exposición a sustancias químicas presentes en los alimentos

Hay una verdadera preocupación por las hormonas, antibióticos y pesticidas que se usan en los cultivos y la ganadería, ya que podrían causar problemas de salud, incluido un aumento del riesgo de contraer cáncer de mama. También hay preocupación por el mercurio en los mariscos y por las sustancias químicas presentes en alimentos y envases de alimentos.
 

Los pesticidas se utilizan en muchos cereales, frutas y verduras cultivados con fines comerciales para protegerlos de insectos, malezas, hongos, enfermedades, ratones y otros animales, bacterias, virus y moho. En Estados Unidos, el uso de pesticidas está regulado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA), la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).

En forma similar, los antibióticos y otros medicamentos se usan para proteger el ganado de enfermedades y parásitos. Los animales pueden recibir hormonas extra para aumentar la producción de carne y leche. En Estados Unidos, el uso de estos medicamentos está regulado por la FDA.

Mediante la eliminación de las fuentes de enfermedades, los pesticidas y los antibióticos ayudan a aumentar la producción de alimentos, reducir las pérdidas de alimentos y mantener la seguridad del abastecimiento de alimentos en Estados Unidos. Sin embargo, muchos se preguntan en qué medida las sustancias químicas pesticidas y hormonas son inocuas para el cuerpo humano. Les preocupan los residuos de pesticidas presentes en algunas frutas y verduras y en los alimentos para animales, que podrían terminar en la carne roja, de ave y de pescado y en los productos lácteos, además de los antibióticos y las hormonas. Existe una preocupación real de que estas sustancias químicas puedan causar problemas de salud, incluido un aumento en el riesgo de contraer cáncer de mama. También hay preocupación por el mercurio en los mariscos y por las sustancias químicas presentes en alimentos y envases de alimentos.

Ningún estudio muestra hasta ahora una conexión directa entre la exposición a pesticidas y el aumento del riesgo de tener cáncer de mama. Aun así, las trabajadoras jóvenes dedicadas a la explotación agrícola tienen un riesgo mayor de padecer ciertas afecciones. Además, se ha demostrado que algunos de los pesticidas de uso más frecuente imitan el comportamiento del estrógeno en animales de laboratorio. Por ejemplo, la atracina, que se usa frecuentemente para el cultivo de maíz, puede aumentar la producción de estrógeno ya que activa la enzima aromatasa. Así que la máxima "más vale prevenir que curar" tiene sentido en este caso. El sentido común sugiere además que comer sustancias químicas en exceso puede ser poco saludable. Entonces, aún no se ha dado respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cuál es la forma más segura de cultivar y preparar frutas, verduras, carne roja, aves de corral y pescado para obtener el mayor valor nutricional y evitar los riesgos?

 

Pasos para reducir el riesgo

Piense en la posibilidad de comprar productos orgánicos. A fin de reducir la exposición a los pesticidas, puedes comprar alimentos cultivados orgánicamente o productos lácteos elaborados orgánicamente. El término "orgánico" se utiliza para referirse a las plantas que se cultivan sin pesticidas ni fertilizantes químicos, y que no tienen modificaciones genéticas. También se hace referencia como "orgánicos" a la carne roja o de aves, los huevos y los productos lácteos obtenidos sin suministrar hormonas del crecimiento o antibióticos extra a los animales cuando están saludables. Estos alimentos orgánicos provienen de animales que han sido alimentados con cereales orgánicos y otros alimentos.

Es importante saber que los términos "natural" y "orgánico" no significan lo mismo. El término "natural" se utiliza demasiado y no tiene mucho sentido en lo atinente a los estándares de la industria. De igual modo, la frase "de corral" no tiene una definición oficial en la industria. Muchas personas creen que esto significa que los pollos, las vacas o los pavos no están encerrados en jaulas, sino que están libres en la granja, pero esto no siempre es así. Hasta que haya una definición oficial de la frase, se la puede usar en cualquier embalaje sin que nadie sea responsable de ello. Si te preocupa este tema, intenta comprar las carnes rojas y de aves de corral, los huevos y los productos lácteos a un agricultor local, cuyos métodos de producción conozcas. Los términos "puro", "simple" y "real" también suenan grandiosos, pero no tienen un significado oficial.

Si bien hay motivos para considerar que los alimentos producidos orgánicamente son más seguros y más nutritivos que aquellos de producción convencional, existen muy pocos estudios que confirmen esta afirmación. Es necesario realizar más investigaciones en esta área.

Para obtener más información sobre alimentos orgánicos, visita la páginas La nutrición y la reducción del riesgo de tener cáncer de mama en la sección Nutrición de Breastcancer.org.

Consideraciones sobre los costos de los productos orgánicos. Los alimentos orgánicos son, por lo general, más caros que los no orgánicos. Aún así, comer frutas y verduras cultivadas en forma convencional es mucho mejor que no comer frutas y verduras porque no puedes comprar productos orgánicos. Si tienes un presupuesto acotado y no te puedes dar el lujo de comprar todos productos orgánicos, siempre hay modos en los que puedes aprovechar lo que gastas.

Otros modos de incluir alimentos orgánicos en tu dieta:
  • No te apresures a comprar solo alimentos orgánicos. Comprar solo alimentos orgánicos puede salir caro. Piensa en los alimentos que más comes. Ajusta tu presupuesto para comprar esos productos orgánicos mientras decides cuánto asignar a tu presupuesto para orgánicos.

  • Conoce las opciones que tienes en tu supermercado. La mayoría de los supermercados comercializan alimentos orgánicos de marcas propias. Consulta si los precios del día son los habituales y si hay ofertas, y observa las diferencias entre distintas tiendas. Lleva las listas de las 12 peores y las 15 mejores como ayuda para seleccionar qué alimentos comprar orgánicos y cuáles está bien comprar de fuentes tradicionales.

  • Los productos orgánicos congelados suelen ser más baratos. Revisa la sección de congelados del supermercado y fíjate el costo de las frutas (especialmente fresas) y verduras orgánicas.

  • Compra pequeñas cantidades de alimentos orgánicos cada vez. Los alimentos orgánicos suelen pudrirse más rápido que los alimentos regulares, que han sido tratados con conservantes y pesticidas.

  • Compra cereales y legumbres secos. Rehidratar las alubias secas es más barato y probablemente más seguro que las enlatadas (el revestimiento de la mayoría de las latas de comida está recubierto de una resina que contiene bisfenol A, o BPA, una sustancia química que puede interferir con el estrógeno en tu cuerpo).

  • Ten en cuenta las cooperativas de alimentos si hay alguna en tu zona. Las cooperativas de alimentos son comercios de propiedad de los trabajadores o los clientes que apuntan a vender comestibles de la más alta calidad a sus miembros. Las cooperativas pueden organizarse en tiendas de venta minorista o clubes de compra. Las cooperativas ofrecen, por lo general, productos frescos locales y orgánicos. Puedes buscar una cooperativa cerca de tu área en el sitio web de Local Harvest (en inglés).

  • Compra en mercados de agricultores. En los mercados de agricultores, los agricultores de tu área venden sus productos directamente y pueden responderte las preguntas que tengas. Los agricultores pueden tener una certificación de venta de productos orgánicos o no, pero pueden contarte cuáles son sus métodos de cultivo. Algunos agricultores aceptan bonos del programa de Mujeres, bebés y niños pequeños (WIC) y del Programa Suplementario de Asistencia en la Nutrición (SNAP), beneficios que surgen de programas con financiamiento federal para proporcionar alimentos a mujeres embarazadas, niños y personas con bajos recursos. Busca los mercados de agricultores más cercanos en la página web de Local Harvest (en inglés) o en la del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, que también permite buscar los mercados que aceptan las ayudas WIC y SNAP.

Lava y pela los productos. Además, puedes lavar los productos agrícolas con un desinfectante o aerosol para frutas y verduras, que puede ayudar a quitar parte de la suciedad y los pesticidas. Estos limpiadores están a la venta en la sección de productos frescos de tu tienda de comestibles y están hechos de cítricos, maíz y coco. También puede servir un poco de agua y vinagre. Si pelas las frutas y verduras también quitas los residuos de la piel o cáscara. No obstante, lavar y pelar no quita los pesticidas que están dentro de la fruta o verdura.

Elige mariscos sanos. Es probable que ya hayas escuchado las advertencias acerca de no comer ciertos tipos de pescado o no comer mucho pescado debido a los riesgos del mercurio y otros contaminantes. Si eliges el pescado cuidadosamente, los beneficios a la salud que trae comer pescado (contiene omega 3) compensan los riesgos. El Fondo para la Defensa Ambiental (EDF), organización sin fines de lucro fundada en Estados Unidos en 1967 por un grupo de científicos, analizó los contaminantes presentes en el pescado. El EDF clasifica los siguientes mariscos como seguros para comer 4 o más veces al mes:

  • anchoas

  • almejas

  • bacalao (del Atlántico)

  • cangrejo (especies Dungeness, real de Estados Unidos y de las nieves)

  • bogavante (Estados Unidos)

  • abadejo (pesca de arrastre)

  • arenque (del Atlántico)

  • langosta (Estados Unidos/Maine)

  • caballa (Atlántico)

  • mejillón (azul)

  • ostras (de cultivo)

  • pargo rojo (Estados Unidos)

  • salmón (enlatado)*

  • sardinas

  • vieiras (de bahía, cultivadas)

  • camarones (rosas, de Oregón)

  • camarones/gambas (importados)

  • calamar

  • tilapia

*El revestimiento de la mayoría de las latas de conserva está recubierto de una resina que contiene bisfenol A (BPA, en inglés), una sustancia química que puede interferir con los estrógenos. Consulta con el productor si los revestimientos de sus productos contienen BPA.

La página Seafood Selector (en inglés) del EDF ofrece información sobre el consumo seguro de otros tipos de pescado. Otros recursos son la Alianza marina del Atlántico Noroeste (Northwest Atlantic Marine Alliance) (en inglés) y el Consejo de Administración Marina (Marine Stewardship Council).

Quítale la grasa al pescado. Se pueden alojar sustancias químicas en la grasa del pescado, por eso, corta la grasa y la piel del pescado antes de cocinarlo. La grasa es la materia esponjosa que se encuentra debajo de la piel y las partes marrones de "carne" en el medio y en la parte inferior de los filetes de pescado.

— Se actualizó por última vez el 1 de febrero de 2025, 18:23