La ansiedad ante pruebas médicas y el cáncer de mama (seno) metastásico
Actualizado el 16 de agosto de 2023
“Ansiedad ante pruebas médicas” es un término que se utiliza para describir la sensación de ansiedad y preocupación que surge en el período anterior a una exploración por imágenes del cáncer, durante la exploración y mientras se esperan los resultados. En esta sección del blog, presentamos las opiniones de mujeres que cuentan cómo es su experiencia con la ansiedad ante pruebas médicas y qué estrategias han descubierto para superarla.
La opinión de April sobre la ansiedad ante pruebas médicas
No les tengo miedo a las pruebas en sí. De hecho, las he tenido con tanta frecuencia durante los últimos tres años que a menudo me las arreglo para dormir mientras me las hacen. Es la espera.
April:
recibió su primer diagnóstico a los 31 años, y le diagnosticaron cáncer metastásico a los 36
de Visalia, California
le diagnosticaron metástasis en los huesos de todo el cuerpo
tiene una exploración con TEP cada tres o cuatro meses
Por lo general, no recibo los resultados de las pruebas hasta 3 o 4 días después de hacérmelas. Durante ese tiempo, me imagino cada peor escenario posible, incluso si me siento relativamente bien. Por el miedo, se me hace difícil funcionar, porque aunque una esté bastante segura de que esta vez va a estar todo bien, sabes que se acerca el momento en que no será así. Intento lidiar con la situación manteniéndome ocupada y planeo actividades para no estar sentada pensando. Los pensamientos se van apoderando de mí y me provocan una sensación de absoluta impotencia, de estar a merced del universo.
Tengo suerte. Mi oncólogo a veces asoma la cabeza en la sala donde estoy esperando que me dé los resultados para decirme: “luce genial, enseguida vengo”. Siento una oleada de alivio en todo el cuerpo que me hunde antes de dar paso a la euforia. Es una sensación indescriptible. También es difícil tener que oír lo contrario. Es posible que la palabra “progresión” sea la que más odio en la vida, también cuando pienso en mis amigas. La ansiedad ante pruebas por imágenes es duda, miedo, terror, desesperación y esperanza... todo eso junto atado en un gran nudo. Ese nudo vive dentro de ti, oculto durante los meses de intervalos entre pruebas, pero regresa con cada vez más fuerza e influencia. Mi manera de afrontarlo es seguir viviendo de forma tan plena como sea posible y decirle al cáncer que puede irse a la m... mientras enfrento el día.
April Doyle se encargaba de las redes sociales y de la promoción de www.theunderbelly.org, un espacio en línea para que mujeres y hombres lean y aporten historias personales sinceras y crudas sobre la vida con cáncer de mama. Escribió sobre sus propias experiencia en The C Life. April falleció el 12 de septiembre de 2020.
La opinión de Rebecca sobre la ansiedad ante pruebas médicas
Si existiera un diccionario de jerga para enfermos de cáncer, para mí la definición de “ansiedad ante pruebas médicas” sería esta: “la ansiedad, el miedo o el estrés que sienten los pacientes mientras esperan los análisis o las pruebas de detección del cáncer inminentes, o sus resultados”.
Rebecca:
diagnosticada a los 32 o 33 años (la biopsia resultó maligna a los 32, una exploración con TEP mostró enfermedad metastásica de novo a los 33, así que depende qué se tenga en cuenta para el diagnóstico. ¡Fue una semana de cumpleaños muy divertida!)
de Manhattan, N.Y.
le diagnosticaron metástasis cerebral
se hace RM de cerebro cada dos meses y exploraciones con TEP y TC cada cuatro meses
disfruta de intervalos sin pruebas de dos meses
Como paciente diagnosticada con cáncer de mama metastásico y sobreviviente de leucemia en la adolescencia, conozco muy bien esta sensación. He tenido que someterme a casi toda herramienta posible para detectar el cáncer, como exploraciones con TEP y TC, RM, punciones lumbares, biopsias, ecografías y radiografías. Me hice análisis para detectar el cáncer planificados con anticipación, programados a intervalos más cortos de lo normal según los resultados del último, análisis en departamentos de urgencias debido a síntomas poco habituales, y pruebas por imágenes durante hospitalizaciones.
De todas los tipos de análisis para detectar el cáncer que me hice, los más fáciles de afrontar son los que están programados con regularidad. Como paciente diagnosticada con cáncer de mama metastásico y afectación cerebral, tengo exploraciones con TEP y TC cada cuatro meses y una RM de cerebro cada dos meses. En el caso de las pruebas por imágenes ya programadas y previstas, puedo planificarlas y sé que son solo parte de la rutina horrible del cáncer de mama metastásico: hacerme la prueba, esperar lo mejor, recibir tratamiento y, ojalá, repetir. Sin embargo, nunca sé cuáles indicarán “estabilidad” o “regresión”, las dos mejores noticias que puede recibir una persona con diagnóstico de enfermedad metastásica, o cuáles mostrarán “progresión de la enfermedad”, el resultado más aterrador.
Definitivamente, siento ansiedad ante pruebas médicas, pero, por lo general, no empieza hasta la noche anterior a una prueba. Para tratar de distraerme, miro TV de mala calidad, llamo a una amiga, leo una revista, e intento tranquilizarme. Cuando llego al centro para hacerme la prueba y mientras me encuentro dentro del aparato, tengo una sensación de calma fuera de lo común. De alguna manera, soy capaz de relajarme. Tiendo a concentrarme en mis planes para el fin de semana, los pendientes del trabajo y cuestiones más triviales que los resultados.
Por lo general, tras la RM de cerebro, voy directo a reunirme con el neurólogo para recibir los resultados. A veces, el oncólogo me da los resultados de la exploración con TEP/TC inmediatamente después. Otras veces, tarda un día o dos y me los dice por teléfono. Cuando me llaman para que vaya de la sala de espera al consultorio, o cuando suena el teléfono y veo el número en el identificador, me explota la ansiedad ante pruebas médicas. Literalmente me oigo el corazón latiendo con fuerza. Me digo a mí misma que hice absolutamente todo cuanto puedo controlar para impedir la progresión del cáncer: tomé todos los comprimidos de Xeloda y Tykerb, recibí las infusiones de Herceptin, fui a todas las consultas con los médicos e informé de inmediato cualquier síntoma fuera de lo común. También me recuerdo que si la prueba muestra progresión, se debe a algo más allá del control de cualquiera y todavía tengo muchos medicamentos y ensayos clínicos para probar en mi arsenal.
Solo le miro el rostro a la médica o escucho su voz y espero lo mejor para poder continuar como siempre y decir: “Hasta la próxima…”
Rebecca Scheinkman se encargaba de las actividades de divulgación y promoción de www.theunderbelly.org, un espacio en línea para que mujeres y hombres lean y aporten historias personales sinceras y crudas sobre la vida con cáncer de mama. También era miembro defensora de pacientes de la Metastatic Breast Cancer Alliance[VL6] (Alianza contra el Cáncer de Mama Metastásico) y recaudaba fondos para The Breast Cancer Research Foundation. Rebecca falleció el 18 de diciembre de 2018.
La opinión de Susan sobre la ansiedad ante pruebas médicas
Por lejos, el día de la prueba es la parte más inquietante y aterradora de ser una paciente diagnosticada con cáncer metastásico. Es cuando te enteras de si el cáncer ha progresado y burlado tu plan de tratamiento, lo que significa un plan más tóxico y una herramienta menos para elegir. También podría acortar el tiempo entre pruebas, lo que aumenta la ansiedad y el miedo.
Susan:
diagnosticada a los 43 años
de Rochester, N.Y.
le diagnosticaron metástasis en los huesos, en la columna y en las costillas
tiene una exploración con TEP y TC cada tres a seis meses, según
tiene una RM de cerebro cada seis meses
disfruta los intervalos entre pruebas de tres meses como mínimo y de seis meses como máximo
Siempre tomo conciencia de las fechas de mis futuras pruebas cuando salgo de cualquiera que haya tenido recientemente. La fecha siempre está allí, en el fondo, pero la ansiedad no empieza hasta que falta más o menos un mes para la prueba. En gran parte, esto se debe a los planes de viaje que debo hacer como preparación para la prueba. Vivo en la zona oeste del estado de Nueva York y recibo tratamiento y me hago controles en centros locales, pero las pruebas y otros tipos de revisiones son en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center, en la ciudad de Nueva York, donde se encuentra mi oncólogo principal.
Trato de mantenerme ocupada y seguir haciendo tareas laborales y quehaceres domésticos normales durante las semanas anteriores al día de la prueba. Sin embargo, las noches empiezan a ser más largas y me cuesta más conciliar el sueño. Empiezo a buscar apoyo emocional en amigos y familiares la semana antes mientras me preparo mentalmente para la posibilidad de recibir malas noticias. Es un mecanismo de afrontamiento que he llegado a incorporar en mi ADN. Nunca quiero que me agarren desprevenida con un mal resultado, que sé que llegará finalmente. Necesito estar mentalmente preparada para eso, para poder reaccionar enseguida y concentrarme en un nuevo plan de tratamiento. Si las malas noticias me anulan emocionalmente, no podré concentrarme en lo que necesito hacer para seguir avanzando. En los pocos días anteriores y durante el día y la noche antes de la prueba, escucho mucha música y listas de reproducción que tengo creadas para mantenerme en un buen lugar mental. Tengo algunas supersticiones que no voy a revelar para el día de la prueba, pero basta con decir que hasta ahora, han funcionado, y las pruebas no han dado ningún resultado preocupante.
Acabo de hacerme una RM de cerebro de urgencia, y mi próxima exploración con TEP/TC es en dos meses, así que estoy bajando por una enorme montaña de miedo y ansiedad, y pronto tendré que subir de nuevo. Es una montaña rusa interminable, llena de mecanismos de afrontamiento y ansiolíticos, pero doy gracias por mis listas de reproducción.
Susan Rahn es fundadora, editora y jefa de redacción de www.theunderbelly.org, un espacio en línea para que mujeres y hombres lean y aporten historias personales sinceras y crudas sobre la vida con cáncer de mama. También actúa como defensora en Compassion & Choices, en el estado de Nueva York. Registra sus experiencias con el cáncer de mama metastásico en su blog, StickIt2Stage4.