Cambios vaginales durante la menopausia
Cuando los niveles de estrógenos descienden tras la menopausia —ya sea de forma natural o como consecuencia del tratamiento del cáncer de mama—, los tejidos de la vagina y la vulva suelen volverse más finos, más secos y menos elásticos. Cuando esto ocurre, es posible que sientas sequedad vaginal, ardor u otros problemas. Estos cambios vaginales, junto con problemas urinarios como la incontinencia, las infecciones de las vías urinarias (IVU) y las infecciones de vejiga, se denominan síndrome genitourinario de la menopausia (GSM, sigla en inglés). Esto también se denomina atrofia vaginal.
Sequedad vaginal
El revestimiento vaginal está lubricado con un fluido que ayuda a mantenerlo húmedo, grueso y elástico. A medida que se atraviesa la menopausia y los niveles hormonales descienden, el revestimiento vaginal se vuelve más fino y seco, lo que se traduce en sequedad vaginal. Esto puede provocar molestias, especialmente durante las relaciones sexuales.
Cambios en el microbioma
Los niveles más bajos de estrógeno hacen que a la vagina le resulte más difícil mantener las bacterias bajo control, ya que las hormonas sexuales, como el estrógeno, alimentan a las bacterias beneficiosas que viven en la vagina. Esto significa que el riesgo de infección aumenta después de la menopausia.
Flujo vaginal
El flujo vaginal es el líquido que sale de la vagina. Su aspecto puede variar en función de tus niveles hormonales y de tu microbioma vaginal. El flujo blanco o transparento suele ser normal, pero los cambios en la cantidad, el color o el olor pueden indicar que hay un problema. Consulta con tu médico si notas estos cambios, ya que podrían ser el signo de una infección o incluso de tumores en el aparato reproductor.
Ardor y picor vaginal
Las infecciones vaginales pueden causar picor, ardor y molestias. Dos de las infecciones más comunes después de la menopausia son las infecciones por cándida y la vaginosis bacteriana.
Relaciones sexuales dolorosas
La disminución de los niveles de estrógeno durante la menopausia también puede debilitar los músculos pélvicos (también conocido como suelo pélvico), que ayudan a controlar las ganas de ir al baño y afectan la forma en que se experimenta el placer en las relaciones sexuales. Si estos músculos se debilitan, es posible que no puedan trabajar juntos para relajarse, lo que puede provocar dolor durante las relaciones sexuales. La debilidad del suelo pélvico también puede provocar pérdidas de orina no deseadas
Pérdida de la libido
La pérdida de la libido significa que tu deseo sexual es bajo o inexistente. Esto puede ocurrir por muchas razones. El estrés, la ansiedad y la depresión por un diagnóstico de cáncer de mama pueden provocar cambios en la libido. Esto es muy frecuente. Ahora las relaciones sexuales pueden ser dolorosas si los tratamientos han provocado una menopausia precoz. Tu interés por tener relaciones sexuales también puede fluctuar en función de la fase del tratamiento en la que te encuentres, ya que efectos secundarios como la fatiga, las náuseas y la caída del cabello pueden hacer que tener relaciones sexuales sea lo último que quieras hacer.
— Se actualizó por última vez el 30 de noviembre de 2024, 18:35