Hacer ejercicio durante otros tratamientos del cáncer de mama (seno) y después de ellos

Es importante que hables con tu médico antes de comenzar a hacer ejercicio durante la radioterapia, la quimioterapia, la terapia dirigida, la terapia hormonal y la inmunoterapia, y después de todos estos tratamientos.
 

Como siempre, asegúrate de contar con la aprobación de tu médico antes de comenzar a hacer ejercicio durante la radioterapia, la quimioterapia, la terapia dirigida, la terapia hormonal y la inmunoterapia, y después de todos estos tratamientos. Habla con el médico sobre los ejercicios que planeas hacer y pregúntale si tienes alguna restricción.

 

Precauciones

Riesgo más alto de infección: puede que corras un riesgo más alto de presentar una infección durante la radioterapia, la quimioterapia, la terapia dirigida o la inmunoterapia. Es importante que te laves cuidadosamente la manos después de tocar cualquier equipo compartido (barras para pesas, mancuernas y cintas para caminar). También asegúrate de revisarte el cuerpo, especialmente las manos y los pies, para ver si tienes ampollas o cortes. Si los tienes, aplícate una pomada antibiótica.

Sistema inmunitario deprimido: la radioterapia, la quimioterapia, la terapia dirigida y la inmunoterapia pueden hacer que tu sistema inmunitario funcione de forma menos eficaz. Si tu recuento de glóbulos blancos es bajo (menor que 3.500 glóbulos blancos por microlitro de sangre), evita ir a gimnasios públicos, centros de yoga u otros lugares públicos hasta que el recuento se eleve a un valor aceptable.

Neuropatía: algunos medicamentos de quimioterapia, terapia dirigida e inmunoterapia pueden provocar neuropatía, el término general para referirse al adormecimiento, el dolor y el cosquilleo causados por lesiones en los nervios de las manos y los pies (nervios periféricos). Si tienes alguna neuropatía, asegúrate de tomar las medidas necesarias para reducir el riesgo de caídas o lesiones. Puedes pedirle a alguien que te observe cuando haces ejercicio.

Irritación en la piel: la radioterapia puede provocar irritación de la piel y, si nadas en una piscina con cloro, esa irritación puede agravarse. Por lo tanto, tal vez sea conveniente que evites las piscinas hasta que tu piel cicatrice.

Riesgo más alto de fractura de un hueso: ciertos medicamentos de terapia hormonal y quimioterapia pueden aumentar el riesgo de fractura de un hueso. Si recibes tratamiento para un tipo de cáncer de mama que hizo metástasis en los huesos, tal vez corras un riesgo más alto de sufrir una fractura. Quizás debas disminuir la intensidad y la duración de la rutina de ejercicios. También puedes consultar con un fisioterapeuta o un entrenador diplomado que tenga experiencia en trabajar con personas diagnosticadas con cáncer de mama para hablar sobre la intensidad y la duración adecuadas de tus rutinas de ejercicio.

Problemas cardíacos: si recibes tratamiento con medicamentos de quimioterapia o terapia dirigida que pueda causar lesiones cardíacas, asegúrate de preguntarle a tu médico o cardiólogo qué tipo de modificaciones de ejercicios, si las hay, son adecuadas para ti. También es conveniente preguntar qué intensidad deben tener las rutinas de ejercicio. Además, ciertos medicamentos de quimioterapia hacen que los latidos del corazón se vuelvan irregulares durante un día o dos después de su administración. En este caso, es conveniente que evites hacer ejercicio el día que recibas la quimioterapia y que hagas ejercicios de intensidad baja durante los siguientes dos días.

Mareos o problemas de equilibrio: ciertos medicamentos de terapia hormonal, quimioterapia y terapia dirigida pueden provocarte mareos. Asegúrate de tomar precauciones para no caerte o lastimarte. Es conveniente que uses calzado deportivo resistente, ejercites sobre una superficie acolchonada y le pidas a alguien que te observe mientras haces ejercicio.

— Se actualizó por última vez el 16 de octubre de 2024, 19:00