Con solo veinte minutos de respiración consciente se puede aliviar el dolor causado por el cáncer

Una sola sesión de esta técnica de respiración consciente puede reducir la intensidad y el malestar del dolor en personas diagnosticadas con cáncer.
 
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Hasta la mitad de las personas diagnosticadas con cáncer experimentan dolor de moderado a intenso durante la enfermedad. Pero un nuevo estudio revela que una sola sesión de veinte minutos de respiración consciente puede aliviar rápidamente el dolor.

Para el estudio, publicado en la revista BMJ Supportive & Palliative Care, un equipo de investigación de Malasia analizó los efectos de la respiración consciente en un grupo reducido de adultos diagnosticados con cáncer. Todos los participantes del estudio calificaron su dolor como mínimo con un 4 en una escala del 1 al 10. Veintiún participantes experimentaron una sesión guiada de respiración consciente de veinte minutos. En cambio, los otros diecinueve participaron en una sesión de veinte minutos de escucha empática. Cada participante calificó su dolor al principio y al final de la sesión de veinte minutos.

Durante la sesión de escucha empática, se les preguntó a los participantes sobre sus experiencias con el cáncer, y una persona del equipo de investigación escuchó y reconoció su angustia.

Por otra parte, la sesión de respiración consciente constaba de cuatro pasos que duraban cinco minutos cada uno: 

  1. identificar mentalmente la inspiración y la espiración

  2. seguir toda la duración de la respiración 

  3. volver a centrar la mente en el cuerpo

  4. relajar el cuerpo

En comparación con la sesión de escucha empática, la respiración consciente redujo de manera significativa tanto la intensidad como el malestar del dolor que sentían los participantes. También redujo de manera considerable los niveles de ansiedad.

 

La importancia de veinte minutos

A través de investigaciones anteriores se ha demostrado que las sesiones de respiración consciente de cinco, veinte y treinta minutos pueden aliviar la disnea, la fatiga y el sufrimiento (incluida la desesperanza, la alienación, la impotencia y la angustia) en personas diagnosticadas con cáncer.

Sin embargo, en un estudio anterior se observó que una sola sesión de cinco minutos no aliviaba el dolor relacionado con el cáncer, por lo que podía ser necesaria una sesión más larga para que tuviera efecto sobre el dolor.

Futuras investigaciones basadas en el nuevo estudio podrían analizar si una sesión de diez o quince minutos podría reducir el dolor tanto como una sesión de veinte minutos.

 

Lo que la investigación no mostró

Se necesitan más estudios para confirmar los hallazgos, ya que no fue una investigación con muchos participantes, y todos recibieron tratamiento para la enfermedad en un solo centro médico. Este estudio tampoco analizó la duración del alivio del dolor tras finalizar la sesión de respiración consciente.

Por último, aunque seis de las personas que participaron en el estudio tenían un diagnóstico de cáncer de mama, el estudio incluyó a personas con una amplia gama de tipos y estadios de la enfermedad. Futuras investigaciones podrían analizar cómo afecta la respiración consciente al dolor y a otros síntomas en personas diagnosticadas específicamente con cáncer de mama y en distintas fases.

 

Probar la respiración consciente

Es fácil intentar controlar el dolor en casa con tu propia sesión de respiración consciente de veinte minutos. Puede ser útil que un amigo o cuidador lea las instrucciones despacio y con calma para guiarte durante la sesión.

Según el estudio, estos son los pasos:

Etapa uno (cinco minutos): identificar la inspiración y la espiración

Busca una posición cómoda. Relaja el cuerpo. Cierra los ojos poco a poco. Respira en forma lenta y profunda dos veces. Luego, respira con naturalidad. Observa el flujo de aire que entra por la nariz. Lleva tu atención a la respiración, con calma. Al inspirar, sabes que estás inspirando. Al espirar, sabes que estás espirando. Dentro, fuera, dentro, fuera, dentro, fuera. Si te distraes con sonidos, sensaciones corporales, pensamientos o sentimientos, vuelve con calma a la respiración. Sé consciente de tu inspiración y espiración durante los siguientes minutos.

Etapa dos (cinco minutos): seguir toda la duración de la respiración

Continúa relajando el cuerpo con los ojos cerrados. Continúa prestando atención a la respiración. Sigue toda la duración de la respiración. Acompaña mentalmente el principio, la mitad y el final de la inspiración, y el principio, la mitad y el final de la espiración. Si tomas una respiración larga, sé consciente de que estás tomando una respiración larga. Si respiras en intervalos más cortos, sé consciente de que respiras en intervalos más cortos. Si tu exhalación es larga, sé consciente de que tu exhalación es larga. Si tu exhalación es corta, sé consciente de que tu exhalación es corta. No te fuerces a hacer respiraciones largas o cortas. Solo respira con naturalidad. Sé consciente de toda la duración de la respiración. Dentro, dentro, dentro, fuera, fuera, fuera. Dentro, dentro, dentro, fuera, fuera, fuera. Si te distraes con sonidos, sensaciones corporales, pensamientos o sentimientos, vuelve con calma a la respiración. Sigue todo el trayecto de la respiración durante los siguientes minutos.

Paso tres (cinco minutos): llevar la mente al cuerpo

Mientras sigues toda la duración de la respiración, lleva la mente al cuerpo. En lugar de pensar en el pasado o en el futuro, lleva la mente al presente. Une mente y cuerpo, como si fueran uno. Al inspirar, siente cómo todo el cuerpo se mueve con la inspiración. Al espirar, siente cómo todo el cuerpo se mueve con la espiración. Al inspirar, sé consciente de todo lo que sucede en el cuerpo cuando inspiras. Al espirar, sé consciente de todo lo que sucede en el cuerpo cuando espiras. Siente las diferentes partes del cuerpo mientras inspiras y espiras. Luego, siente al cuerpo como un todo, totalmente unido a tu mente. Siente la totalidad de ti con cada respiración durante los próximos minutos.

Paso cuatro (cinco minutos): relajar el cuerpo

Cuando la respiración sea armoniosa, el cuerpo se relajará de forma natural. Siente si hay alguna tensión en el cuerpo. Respira y relaja las tensiones una a una, de arriba a abajo. Relaja la cabeza, la cara, el cuello, los brazos, los antebrazos, las manos, el pecho, el abdomen, las piernas y los pies. Luego relaja todo el cuerpo a la vez. Al inspirar, calmas el cuerpo. Al espirar, sonríes. De nuevo, al inspirar, calmas el cuerpo. Al espirar, sonríes. Dentro, fuera, calma, sonrisa. Dentro, fuera, calma, sonrisa. Dentro, fuera, calma, sonrisa. Siente cómo la respiración fluye por el cuerpo y lo calma. Siente cómo el aire abandona el cuerpo y sonríe. Continúa relajando todo el cuerpo durante los próximos minutos”.

— Se actualizó por última vez el 22 de febrero de 2025, 21:04