Conjugados anticuerpo‑fármaco
Denominados en ocasiones “quimioterapia inteligente”, los conjugados anticuerpo‑fármaco localizan las células cancerosas y administran pequeñas dosis de quimioterapia concentrada directamente en ellas. A diferencia de la quimioterapia, que daña tanto a las células sanas como a las cancerosas, los ADC utilizan la terapia dirigida para administrar la quimio directamente en las células cancerosas, lo que hace que los medicamentos sean menos tóxicos para las células sanas.
Ejemplos de ADC
Existen cuatro conjugados anticuerpo‑fármaco utilizados para tratar el cáncer de mama:
Kadcyla (nombre genérico: T‑DM1 o ado‑trastuzumab emtansina)
Datroway, también llamado Dato‑DXd (nombre genérico: datopotamab deruxtecán)
Otros ADC (utilizados para tratar otros tipos de cáncer) son Mylotarg (gemtuzumab ozogamicina), Adcetris (brentuximab vedotina) y Polivy (polatuzumab vedotina). En la actualidad, hay más de una docena de ADC dirigidos contra el cáncer aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos.
¿Cómo actúan los conjugados anticuerpo‑fármaco?
Los ADC actúan sobre proteínas específicas que se encuentran en la superficie de las células cancerosas. Una vez que el medicamento se une a estas proteínas y entra en la célula, libera quimioterapia, que puede destruirla.
En términos técnicos, los ADC contienen lo siguiente:
un anticuerpo monoclonal: un tipo de proteína fabricada en un laboratorio que se puede unir a las sustancias del cuerpo, incluidas las células cancerosas. Cada anticuerpo monoclonal se fabrica de modo que se una solamente a una sustancia.
quimioterapia: medicamentos específicos que han demostrado su eficacia para destruir células cancerosas concretas.
un conector o enlazador: una proteína que conecta el anticuerpo y la quimioterapia.
La quimioterapia afecta a las células que se dividen rápidamente, lo que incluye algunas células sanas (por ejemplo, las células de la piel) y células no sanas (por ejemplo, las células cancerosas). Los ADC solo se dirigen a las células cancerosas, por lo que es menos probable que dañen las células sanas que rodean al cáncer.
Cómo se utilizan los ADC en el tratamiento del cáncer de mama
Los conjugados anticuerpo‑fármaco se suelen utilizar para tratar lo siguiente:
cáncer de mama positivo para HER2 metastásico, tratado previamente con Herceptin y quimioterapia con taxanos;
cáncer de mama positivo para HER2 en etapa temprana después de una cirugía si se encontró enfermedad residual tras la administración de tratamiento neoadyuvante (antes de la operación) con Herceptin y quimioterapia con taxanos;
cáncer de mama triple negativo que se ha extendido más allá de la mama (metastásico) o que no se puede extirpar mediante cirugía y para el que se han administrado dos o más tratamientos;
cáncer de mama positivo para receptores de hormonas, negativo para HER2 y metastásico o cáncer de mama que no se puede extirpar con cirugía y para el que se ha administrado terapia hormonal y dos o más tratamientos;
cáncer de mama positivo para HER2, metastásico, que ha sido tratado con un medicamento contra HER2 y no puede extirparse con cirugía;
cáncer de mama positivo para receptores de hormonas, con niveles bajos o ultrabajos de HER2 y metastásico, que ha sido tratado con terapia hormonal y no puede extirparse con cirugía;
y cáncer de mama con niveles bajos de HER2, metastásico, que ha sido tratado con quimioterapia y no puede extirparse con cirugía.
Otros usos de los ADC
Los ADC también se utilizan para tratar lo siguiente:
cánceres de la sangre como el linfoma de Hodgkin
cáncer de cuello uterino
cáncer de pulmón
cáncer de ovario
cáncer urotelial
Efectos secundarios frecuentes de los ADC
Los efectos secundarios más frecuentes de los conjugados anticuerpo‑fármaco son similares a los de la quimioterapia:
El tratamiento con conjugados anticuerpo-fármaco puede aumentar el riesgo de sufrir efectos secundarios graves, por ejemplo:
Problemas cardíacos: los ADC pueden causar problemas cardíacos graves, incluidos algunos sin síntomas (como la disminución de la función cardíaca) y otros que sí presentan síntomas (como la insuficiencia cardíaca congestiva). Los síntomas a los que debes estar alerta incluyen inflamación de los tobillos o las piernas, dificultad para respirar, tos o aumento de peso de más de 5 libras (2,2 kg) en menos de 24 horas.
Problemas pulmonares: los ADC pueden provocar inflamación de los pulmones, lo que puede poner en riesgo la vida. Los síntomas incluyen problemas para respirar, tos, cansancio y presencia de líquido en los pulmones.
Problemas hepáticos: los ADC pueden causar problemas hepáticos graves, incluida la insuficiencia hepática. Los síntomas incluyen la inflamación o el dolor en el abdomen; una coloración amarillenta en los ojos o la piel (ictericia); piernas, pies o tobillos hinchados.
Neutropenia grave: neutropenia significa que tienes niveles anormalmente bajos de un tipo de glóbulo blanco llamado “neutrófilo”. Las personas con neutropenia corren un riesgo mucho más alto de contraer infecciones graves. El médico te solicitará controles periódicos del recuento de neutrófilos durante el tratamiento. Si padeces neutropenia, es posible que recibas tratamiento con un medicamento denominado factor estimulante de colonias de granulocitos, como Neupogen (nombre genérico: filgrastim), Neulasta (nombre genérico: pegfilgrastim) o Zarxio (nombre genérico: filgrastim-sndz). Algunos médicos recetan estos factores estimulantes de colonias de granulocitos de forma preventiva, aunque nunca hayas desarrollado neutropenia por los ADC.
Diarrea aguda: la diarrea aguda puede causar deshidratación, presión arterial baja y problemas renales graves. Infórmale al médico si tienes diarrea para que puedas recibir tratamiento enseguida.
Aunque el equipo médico te controlará durante todo el tratamiento, experimentar cualquiera de estos efectos adversos puede repercutir negativamente en tu calidad de vida. Estas toxicidades aún se están investigando; los médicos esperan poder encontrar formas de aliviarlas o eliminarlas.
Si experimentas efectos secundarios graves, habla de inmediato con tu equipo médico. Y, si estás pensando en interrumpir el tratamiento con ADC, habla con tu médico. Te ayudará a entender tus opciones.
— Se actualizó por última vez el 22 de agosto de 2025, 17:11