Terapia cognitivo-conductual (CBT, sigla en inglés) para el cáncer de mama (seno)

La terapia cognitivo-conductual puede ayudarte a practicar nuevas formas de pensar sobre el diagnóstico y el proceso de curación.
 

Es entendible que el diagnóstico o el tratamiento del cáncer te generen tristeza y miedo. Algunos de estos sentimientos pueden desaparecer con el tiempo, pero otros pueden persistir y dificultarte la vida cotidiana. 

En estos momentos, podría ayudarte un tipo de terapia conversacional llamada terapia cognitivo-conductual (CBT).

Los investigadores de Michigan y Texas analizaron recientemente los resultados de 130 ensayos clínicos en los que participaron personas diagnosticadas con cáncer que se trataron con la CBT. Los resultados muestran que muchas personas diagnosticadas con cáncer que se trataron con la CBT (en persona, virtualmente o una combinación de ambas) experimentaron mejoras en su salud mental y calidad de vida. Los resultados se publicaron en la revista Cancer Medicine.

 

¿Qué es la terapia cognitivo-conductual?

Mediante sesiones regulares con un terapeuta calificado, la terapia cognitivo-conductual te ayuda a identificar los pensamientos y comportamientos que no te favorecen y te generan depresión o preocupación. Luego trabajarán en conjunto para cambiar esos patrones de pensamiento y comportamientos. 

Anao Zhang, MSW, PhD, dice que ayuda a las personas diagnosticadas con cáncer a identificar las ideas básicas sobre sí mismas y sobre el cáncer como también a modificar su pensamiento automático cotidiano al respecto. Zhang dirigió el estudio de Cancer Medicine y es trabajador social y director clínico del programa de oncología para adolescentes y adultos jóvenes de la Universidad de Michigan Health, en Ann Arbor. 

Basándose en su experiencia como trabajador social, Zhang afirma que la CBT puede ser más eficaz para las personas que buscan formas de afrontar los efectos secundarios a corto y largo plazo del tratamiento del cáncer. 

 

Qué esperar durante la sesión de la CBT

Una sesión de terapia cognitivo-conductual suele durar entre 40 y 50 minutos. Puede hacerse en persona, por teléfono o virtualmente. También puede realizarse en grupos.

La CBT comienza con una charla con un terapeuta calificado en la que se hablará sobre los problemas que experimentas en tu vida y tus objetivos terapéuticos. Tu terapeuta y ti analizarán cómo tus pensamientos, incluso aquellos pensamientos de los que tal vez ni siquiera te des cuenta (también llamados pensamientos automáticos), y tus acciones pueden estar colaborando con estos problemas. Entre sesiones, se te pedirá que prestes atención a tus sentimientos y pongas en práctica nuevos enfoques para tus problemas utilizando las técnicas aprendidas.  

En cada sesión, el terapeuta empezará por preguntarte cómo van las cosas y luego hablarán sobre lo que quieras trabajar. Durante la mayor parte de la sesión, podrían trabajar en uno o dos temas con el terapeuta.

Hay muchas técnicas que pueden emplearse en la CBT, desde ejercicios de consciencia plena hasta registro diario o juegos de rol. Un enfoque que puede utilizar un terapeuta es la técnica de la flecha descendente. Esta técnica ayuda a identificar y cuestionar creencias profundamente arraigadas que te molestan, afirma Zhang.

Los pasos de la técnica flecha descendente podrían incluir

  • El terapeuta te pide que describas un pensamiento automático. Por ejemplo: “¿Y si el cáncer reaparece?”

  • A continuación, el terapeuta te invita a hacerte preguntas sobre por qué te está molestando ese pensamiento. Por ejemplo: “¿Qué significaría si el cáncer reaparece?”

  • Podrán trabajar con el terapeuta para identificar creencias más profundas, incluidas tus creencias fundamentales. Las creencias fundamentales son ideas firmemente arraigadas sobre uno mismo, los demás y el mundo. Por ejemplo, si el cáncer reaparece, significa que he fracasado y que nunca me podré librar de esta enfermedad.

  • Entonces podrías reflexionar sobre cómo desarrollar una visión más equilibrada para desafiar esas creencias fundamentales de que has fracasado y que nunca podrás librarte de la enfermedad. El terapeuta puede pedirte que analices momentos de tu vida que te demuestren lo contrario, como éxitos pasados o momentos en los que te has sentido mal, pero te has curado.

En la parte final de cada sesión individual, el terapeuta puede preguntarte cómo ha ido la sesión. Es posible que te pida que compartas tus impresiones sobre lo que sientes que funciona y lo que no. Hacia el final, el terapeuta puede darte una tarea sobre lo que hay que hacer antes de la siguiente sesión.

“Entre una sesión y otra crecemos y aprendemos mucho”, afirma Zhang. “La sesión es un entorno protegido para que los pacientes y clientes exploren lo que han probado y lo que han aprendido”.

 

Cómo puede la CBT aliviar los efectos secundarios del cáncer de mama

La terapia cognitivo-conductual puede ayudar a reducir los síntomas del cáncer y los efectos secundarios del tratamiento.

Salud mental

Hasta un tercio de las personas diagnosticadas con cáncer de mama sufren depresión y más del 40 % ansiedad. En un estudio realizado en 2023 sobre 60 ensayos clínicos que incluía a casi 8.000 personas, se descubrió que la CBT ayudó a las mujeres con cáncer de mama a bajar los niveles de depresión, ansiedad y estrés en comparación a los niveles que presentaban al inicio de la terapia. Los ensayos clínicos incluían muchos tipos diferentes de intervenciones y la mayoría eran presenciales y en grupo. En el estudio solo participaron mujeres diagnosticadas con cáncer de mama en estadio inicial, por lo que no está claro si se obtendrían los mismos resultados en mujeres diagnosticadas con la enfermedad metastásica.

Insomnio

El insomnio provocado por el estrés del diagnóstico o el tratamiento del cáncer de mama puede afectar al estado de ánimo, el dolor y la calidad de vida. La terapia cognitivo-conductual para el insomnio (a veces denominada CBTI por su sigla en inglés) es un tipo de terapia que te ayuda a identificar y cambiar comportamientos para mejorar el sueño. Esto podría incluir la creación de rituales tranquilizadores a la hora de acostarse o la minimización de las preocupaciones con respecto al sueño.

Un análisis de 16 estudios halló que la CBT era eficaz para las personas con insomnio diagnosticadas con cáncer. El metanálisis mostró que la CBTI mejoraba el porcentaje de tiempo de sueño en la cama en un 10 %, aumentaba el tiempo total de sueño en 22 minutos y reducía los episodios de vigilia tras el inicio del sueño en 24 minutos, en comparación con no hacer ninguna terapia. Sin embargo, la mayoría de los resultados tenían una certeza de evidencia moderada o baja, según los autores.

La National Comprehensive Cancer Network, el American College of Physicians y la American Academy of Sleep Medicine recomiendan la terapia cognitivo-conductual como primer tratamiento para el insomnio.

Los sofocos y el sudor nocturno

Los sofocos y los sudores nocturnos son efectos secundarios frecuentes del tratamiento del cáncer de mama que la CBT puede ayudar a controlar. Un pequeño estudio demostró que las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama que realizaron 6 semanas de la CBT (autoguiada o dirigida por un terapeuta) presentaron menos problemas de sofocos y sudores nocturnos que las mujeres que no realizaron la terapia, incluso meses después de interrumpirla. 

Náuseas y fatiga

Zhang afirma que la terapia cognitivo-conductual también puede ayudar a reducir las náuseas y la fatiga. La Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO, sigla en inglés) actualizó en mayo de 2024 sus pautas para el tratamiento de la fatiga relacionada con el cáncer para incluir la CBT. 

Miedo a la recurrencia

Un pequeño estudio publicado en 2017 indicó que las personas diagnosticadas con cáncer de mama, próstata o colorrectal que recibieron la CBT tenían menos miedo a la recurrencia que aquellas personas que no realizaban la CBT.  

 

Encontrar un terapeuta cognitivo-conductual

Todos los trabajadores sociales, psicólogos, psiquiatras y consejeros profesionales con certificación pueden obtener el certificado para practicar la terapia cognitivo-conductual. Puede llevarte tiempo encontrar un terapeuta que esté dentro de la lista de los terapeutas que cubre tu seguro, practique la CBT y, lo más importante, con quien te lleves bien, por lo que es necesario hacer un esfuerzo al principio antes de comenzar. 

Para empezar, pídele a tu equipo sanitario que te recomiende alguien. También puedes preguntarle a tus familiares, amigos u otras personas que conozcas y que se hayan enfrentado a un diagnóstico de cáncer sobre los terapeutas con quienes les ha gustado trabajar. Tu seguro médico puede ayudarte a tener una idea de los costos de la terapia y podría enviarte una lista de especialistas en salud mental que estén dentro de tu red y que ofrezcan atención presencial o virtual.

Hay dos organizaciones que ofrecen formación y certificación en CBT que también cuentan con bases de datos de terapeutas: La Academy of Cognitive and Behavioral Therapies y el Beck Institute. Otros recursos disponibles para conectarte con los proveedores de salud mental incluyen las asociaciones psicológicas en tu estado y las líneas de apoyo para personas diagnosticadas con cáncer.

— Se actualizó por última vez el 29 de marzo de 2025, 16:34