Síndrome genitourinario de la menopausia (Atrofia vaginal)
Actualizado el 30 de octubre de 2025
Si estás atravesando la menopausia o pronto lo estarás, es posible que tengas problemas de sequedad e irritación vaginales, problemas urinarios o dolor durante las relaciones sexuales. El término médico oficial para este grupo de síntomas es síndrome genitourinario de la menopausia (GSM, sigla en inglés).
Algunas personas denominan a estos síntomas atrofia vaginal o vaginitis atrófica. Esta afección está causada por el debilitamiento, la sequedad y la inflamación de las paredes vaginales debido a que el cuerpo tiene menos estrógeno. El término GSM es más preciso porque describe tanto los síntomas urinarios como los vaginales de la afección.
Síntomas de la atrofia vaginal/GSM
“Los síntomas más comunes del síndrome genitourinario de la menopausia son sequedad vaginal, irritación vaginal y escozor, dolor durante las relaciones sexuales, pero también infecciones recurrentes de la vejiga o infecciones de las vías urinarias”, dijo la Dra. Kristin Rojas, FACS, durante un episodio de The Breastcancer.org Podcast sobre GSM. Rojas es cirujana especializada en cáncer de mama y fundadora del Programa de menopausia, intimidad, salud sexual y urogenital (MUSIC, sigla en inglés) del Centro Oncológico Integral Sylvester de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami. La Dra. Rojas es una eminencia nacional en el tratamiento de la disfunción sexual en mujeres que reciben tratamiento oncológico.
Síndrome genitourinario de la menopausia
22 dic 2023Otros posibles síntomas vaginales son los siguientes:
ardor vaginal
comezón en la vagina o alrededor de la vulva
dolor durante el acto sexual
manchado o hemorragia durante el sexo o después de él
espasmos musculares del suelo pélvico
Otros posibles síntomas urinarios pueden incluir los siguientes:
tener que orinar más seguido de lo normal
incapacidad para retener la orina (incontinencia)
ardor o dolor al orinar
Además de los problemas sexuales y urinarios, la atrofia vaginal/GSM puede afectar la vida cotidiana, por ejemplo, pueden dificultar viajar en automóvil o permanecer sentada en cualquier sitio durante mucho tiempo, andar en bicicleta, ponerse unos vaqueros y limpiarse después de ir al baño.
Causas de la atrofia vaginal/GSM
La causa de la atrofia vaginal/GSM es la disminución de los niveles de estrógeno, que hace que los tejidos vaginales se vuelvan más finos, más secos y menos elásticos. El cuerpo empieza a producir menos estrógeno en los meses anteriores a la menopausia (perimenopausia) y estos niveles siguen bajando durante la menopausia. La disminución de los niveles de estrógeno también puede deberse a tratamientos contra el cáncer de mama o a la extirpación de los ovarios.
Factores de riesgo de la atrofia vaginal/GSM
Ser perimenopáusica o menopáusica es el mayor factor de riesgo de atrofia vaginal/GSM. Esto se debe a que el cuerpo produce menos estrógeno a medida que avanzas hacia la menopausia. Otros procedimientos, medicamentos y factores relacionados con el estilo de vida también pueden reducir los niveles de estrógeno y provocar atrofia vaginal/GSM, entre ellos:
tratamientos del cáncer de mama, incluida la quimioterapia y la terapia hormonal
extirpación quirúrgica de los ovarios o supresión de la función ovárica con medicamentos
ciertas enfermedades autoinmunes, como el lupus, el síndrome de Sjogren o la enfermedad de Hashimoto
amamantar
fumar cigarrillo
mantener relaciones sexuales con penetración con poca frecuencia; las relaciones sexuales frecuentes hacen que la sangre fluya hacia la vagina, lo que mantiene los tejidos más elásticos
Diagnóstico de la atrofia vaginal/GSM
No hay ningún análisis que pueda decir si tienes atrofia vaginal/GSM. En su lugar, es el médico quien debe hacer el diagnóstico a partir de tus antecedentes médicos y un examen pélvico exhaustivo. Durante el examen, el médico observará tanto la vagina como el cuello uterino para ver si hay sequedad, enrojecimiento, hinchazón o pérdida de elasticidad, así como si la vagina se ha acortado o estrechado. Tu médico también puede recomendarte que analices una muestra de orina o que te hagas determinados análisis, como una citología vaginal o un análisis de pH vaginal (prueba de acidez) para descartar cualquier otra causa de los síntomas, por ejemplo, una infección.
Tratamiento de la atrofia vaginal/GSM
¿Puede revertirse la atrofia vaginal/GSM con tratamiento? En una palabra, sí.
En 2025, tres organizaciones profesionales publicaron la primeras pautas para reconocer y gestionar el GSM.
El programa MUSIC de salud sexual después del cáncer trata los síntomas vaginales de la atrofia vaginal/GSM con un programa de cuatro pasos que combina muchas de las recomendaciones de esas pautas.
Paso uno: eliminar los irritantes. Rojas aconseja a las mujeres que trata que analicen todo lo que toca la vulva —el exterior de la vagina— y la vagina. Esto incluye las sustancias químicas del papel higiénico que utilizas, la fragancia del detergente con el que lavas la ropa interior y cualquier jabón o producto de higiene femenina que utilices. Si hay productos químicos o fragancias, recomienda buscar otro producto sin sustancias químicas ni fragancias.
Paso dos: hidratar la piel. Muchas personas tienen una rutina diaria de cuidado de la piel. Rojas recomienda incluir en la rutina un humectante vaginal no irritante.
“El aceite de coco orgánico de un solo ingrediente es mi elección para nuestros pacientes”, explica Rojas. “Es un antimicrobiano y antifúngico natural. También puedes utilizar un humectante vaginal que contenga ácido hialurónico. Dura mucho tiempo y realmente mantiene la humedad en la piel. Elige un producto que no irrite y que no contenga ingredientes ocultos o no evidentes”.
Rojas recomienda a las mujeres con antecedentes de cáncer de mama empezar con un producto humectante no hormonal, como el aceite de coco de un solo ingrediente. Si esto no alivia la sequedad lo suficiente, entonces recomienda hidratantes hormonales tópicos en dosis muy bajas. Tanto el estrógeno tópico como la DHEA (dehidroepiandrosterona) en forma de cremas, anillos o comprimidos pueden aplicarse o colocarse directamente en la vagina. Aunque ha habido controversia en el pasado sobre las mujeres con antecedentes de cáncer de mama que utilizan productos hidratantes hormonales, estudios recientes han encontrado que el estrógeno vaginal tópico es seguro para las mujeres con diagnóstico de cáncer de mama. Como el estrógeno es tópico y de baja dosis, permanece en la vagina y no eleva los niveles de estrógeno en todo el organismo.
Los médicos no recomiendan la terapia de reemplazo hormonal sistémica (las hormonas viajan por el torrente sanguíneo a todo el organismo) a las personas con antecedentes de cáncer de mama.
Paso tres: usar lubricantes. “Los productos humectantes son para el mantenimiento, los lubricantes son para la actividad sexual o cualquier cosa que se coloque en la vagina, incluyendo dilatadores, dispositivos sexuales, el pene”, dijo Rojas.
Los dilatadores vaginales estimulan y estiran los músculos vaginales y ayudan a revertir el estrechamiento del canal vaginal.
Los lubricantes pueden ser a base de agua o de silicona. Rojas recomienda productos que sean superdeslizantes, sin sustancias químicas ni fragancias añadidas.
Paso cuatro: tratar cualquier dolor o espasmo de los músculos del suelo pélvico, lo que los médicos denominan “espasmos del músculo elevador”. Rojas remite a las personas a un fisioterapeuta especializado en el suelo pélvico, que puede utilizar masajes, ejercicios y dilatadores vaginales. La Academia de Fisioterapia para la Salud Pélvica de la Asociación Estadounidense de Fisioterapia dispone de una herramienta de localización para ayudarte a encontrar un fisioterapeuta matriculado y especializado en salud pélvica.
¿Y los láseres vaginales?
Muchas empresas y consultas de cirugía estética promocionan el láser vaginal como una forma de rejuvenecer y rellenar los tejidos vaginales, así como de tratar la incontinencia y mejorar la función sexual. Pero se han realizado pocos estudios de alta calidad y existen pocas pruebas, o ninguna, de que los láseres vaginales puedan tratar cualquier síntoma de atrofia vaginal/GSM.
Rojas aconseja evitar estos dispositivos.
“Tienen nombres que suenan suaves y a menudo se venden a pacientes con diagnóstico de cáncer de mama, sobre todo en octubre”, explica. “En el programa MUSIC hemos atendido a pacientes con dolor crónico, quemaduras y cicatrices; estos dispositivos les han causado daños físicos. Es muy preocupante”.
Tratamiento de los síntomas urinarios del GSM
Los estrógenos vaginales tópicos en dosis bajas también tratan los síntomas urinarios del GSM, como la vejiga hiperactiva y las infecciones urinarias frecuentes después de mantener relaciones sexuales. Si sigues teniendo infecciones urinarias y otros problemas urinarios mientras utilizas estrógenos tópicos, es probable que tu médico te recomiende un antibiótico suave, como Macrobid (nombre químico: nitrofurantoína).
Preguntas frecuentes sobre atrofia vaginal/GSM
¿Se puede revertir la atrofia vaginal?
Los síntomas de la atrofia vaginal pueden tratarse con éxito mediante diversas opciones de tratamiento. Habla con tu médico a fin de preguntarle cualquier duda que tengas y asegurarte de que eliges algo seguro y adecuado para ti.
¿Puede la atrofia vaginal provocar hemorragias?
El GSM provoca sequedad vaginal y otros síntomas vaginales que pueden dar lugar a ligeros manchados o hemorragias, especialmente durante las relaciones sexuales.
¿Cuál es la diferencia entre síntomas urinarios y síntomas genitourinarios?
Los síntomas urinarios afectan a las vías urinarias y pueden incluir una variedad de sensaciones que pueden ser muy molestas. Entre ellas se incluyen las infecciones urinarias frecuentes, el ardor al orinar, orinar con frecuencia o tener la sensación de tener que orinar más de lo habitual y no poder llegar al baño. Los síntomas genitourinarios incluyen síntomas que afectan tanto a los genitales como a las vías urinarias. Así que, además de los síntomas urinarios, es posible que tengas sequedad vaginal o flujo vaginal. Estos síntomas suelen requerir una evaluación más exhaustiva por parte de un ginecólogo especializado en las vías urinarias o un urólogo.