Cambios en el estado de ánimo, pena y depresión durante la menopausia
La disminución de los niveles de estrógeno y progesterona que acompañan la menopausia pueden afectar no solo tu salud física, sino también tu salud mental.
Cómo la menopausia puede afectar la salud mental
A medida que atraviesas la menopausia, el descenso en los niveles de estrógeno y progesterona puede afectar la cantidad de serotonina que produce el cuerpo. La serotonina es un componente producido por el cuerpo que transporta mensajes entre las células nerviosas del cerebro y el resto del cuerpo, y que le indica cómo debe funcionar. La serotonina ayuda a controlar la memoria, el estado de ánimo, la temperatura corporal, el sueño, el deseo sexual y el apetito. Se cree que un nivel bajo de serotonina puede ser uno de los factores que generan depresión y ansiedad.
Al mismo tiempo, los síntomas físicos de la menopausia, como los bochornos y el insomnio, también pueden provocar pena, estrés, ansiedad y depresión.
Si eres una mujer joven que llega tempranamente a la menopausia como consecuencia de los tratamientos del cáncer de mama, puedes sentir pena por el diagnóstico, además de los efectos secundarios que puedas experimentar.
Cambios en el estado de ánimo
Tener cambios en el estado de ánimo significa que las emociones cambian de manera frecuente y, a veces, drástica. Es decir, estás feliz en un momento y triste al siguiente.
Obtén más información sobre los cambios en el estado de ánimo, incluidos los tratamientos del cáncer de mama que pueden causarlos y las formas de manejarlos.
Pena vs. depresión
Si sientes pena durante la menopausia, debes saber que es algo habitual. Sin embargo, es importante comprender la diferencia entre la pena normal y la depresión.
Ambas situaciones pueden causar tristeza, pérdida de interés en actividades que solían ser placenteras y problemas alimentarios y de sueño.
Pero la pena es un proceso. Tienes esos sentimientos, pero los atraviesas y, con el tiempo, comienzas a sentirte mejor.
La depresión suele durar más y causa sentimientos más intensos, que tienen un impacto más grave en tus actividades en el día a día.
El Dr. Alan Wolfelt, director fundador de Center for Loss and Life Transition, de Colorado, desarrolló una lista útil para distinguir ente la pena y la depresión.
respondes a la contención y al apoyo
sueles demostrar enfado con frecuencia
asocias tu estado depresivo a una pérdida
todavía puedes disfrutar de momentos de alegría
demuestras tristeza y una sensación de vacío
manifiestas algún dolor físico temporario
expresas culpa por aspectos específicos de la pérdida
sientes una pérdida temporal de autoestima
no aceptas apoyo
estás irritable y te quejas, pero no expresas ira de forma directa
no asocias tus sentimientos de depresión con algo en particular
tienes una sensación abrumadora de perdición
proyectas una sensación crónica de desolación y vacío
tienes un malestar físico constante
tienes sentimientos de culpa generalizados
sientes una pérdida de autoestima profunda y duradera
Esta lista es un fragmento del texto de Wolfet, A. Understanding Your Grief (Comprender el duelo). Companion Press, 2004, página 64.
Obtén más información sobre la depresión y cómo se trata.
Atravesar la menopausia naturalmente, es decir, como parte del envejecimiento, no parece aumentar el riesgo de depresión. Pero, si los síntomas menopáusicos como los bochornos, los cambios vaginales y las alteraciones del sueño te causan gran incomodidad, es posible que contribuyan a la depresión, sobre todo si hay otros factores de estrés o si ya has tenido depresión.
Tratamientos para la depresión y la pena en la menopausia
Si tienes síntomas de pena o depresión que duran semanas, y no hay signos de mejoría, es importante que hables con tu médico.
Si estás recibiendo un tratamiento para el cáncer de mama mientras atraviesas la menopausia (o si ese tratamiento provoca menopausia temprana), el equipo de cuidado puede determinar si uno de los tratamientos oncológicos es la causa de los síntomas y evaluar si es posible cambiar de tratamiento.
Tu médico también puede recomendar un tratamiento para otros efectos secundarios de la menopausia como el insomnio, la fatiga y los bochornos. Sobrellevar estos síntomas puede ayudar a aliviar la depresión y la pena.
También te conviene pedirle a tu médico que te derive a un profesional certificado en salud mental que tenga experiencia con personas que están atravesando la menopausia.
Si te diagnostican depresión, puede ser útil combinar distintos tratamientos, como el apoyo terapéutico y los medicamentos antidepresivos.
Hay varios tipos de terapia, pero en general, la mayoría de las sesiones suelen concentrarse en disminuir el estrés, resolver problemas de manera constructiva, cambiar los pensamientos negativos, enfrentar problemas emocionales y obtener el apoyo de familiares y amigos.
La terapia cognitivo-conductual es un tipo específico de terapia que ayuda a identificar, comprender y cambiar los pensamientos negativos para mejorar la salud emocional y el rendimiento. Si buscas a un profesional de la salud mental certificado en tu zona, consulta el sitio web de la American Psychological Association (Asociación Estadounidense de Psicología).
Los medicamentos antidepresivos equilibran los químicos del cerebro llamados neurotransmisores, que afectan el estado de ánimo y las emociones. Algunos neurotransmisores son la serotonina, la norepinefrina y la dopamina.
Un psiquiatra o un médico pueden colaborar contigo para determinar qué medicamentos alivian los síntomas de la depresión con la menor cantidad posible de efectos secundarios. Muchas personas necesitan probar distintos tipos de medicamentos hasta ver una mejoría de los síntomas.
Si comienzas a tomar un medicamento para tratar la depresión, es posible que los efectos recién se sientan después de dos a cuatro semanas.
Estos son algunos tipos comunes de antidepresivos:
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como Lexapro (nombre genérico: escitalopram), Celexa (nombre genérico: citalopram) y Zoloft (nombre genérico: sertralina)
inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN), como Cymbalta (nombre genérico: duloxetina); Effexor XR (nombre genérico: venlafaxina) y Pristiq (desvenlafaxina)
Bupropión (marca comercial: Wellbutrin)
Si estás tomando tamoxifeno, consulta al médico para determinar qué antidepresivos puedes tomar sin riesgos. Algunos antidepresivos, como Paxil, Wellbutrin, Prozac, Cymbalta y Zoloft, interfieren en la capacidad corporal de convertir el tamoxifeno en su forma activa, lo que impide obtener todos los beneficios de este fármaco. Obtén más información sobre los medicamentos que se deben evitar durante el tratamiento con tamoxifeno.
Lo que comes tiene una gran influencia en cómo te sientes. De hecho, la dieta tiene un rol tan importante en la salud mental que existe un campo de la medicina llamado psiquiatría nutricional. El cerebro logra su mejor funcionamiento cuando llevas una dieta sana y equilibrada de buena calidad. Comer una gran cantidad de alimentos procesados y azúcares refinados puede causar inflamación. Según algunos estudios, esta situación puede afectar el funcionamiento mental y empeorar algunos síntomas de la depresión.
Según las conclusiones de un estudio de 2017: “Una dieta caracterizada por una elevada ingesta de frutas, verduras, granos integrales, pescado, aceite de oliva, lácteos bajos en grasas y antioxidantes, con una baja ingesta de productos animales, parecía estar vinculada con un menor riesgo de depresión. Una dieta caracterizada por un elevado consumo de carnes rojas y procesadas, granos refinados, dulces, lácteos grasos, manteca, papas y salsas grasas, con un bajo consumo de frutas y verduras, está asociada con un mayor riesgo de depresión”. 1
En paralelo con estos resultados, en un estudio de 2023 2 se sugiere que comer una mayor cantidad de alimentos ultraprocesados (alimentos con mucha cantidad de azúcar, sal, grasa, conservantes y colorantes y endulzantes artificiales) se vincula con un mayor riesgo de depresión. Algunos ejemplos de alimentos ultraprocesados son las comidas congeladas, los refrescos, las salchichas y los fiambres, la comida rápida, las galletas envasadas, las tortas y los bocadillos salados.
El ejercicio también puede ayudar a mejorar el estado de ánimo. El ejercicio activa una cadena de eventos en el cuerpo que ofrece una gran cantidad de beneficios para la salud, como mejorar el sueño y disminuir la presión arterial. El ejercicio también le permite al cuerpo liberar proteínas que hacen que las células nerviosas crezcan y establezcan nuevas conexiones, incluidas las células cerebrales. Estas nuevas conexiones nerviosas pueden ayudar a mejorar el funcionamiento cerebral, lo cual te hace sentir mejor.
Al igual que con la mayoría de los tratamientos de la depresión, los cambios en la dieta y la actividad física tardan un tiempo en dar resultados. Sin embargo, muchos médicos afirman que, si haces ejercicio regularmente y llevas una dieta saludable, deberías comenzar a sentir la mejoría en unas semanas.
Dietary patterns and depression risk: A meta-analysis (Dieta y riesgo de depresión: metanálisis). Li, Y. Psychiatry Research. Julio de 2017. Disponible en inglés en: https://doi.org/10.1016/j.psychres.2017.04.020
Smauthpongtorn, C., et al. Consumption of Ultraprocessed Food and Risk of Depression (Consumo de alimentos ultraprocesados y riesgo de depresión), JAMA Network Open, 20 de septiembre de 2023. Disponible en inglés en: https://jamanetwork.com/article.aspx?doi=10.1001/jamanetworkopen.2023.34770 o https://jamanetwork.com/journals/jamanetworkopen/fullarticle/2809727
— Se actualizó por última vez el 22 de enero de 2025, 14:48