Quistes mamarios
Los quistes mamarios son sacos llenos de líquido que crecen desde unos pocos milímetros (el tamaño de la punta de un lápiz) hasta cinco centímetros (el tamaño de una lima). Algunos quistes son tan diminutos que solo se detectan durante las mamografías rutinarias, mientras que otros, más grandes, pueden provocar dolor y molestias. La mayoría de los quistes mamarios no son cancerosos (es decir, son benignos) y no aumentan el riesgo de cáncer de mama.
Síntomas de un quiste mamario
Los quistes mamarios pueden aparecer a cualquier edad, pero son más frecuentes en mujeres de entre 30 y 40 años.
La mayoría de las veces, los quistes mamarios aparecen como bultos en la mama. Si un quiste es lo suficientemente grande para palparlo, suele ser circular y tiene movilidad por debajo de la piel. Los quistes mamarios pueden ser dolorosos o presentar sensibilidad y pueden provocar secreciones del pezón. Estos síntomas pueden cambiar en distintos momentos del ciclo menstrual.
Si te preocupan los cambios en tus mamas, tal vez quieras hablar con tu médico.
Diagnóstico de los quistes mamarios
Para diagnosticar un quiste mamario, es probable que tu médico te haga preguntas sobre cualquier antecedente personal o familiar de cáncer de mama y te pida una ecografía para ver el quiste con más detalle.
Existen tres categorías de quistes mamarios:
Quistes simples: tienen paredes planas, finas y de forma regular, y están llenos de líquido en su interior. Los quistes simples siempre son benignos. Pueden producirse como parte de cambios fibroquísticos mamarios más amplios, que no son peligrosos.
Los quistes complejos tienen bordes irregulares o festoneados, paredes gruesas y contienen fluido además de algunas áreas sólidas.
Los quistes complicados tienen paredes finas como los quistes simples, pero tienen algunas áreas sólidas en su interior.
Ten en cuenta que muchos radiólogos (médicos que realizan e interpretan estudios por imagen) utilizan los términos “complicado” y “complejo” indistintamente. Si tu equipo sanitario utiliza cualquiera de los dos términos al describir tu quiste, pide que te aclaren su naturaleza específica.
Tratamiento y seguimiento
La mayoría de los quistes simples mejoran por sí solos. Si tienes un quiste simple especialmente grande, incómodo o doloroso, tu médico puede drenarlo. La mayoría de las veces, el quiste no reaparece, y las mujeres reanudan las pruebas rutinarias de detección del cáncer de mama. Si reaparece, se lo puede evaluar con una mamografía y una ecografía y drenarlo de nuevo.
Si tienes un quiste complicado o complejo, es posible que tu médico te recomiende drenar el líquido para analizarlo. También pueden pedirte que consultes cada seis o doce meses durante uno o dos años para controlar el quiste.
Si un quiste presenta características que sugieren que podría ser canceroso, tu médico puede realizar un procedimiento denominado biopsia para verlo mejor. A menudo, los médicos se valen de una ecografía para guiar una aguja hasta el quiste y extraer una porción. A continuación, pueden examinar la muestra con el microscopio. Tu médico puede extirpar todo el quiste (biopsia excisional), pero es poco frecuente.
Si tienes múltiples quistes o desarrollas nuevos quistes con frecuencia, es posible que desees acudir a un especialista en mama. Tu médico puede remitirte a un especialista cualificado que te quede cerca.
Causas de los quistes mamarios
Los científicos desconocen la causa exacta de los quistes mamarios. Sí saben que el desarrollo de quistes mamarios está relacionado con los cambios hormonales, más comúnmente en torno al período menstrual. Los quistes mamarios son más frecuentes en mujeres de entre 30 y 50 años que aún tienen el período menstrual (premenopáusicas). Aunque es menos común después de la menopausia, las mujeres que toman terapia hormonal pueden tener un mayor riesgo de desarrollar quistes mamarios.
Preguntas frecuentes sobre quistes mamarios
Los quistes simples que desaparecen una vez drenados no son cancerosos. Los quistes complejos pueden ser cancerosos (malignos), pero lo más frecuente es que no lo sean (benignos).
Aunque una mamografía puede detectar un quiste mamario, una ecografía mamaria determina mejor si el quiste está compuesto de líquido, de áreas sólidas o de una combinación de ambos.
Solo existe una pequeña posibilidad de que un quiste mamario se rompa por sí solo. La ruptura puede provocar una infección, una inflamación o una respuesta inmunitaria.
— Se actualizó por última vez el 24 de julio de 2024, 16:57