La obesidad puede aumentar el riesgo de cáncer de mama aún más en mujeres con mutaciones de los genes BRCA

La obesidad puede aumentar el riesgo de cáncer de mama aún más en mujeres con mutaciones de los genes BRCA, que ya forman parte de un grupo de alto riesgo.
23 mar 2023
 

La obesidad puede dañar el ADN de las glándulas mamarias en mujeres que presentan mutaciones de los genes BRCA1 o BRCA2, lo que puede aumentar aún más el riesgo de padecer cáncer de mama en este grupo de alto riesgo.

La investigación se publicó en el número del 22 de febrero de 2023 de la revista científica Science Translational Medicine. Lee el resumen disponible en inglés de “Obesity promotes breast epithelium DNA damage in women carrying a germline mutation in BRCA1 or BRCA2” (La obesidad daña el ADN del epitelio mamario en mujeres portadoras de una mutación hereditaria en los genes BRCA1 o BRCA2).

 

Acerca de las mutaciones de los genes BRCA

Los genes son segmentos cortos de ADN (ácido desoxirribonucleico) que se encuentran en los cromosomas. El ADN contiene las instrucciones para la formación de proteínas, y las proteínas controlan la estructura y la función de todas las células que componen el organismo.

Piensa en tus genes como un manual de instrucciones para el crecimiento y el funcionamiento de las células. Los cambios o errores (lo que los científicos denominan “mutaciones”) en el ADN son como errores tipográficos. Pueden transmitir instrucciones erróneas y, por ende, provocar defectos en el crecimiento o en el funcionamiento de las células. Cuando hay una mutación en un gen, esa misma mutación estará presente en todas las células que contengan ese gen. Es como si todos los ejemplares de un manual de instrucciones tuvieran el mismo error tipográfico.

Hay dos tipos de cambios en el ADN: los heredados y los que ocurren con el tiempo. Los cambios de ADN heredados se transmiten de padres a hijos. Estos cambios se llaman mutaciones de la línea germinal.

Los cambios en el ADN que ocurren a lo largo de la vida, como resultado del proceso de envejecimiento natural o de la exposición a sustancias químicas en el ambiente, se llaman mutaciones somáticas.

Se cree que entre el 5 % y el 10 % de los casos de cáncer de mama son el resultado de mutaciones hereditarias.

Dos de los genes más conocidos que pueden mutar y aumentar el riesgo de aparición de cáncer de mama o de ovario son los genes BRCA1 y BRCA2. Las mujeres que heredan una mutación en cualquiera de estos genes (por parte de la madre o del padre) tienen un riesgo mucho mayor que el promedio de padecer cáncer de mama o cáncer de ovario.

 

La obesidad y el riesgo de cáncer de mama

Las mujeres consideradas obesas o con sobrepeso —lo que se define como tener un IMC (índice de masa corporal) de 25 o más— presentan un riesgo mayor de recibir un diagnóstico de cáncer de mama positivo para receptores de hormonas en comparación con las mujeres que mantienen un peso saludable, especialmente después de la menopausia. Tener sobrepeso también puede aumentar el riesgo de que el cáncer de mama vuelva a aparecer (recurrencia) en las mujeres que ya tuvieron la enfermedad.

Este aumento del riesgo se debe a que los adipocitos (células grasas) producen estrógeno. El exceso de adipocitos implica más estrógeno en el organismo, y el estrógeno propicia la aparición y el crecimiento del cáncer de mama que es positivo para receptores de hormonas.

Aun así, el vínculo entre el sobrepeso y el cáncer de mama es complicado y se ve afectado por otros factores. Por ejemplo, la ubicación del sobrepeso es importante. El exceso de grasa alrededor del vientre puede aumentar el riesgo más que la misma cantidad de exceso de grasa alrededor de los muslos o de las caderas.

 

Acerca del estudio

En este estudio, los investigadores querían ver si la obesidad estaba ligada a un riesgo aún mayor de cáncer de mama en mujeres que tenían mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2, ya que en estudios anteriores, se habían obtenido resultados contradictorios.

Los investigadores analizaron muestras sanas de tejido de las glándulas mamarias de 69 mujeres que presentaban mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2 y que se habían sometido a una mastectomía:

  • 40 mujeres tenían una mutación en el gen BRCA1.

  • 29 mujeres tenían una mutación en el gen BRCA2.

Los índices de masa corporal (IMC) de las mujeres oscilaban entre 19,38 y 44,9.

En total, el 43,5 % de las mujeres habían recibido un diagnóstico de cáncer de mama invasivo:

  • El 41,9 % de las mujeres con un IMC inferior a 25 tenían cáncer de mama invasivo.

  • El 46,2 % de las mujeres con un IMC de 25 o más tenían cáncer de mama invasivo.

Las mujeres con un IMC de 25 o más también presentaban mayores probabilidades de tener presión arterial o colesterol elevados.

Los investigadores observaron las muestras de tejido mamario con un microscopio de fluorescencia empleando una técnica denominada “inmunofluorescencia” para analizar los componentes del tejido. Descubrieron que las mujeres con un IMC más alto presentaban más daño del ADN en las muestras de tejido.

El análisis demostró que las hormonas leptina, insulina y estrógeno eran las causantes del daño al ADN.

Muchas personas que son obesas o que tienen sobrepeso también presentan resistencia a la insulina. La insulina regula la concentración de azúcar (glucosa) en la sangre. Si tienes resistencia a la insulina, significa que las células dejan de responder a la insulina y el páncreas sigue produciendo más insulina para tratar de lograr una respuesta de las células. Pero con el tiempo, el páncreas no puede producir suficiente insulina, y la concentración de azúcar en la sangre (lo que los médicos denominan “glucemia”) aumenta mucho. Una concentración alta de azúcar en la sangre daña el organismo y puede provocar diabetes de tipo 2.

La leptina es una hormona producida por el tejido adiposo (grasa) para regular el equilibrio entre la ingesta de alimentos y cuánta energía consume el cuerpo. La concentración de leptina en el organismo está directamente relacionada con cuánta grasa corporal tienes. La resistencia a la leptina te hace sentir hambre y comer más, aunque tengas suficiente cantidad de grasa para proporcionarle al cuerpo la energía que necesita.

Los adipocitos (células grasas) producen estrógeno, de modo que las personas con más grasa corporal tienen más estrógeno en el cuerpo.

A continuación, los investigadores revisaron si había formas de disminuir el daño del ADN en el tejido mamario. La exposición de las células mamarias a la metformina, un medicamento comúnmente utilizado para controlar la diabetes y que reduce la concentración de azúcar en la sangre, redujo el daño del ADN.

La metformina baja la concentración de azúcar en la sangre de varias maneras diferentes, por ejemplo, baja la concentración de la aromatasa, una enzima que ayuda al cuerpo a producir estrógeno. Por medio de mecanismos similares, los medicamentos llamados “inhibidores de la aromatasa” se utilizan para tratar el cáncer de mama positivo para receptores de hormonas. Estos medicamentos impiden que la aromatasa transforme otras hormonas en estrógeno.

Además de analizar las muestras de tejido mamario, los investigadores también estudiaron ratones con mutaciones en el gen BRCA1 para ver si un daño mayor al ADN estaba relacionado con el crecimiento de los tumores cancerosos. Descubrieron que los ratones obesos con alguna disfunción metabólica —incluida la resistencia a la insulina, la presión arterial elevada y el colesterol alto— presentaban tumores cancerosos antes y en mayor cantidad que los ratones delgados. 

Los investigadores afirmaron que los resultados sientan las bases para futuras investigaciones, en las que se estudie si medicamentos como la metformina pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer de mama en mujeres obesas y con sobrepeso que tengan una mutación en un gen BRCA.

 

Qué significa esto para ti

Si presentas una mutación en los genes BRCA1 o BRCA2 y se considera que eres obesa o que tienes sobrepeso, los resultados de este estudio son preocupantes, ya que parecen indicar que el exceso de peso aumenta aún más tu riesgo superior al promedio de padecer cáncer de mama.

Adelgazar puede ser difícil, pero tal como parecen indicar claramente los estudios, incluido este, puede ser muy importante para tu salud.

Ya sea que hayas recibido o no un diagnóstico de cáncer de mama, trata de hacer ejercicio y tener una alimentación saludable como parte de tu rutina diaria. Puede resultarte difícil incorporar este tipo de cambios si estás recuperándote de un tratamiento. Algunas mujeres señalan que es útil pensar que alimentarse de manera saludable y hacer ejercicio son una parte importante del plan de tratamiento.

Según los resultados de otras investigaciones, tal vez sea más fácil hacer cambios en cuanto a la dieta y el ejercicio si tienes a alguien que te motive y que hable contigo al respecto. Puedes consultar al médico o a un nutricionista certificado a fin de elaborar un plan de alimentación saludable que esté diseñado específicamente para ti y tus necesidades.

También es buena idea hablar con el médico de cabecera antes de comenzar un programa de ejercicio. Cuéntales qué tipo de ejercicio tienes planeado hacer y pregúntales si hay movimientos que debas evitar o si debes limitar la amplitud de los movimientos de alguna manera. Además, es recomendable que hables sobre otras afecciones que tal vez tengas (asma u osteoporosis, por ejemplo) y sobre cómo pueden afectar tu capacidad de hacer ejercicio.

Adelgazar es posible con cambios cuidadosos en tu alimentación y actividad física regular. Sé amable contigo misma, no te castigues.

Obtén más información sobre el ejercicio y la alimentación y nutrición.

— Se actualizó por última vez el 25 de mayo de 2023, 14:02

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