Mitos sobre la cirugía
Existen muchos mitos sobre la cirugía de cáncer de mama. Ya es bastante difícil hacer frente a los aspectos reales de esta enfermedad sin preocuparse por cosas que no son verdaderas. Es importante evitar que esas ideas falsas impidan recibir el mejor tratamiento disponible. Estos son algunos de los mitos más comunes sobre la cirugía de cáncer de mama:
La cirugía abre el cáncer al aire y permite que se disemine.
No. Te sientes bien, pero se descubre algo sospechoso en la mama. Se realiza una cirugía, y regresa el diagnóstico: cáncer. Si en los análisis posteriores se indica la presencia de cáncer en otro lugar, es posible que inmediatamente pienses que fue la cirugía lo que liberó las células cancerosas al aire y les permitió propagarse a todo el cuerpo. Si el tumor maligno está presente en otras partes del cuerpo después de la cirugía, se debe a estos motivos:
El cáncer ya se había diseminado a otras partes del cuerpo antes de la cirugía.
Se formó un nuevo cáncer.
Quedaron células cancerosas en el cuerpo después de la cirugía.
Las células cancerosas se introdujeron en un vaso sanguíneo mientras el cirujano extirpaba el tumor.
El tratamiento adyuvante, como la radiación, la quimioterapia, la terapia dirigida o la terapia hormonal, puede ayudar a eliminar las células cancerosas que queden en el cuerpo después de la cirugía.
La mastectomía es más segura que la lumpectomía con radioterapia.
No necesariamente. En las personas que tienen un punto de cáncer de mama con un tumor de menos de cuatro centímetros que se extirpa con márgenes limpios, es probable que la lumpectomía con radiación sea tan eficaz como la mastectomía.
Si tienes antecedentes familiares contundentes de cáncer de mama, la lumpectomía con radiación no es adecuada para ti.
No. Tener antecedentes familiares de cáncer de mama no significa que el tumor maligno sea directamente más peligroso que en otras personas. Tampoco implica que el tratamiento de conservación de mama no sea una opción para ti. Tú y el médico compararán varios factores para decidir qué tipo de cirugía es adecuada en tu caso, en función del estadio de la enfermedad, de la “personalidad” del cáncer y de la agresividad con que desees prevenir la recurrencia o la formación de un nuevo tumor maligno en esa mama.
Si te extirpan ganglios linfáticos, tendrás el brazo inflamado durante el resto de tu vida.
No. La cirugía de ganglios linfáticos puede causar efectos secundarios desagradables, como malestar prolongado, adormecimiento e inflamación denominada “linfedema”. Por lo general, esto ocurre solamente en el 5 % al 10 % de los casos. El riesgo de linfedema puede acercarse al 25 % si se realiza una disección axilar completa (niveles I, II y III de ganglios extirpados), Y se agrega radiación en las áreas de ganglios linfáticos después de la cirugía Y se administra quimioterapia. La utilización y el cuidado correctos del brazo afectado, junto con la fisioterapia, pueden ayudar a tratar el linfedema y a reducir su gravedad. Conoce más sobre la prevención y el tratamiento del linfedema.
— Se actualizó por última vez el 26 de julio de 2022, 17:58