El desconcertante mundo de la detección del cáncer de mama (seno) para personas transgénero

Para una persona trans o no binaria, no es nada fácil lidiar con temas de salud mamaria y torácica.
 
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Las mujeres cisgénero son fácilmente el grupo demográfico de género más afectado por el cáncer de mama, pero los hombres transgénero, las mujeres transgénero y las personas no binarias (junto con los hombres cisgénero) también pueden padecer la enfermedad. Sin embargo, cuando se trata de pruebas de detección y detección precoz, las personas transgénero y no binarias están casi totalmente excluidas. Si bien las pautas de detección para mujeres cisgénero cambian con frecuencia y pueden ser difíciles de seguir, la situación es aún peor para las personas transgénero y no binarias. Existen pautas específicas para las personas transgénero, pero como los datos que las respaldan son escasos, las recomendaciones no son bien conocidas —incluso entre los médicos— y difieren drásticamente entre las diversas fuentes.

Las pautas de detección para hombres transgénero y personas no binarias a las que se les asigna el sexo femenino al nacer se basan en gran medida en las pautas para mujeres cisgénero, pero  no existe un consenso en el ámbito de la medicina sobre el impacto de la cirugía de masculinización torácica en la necesidad de realizar pruebas de detección del cáncer de mama. Las pautas para mujeres transgénero y personas no binarias a las que se les asigna el sexo masculino al nacer se basan en menos datos aún y están influidas sobre todo por el tiempo de consumo de estrógenos, que puede aumentar el riesgo de cáncer de mama. 

 

¿Cuáles son las pautas?

Las principales pautas de detección del cáncer de mama para personas transgénero proceden del Colegio Estadounidense de Radiología (ACR), del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos (USPSTF), de la Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero (WPATH), de la Sociedad de Endocrinología y del Centro de Excelencia para la Salud Transgénero de la UCSF (que ofrece recomendaciones para hombres trans y mujeres trans). Pero estas pautas son, en varios casos, solo unas pocas frases en un documento mucho más amplio sobre la atención sanitaria para personas transgénero. El ACR proporciona las pautas más completas y detalladas. 

Para mujeres trans y personas no binarias a quienes se les asignó el sexo masculino al nacer, el ACR recomienda lo siguiente:

  • Si tienes menos de 5 años de tratamiento hormonal y un riesgo promedio, no se recomiendan pruebas.

  • Si tienes menos de 5 años de tratamiento hormonal, entre 25 y 30 años o más, y un riesgo mayor que el promedio, “puede ser adecuado” hacer una tomosíntesis digital de mama (TDM o mamografía 3D) o una mamografía anual. 

  • Si tienes 5 años o más de tratamiento hormonal, entre 25 y 30 años o más, y un riesgo mayor que el promedio, “generalmente se recomienda” hacer una TDM o una mamografía anual. 

  • Si tienes 5 años o más de tratamiento hormonal, 40 años o más, y un riesgo promedio, “puede ser recomendable” hacer una TDM o una mamografía anual.

Algunas de estas recomendaciones difieren de las formuladas por las demás organizaciones. Por ejemplo, la UCSF recomienda mamografías cada dos años a partir de los 50 años para las personas transfemeninas que hayan tomado hormonas durante al menos cinco años y tengan un riesgo promedio, y no ofrece orientación para las que tengan un riesgo mayor que el promedio. La Sociedad de Endocrinología y la WPATH simplemente recomiendan que las mujeres transgénero sigan las pautas para las mujeres cisgénero.

“Creo que comenzar a los 50 expresa una forma de pensar muy conservadora, y es lógico que se pasen por alto casos de cáncer de mama en mujeres que tengan entre 40 y 50 años”, señala la Dra. Stamatia Destounis, FACR, presidente de la Comisión de Imágenes Mamarias del Colegio Estadounidense de Radiología. Esto es cierto, dice, tanto para las mujeres cisgénero como para las personas transgénero. “Queremos encontrar todos los casos de cáncer. Y queremos encontrarlos lo antes posible porque es el mejor pronóstico para quien tiene la enfermedad”. Y agrega que otras organizaciones que recomiendan empezar más tarde, tanto para las personas cisgénero como para las transgénero, hacen más hincapié en reducir las repeticiones de pruebas, las biopsias innecesarias, la ansiedad de las personas y los costos de la atención sanitaria.

Para hombres trans y personas no binarias a quienes se les asignó el sexo femenino al nacer, el ACR recomienda lo siguiente:

  • Si te hiciste una cirugía de masculinización torácica, no se recomiendan pruebas de detección.

  • Si no te hiciste una cirugía de masculinización torácica o te hiciste solo una reducción mamaria, tienes 40 años o más, y un riesgo mayor que el promedio, “suele ser adecuado” hacer una TDM o una mamografía.

  • Si no te hiciste una cirugía de masculinización torácica o te hiciste solo una reducción mamaria, tienes 30 años o más, y un riesgo intermedio, “suele ser adecuado” hacer una TDM o una mamografía, y “puede ser adecuado” hacer una RM de mama con y sin contraste intravenoso.

  • Si no te hiciste una cirugía de masculinización torácica o te hiciste solo una reducción mamaria, tienes entre 25 y 30 años o más, y tienes un riesgo elevado, “suele ser adecuado” hacer una TDM, una mamografía y una RM de mama con y sin contraste intravenoso.

A diferencia del ACR, otras organizaciones no recomiendan omitir las pruebas a las personas trans que se han sometido a cirugía de masculinización torácica. Por el contrario, la WPATH y la UCSF fomentan el diálogo y la toma de decisiones compartida en relación con las pruebas. La UCSF también afirma que, debido a que el tejido mamario no es suficiente para una mamografía, puede ser necesario recurrir a alternativas como la ecografía o la IRM. El USPSTF afirma que las personas transmasculinas deben seguir las pautas para mujeres cisgénero, y las pautas de la Sociedad de Endocrinología no abordan en absoluto el riesgo de cáncer de mama para los hombres trans.

Muchos especialistas en la materia no están de acuerdo con las recomendaciones del ACR en contra de la detección del cáncer de mama en hombres transgénero que se han sometido a una cirugía de masculinización torácica. “Definitivamente, hay consenso sobre el hecho de que cualquier persona que se someta a una cirugía de masculinización torácica sigue corriendo el riesgo de padecer cáncer de mama, ya que se deja tejido mamario para darle forma al pecho. Eso es diferente de la mastectomía, en la que se extirpa todo el tejido mamario debido al riesgo de cáncer”, explica Scout, MA, PhD, director ejecutivo de la Red Nacional de Cáncer LGBT (Scout tiene un solo nombre). Las pautas del ACR está en conflicto directo con ese consenso y con la mejor información disponible sobre el cáncer de mama en hombres trans.

 

Los datos limitados sobre el riesgo de cáncer de mama en personas transgénero

Todas las pautas anteriores están basadas en datos científicos. Esto suele ser positivo, porque significa que las recomendaciones se basan en datos reales. Pero, en este caso, no solo demuestra que distintas organizaciones de expertos interpretan de forma diferente los datos disponibles, sino también que, para empezar, se dispone de muy pocos datos.

“No disponemos de muchos datos sobre los resultados, por lo que es difícil elaborar pautas perfectamente inclusivas y correctas”, comenta Destounis.

Se ha investigado muy poco cómo difiere el riesgo de cáncer de mama para las personas transgénero en comparación con las mujeres y los hombres cisgénero. En uno de los mayores estudios sobre este tema, que incluyó a 2.260 mujeres trans y 1.229 hombres trans que recibieron tratamiento hormonal de reafirmación de género en los Países Bajos, se detectaron 15 casos de cáncer de mama invasivo en las mujeres trans y cuatro en los hombres trans. El riesgo de cáncer de mama de las mujeres trans era 46 veces mayor que el de los hombres cis —aunque mucho menor que el de las mujeres cis—, y los casos de cáncer detectados en las mujeres trans eran más similares a los de las mujeres cis que a los de los hombres cis. El riesgo de los hombres trans, por su parte, era cinco veces menor que el de las mujeres cis. En general, el riesgo de cáncer de mama parece ser más alto en las mujeres cisgénero, seguido de las personas transgénero, y luego de los hombres cisgénero. Se trata solo de un estudio, por lo que no se puede determinar el verdadero riesgo de cáncer de mama para las personas trans. Sin embargo, son los mejores datos disponibles.

Las pautas de detección del cáncer de mama para personas transmasculinas no tienen en cuenta los efectos del tratamiento con testosterona, que puede afectar el riesgo de tener cáncer de mama positivo para receptores de estrógeno. Del mismo modo, las pautas para personas transfemeninas no tienen en cuenta la cirugía de reasignación genital y, por lo tanto, si todavía producen testosterona. Las investigaciones futuras deberán tener en cuenta factores como estos. “Si cambiaste algo, una pieza importante de un sistema complicado”, dice Scout, “probablemente afecte todos los demás sistemas”.

 

Por qué faltan estos datos

La principal razón por la que carecemos de datos sobre el riesgo de cáncer de mama para las personas trans es que los sistemas médicos históricamente no estaban preparados para determinar si una persona es transgénero y hacer un seguimiento acorde. Si los investigadores no disponen de datos sobre las personas trans, no pueden determinar su riesgo de cáncer de mama ni en qué circunstancias es más beneficiosa la detección.

“Durante mucho, mucho tiempo, no se recopilaba información sobre la identidad de género”, señala la Dra. Sumanas Jordan, PhD, una cirujana plástica de Northwestern Medicine que divide su tiempo entre la cirugía de reconstrucción mamaria y la cirugía de reafirmación de género. Pero la situación está mejorando. “En los últimos cinco años, algunos de los principales sistemas de historias clínicas electrónicas han dado un fuerte impulso a la integración de este aspecto en su programación”. Los oncólogos con experiencia en investigación en la salud de las personas LGBTQ también han estado trabajando en la inclusión de datos sobre la orientación sexual e identidad de género (SOGI, siglas en inglés) en las bases de datos estatales y nacionales sobre el cáncer.

Sin embargo, como no se dispone de datos sobre la mortalidad por cáncer de mama en las personas trans, es difícil conseguir financiación para la investigación del cáncer en esta población, dice Scout. “La forma de conseguir financiación para la investigación es, en primer lugar, tener pruebas de que existe una disparidad. Los datos sobre las personas trans y no binarias están tan suprimidos por el sistema sanitario en este momento que no disponemos de información sobre los resultados”, explican. “Solo tenemos información sobre el riesgo a partir de las encuestas de las personas que están vivas”.

 

Problemas de detección más allá de las pautas

Sin embargo, la obtención de más datos a fin de mejorar las pautas de detección para las personas transgénero solo resolverá una parte del problema. Contar con pautas adecuadas no sirve de mucho si las personas trans no las cumplen, y ahora mismo, en gran parte, no lo hacen.

Por ejemplo, en un estudio de Northwestern Medicine llevado a cabo en 2021, se descubrió que solo el 1,7 % de las personas trans a quienes se les asignó el sexo femenino al nacer se habían hecho una mamografía a los dos años de cumplir los 40, tal como lo recomienda la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Mastólogos (ASBS) y otras organizaciones, y solo el 13,3 % a los dos años de cumplir los 50. Solo el 7,1 % de las personas trans a quienes se les asignó el sexo masculino al nacer y que habían recibido tratamiento con estrógeno durante al menos cinco años se hicieron pruebas a los dos años de cumplir 50, que es la edad de detección recomendada por las pautas menos prudentes. En comparación, el 74,1 % de las mujeres cisgénero siguen las recomendaciones de detección, según el Instituto Nacional del Cáncer.

Uno de los motivos del escaso cumplimiento de las pautas de detección por parte de la población trans es que muchos profesionales de la salud las desconocen. En un estudio de 2023, en el que se encuestó a 95 proveedores de atención primaria, se descubrió que solo el 35 % sabía que existían pautas de detección del cáncer de mama para personas trans. Y si no lo saben, no pueden recomendarles a sus pacientes trans que sigan las pautas.

Además, muchos sistemas médicos electrónicos no están configurados para indicarles a las personas trans que necesitan hacerse pruebas de detección del cáncer de mama. Por otra parte, es posible que los hombres trans y las personas no binarias a quienes se les asignó el sexo femenino al nacer sean renuentes a hacerse pruebas de detección del cáncer de mama debido a la disforia de género relacionada con el pecho, o tal vez no quieran ir a un centro de salud femenina para hacerse las pruebas, donde pueden sufrir maltrato o discriminación por su apariencia masculina. Y la propia frase “cáncer de mama” puede resultar alienante para las personas transmasculinas debido a su connotación de género.

Incluso lograr que una persona trans encuentre un proveedor de atención primaria que pueda señalarle la necesidad de hacerse pruebas de detección de cáncer de mama es difícil debido a que la desconfianza médica está muy extendida en la comunidad trans; las personas trans tienen miedo a sufrir discriminación por parte de los médicos y su personal. Si consultan a un médico, es posible que las personas trans que se han sometido a cirugía de masculinización torácica no revelen que son trans y, por lo tanto, el médico no sepa recomendarles pruebas de detección del cáncer de mama. Esta cuestión también agrava el problema de la recopilación de datos: Si las personas trans no revelan que son trans a sus médicos, no se las puede incluir en los estudios sobre el cáncer de mama en personas trans.

“Ni siquiera en un estado muy progresista puedo saber si se me va a tratar con dignidad”, dice Scout, que es trans, acerca de consultar a nuevos proveedores médicos. “Incluso cuando hay buenas pautas, eso no significa que de repente hayas superado el obstáculo de la desconfianza médica. Sigue existiendo. Y está realmente justificada en nuestras comunidades”.

— Se actualizó por última vez el 7 de julio de 2025, 15:16