La historia de Karen: Llevar mi trabajo a casa: de enfermera de oncología a paciente

Trabajar con pacientes de cáncer de mama no podía preparar a Karen para equilibrar el tratamiento con las responsabilidades familiares.
 
Karen Powell headshot

Karen Powell es miembro de la comunidad Breastcancer.org en Fair Haven, Nueva Jersey, EE. UU.

Me llamo Karen Powell. Soy madre de cuatro niños increíbles: un hijo de nueve años, dos gemelos de ocho y una hija de tres. También soy enfermera especializada en oncología y especialista en menopausia. Recientemente he sobrevivido a un cáncer de mama a los 39 años.

Rocé casualmente con la mano un bulto que no había buscado. En un instante, comenzó la avalancha de exámenes y biopsias, y mi vida cambió por completo. Revisé los resultados mientras estaba en el trabajo, en el que cuidaba a las mujeres durante la experiencia a la que estaba a punto de unirme desde un punto de vista totalmente nuevo. “Carcinoma ductal invasivo, palabras conocidas que de repente me resultaron extrañas, pues era mi nombre el que estaba en el informe. En este caso pensé en mi paciente que esperaba y me dije: ‛No hay nadie más preparado para ayudarla’, así que me acomodé la bata y fui a ver a mi siguiente paciente.

No existen directrices sobre cómo ser un paciente oncológico.

Una de las épocas más polarizantes y angustiosas de mi vida fue lidiar con la ansiedad de saber que tenía un cáncer creciendo en mi interior y, al mismo tiempo, afrontar la realidad del cuidado de los niños. En un momento estaba elaborando un plan quirúrgico con mi oncólogo de mama; al siguiente, estaba animando a los equipos deportivos de mis hijos desde la tribuna. Estaba sopesando las opciones de reconstrucción tras una mastectomía bilateral mientras decidía qué mochilas nuevas comprar para el primer día de colegio.

La detección precoz y temprana me salvaron. Y quiero eso para todas las mujeres.

Conoce tus pechos desde la autonomía, no desde el miedo. Confía en tus instintos y habla claro. Defiende tus intereses.

Enfrentarse a los retos que plantea el diagnóstico de cáncer en una mujer joven puede resultar especialmente alienante. Sepan que, a través del miedo y la incertidumbre, estoy aquí con ustedes, y nunca caminaremos solas.