
Así que, eso es lo que hacemos. Vamos a la Base de Datos de Medicamentos Naturales e identificamos cualquier posible interacción y de qué nivel es. Si es leve, no nos preocupamos. Con las moderadas, tenemos un poco más de cuidado. Con las graves, entonces intervenimos y decimos que tal medicamento no se puede tomar con determinada cosa.
De allí, entonces, obtenemos la información. Ahora, las interacciones ocurren con distintas rutas metabólicas. Y puedes hablar sobre ellas y ahondar o no en eso, según el interés de las personas. Pero me gusta decir que es como incorporarse al tráfico en una carretera. Con los autos que van por el mismo carril. Bueno, así es como explico lo que sucede si se toma un suplemento dietario que interactúa con el medicamento: es como incorporarse a la carretera en el cuerpo. Y esa incorporación puede darse de distintas maneras. Puede potenciar la dosis de ese medicamento o puede disminuirla. Varía.
Y las rutas metabólicas son versiones distintas de las vías del CYP. Pero también hay una interacción farmacodinámica, en la cual un suplemento puede tener lo que llamamos “actividad estrogénica”. Y eso, en los tipos de cáncer de mama sensibles a las hormonas, es un problema también.
Así que hay muchos niveles de estas interacciones, es muy complejo. Y por eso es tan importante analizar exhaustivamente estos suplementos y confirmar y reconfirmar, porque queremos estar seguros de que, si se toma un medicamento recetado, se reciba la dosis buscada. No queremos que algo interfiera en esa dosis, y creo que todos estamos de acuerdo en eso. Cuando lo explico de esa manera, todos lo entienden de inmediato.
Otra solución es pedirles a las personas que suspendan esa ingesta durante el tratamiento activo y que la retomen cuando haya finalizado. Les pides que se tomen un descanso. En especial, si creen fervientemente en ella. Es otra manera de manejar las interacciones y decir: “¿Y si por ahora, mientras recibas este tratamiento, la suspendemos? Y cuando lo finalices, volvemos a charlar y vemos si la retomamos”.
Jamie DePolo: Entonces, ¿sabemos exactamente cuál es la interacción entre la vitamina D y estas terapias hormonales particulares?
Maura Harrigan: Bueno, primero me gustaría empezar diciendo que estas son posibles interacciones.
Jamie DePolo: Bien.
Maura Harrigan: Y, de nuevo, siempre hay que emplear un enfoque holístico. Pero buscamos en la Base de Datos de Medicamentos Naturales. Y se identificaban como interacciones moderadas. Así que, era importante tener cuidado. Y se daba a través de la vía del CYP3A4. Hoy por hoy, no puedo responder sobre el efecto en la dosificación, pero puede disminuir o aumentar, y eso, de nuevo, debería abordarlo un farmacéutico.
Jamie DePolo: Bien. Entiendo. Pero, en cualquier caso, creo que las personas deben saber que podría afectar la cantidad de medicamento que tienen en el cuerpo y, como dijo antes, la gente quiere asegurarse de estar recibiendo la dosis correcta. Ni de menos. Ni de más. Así que tienen que estar al tanto de esta posible interacción.
Maura Harrigan: Por supuesto. En especial con estas terapias hormonales, porque las personas suelen recibirlas durante 10 años. Y si vas a tomar un medicamento durante tanto tiempo, quieres asegurarte de que funcione y de que la dosis sea correcta. No quieres interferir en eso. Por eso las evaluaciones son importantes.
Jamie DePolo: Bien. Ahora, algo me da curiosidad. ¿Qué tan frecuente es encontrar a alguien como usted, a quien las personas puedan acceder en centros oncológicos? ¿Y qué les aconsejaría a las mujeres que están en tratamiento, quizá con terapia hormonal o que lo han terminado hace poco? ¿Todas las personas deberían solicitar una consulta con un nutricionista?
Quiero decir, sé que dijo que le encantaría que fuera parte del estándar de atención, pero todo parecería indicar que estamos lejos de eso. Entonces, si tuviera que dar un consejo, ¿qué le diría a alguien?: “Sí, pide esa consulta. Hablemos de tu alimentación. Hablemos de tus niveles de ejercicio. Hablemos de todos los suplementos que estás tomando, incluso si no los recuerdas todos de inmediato”. De eso se trata, de poner esos temas en el tapete y conversar. Porque, como dijo, posiblemente un médico no vaya a derivar automáticamente a un paciente a un nutricionista.
Maura Harrigan: Siempre aliento a las personas a luchar por su atención y a adoptar una actitud proactiva. Esto es un componente de lo mismo. Hay que buscar estos servicios. Están disponibles, pero hay que encontrarlos.
Jamie DePolo: Ya veo.
Maura Harrigan: Así que, en mi mundo ideal, eso cambiará. Estos servicios serán ofrecidos a las personas. Pero, por ahora, eso no sucede. Así que tengo la suerte de trabajar en el Centro Oncológico Yale —el Hospital Smilow—, donde tenemos una de las primeras clínicas de supervivencia al cáncer del país. Ha estado en funcionamiento durante 14 años ya, y también hemos comenzado una clínica de suplementos. Así que estamos en las primeras fases de eso, con farmacéuticos oncólogos y [un] médico. Estamos haciendo algo innovador y realmente queremos que esto se convierta en el estándar de atención. Ese es nuestro objetivo.
Jamie DePolo: Bien, tengo otra pregunta. Con la llegada de la telemedicina en tiempos de COVID-19, digamos que una persona vive en un lugar muy apartado y tiene que conducir una hora para llegar al centro de tratamiento. ¿El uso cada vez más frecuente de la telemedicina puede hacer que estos servicios estén más disponibles para las personas que viven en entornos más alejados? Supongamos que no son de una ciudad grande y que no tienen un centro a 20 minutos de su casa donde consultar con un nutricionista. Es decir, ¿es viable eso? ¿Podría alguien de Montana, por ejemplo, solicitar una consulta contigo en forma remota?
Maura Harrigan: Bueno, primero, creo que la telemedicina es fabulosa para este fin. Para nutrición, todo el trabajo que hago en la clínica de supervivencia ahora es mediante la telesalud. Desde mi cocina, desde la del paciente, y hacemos un trabajo genial. Es mucho más eficaz que estar en el consultorio del hospital. En serio. Así que, la telemedicina es muy compatible con el asesoramiento en nutrición. Es eficaz. Sé que hay restricciones en cuanto a qué tan lejos puede llegar la red de telesalud.
Jamie DePolo: Bien. ¿Se refiere a seguros y eso?
Maura Harrigan: Me refiero a fronteras estatales. Sé que existe esa restricción, pero el potencial está. Y sí, puede haber [una] tremenda llegada a las comunidades más apartadas, para que puedan recibir este nivel de experiencia de los centros académicos. Es tan necesaria, y la tecnología está. Así que podemos hacer que suceda. Y, de nuevo, la nutrición se presta a eso. Y la evaluación de los suplementos se presta a eso. Con otras disciplinas no es tan fácil. La fisioterapia, por ejemplo, impone algunas dificultades para lo virtual, pero la nutrición y la evaluación de suplementos son muy compatibles.
Jamie DePolo: Bien. Es muy interesante porque, creo, incluso aunque alguien viva en un lugar alejado, probablemente haya una gran ciudad en su estado. Así que, posiblemente, podría acercarse a un centro oncológico que esté en una ciudad más grande, que cuente con más recursos y, de esa manera, conectarse con un nutricionista. Eso es algo que las personas podrían tener en cuenta.
Maura Harrigan: Sí.
Jamie DePolo: Bien, porque la idea detrás de Breastcancer.org y de nuestro podcast es proveerles a las personas elementos de acción. Entonces, esto sería algo como: Si una persona sobrevivió al cáncer de mama y desea mejorar su nutrición, ese podría ser un camino para tomar si siente que no hay nada cerca de donde vive.
Maura Harrigan: Sí. Puede ponerse en contacto con centros médicos académicos y consultar por un nutricionista certificado por la junta. Y esa es una manera de ir a la fuente.
Jamie DePolo: Bien, perfecto.
Ahora, para terminar. No sé si tiene más recomendaciones, pero si tuviera, por ejemplo, el caso de una mujer que recibe tratamiento para el cáncer de mama, ¿qué le aconsejaría en relación con los suplementos?
Maura Harrigan: Que sea sensata. Más no es mejor. Que, primero, vea bien lo que está comiendo. La comida es visual, ¿no? Por lo que suelo decir —y sé que suena simplista, pero es muy eficaz— que piensen en los colores del arcoíris. Violeta, azul, verde, rojo, amarillo, naranja y blanco. Piensen en esos colores. Armen algo así en cada comida e intenten lograr esos colores en la semana. Pueden ser alimentos congelados, enlatados. No tienen que ser frescos, no tienen que ser orgánicos. Así que no es algo costoso. Es una manera muy simple de ver una alimentación plagada de nutrientes y entender que el poder está en los colores. No importa si es una fruta o una verdura. Lo que importa es el color.
Y esta es la alimentación como medicina. El poder sanador está en los colores que la madre naturaleza nos regala. Y esa es una manera muy simple de incrementar significativamente la densidad de nutrientes de los alimentos que ingerimos y de acceder a todos los fitonutrientes, probióticos, fibras y agentes antiinflamatorios poderosos que la madre naturaleza ha incorporado en estos alimentos deliciosos.
Así que siempre hago énfasis en eso, y eso viene antes de los suplementos. Luego, si identificamos deficiencias o falencias en la alimentación a través de análisis de sangre, podemos emplear los suplementos para corregirlas.
Jamie DePolo: Bien. Me gusta. Comer un arcoíris.
Maura Harrigan: Es la herramienta que más me ayuda para enseñar sobre esto.
Jamie DePolo: Me gusta. Es simple. Fácil de recordar.
Maura, muchísimas gracias. Ha sido una charla muy informativa, y creo que les brindó a los oyentes excelentes recursos para tener en cuenta en el momento de alimentarse y, también, si toman suplementos. Así que, muchas gracias.
Maura Harrigan: Un placer. Gracias por invitarme.
Tu donación se destina directamente al contenido que lees, escuchas y ves en Breastcancer.org.