Sugerencias para reducir el dolor durante las mamografías (mastografías) y después de ellas
Actualizado el 29 de octubre de 2025
Algunas personas temen programar una consulta para una mamografía porque temen que les duela o porque han sentido dolor o molestias en mamografías anteriores.
Lo que se siente durante una mamografía varía de una persona a otra: algunas las consideran dolorosas, otras no. Además, puede ocurrir que ciertas mamografías resulten más incómodas que otras.
¿Por qué duelen las mamografías?
Cuando te haces una mamografía, te paras cerca de una máquina especial de radiografías y un técnico te coloca la mama en una plataforma de plástico. Otra placa de plástico presiona gradualmente la mama, aplanándola y manteniéndola en su sitio. El técnico te pedirá que te quedes quieta y puede pedirte que contengas la respiración mientras te comprime la mama durante 10 a 15 segundos. En ese momento, una cámara especializada conectada a las placas toma radiografías de la mama.
Se repetirá el proceso varias veces, ya que el técnico toma varias imágenes de cada mama desde distintas direcciones.
La compresión del tejido mamario es lo que suele causar molestias durante una mamografía.
“Esta compresión es importante, ya que permite una mejor visualización del tejido y, en última instancia, una mejor detección del cáncer”, afirma la Dra. Samantha Heller, PhD, radióloga mamaria y profesora del Departamento de Radiología de la Facultad de Medicina Grossman de la NYU, en Nueva York.
Algunas personas (en especial quienes tienen discapacidades o dolor crónico) también pueden sentir molestia o dolor por tener que permanecer de pie y quietas, o por la posición que debe adoptar el cuerpo durante la prueba.
Varios factores pueden afectar lo que puedes sentir durante una mamografía, como por ejemplo:
dolor crónico general en el cuerpo
aumento de la sensibilidad en las mamas debido a fluctuaciones hormonales
el tamaño de las mamas
la habilidad del técnico y cómo te acomoda las mamas durante el análisis
sentir miedo o ansiedad por el análisis o lo que este pueda encontrar
Cinco sugerencias para reducir el dolor de la mamografía
Las mamografías son tan importantes para detectar de manera temprana el cáncer de mama que vale la pena averiguar algunas formas de que sean más cómodas para ti.
Cuando programes la consulta para la mamografía y en la consulta misma, habla con el personal del centro de diagnóstico por imágenes sobre cualquier pregunta o inquietud que tengas sobre el análisis. Si tienes dolor o sientes ansiedad durante el examen (o los has experimentado en el pasado cuando te realizaste una mamografía), comunícaselo a quien te esté realizando la mamografía. Esta persona puede tomar medidas para mejorar tu comodidad, como probar distintas formas de acomodar las mamas, dedicar tiempo extra a tu examen para que no sientas que te apuran y hablar contigo sobre tu ansiedad. Si tienes problemas para estar de pie y mantenerte inmóvil durante el análisis, es posible que el técnico pueda ajustar la máquina para que puedas sentarte en una silla.
Si sigues teniendo el ciclo menstrual, intenta programar la consulta para la mamografía de modo que no caiga durante tu período ni en la semana anterior, si es posible. Las mamas pueden estar más sensibles, doloridas o inflamadas durante esas semanas debido a fluctuaciones hormonales, lo que puede aumentar la incomodidad de la mamografía.
Para adelantarte a cualquier dolor o molestia, puedes probar tomar un analgésico de venta libre, como ibuprofeno o paracetamol, aproximadamente una hora antes de la mamografía. Solo consúltalo previamente con el médico para asegurarte de que no interfiera con ningún otro medicamento que estés tomando.
Si las mamografías te producen ansiedad, intenta utilizar técnicas para calmar la mente y el cuerpo. Es posible que sientas menos molestias y que te resulte más fácil permanecer quieta mientras se toman las imágenes si puedes liberar la tensión. Antes de que empiece la prueba, podrías escuchar música relajante, hacer ejercicios simples de consciencia plena o respirar lenta y profundamente unas cuantas veces.
También puede serte útil recordar que cualquier molestia que sientas a causa de una mamografía suele durar poco tiempo. Cada vez que se toma una radiografía, la mama se comprime durante aproximadamente diez segundos por vez, y el examen completo suele durar de 15 a 20 minutos de principio a fin.
Cuando busques un centro de diagnóstico por imágenes para hacerte una mamografía, quizá te convendría investigar si existe alguno que utilice métodos que te ayuden a sentir más comodidad. Por ejemplo, algunos centros ofrecen la opción de seleccionar videos, iluminación y sonidos relajantes en la sala donde hacen la mamografía. Algunos tienen mamógrafos con una placa superior de plástico con una superficie curva pensada para imitar la forma de la mama y la pared torácica y reducir las molestias durante la compresión, o un acolchado suave de espuma en la placa inferior de plástico. Unos pocos centros incluso brindan la opción de utilizar un mando a distancia inalámbrico, que les permite a las personas controlar el nivel de compresión (en inglés) durante la mamografía. Los centros de diagnóstico por imágenes que tienen este tipo de características no están en todas partes, pero son cada vez más comunes y muchos de ellos aceptan seguros.
Reducción del dolor de mamas tras una mamografía
Algunas personas siguen sintiendo dolor en las mamas durante varias horas o, incluso, días después de una mamografía. Según la comunidad de expertos, este dolor no suele ser síntoma de nada preocupante.
“El dolor de mamas es muy frecuente después de una mamografía debido a la compresión del tejido mamario y a la posible irritación de los nervios o a la distensión muscular durante la prueba”, afirma la Dra. Amy Patel, radióloga mamaria y profesora asociada de Radiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Missouri-Kansas City.
Para aliviar el dolor, la Dra. Patel sugiere aplicar una bolsa de hielo, evitar las actividades extenuantes y llevar un sostén que no sea rígido ni tenga aros, pero que brinde contención. También puedes tomar un analgésico de venta libre (si el médico lo considera seguro). El dolor o las molestias deberían desaparecer en pocos días. Pero si no es así, deberías hablar con el médico.