Pérdida de memoria y cáncer de mama (seno)
Actualizado el 5 de diciembre de 2024
La pérdida de memoria se produce cuando una persona olvida constantemente cosas que antes podía recordar. Estos lapsus de memoria ocasionales pueden ser temporales o permanentes. Todo el mundo olvida cosas de vez en cuando, y las personas son más propensas a tener problemas de memoria con la edad. Existen muchas causas para la pérdida de memoria a corto y largo plazo, por ejemplo:
algunos tratamientos del cáncer de mama
efectos secundarios del tratamiento del cáncer de mama y de determinados medicamentos
estrés
Tratamientos del cáncer de mama y memoria
Algunos tratamientos del cáncer de mama pueden afectar la memoria, en especial los medicamentos de quimioterapia. Muchas personas que reciben quimioterapia contra el cáncer afirman tener problemas para recordar, pensar y concentrarse. Esto se conoce como quimiocerebro o quimioneblina. La radioterapia, los medicamentos de terapia hormonal y la supresión de la función ovárica o la extirpación de los ovarios también pueden causar problemas de memoria y pensamiento.
Efectos secundarios y memoria
Los efectos secundarios del tratamiento del cáncer de mama pueden afectar la memoria, además de causar fatiga y problemas para dormir. La pérdida de memoria también puede ser un efecto secundario de otros medicamentos, como los esteroides, los antidepresivos, los somníferos y los analgésicos. Habla con tu médico si notaste cambios en la memoria desde que empezaste a tomar algún medicamento.
Menopausia y memoria
Cuando una persona está pasando por la menopausia, es habitual sentir confusión o menos agudeza mental. También suele suceder que no puedas recordar o concentrarte tan bien como antes. No está claro hasta qué punto la menopausia natural afecta la memoria, o si sencillamente forma parte del proceso de envejecimiento habitual. No existe mucha evidencia que demuestre que la menopausia natural afecte la memoria o la función mental. Los efectos secundarios de la menopausia, como los sofocos y las alteraciones del sueño pueden afectar la memoria y la concentración. También existe cierta evidencia de que la menopausia inducida puede tener un efecto negativo sobre la memoria.
Los investigadores aún están averiguando cómo afectan los niveles de estrógeno al funcionamiento mental y a la memoria para ver si existe una conexión entre los niveles bajos de estrógeno y la pérdida de memoria.
Estrés y memoria
El estrés puede acrecentar los problemas de memoria y, para algunas personas, un diagnóstico de cáncer de mama es estresante. La ansiedad, la depresión, la fatiga o los problemas para dormir pueden afectar la memoria.
Evaluación de la pérdida de memoria
Si tienes problemas de memoria que alteran la vida cotidiana, habla con tu médico. Existen pruebas que evalúan el grado de pérdida de memoria y ayudan al médico a averiguar cuál puede ser la causa. Es buena idea que te acompañe alguien de confianza. Es posible que tu médico te haga algunas de las siguientes preguntas como parte de la evaluación de la pérdida de memoria:
¿La pérdida de memoria te dificulta la vida diaria? ¿No puedes hacer cosas que solías hacer con facilidad, como conciliar la chequera o recordar cómo ir en coche a casa de un amigo?
¿Los lapsus de memoria ocurren con regularidad?
¿Repites todo el tiempo lo que dices en las conversaciones, haces las mismas preguntas una y otra vez o tienes problemas para recordar las charlas?
¿Olvidas los nombres o las caras de familiares o amigos íntimos?
¿Sueles sentir confusión?
¿La pérdida de memoria empeora con el tiempo?
Gestión de la pérdida de memoria
La memoria depende en gran medida del condicionamiento mental: con qué frecuencia y durante cuánto tiempo se utilizan la memoria y otras funciones cerebrales. Al contrario de la creencia popular, el número de células cerebrales no es fijo. No importa la edad que tengas, aún puedes desarrollar nuevas células cerebrales. Cuanto más ejercites el cerebro en forma rigurosa y regular, mejor podrá funcionar.
Así que mantén el cerebro ocupado: aprende cosas nuevas y vive nuevas experiencias, además, estimula la memoria poniéndote a prueba sobre lo que te gustaría recordar: números de teléfono o cumpleaños familiares. También es posible que sea útil hacer listas de tareas pendientes, fijarse recordatorios y evitar asumir demasiadas tareas a la vez.
A algunas personas les resultan útiles los siguientes consejos:
Para mantener la mente activa, puedes ejercitar el cerebro con sopas de letras, lecturas y cualquier otra actividad que te haga pensar.
Mantén el mayor nivel de actividad física que puedas. Se demostró que el ejercicio ayuda a mejorar el pensamiento y la memoria. En un estudio, se descubrió que las personas que hicieron ejercicio antes, durante y después de la quimioterapia tenían menos probabilidades de presentar quimiocerebro.
Ten a mano una libreta para anotar las cosas que tengas que hacer y las ideas que se te ocurran.
Usa un calendario para llevar un registro de los próximos eventos y consultas.
Lleva a alguien contigo a las consultas con el médico para que tome notas y te ayude a recordar la mayor cantidad de información posible.
Arma una rutina y cúmplela de manera de tener un plan de acción conocido. Cuéntales a tu familia y amigos sobre tu rutina para conseguir apoyo extra.
Aunque hay muchos suplementos a base de hierbas que se publicitan como potenciadores de la memoria, no hay evidencia de que tengan algún efecto sobre la memoria o el funcionamiento mental.
Obtén más información sobre cómo aliviar los efectos secundarios de la quimioterapia.