Guantes y calcetines fríos para quimioterapia
Si alguna vez has agarrado hielo con las manos desnudas o has usado zapatos inadecuados en la nieve, es probable que conozcas el escozor que produce el congelamiento de los dedos de las manos y de los pies. Pero aplicarse hielo en las manos y los pies (terapia de frío) durante la quimioterapia puede ayudar a reducir la neuropatía, un efecto secundario de algunos medicamentos de quimioterapia utilizados para tratar el cáncer de mama. Puedes experimentar la neuropatía si te están tratando con Abraxane, carboplatino, Halaven, vinorelbina, Taxol, Taxotere o vincristina.
La neuropatía es una lesión nerviosa que provoca dolor, hormigueo, entumecimiento y debilidad. La neuropatía suele comenzar en los dedos de manos y pies, pero puede extenderse y provocar problemas para caminar y utilizar las manos. Para reducir estos síntomas, algunas personas utilizan guantes y calcetines fríos cuando reciben quimioterapia.
¿Cómo funciona la terapia con frío?
La terapia con frío o de enfriamiento (a veces denominada crioterapia) consiste en enfriar las manos y los pies de una persona utilizando hielo o bolsas de hielo. Cuando hace frío, los vasos sanguíneos se hacen más pequeños, lo que ralentiza el funcionamiento de las células. Esto significa que menos quimioterapia llega a los nervios de las manos y los pies, lo que ayuda a protegerlos de posibles lesiones. También ayuda a reducir los calambres musculares al ralentizar las señales nerviosas y hacer que los músculos reaccionen con más lentitud.
Hay varios estudios reducidos de personas que utilizaron diferentes métodos para aplicar hielo en las manos y los pies durante la quimioterapia del cáncer de mama que sugieren que esto puede ayudar a proteger contra los síntomas de la neuropatía. Por ejemplo, en un estudio publicado en Annals of Medicine & Surgery, se descubrió que las personas que usaban guantes y calcetines fríos durante la quimioterapia experimentaron menos entumecimiento en las manos y los pies que las que no recibieron terapia con frío; también informaron que tuvieron menos síntomas graves y una mejor calidad de vida después de la quimioterapia. En otro estudio, se descubrió que las personas que utilizaban guantes y calcetines congelados durante 90 minutos durante la quimioterapia semanal tenían una mayor sensibilidad al tacto y a la temperatura.
Sin embargo, otros estudios han revelado que la terapia con frío no ayuda a prevenir la neuropatía que causa la quimioterapia. Un artículo de revisión publicado en 2020 en Journal of Oncology Pharmacy Practice concluyó que, si bien la terapia con frío no tiene efectos secundarios, los resultados de los estudios que analizan dicha terapia para tratar la neuropatía son variados. Es preciso realizar estudios más amplios para determinar quién puede beneficiarse más de la terapia con frío.
Un beneficio adicional de la terapia con frío durante la quimioterapia es que puede servir de ayuda para protegerte de los daños y el dolor en las uñas, otro efecto secundario de la quimioterapia. Pero, al igual que ocurre con la terapia con frío para la neuropatía, es necesario seguir investigando para saber quién tiene más probabilidades de beneficiarse. En un estudio en el que se analizó a personas que recibieron terapia con frío durante la quimioterapia, se reveló que algunas personas experimentaron graves problemas en las uñas a pesar de la terapia con frío, mientras que otras tuvieron síntomas leves o ningún síntoma. Algunas personas creen que la terapia con frío también puede reducir los efectos secundarios de la quimioterapia relacionados con la piel, como el enrojecimiento, la descamación, la inflamación o las ampollas, pero, de nuevo, es necesario seguir investigando.
Cuándo utilizar guantes y calcetines fríos
Según la Dra. Eleonora Teplinsky, no existe una práctica estándar sobre el uso de guantes y calcetines fríos en el tratamiento, ya que los estudios actuales son reducidos y algunos tienen resultados variados. Teplinsky es jefa de oncología médica ginecológica y de mama del centro Valley Health System de Paramus, Nueva Jersey, y profesora adjunta de medicina en la Facultad de Medicina Icahn de Mount Sinai. En su consultorio, recomienda a sus pacientes que prueben utilizar guantes y calcetines fríos entre 15 y 30 minutos antes de la quimioterapia, durante esta, y entre 15 y 30 minutos después.
“Los productos refrigerantes se utilizan el día de la quimioterapia con taxanos y no es necesario utilizarlos los demás días”, explica. “Deben comenzar a usarse no bien empieza la quimioterapia, en lugar de una vez que se desarrollan los síntomas”.
Los centros de tratamiento del cáncer pueden tener diferentes métodos para aplicar la terapia con frío. El uso excesivo de la terapia con frío puede provocar daños en la piel, por lo que es importante obtener instrucciones claras del oncólogo sobre el tiempo que se debe aplicar la terapia antes de la quimioterapia, durante esta y después de esta.
Qué puedes esperar
Si te interesa utilizar guantes fríos (a veces llamados guantes o manoplas congelados o con bolsas de hielo) y calcetines, es probable que tengas que llevarlos contigo cada vez que vayas a recibir quimioterapia. Aunque algunos centros de salud pueden proporcionar prendas refrigerantes, la mayoría exige a los pacientes que compren las suyas. Un buen punto de partida es preguntarle a tu oncólogo o a tu asesor de cáncer de mama.
Los guantes fríos están diseñados para cubrir toda la mano, incluidos los dedos y la muñeca, y vienen con bolsillos para las bolsas de gel congelado. Del mismo modo, los calcetines o botines fríos cubren todo el pie por arriba y por abajo y tienen bolsillos para las bolsas de gel congelado. A veces, los guantes y los calcetines tienen una correa para que se mantenga el frío en el interior.
Los guantes y los calcetines fríos suelen comprarse por Internet. Amazon tiene la mayor selección. Los seguros no cubren estos productos.
Si no puedes comprar estos productos refrigerantes o si no llegan a tiempo para el tratamiento, puedes crear tu propia versión. Cúbrete las manos y los pies con calcetines para que toleres más el frío. Utiliza bolsas de hielo o bolsas Ziploc grandes llenas de hielo en la parte superior e inferior de las manos y los pies, y un vendaje para sujetarlo todo. Así conseguirás el mismo resultado, pero se requiere un poco más de creatividad y ayuda.
Lleva una nevera portátil llena de hielo o bolsas de gel adicionales para minimizar las interrupciones durante la terapia con frío.
Empaca capas adicionales. Si usas calcetines en las manos y los pies antes de colocarte los guantes y los calcetines refrigerantes, podrás tolerar más el frío. Una manta o un chal también pueden ayudarte a sentir más comodidad durante la terapia con frío.
Sustituye con regularidad las bolsas de hielo o gel. Para obtener los mejores resultados, sustituye las bolsas de gel dentro de los guantes o calcetines cada 30 o 45 minutos para mantener una temperatura de congelación óptima.
Pide ayuda a un ser querido o a un integrante de tu equipo de tratamiento para cambiar las bolsas de hielo y gel. Hacerlo por tu cuenta puede resultar difícil cuando tienes las manos frías.
Alternativas a la terapia con frío
A algunas personas la terapia con frío les resulta demasiado incómoda o dolorosa. Los investigadores están estudiando otras opciones para prevenir la neuropatía:
La terapia de compresión utiliza medias de compresión, vendajes o dispositivos mecánicos de aire para aplicar presión en brazos y piernas. Al utilizar un sistema de compresión ajustado, los vasos sanguíneos se hacen más pequeños. Esto ayuda a detener el flujo de la quimioterapia a los nervios de los brazos y las piernas. Al igual que con la terapia con frío, cuanta menos quimioterapia llegue a los nervios, menos posibilidades habrá de que se desarrolle neuropatía. En un estudio realizado a personas diagnosticadas con cáncer de mama que recibían quimioterapia, se reveló que tanto el enfriamiento como la compresión ayudaban a reducir la neuropatía.
El ejercicio puede ser incluso más eficaz que la terapia con frío para reducir los síntomas de la neuropatía. Un estudio reveló que las personas diagnosticadas con cáncer de mama que realizaban un programa de ejercicios en casa experimentaron menos entumecimiento en las manos y los pies después de la quimioterapia, en comparación con las que recibían terapia con frío durante la quimioterapia. El programa de ejercicios incluía de 15 a 30 minutos de estiramientos, equilibrio y entrenamiento de fuerza, 5 días a la semana, durante 12 semanas. El tercer grupo, que no participó en ejercicios ni utilizó terapia con frío, experimentó los síntomas más graves.
Este contenido ha sido posible, en parte, gracias a AstraZeneca, Gilead, Lilly y Pfizer.
— Se actualizó por última vez el 1 de junio de 2025, 14:22