Vacunas contra COVID-19 y el cáncer de mama Lo que necesitas saber
Los expertos recomiendan que todas las personas a partir de los 6 meses de edad se vacunen contra la COVID. También recomiendan que la mayoría de las personas diagnosticadas con cáncer o con antecedentes de cáncer reciban una vacuna actualizada contra la COVID-19. Si tienes cáncer o antecedentes de cáncer, es conveniente que hables con tu médico para determinar si recibir la última vacuna contra la COVID es la decisión correcta para tu situación individual.
No existe ninguna relación entre las vacunas contra la COVID-19 y el riesgo de cáncer de mama o el desarrollo de la enfermedad de cáncer de mama.
Recomendaciones actuales sobre la vacuna contra la COVID-19
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. afirman que todas las personas a partir de los 6 meses de edad deben recibir la vacuna contra la COVID-19 de 2024-2025. Esto incluye a las personas que ya han recibido la vacuna contra la COVID y a las que han tenido COVID.
Hay tres opciones de vacunas contra la COVID de 2024-2025 para personas a partir de 12 años:
Vacuna Pfizer-BioNTech: una sola inyección, aunque sea la primera vez que te vacunas contra la COVID.
Vacuna Moderna: una sola inyección, aunque sea tu primera vacuna contra la COVID.
Vacuna Novavax: una inyección si has recibido una vacuna contra la COVID en el pasado; dos inyecciones, con un intervalo de tres semanas, si es tu primera vacuna contra la COVID.
Recomendaciones de vacunas contra COVID-19 para las personas inmunodeprimidas
Si tu sistema inmunitario está debilitado, lo que los médicos denominan "inmunocomprometido", puedes recibir dosis adicionales de la vacuna actualizada para 2024-2025 de Pfizer-BioNTech, Moderna o Novavax COVID-19. Esto se debe a que las personas con el sistema inmunitario moderada o gravemente deprimido son particularmente vulnerables a COVID-19, y es posible que no generen el mismo nivel de inmunidad al virus que las personas que no están inmunodeprimidas luego de la vacunación.
Muchos tratamientos para el cáncer de mama, incluidas la quimioterapia, algunas terapias dirigidas y la inmunoterapia, pueden debilitar al sistema inmunitario. De todos modos, es importante que sepas que no todas las personas con antecedentes de cáncer de mama están inmunodeprimidas. Depende de los tratamientos que hayas recibido y de cuánto hace que los recibiste, además de otras afecciones que puedas tener.
Si estás en edad adulta y actualmente recibiendo tratamiento del cáncer de mama, o si has realizado un tratamiento para cáncer de mama en el pasado, te aconsejamos que le preguntes a tu médico si tendrías que seguir las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y de la Red Nacional Integral del Cáncer (NCCN, sigla en inglés) para las personas moderada o gravemente inmunodeprimidas.
Si estás inmunodeprimida, puedes preguntar a tu médico sobre el tratamiento con anticuerpos Pemgarda (en inglés) (nombre genérico: pemivibart). Se utiliza para prevenir la COVID en personas a partir de 12 años con sistemas inmunitarios de moderada a gravemente deprimidos, pero solo puede utilizarse cuando el 90 % o más de las variantes de la COVID que están infectando a las personas responderían a Pemgarda.
Pemgarda se administra en una única infusión intravenosa. Pemgarda solo puede utilizarse para prevenir la COVID 19 antes de que te expongas al virus. No se puede utilizar después de haber estado expuesto a la COVID o si estás infectada actualmente con el virus.
Los efectos secundarios más frecuentes de Pemgarda son reacciones en el lugar de la infusión, dolor de cabeza, fatiga y náuseas.
Efectos secundarios de las vacunas contra COVID-19
Los efectos secundarios más frecuentes de las vacunas contra la COVID son los siguientes:
dolor en el brazo donde recibiste la inyección
cansancio
dolor de cabeza
dolor de músculos o de articulaciones
escalofríos
fiebre
Por lo general, estos efectos secundarios son leves y duran solo unos días. Los efectos secundarios son esperables y, de hecho, son una señal de que la vacuna está funcionando al provocar una respuesta del sistema inmunitario. Las investigaciones muestran que las mujeres pueden tener peores efectos secundarios de las vacunas contra la COVID-19 que los hombres.
Algunas personas informaron inflamación o agrandamiento de los ganglios linfáticos, incluidos los ganglios linfáticos axilares (de la axila) del lado correspondiente al brazo donde recibieron la inyección. Los médicos llaman a esto “adenopatía axilar”.
Los efectos secundarios de las tres vacunas contra la COVID (en inglés) son similares, aunque algunos estudios y pruebas anecdóticas sugieren que la vacuna Novavax puede causar menos efectos secundarios. Aun así, esos estudios se realizaron con las versiones de 2023-24 de las vacunas, no con las versiones más recientes de 2024-25. No está claro que esto vaya a ser así en 2025. Además, ningún estudio ha comparado las vacunas de manera directa.
Las vacunas contra la COVID-19 no provocan cáncer.
No hay pruebas que relacionen las vacunas contra la COVID-19 con el cáncer. Tanto el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. como la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer indican que no hay información de que las vacunas contra la COVID-19 causen cáncer. Tampoco hay pruebas que sugieran que la vacuna pueda hacer que el cáncer crezca o reaparezca (recurra).
Vacunas contra COVID-19 y linfedemas
Si recibiste tratamiento para el cáncer de mama, y especialmente si te extirparon ganglios linfáticos debajo del brazo, podrías tener linfedema o un empeoramiento del linfedema existente como efecto secundario de la vacuna contra la COVID. Para reducir este riesgo, las personas que tienen antecedentes de cáncer de mama deben evitar que les apliquen la vacuna en el brazo del lado del cuerpo afectado por el cáncer de mama. Si tienes antecedentes de cáncer de mama en ambas mamas, pregúntale al médico en cuál brazo deberías inyectarte. Si los cánceres de mama se diagnosticaron en momentos diferentes, los médicos suelen recomendar la administración de la vacuna en el brazo del lado que se diagnosticó primero, o en el lado que se sometió a una cirugía menos extensa en la axila.
Las vacunas contra la COVID-19 también se pueden aplicar en el área superior de la cadera como alternativa, pero es posible que algunos profesionales no estén capacitados o no se sientan cómodos para administrarla de esa manera, así que esta tal vez no sea una opción viable.
Reacciones alérgicas a las vacunas contra COVID-19
Se controla a las personas durante quince a treinta minutos luego de recibir cada dosis, para asegurarse de que no tengan una reacción alérgica a la vacuna. Si tienes antecedentes de reacciones alérgicas graves, debes hablar con el médico y, tal vez, consultar a un alergista o inmunólogo para determinar si es seguro para ti recibir una vacuna contra la COVID.
La persona que te aplique la vacuna contra la COVID debe preguntarte si tuviste reacciones alérgicas graves en otras ocasiones. Asegúrate de informarle si tuviste alguna reacción alérgica antes, para que te puedan controlar durante al menos 30 minutos después de la inyección. También puedes preguntarles por las medidas de seguridad que se aplican en caso de reacción alérgica.
Es importante saber si alguna vez tuviste una reacción alérgica al polietilenglicol (PEG) o al polisorbato. Estos ingredientes están presentes en algunos medicamentos, incluidos algunos tratamientos para el cáncer, y también se utilizan en las vacunas contra la COVID, además de Pemgarda.
Las vacunas Pfizer y Moderna contienen PEG. No contienen polisorbato, aunque el polisorbato esté estrechamente vinculado al PEG.
Los CDC han declarado que, si una persona ha tenido una reacción alérgica grave al PEG en el pasado, no debería recibir las vacunas de Pfizer o Moderna.
A los medicamentos que contienen PEG, los médicos los llaman “pegilados”. Algunas veces, se utiliza la pegilación para cambiar la forma en que funcionan los medicamentos en el cuerpo. Puede haber versiones pegiladas y no pegiladas del mismo medicamento.
Entre los medicamentos pegilados contra el cáncer se encuentran Doxil (nombre genérico: doxorrubicina liposomal pegilada) y Neulasta (nombre genérico: pegfilgrastim).
El polisorbato se utiliza en muchos medicamentos para cambiar la forma en que funcionan en el cuerpo o como conservante. Algunos medicamentos de quimioterapia contienen polisorbato, como Abraxane (nombre genérico: paclitaxel unido a albúmina o nab-paclitaxel), Adriamycin (nombre genérico: doxorrubicina), Taxol (nombre genérico: paclitaxel) y Taxotere (nombre genérico: docetaxel).
Si tuviste una reacción alérgica grave a cualquiera de estos medicamentos, debes hablar con el médico para determinar si es seguro para ti recibir una vacuna contra COVID-19.
¿Puede una vacuna contra COVID-19 afectar los resultados de una mamografía?
En el caso de las personas que no tienen antecedentes de cáncer de mama, la inflamación de los ganglios linfáticos axilares después de la vacunación es algo inofensivo, pero puede sentirse como bultos en la mama, y algunas mujeres pueden preocuparse de que sea un signo de cáncer de mama. Estos ganglios linfáticos inflamados también pueden detectarse en una mamografía, incluso si no los sientes. Esto podría dar un resultado falso positivo, que es cuando se ve un área anómala en una mamografía, que parece cáncer, pero no lo es. Un resultado falso positivo en una mamografía puede provocar estrés innecesario y dar lugar a pruebas adicionales.
Mientras que algunas organizaciones y médicos recomendaban anteriormente que las mujeres esperaran de cuatro a seis semanas después de recibir la vacuna contra la COVID para hacerse una mamografía, la Sociedad de Imagenología Mamaria (SBI) (en inglés) ahora dice que no es necesario esperar para hacerse una mamografía. Solo asegúrate de informarle a la persona que haga la mamografía que te vacunaron hace poco y en qué brazo te aplicaron la vacuna. Esto ayudará al radiólogo mamario a interpretar correctamente el resultado de la mamografía.
¿Cómo funcionan las vacunas contra la COVID-19?
funcionan incorporando material genético llamado “ARN mensajero” (ARNm). Las vacunas de ARNm contienen una pequeña parte del ARNm del coronavirus, que le indica al cuerpo que haga copias de una proteína del virus llamada “proteína espicular”. Luego, el sistema inmunitario acumula células inmunitarias y proteínas especiales (anticuerpos) para combatir la proteína espicular.
La vacuna de Novavax utiliza la tecnología tradicional, la cual se ha usado en vacunas para prevenir la culebrilla, difteria, tétano y tosferina. Es una vacuna de subunidades.
En lugar de pedirle al cuerpo que haga copias de la proteína espicular como lo hacen las vacunas de ARNm, la vacuna de Novavax contiene partes de esta proteína, que luego harán que en tu cuerpo se desencadene una respuesta del sistema inmunitario. La proteína espicular se crea en un laboratorio y se inactiva para que no pueda enfermarte. La vacuna también contiene otro ingrediente llamado “adyuvante”, el cual ayuda a generar mayor respuesta del sistema inmunitario.
En mayo de 2023, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades anunciaron que la vacuna J&J ya no estaba aprobada ni disponible en Estados Unidos y que cualquier dosis restante de la vacuna J&J debía desecharse.
Thompson MG, et al. “Prevention and Attenuation of Covid-19 with the BNT162b2 and mRNA-1273 Vaccines” (Prevención y atenuación de COVID-19 con las vacunas BNT162b2 y mRNA-1273). New England Journal of Medicine. 30 de junio de 2021. Disponible en inglés en: http://dx.doi.org/10.1056/NEJMoa2107058.
— Se actualizó por última vez el 11 de diciembre de 2024, 19:38