La marginación sigue afectando los resultados del cáncer de mama (seno) en la actualidad
El lugar de residencia es importante para la salud. Por desgracia, debido a una práctica estadounidense en materia de vivienda conocida como "redlining", la historia ha puesto en desventaja a ciertas comunidades.
A pesar de su ilegalización en 1968, los efectos de la exclusión siguen afectando la salud y la riqueza de las comunidades de todo el país.
¿Qué es el “redlining”?
El término “redlining” se utilizó por primera vez en la década de 1930en una época en que las tasas de desempleo eran altas y mucha gente no podía pagar sus hipotecas. Para ayudar a la gente a conservar sus casas, el gobierno federal creó la Home Owners Loan Corporation (HOLC). Su objetivo era facilitar a la gente el pago de sus hipotecas. Para ello, sustituyeron los antiguos préstamos por otros nuevos con mejores condiciones, como tipos de interés más bajos y plazos de amortización más largos.
La HOLC envió personal a evaluar barrios de ciudades de todo Estados Unidos para determinar qué préstamos garantizarían. Documentaban los tipos de vivienda de los barrios, junto con información sobre las personas que vivían en ellos. Utilizaban descripciones racistas como “infiltración de negros” y “mestizaje” como características que rebajaban el valor de un barrio.
Con la información recopilada, la HOLC elaboró mapas codificados por colores de casi 250 ciudades. Los colores de los mapas representaban la opinión de la HOLC sobre la inversión en los barrios a través de préstamos para la vivienda. Las zonas urbanas y las comunidades con más minorías raciales y étnicas, como negros, hispanos y asiáticos, fueron calificadas por la HOLC como "peligrosas" y delineadas en rojo (de ahí el término “redlining”).
A las familias que vivían en zonas sin el contorno rojo les resultaba más fácil obtener una hipoteca, lo que significaba que podían invertir más en sus barrios, acumular riqueza y transmitir esa riqueza a las generaciones futuras. Pero a las personas que vivían en zonas señaladas en rojo, predominantemente negras o de otras comunidades de color, se les impedía injustamente obtener hipotecas, invertir en sus barrios y transmitir “riqueza generacional”.
Un proyecto conocido como Cartografía de la Desigualdad ha digitalizado estos mapas y los documentos relacionados y los ha puesto a disposición del público. Puedes buscar por ciudad y ver si vives en una zona que haya sido marcada en rojo.
Al día de hoy, las personas que se identifican como negras, latinas, asiáticas y nativas americanas se enfrentan a tipos de interés y denegaciones de préstamos hipotecarios convencionales más elevados que los blancos.
Efectos del “redlining” sobre la salud
Un estudio de 2021 concluye que las comunidades delineadas en rojo tienen hoy más probabilidades de tener peor calidad del aire, peor calidad del agua, peor contaminación acústica y menos espacios verdes.
Las personas que viven en comunidades históricamente marginadas tienen tasas más elevadas de visitas a urgencias debido a asma; mayores tasas de nacimientos prematuros y mayor riesgo de padecer diabetes, hipertensión e insuficiencia cardíaca en comparación con las personas que viven en zonas sin contorno rojo.
En los últimos cinco a diez años, varios estudios han revelado el impacto que tiene vivir en una comunidad históricamente marginada en los resultados del cáncer de mama de una persona.
Un estudio de 2023 fue uno de los primeros en demostrar que las personas que viven en zonas históricamente marginadas tienen menos probabilidades de someterse a pruebas de detección del cáncer de mama.
Adam Aponte, MD, MSc, trabaja en un centro de salud federalmente calificado llamado Boriken Neighborhood Health Center en East Harlem, un barrio históricamente marginado. Dice que muchas de las mujeres que atiende hoy no pueden acudir a las visitas de detección por problemas de transporte, alfabetización, barreras lingüísticas u otros motivos.
Independientemente de la raza, a las personas que viven en zonas históricamente delineadas en rojo se les suele diagnosticar cánceres de mama más difíciles de tratar. Un estudio de 2024 dirigido por la epidemióloga molecular Jasmine Miller-Kleinhelz, PhD, MS, de la Universidad de Mississippi, descubrió que las mujeres negras que vivían en zonas históricamente marginadas tenían más probabilidades de ser diagnosticadas con cáncer de mama negativo para receptores de estrógeno que las que vivían en zonas sin el contorno rojo. Miller-Kleinhelz también descubrió que las mujeres blancas que vivían en zonas históricamente marginadas corrían un mayor riesgo de recibir un diagnóstico de cáncer de mama en fase avanzada que las que vivían en zonas sin el contorno rojo.
Ella sostiene que el estudio demuestra que todas las personas que viven en estos entornos se ven perjudicadas. Pero la exclusión social no explica todas las desigualdades de atención de salud de las mujeres negras. Independientemente de que vivan o no en una zona históricamente delineada en rojo, tienen más probabilidades de que el diagnóstico se produzca en una fase tardía, de que la enfermedad sea más agresiva y de morir de cáncer de mama, afirma.
Jesse Placsak, PhD, MPH, profesor asociado de la Universidad Estatal de Ohio que estudia las disparidades en el cáncer, llegó a una conclusión similar. En su estudio de 2022 publicado en JAMA Network Open, él y su equipo descubrieron que vivir en zonas no marginadas se asociaba con resultados más favorables del cáncer de mama, pero solo entre las mujeres blancas no latinas_._ Placsak cree que estas diferencias pueden deberse a que otros grupos sufren racismo.
En el estudio de Miller-Kleinhelz de 2024, también se reveló que las mujeres blancas no hispanas que vivían en zonas delineadas en rojo tenían más probabilidades de morir de cáncer de mama en comparación con las que vivían en otras zonas. Las mujeres negras tenían más probabilidades de morir de cáncer de mama, vivieran donde vivieran.
Ir al encuentro de las comunidades
Como demuestra la historia, los efectos de las políticas de exclusión social de hace casi 100 años siguen afectando a comunidades de todo el país. Sin embargo, a medida que se investigan los efectos de las políticas discriminatorias en la salud de las personas, aumentan los conocimientos sobre cómo apoyar a estas comunidades. Una forma es ir al encuentro de las comunidades.
La furgoneta móvil de mamografías de Mount Sinai, por ejemplo, se desplaza a todos los distritos de Nueva York para ofrecer mamografías accesibles y asequibles a las personas que tienen más dificultades para acudir al sistema de salud. Muchas de las comunidades a las que llega están situadas en zonas históricamente delineadas en rojo.
La furgoneta aparca en lugares de confianza de la comunidad, como instituciones religiosas y centros comunitarios. Uno de los centros con los que colaboran es el Boriken Neighborhood Health Center. Los centros de salud cualificados a nivel federal como este ofrecen atención primaria y servicios de salud a poblaciones desatendidas, independientemente de su situación en cuanto a seguros o capacidad de pago.
En la actualidad, muchas de las comunidades que rodean el centro padecen malas condiciones de vivienda, altos índices de delincuencia e inseguridad alimentaria, afirma Aponte, que es el director general del centro.
“Esta asociación nos ha permitido tener un impacto significativo en la comunidad de East Harlem”, afirma.
— Se actualizó por última vez el 31 de mayo de 2025, 22:03