Efectos secundarios de la radiación en la mama (seno)
Los efectos secundarios más frecuentes de la radiación en la mama son la descamación de la piel en la zona tratada, la fatiga, el enrojecimiento y la inflamación.
En general, los efectos secundarios dependen del tipo de radioterapia que recibas (externa o braquiterapia/interna), de la técnica (radiación total o parcial de la mama) y de la zona tratada (la mama o una zona en la que el cáncer se haya diseminado, como los ganglios linfáticos).
Los efectos secundarios de la radiación tienden a aparecer a medida que avanza el tratamiento y pueden ser más molestos hacia el final del tratamiento o después de que termine. No obstante, la mayoría de los efectos secundarios causados por la radiación son de corta duración y tienden a desaparecer entre 6 y 12 meses después de finalizar el tratamiento. Pero hay algunos efectos secundarios que pueden aparecer más tarde o durar más tiempo.
Efectos secundarios de la radioterapia externa
Uno de los principales efectos secundarios de la radioterapia externa consiste en los cambios de la piel en el sitio de tratamiento.
La reacción se parece mucho a una quemadura solar, con enrojecimiento y posible picazón, ardor o escozor, dolor, descamación, ampollas u oscurecimiento de la piel. Estos cambios en la piel se presentan gradualmente durante el tratamiento y pueden aparecer solo en determinadas partes.
Los lugares donde hay contacto piel con piel, como las axilas y debajo de las mamas, y los lugares donde podrías tener mucha exposición solar, como la parte superior del pecho, tienen mayores probabilidades de resultar afectados. Algunas personas presentan cambios en el color de la piel que duran años después del tratamiento.
Algunas personas pueden tener telangiectasias (a veces llamadas arañas vasculares) que aparecen meses o años después de la radiación en la mama. Una telangiectasia es una mancha pequeña de vasos sanguíneos diminutos en la piel del sitio de tratamiento que se parece a una maraña de líneas rojas muy finas. Las telangiectasias no son un signo de recurrencia del cáncer, pero a veces pueden provocar síntomas molestos como picazón o dolor. Si te aparecen telangiectasias después de la radioterapia y deseas tratarlas, puedes consultar a un dermatólogo (un médico especializado en la piel) y preguntarle por tratamiento con láser y otras opciones terapéuticas.
Tal vez tengas mayores probabilidades de presentar efectos secundarios significativos en la piel si tienes piel blanca, mamas más grandes, ciertas enfermedades que afectan la cicatrización de la piel (como un trastorno del tejido conjuntivo), o si tuviste una mastectomía o recibiste quimioterapia antes de la radiación.
Los efectos secundarios en la piel pueden seguir empeorando durante aproximadamente una semana después de finalizado el tratamiento, pero después de eso, la piel empieza a sanar.
Otros efectos secundarios de la radioterapia externa
Estos son otros efectos secundarios a corto plazo que puede provocar la radioterapia externa:
inflamación de la mama
fatiga leve a moderada
cambios en las sensaciones de la piel
Algunos efectos secundarios menos frecuentes son:
inflamación (linfedema) del brazo, particularmente en casos en los que se tratan los ganglios linfáticos
rigidez de los hombros
Efectos secundarios de la braquiterapia (radiación interna)
Los principales efectos secundarios de la braquiterapia son:
cambios de la piel en el sitio de tratamiento, como enrojecimiento o moretones
dolor de mama
daños en el tejido adiposo de la mama
acumulación de líquido en la mama
De nuevo, estos efectos secundarios suelen ser de corta duración y desaparecen después de 6 a 12 meses.
Posibles efectos secundarios a largo plazo de la radioterapia para el cáncer de mama
Aunque la mayoría de los efectos secundarios de la radiación en la mama mejoran al cabo de seis meses o un año, hay efectos secundarios menos frecuentes que pueden aparecer más tarde o durar varios años o más.
En algunos casos, la mama se achica, y la piel se vuelve más firme o se inflama.
Es posible que las mujeres que recibieron radiación en la mama no puedan amamantar con la mama afectada.
Si recibiste radiación en algún ganglio linfático, el linfedema puede ser un efecto secundario a largo plazo.
No es algo frecuente, pero la radiación en la mama a veces puede causar daños en algunos nervios del brazo. Este daño se denomina plexopatía braquial. La plexopatía braquial puede provocar entumecimiento, dolor y debilidad en el brazo, en el hombro o en la mano.
Los avances en radioterapia han reducido considerablemente la exposición del corazón y los pulmones a la radiación. Los equipos de radiación más modernos monitorean los latidos del corazón y el movimiento de los pulmones (lo que se denomina sincronización respiratoria) e impiden eficazmente que esos tejidos queden expuestos a la radiación, por lo que hoy en día son raros los daños pulmonares y cardíacos causados por la radiación.
En casos muy raros, la radiación puede debilitar las costillas, lo que puede provocar su rotura.
También existe un riesgo muy bajo de cáncer secundario. Aun así, los beneficios de tratar un cáncer activo ahora suelen superar con creces cualquier riesgo de un segundo diagnóstico más adelante.
Cómo tratar los efectos secundarios que provoca la radioterapia en la piel
Tienes varias opciones para ayudar a disminuir la sensibilidad de la piel durante el tratamiento con radiación, y también para ayudar a que la piel sane una vez finalizado el tratamiento con radiación.
A continuación, te mostramos algunas medidas que puedes tomar para ayudar a prevenir y tratar la irritación antes y después de las sesiones diarias de tratamiento con radiación.
Al principio de la radioterapia, antes de tener efectos secundarios, hidrata la piel después del tratamiento diario con una pomada suave.
También te la puedes aplicar de noche: usa una camiseta vieja para que la pomada no manche las sábanas.
Si se te seca la piel o se te descama durante el tratamiento, hidrátala con frecuencia y límpiala con suavidad.
Usa camisas sueltas, preferiblemente de algodón.
Evita usar sostenes con varillas o cualquier tipo de sostén que se te clave en la piel. No uses sostén si tienes partes en carne viva.
Usa agua tibia en lugar de caliente.
Trata que el agua de la ducha no te pegue directamente en la mama. Deja que el agua te caiga en el hombro y baje por la parte afectada.
Evita los jabones potentes y con fragancia. Usa jabones sin fragancia que tengan crema hidratante o jabones específicos para piel sensible.
Evita fregarte con esponjas vegetales, paños o manoplas.
Para ayudar a prevenir el enrojecimiento y la irritación de la piel, evita el contacto piel con piel que puede provocar fricción, humedad, presión y calor. Las zonas más propensas a irritarse son:
La axila: donde el brazo aprieta contra la axila y la parte externa de la mama.
Debajo de la mama: a lo largo del pliegue inferior de la mama, donde esta puede caer un poco y apoyarse contra la piel de la parte superior del vientre.
Entre las mamas: a lo largo del escote, donde las mamas se tocan.
Para evitar el contacto piel con piel:
Intenta mantener el brazo alejado del cuerpo siempre que sea posible.
Usa un buen sostén que no tenga varillas para mantener las mamas separadas y elevadas.
Si tienes mamas grandes, cuando no estés usando sostén, colócate un paño suave o un trozo de tela de franela o algodón suave debajo de la mama.
Colócate almidón de maíz con regularidad en la mama y en los pliegues de la piel para absorber humedad, reducir la fricción y mantener un olor fresco.
Puedes usar talco de bebé hecho de almidón de maíz (no uses talco común) o almidón de maíz de cocina tamizado.
Aplícatelo con una brocha de maquillaje limpia o pon algo de almidón de maíz en una media de nailon a la rodilla o en un calcetín de tela fina y hazle un nudo en la parte superior. Date golpecitos suaves en la piel para ponerte el polvo.
Si el médico te recomendó usar cremas o bálsamos, aplícatelos primero y luego espolvorea el sitio con el almidón de maíz.
Con o sin radiación, las infecciones por cándida son comunes en el pliegue de piel debajo de cada mama, particularmente en climas más cálidos y en mujeres con mamas grandes.
Los signos de las infecciones por cándidas incluyen enrojecimiento, picazón y, a veces, presencia de una sustancia blanquecina en la piel.
Si tienes una infección por cándida, trátala antes de empezar a recibir radiación para que no empeore.
Una crema o un polvo de acción antimicótica (como un producto para tratar el pie de atleta o tiña del pie) suele dar buen resultado.
Para tratar casos leves de irritación, picazón y escozor o ardor, puedes aplicarte una preparación con aloe vera. O prueba con una crema de venta libre que tenga hidrocortisona.
Extiende una fina película de crema sobre la zona afectada tres veces al día, pero no uses crema de aloe vera ni de cortisona en la hora anterior a la radioterapia.
Si la piel presenta enrojecimiento, picazón, dolor o te empieza a arder, y la crema de venta libre con hidrocortisona no te da resultado, pídele al médico que te indique una alternativa.
Algunas personas sienten alivio al soplar aire en la parte afectada con un secador de pelo en modo “frío” o “aire” (sin calor).
Si se te forman ampollas o se te descama la piel con presencia de humedad, no te toques. La piel vieja protege a la nueva mientras crece de nuevo por debajo.
Si se te forma una ampolla y se abre o se revienta, la parte expuesta en carne viva puede doler y supurar. Infórmale al médico si esto ocurre para ayudar a prevenir una infección.
Mantén esa parte relativamente seca y lávate solo con agua tibia. Sécate con suavidad y luego colócate un apósito antiadherente, como los apósitos Xeroform (que tienen vaselina como calmante) o los apósitos de “segunda piel” que fabrican varias empresas.
Para aliviar las molestias de las ampollas o de la descamación, toma un analgésico de venta libre o pídele una receta al médico en caso de ser necesario.
Si los problemas de piel empeoran, el médico o el personal de enfermería podrían recomendarte que te tomes un descanso breve del tratamiento a fin de darle tiempo a la piel para que se recupere.
Preguntas frecuentes sobre los efectos secundarios de la radiación
Lo que a veces se denomina quemadura por radiación no es realmente una quemadura. Es el enrojecimiento, la picazón, la descamación y la formación de ampollas en la piel que puede causar la radiación.
La radiación solo provoca la pérdida del cabello en la zona tratada. Por lo tanto, la radiación en la zona de la mama no provoca la pérdida del cabello en la cabeza. Pero si te diagnosticaron metástasis cerebral y tienes programado recibir radioterapia en la cabeza, es habitual perder algo de cabello.
El procedimiento de radioterapia en la mama es indoloro. Aun así, con el tiempo, puedes tener algunas molestias en la piel, como picazón, enrojecimiento y ampollas.
— Se actualizó por última vez el 23 de febrero de 2024, 21:07