El porcentaje de grasa abdominal e intramuscular aumenta el riesgo de padecer enfermedad cardíaca en sobrevivientes de cáncer de mama

Las mujeres con antecedentes de cáncer de mama que tienen niveles altos de grasa abdominal e intramuscular tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca, incluso si tienen un IMC normal.
9 ago 2019
 

Las mujeres con antecedentes de cáncer de mama que tienen niveles altos de grasa en el abdomen y en los músculos tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca, incluso si tienen un índice de masa corporal (IMC) normal, según un estudio.

La investigación se publicó el 1 de agosto de 2019 en la revista científica Journal of Clinical Oncology. Lee el resumen disponible en inglés de “Adipose Tissue Distribution and Cardiovascular Disease Risk Among Breast Cancer Survivors (Distribución de tejido adiposo y riesgo de enfermedad cardiovascular en sobrevivientes de cáncer de mama)”.

 

Tratamiento para el cáncer de mama y enfermedad cardíaca

Muchos factores pueden producir problemas cardíacos, entre ellos, el estrés, el sobrepeso y el hábito de fumar. Muchos tratamientos de cáncer de mama pueden causar problemas cardíacos:

  • la quimioterapia, en especial, las antraciclinas; Adriamycin (nombre genérico: doxorrubicina), Ellence (nombre genérico: epirrubicina), Doxil (nombre genérico: doxorrubicina liposomal) y la daunorrubicina son antraciclinas.

  • radioterapia

  • algunos medicamentos de terapias hormonales, incluido el tamoxifeno y los inhibidores de la aromatasa

  • algunos medicamentos de terapias dirigidas, como Herceptin (nombre genérico: trastuzumab) y sus medicamentos biosimilares, Kadcyla (nombre genérico: T-DM1 o ado-trastuzumab emtansina), Kisqali (nombre genérico: ribociclib) y Tykerb (nombre genérico: lapatinib)

Por ende, las mujeres que recibieron tratamiento para el cáncer de mama podrían tener un riesgo más alto de desarrollar enfermedad cardíaca, en comparación con las que no recibieron un diagnóstico de cáncer de mama, debido a los efectos del tratamiento oncológico. Según los investigadores que realizaron este estudio, las mujeres mayores diagnosticadas con cáncer de mama en estadio temprano tienen más probabilidades de morir a causa de enfermedad cardíaca que de tener una recurrencia del cáncer de mama.

 

El IMC y la enfermedad cardíaca

Sabemos que, para la mayoría de las personas, un IMC más alto está asociado a un mayor riesgo de enfermedad cardíaca. Aun así, el IMC no es un indicador perfecto. Si bien el IMC puede ser un indicador fiable de la grasa corporal de muchas personas, tiene limitaciones. El IMC se calcula multiplicando el peso en libras por 703 y luego dividiendo el número resultante por la altura en pulgadas. Si se utiliza el sistema métrico, se calcula el IMC dividiendo el peso en kilogramos por la altura en metros. También hay muchas tablas en línea que calculan el IMC ingresando la estatura y el peso.

Una de las mayores limitaciones del IMC es que no distingue entre masa magra corporal, huesos y grasa, ya que para el cálculo, solo se tiene en cuenta el peso total. Como resultado, el IMC podría sobrestimar la grasa corporal en personas altas o que tienen mucha masa muscular, y puede subestimar la grasa corporal en personas mayores o que han perdido masa muscular, pero no han tenido ningún cambio en el peso.

El IMC tampoco tiene en cuenta el lugar en donde está ubicada la grasa. En estudios en los que participaron personas que nunca habían sido diagnosticadas con cáncer, los niveles altos de grasa abdominal y grasa intramuscular se asociaron a enfermedad cardíaca, presión arterial elevada y diabetes, entre otras enfermedades. En las investigaciones en torno al riesgo de enfermedad cardíaca en personas que recibieron tratamiento para el cáncer de mama, no se tuvo en cuenta la ubicación de la grasa, motivo por el cual los investigadores decidieron realizar este estudio.

 

Cómo se llevó a cabo el estudio

En el estudio participaron 2.943 mujeres que eran miembros de Kaiser Permanente Northern California, una compañía de seguros de salud. A todas las mujeres les habían diagnosticado cáncer de mama en estadio I a estadio III entre 2005 y 2013, y no tenían antecedentes de enfermedad cardíaca. Además, todas las mujeres se habían realizado una tomografía computarizada en un plazo de seis meses después de haber sido diagnosticadas con cáncer de mama, pero antes de recibir quimioterapia o radioterapia.

Las mujeres tenían alrededor de 56 años cuando les diagnosticaron cáncer de mama. El IMC promedio era 28. Cualquier persona con un IMC superior a 25 se clasifica como con sobrepeso u obesa. Más del 33 % de las mujeres tenían presión arterial alta o niveles altos de colesterol o triglicéridos, y el 25 % de las mujeres habían sido diagnosticadas con diabetes. Todas estas afecciones aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca.

Se hizo un seguimiento de la mitad de las mujeres durante más de 6 años, mientras que a la otra mitad se las siguió durante períodos más cortos.

Los investigadores usaron un software especial para analizar las tomografías computarizadas y calcular los niveles de grasa abdominal y grasa intramuscular.

Luego los investigadores analizaron los registros médicos de las mujeres para ver cuántas de ellas habían tenido eventos de enfermedad cardíaca durante el seguimiento, incluidos los siguientes:

  • accidente cerebrovascular

  • ataque cardíaco

  • insuficiencia cardíaca

 

Resultados del estudio

Durante el seguimiento, se produjeron 328 eventos de enfermedad cardíaca.

Los investigadores determinaron que las mujeres con los niveles más altos de grasa abdominal tenían un riesgo un 42 % más alto de desarrollar enfermedad cardíaca que las mujeres con los niveles más bajos de grasa abdominal. Las mujeres con los niveles más altos de grasa intramuscular tenían un riesgo un 39 % más alto de desarrollar enfermedad cardíaca en comparación con las mujeres con los niveles más bajos de grasa intramuscular.

Este aumento del riesgo se observó en mujeres con bajo peso, con peso normal, y con sobrepeso u obesas en función del IMC. En otras palabras, el IMC general de las mujeres no guardaba relación con el riesgo que tenían de desarrollar enfermedad cardíaca. La ubicación de la grasa era el factor más importante. Las mujeres con los porcentajes más altos de grasa abdominal e intramuscular tenían el riesgo más alto de padecer enfermedad cardíaca.

"Nuestro estudio fue el primero de este tipo que se realizó en pacientes con cáncer de mama, y descubrimos una gran carga de morbimortalidad cardiovascular en este tipo de pacientes", dijo en una entrevista la autora principal, Elizabeth Cespedes Feliciano de Kaiser Permanente Northern California.

"También descubrimos que la adiposidad [abdominal] aumentaba el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular después del cáncer de mama, incluso en mujeres con peso normal que generalmente no se considerarían en riesgo alto de desarrollar esta enfermedad", explicó. "Por eso, una de las lecciones de este estudio es que, independientemente de tu tamaño corporal, el lugar en el que almacenas la grasa es importante para tu salud cardiovascular".

 

Qué significa esto para ti

Si bien los resultados de este estudio son preocupantes, ofrecen información respecto de cómo mantener lo más bajo posible tu riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular después de un diagnóstico de cáncer de mama.

No todas las personas pueden realizarse una tomografía computarizada para determinar su nivel de grasa abdominal, pero los investigadores que realizaron este estudio creen que la medición de la cintura puede ser una manera fácil y económica de ayudar a las personas a determinar si tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca.

Bajar de peso puede ser más difícil a medida que envejeces, pero se puede lograr con cambios cuidadosos en la alimentación y actividad física regular. Lo primero que debes hacer es preguntarle al médico cuál es un tamaño saludable de la cintura en tu caso. Si necesitas quemar grasa abdominal, habla con el médico acerca de un plan seguro y razonable para bajar de peso, diseñado específicamente para ti y tus necesidades.

El ejercicio es una de las mejores maneras de mantener masa muscular y perder peso, además de mantener los huesos sanos y fuertes. El ejercicio también puede ayudar a fortalecer la autoestima, dormir mejor y manejar el estrés.

Si estás muy ocupada con tu trabajo, las tareas del hogar y los asuntos familiares, puede resultarte difícil encontrar tiempo para comenzar un programa de ejercicios.

Lo que puedes hacer es dividir el ejercicio en sesiones de 20 o 30 minutos hasta sumar unas cinco horas o más por semana. Caminar es una muy buena forma de comenzar. Puedes probar y caminar treinta minutos antes de ingresar a tu trabajo y otros treinta minutos después del almuerzo. Puedes agregar unos minutos más si estacionas más lejos de las tiendas cuando vas a hacer compras o usas el transporte público. También puedes hacer planes para caminar con una amiga o un amigo a la salida del trabajo; es más probable que mantengas el régimen de ejercicio si alguien más cuenta con que lo harás. Asimismo, puedes tomarlo como una oportunidad para socializar.

Para obtener más información, incluidos tipos de ejercicio y cómo mantener una rutina de ejercicios, visita las páginas Ejercicio del sitio Breastcancer.org.

— Se actualizó por última vez el 21 de noviembre de 2022, 21:17

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